Credito fiscal
nayeli777Apuntes24 de Septiembre de 2015
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I.1.- Historia del crédito fiscal
El crédito fiscal en todos los tiempos ha contenido a los impuestos y sus accesorios, es casi tan antigua como la historia del hombre dominante, porque de una u otra manera el más fuerte y poderoso ha sometido al más débil o al vencido en guerra. En las primeras sociedades, las contribuciones eran impuestas por los soberanos en forma de tributos, los cuales eran destinados para asuntos ceremoniales y para las clases dominantes. El control directo de la recaudación lo ejercían sacerdotes, soberanos y jefes de las comunidades.
Los países que crearon e impusieron los impuestos fueron: Egipto, China y Mesopotamia. Las cargas o créditos fiscales eran tan pesadas para el pueblo que en aquel tiempo se decía que “se puede amar a un príncipe, se puede amar a un rey, pero ante un recaudador de impuestos, hay que temblar”. Bajo este dicho la figura del recaudador de impuestos era detestable, así veían a Leví, que Jesús al incluirlo como su discípulo le llamó Mateo.
El pago del crédito fiscal o comúnmente llamado tributo, por lo general en Egipto era por medio del trabajo físico, así construyeron nuestros antepasados las pirámides, tenemos como ejemplo la pirámide del rey Keops. Al pagar su contribución tenían que suplicar gracias. El comprobante o recibo de pago del crédito fiscal era una pieza de cerámica.
En el primer párrafo de este capítulo mencione que los impuestos traducidos en créditos fiscales se les imponían a los pueblos vencidos en guerra o invasiones como una forma de sujeción, esta era la forma que los romanos le imponían excesivas cargas fiscales a sus colonias y el pueblo dominante como el Imperio Romano sus ciudadanos quedan exentos del pago impositivo. Aquí podríamos decir que nace el impuesto internacional.
“Augusto en Roma, decretó un impuesto del uno por ciento sobre los negocios globales llamado Centésima.
En China, Confucio fue inspector de hacienda del príncipe Dschau en el estado de Lu en el año 532 A. C. Lao Tse decía que al pueblo no se le podía dirigir bien por las excesivas cargas de impuestos.
En el México precolombino, se acostumbraba entregar a los aztecas bolas de caucho, águilas, serpientes y anualmente mancebos a los que se les arrancaba el corazón como parte de sus ceremonias religiosas. El cobro de impuestos y tributos, tuvo también sus cosas chuscas, se tiene noticia que el rey Azcapotzalco en una ocasión, pidió a los aztecas que aparte de la balsa sembrada de flores y frutos que le entregaban como tributo, le llevaran también una garza y un pato echado sobre sus huevos, de tal manera que al recibirlos estuvieran picando el cascarón.
Los aztecas mejoraron su técnica de tributación, utilizaron a los calpixquis los cuales llevaban como signo distintivo o credencial una vara en una mano y un abanico y con la otra se dedicaban al cobro de tributos. Imponían fuertes cargas a los pueblos vencidos, situación que quedó asentada en los códices pre y post cortesianos, mismos que muestran la infinidad de objetos, productos naturales como el algodón y los metales preciosos que eran utilizados como tributos. El Código Mendocino nos dice que se pagaban tributos también con artículos procesados como las telas, además de la existencia de un registro (matrícula de tributos). Posteriormente el tributo en especie de los aztecas, fue sustituido por el cobro de impuestos en monedas por el gobierno Español.
El cobro de tributos para los incas en Perú, consistía en que el pueblo ofrecía lo que producía con sus propias manos al dios rey, mismo que a cambio les daba lo necesario para su subsistencia, apoyado claro por un ejército de funcionarios. Para hacer sus cuentas los Incas utilizaban unas cuerdas anudadas por colores (dependiendo del impuesto) llamadas “quipos”, las cuales se anudaban conforme a su cuantía. Eran tan complicados los procesos, que se tenía que solicitar la asistencia de asesores fiscales llamados “quipos-camayos”.
