Comparación De La Educación De Asia Y Estados Unidos
anakarenledezma8 de Septiembre de 2013
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En las pruebas internacionales los escolares de Asia Oriental obtienen sistemáticamente los mejores rendimientos.
La Revista Estudios Públicos 76, responde en parte publicando tres capítulos del libro de los expertos norteamericanos Harold W. Stevenson y James W. Stigler*, The Learning Gap**, en el que se recogen diez años de investigación, más de cuatro mil horas en salas de clases a nivel de enseñanza básica, en Chicago, Minneapolis, Sendai, Beijing y Taipei. De la comparación Asia-EE.UU pueden extraerse interesantes lecciones para nuestro país por cuanto el sistema educacional chileno se asemeja mucho al norteamericano. El tema presenta especial relevancia en la actualidad cuando en su primera declaración como nueva ministro de educación, Mariana Aylwin señalo a un diario de la tarde que "la reforma ahora se juega en lo que pasa en el aula (...)". "quiero encarnar la reforma en la sala de clases", destaco.
Entonces ¿Qué tiene Asia que no tenga Estados Unidos?
¿Menos alumnos por curso?
No. En las escuelas chinas y japonesas es común encontrar cursos de treinta y ocho a cincuenta alumnos, un número muy superior al que en EE.UU. y la mayor parte de Occidente se considera razonable.
¿Escuelas espaciosas con moderna infraestructura y completo equipamiento?
No. Las escuelas asiáticas son edificios sobrios, funcionales más que cómodos, con escaso mobiliario y poco espacio. No se encontró ninguna que contara con lo que en este hemisferio se considera indispensable: calefacción central, aulas grandes, una biblioteca, un buen autoservicio para las comidas, gimnasios bien equipados y salas de computación. En Asia no se aspira a estos lujos.
¿Amplio apoyo extraacadémico?
No. En Asia no entienden por qué destinar tanto dinero a aseadores, cuando los alumnos pueden ayudar a mantener la escuela limpia. A su vez, los padres asiáticos piensan que ellos y no la escuela son los encargados de hacer frente a los problemas emocionales o de aprendizaje de los niños.
¿Textos escolares atractivos, con coloridas ilustraciones y buen papel?
No. Los textos asiáticos son libros delgados (no más de 100 páginas), en rústica y de bajo costo. Es un libro por cada semestre en cada asignatura, las portadas son atrayentes, pero las páginas interiores tienen pocas ilustraciones. Es decir, nada de gruesos volúmenes empastados, que abarcan el trabajo escolar de todo un año con coloridas ilustraciones, fotos, dibujos o gráficos en casi todas las páginas como lo son textos estadounidenses. Este trabajo artístico, junto con material histórico o biográfico anexo busca despertar interés en el niño, pero quizá distrae su atención de lo central de la lección.
Además de la presentación, los textos de estudio asiáticos y los norteamericanos tienen una importante diferencia en cuanto a la claridad con que analizan los conceptos. Los primeros ofrecen poca información que no sea la indispensable, la esencia de la lección, en cambio en EE.UU. los textos repiten mucho.
¿Educación personalizada de acuerdo a las características y necesidades individuales del alumno?
No. En Asia piensan que proporcionar experiencias diferentes a distintos niños conduce a desigualdades que luego dificultan la competencia por empleos. En EE.UU. en cambio ponen de relieve lo importante que es descubrir las necesidades especiales de cada niño y tratar de satisfacerlas. En Asia no aplican el agrupamiento por niveles. Los alumnos no se dividen en grupos según su destreza o rapidez. Ningún alumno se ausenta de la sala de clases para asistir a clases especiales.
¿Mucho trabajo individual de los alumnos?
No. Si bien es cierto que los niños pueden aprender sin maestro, evidentemente les conviene que éste dirija sus actividades más de la mitad del tiempo que se encuentran en clase. En Taiwán, el maestro dirige la actividad del niño un 90% del tiempo, en contraposición a un 74% en Japón y a sólo un 46% en los Estados Unidos. Lo que ocurre es que en EE.UU., el trabajo con todo el curso tiene más bien mala fama. Ha llegado a asociarse con un exceso de cháchara de parte del maestro y demasiados alumnos pasivos y faltos de interés. Sin embargo, las clases que se imparten a todo el curso en las escuelas japonesas y chinas son una actividad dinámica y atrayente.
¿Profesores que elogian mucho a los alumnos y pasan por alto los errores para no incomodarlos?
No. La forma de evaluación que utilizan más a menudo los maestros norteamericanos es el elogio, método que rara vez se utiliza en Taiwán o Japón. El elogio pone fin a la discusión y pone de relieve el papel del maestro como autoridad. Además, alienta al niño a contentarse con su desempeño, en vez de informarle sobre lo que tiene que mejorar. Discutir los errores ayuda a aclarar las ideas erradas, estimula la argumentación y la justificación y hace participar a los alumnos en el proceso de evaluación de las ventajas e inconvenientes de las diversas soluciones ofrecidas. Hay una gran diferencia en la forma en que reaccionan los maestros asiáticos y norteamericanos cuando los alumnos cometen errores. En EE.UU. generalmente los interpretan como una señal de que los alumnos no aprendieron la lección; en cambio, en Asia los errores son un índice de lo que aún queda por aprender. Esto conduce a reacciones muy distintas: turbación en el caso de los niños norteamericanos y aceptación relativamente tranquila en el de los asiáticos. También se traduce en diferencias en cuanto a la forma en que los maestros sacan provecho de los errores. En vez de pasar por alto las respuestas erradas para no avergonzar y centrar la atención en la solución acertada, en Asia se saca provecho ingeniosamente de los errores de los alumnos para disipar ideas erradas.
¿Una formación docente con más años de educación académica?
No. Cuando se comparan los sistemas de formación de los maestros queda de manifiesto que los maestros norteamericanos no reciben la formación adecuada. En Estados Unidos, la formación de los maestros tiene lugar casi exclusivamente en colegios y universidades. Algunos incluso tienen grados de magister, mientras que ninguno de los asiáticos pasa del grado de bachiller. Por lo general, los maestros asiáticos tienen menos años de educación académica que los norteamericanos, pues no pretenden que su formación tenga lugar principalmente en las universidades. En Asia los maestros se capacitan principalmente sobre el terreno, después que se han graduado del colegio. En EE.UU. esta experiencia nunca ha sido un elemento importante en la formación. En Asia, los egresados de los programas de formación pedagógica siguen considerándose novatos, que necesitan la orientación y el apoyo de sus colegas experimentados. En EE.UU., la capacitación prácticamente se interrumpe una vez que han obtenido su título.
En Japón, el sistema de formación de los maestros se asemeja mucho a un sistema de "aprendiz". Se realiza un esfuerzo sistemático por traspasar la sabiduría acumulada en la práctica docente a cada nueva generación de maestros y por seguir perfeccionando esta clase de práctica procurando que los maestros estén permanentemente en interacción profesional. El primer año de trabajo del maestro marca el comienzo de un proceso prolongado y complejo. De acuerdo con la legislación japonesa, los maestros principiantes deben cumplir un mínimo de veinte días de capacitación en el servicio durante su primer año de trabajo. Supervisan esta capacitación maestros experimentados, seleccionados por su capacidad de enseñar y su buena disposición a ayudar a sus jóvenes colegas. Haciendo uso de licencias de un año en que permanecen alejados de sus propios cursos, dedican su tiempo a observar a los maestros principiantes, a formular sugerencias para que mejoren su desempeño y a aconsejarlos acerca de los métodos de enseñanza más eficaces.
Además, los maestros japoneses, tanto principiantes como experimentados, deben perfeccionar sus técnicas de enseñanza mediante la interacción con otros maestros. Las discusiones son muy pragmáticas y tienen por objeto a la vez mejorar los métodos de enseñanza y elaborar planes para clases concretas. Es posible que se dedique una reunión completa a discutir las formas más eficaces de formular preguntas sobre un tema o la manera más atrayente de captar el interés de los alumnos en una lección.
Los maestros trabajan con sus colegas en planes de clase. Cuando finalizan un plan, uno del grupo dicta la lección a sus alumnos y los demás observan. Después, el grupo vuelve a reunirse para evaluar el desempeño del maestro y formular sugerencias para mejorarlo. Además en las escuelas se celebra anualmente una "feria de la enseñanza" a la que se invita a maestros de otras escuelas para que asistan a las clases. Los visitantes evalúan las clases y se premia al maestro que ha dictado la mejor. Esta interacción es lo que el sistema docente norteamericano les ha negado a sus maestros. Ninguno de nosotros permitiría que nos atendiera un médico que no haya permanecido varios años trabajando en un hospital bajo la supervisión de médicos experimentados. Sin embargo, estamos dispuestos a entregarles nuestros hijos a maestros que, tras completar sus estudios, sólo han tenido un breve período de práctica.
¿La idea de que un buen profesor debe ser sensible y paciente?
No. La idea que se
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