Como se puede observar, en la antigüedad, la forma de pagar y cobrar tributos no era del todo equitativa y más bien obedecía a situaciones de capricho, mandato divino o sojuzgamiento de un pueblo por otro. También podemos ver que los mismos seres humanos eran parte de los tributos y eran destinados a sacrificios ceremoniales u obligados a realizar trabajos físicos. Algunas declaraciones de impuestos eran humillantes, ya que al presentarlas, el contribuyente tenía que arrodillarse y pedir gracia”
I.2. Crédito fiscal en la edad media
En el periodo de la edad media el pago de los créditos fiscales o contribución lo realizaban bajo dos modalidades: la primera forma eran cumplir con la obligación con trabajos físicos, dedicaban un tiempo para desarrollar los trabajos impuestos por el recaudador, que por lo general se trataba de servicio militar de guerra o de vigilante en casa feudal, asesor de negocios, el cultivo de tierras del señor feudal, entre otras; y la segunda modalidad el cumplimiento eran mediante pago en dinero o en especie
Los obligados a pagar los créditos fiscales o impuestos tenían la oportunidad de realizar un pago de rescate en sustitución de los trabajos físicos, en realidad consistía en el pago en dinero de una sobre tasa de tributo.
Respecto al cumplimiento del pago en especie, este consistía en entregar parte de sus siembras, es decir entregaban granos de todo tipo, o aportaban animales como gallinas, patos y otros tipos de aves, corderos, ganado, bueyes, puercos, cabras, venados, armadillos. La otra clase que tenía el derecho de recibir contribución era el clero, ellos recibían el diezmo que consistía en pagar la décima parte de todos sus productos o cosechas.
También existía un impuesto catastral llamado en ese tiempo propiedad territorial, la contribución o crédito fiscal variaba según el tipo de tierra, las más fértiles contribuían con mayor gravamen. En cuanto los bienes del de cujus intestado eran adjudicados por el rey, en algunos casos los hermanos, primos y sobrinos podían rescatarlos pagando el derecho de relieve, igual suerte corrían los bienes de los extranjeros fallecidos, llamado también impuesto de la mano muerta.
En el mundo era variado el tipo de impuesto, estaba en Rusia el impuesto de la barba, el impuesto de la nobleza en España, el impuesto de peaje que se pagaba por el tránsito sobre caminos, el de pontazgo para pasar puentes, por tránsito de mercancías, el derecho de pernada que cobraba el señor feudal sobre la virginidad de la mujer que contraía nupcias, en fin existían una sería de formas de aportación como pago del impuesto.
La realidad de esta época es que al pueblo bajo que eran indefensos e “impotentes se le imponían gravámenes y gabelas al gusto y antojo del legislador; la realidad, en aquella distribución de fuerzas efectivas, era ésa; el pueblo venía siendo tratado desde antiguo de ese modo. Estas tradiciones de hecho brindaban los llamados precedentes, que todavía hoy en Inglaterra, siguiendo el ejemplo universal de la edad media, tienen una importancia tan señalada en las cuestiones constitucionales. En esta práctica efectiva y tradicional de cargas y gravámenes, se invocaban con frecuencia, como no podía ser menos, el hecho de que el pueblo viniera desde antiguo, sujeto a esas gabelas y sobre ese hecho se erigía la norma de que podía seguirlo siendo sin interrupción.”
A los que no cubrían sus créditos fiscales, los omitía o no tenían posibilidad de cumplir con su obligación impositiva se les imponía una sanción consistente en cuartearle la libertad del infractor y los recluían en la torre del castillo, un lugar indigno insalubre y denigrante, también se les imponía trabajos forzosos en las galeras.
Eran inhumanas las sanciones por infracciones cometidas por el incumplimiento de sus créditos fiscales.
I.3. Antecedentes de los impuestos o crédito fiscal en México
Las primeras comunidades o civilizaciones establecieron medidas para cubrir el gasto público, mismas que, en ocasiones eran injustas, practicando el abuso del poder despojando al pueblo de sus bienes, con argumentos incuestionables, sometían a los habitantes con el objeto de obtener recursos, violando el principio de equidad y de proporcionalidad.
“Los códices aztecas denominados "tequiámatl" (papeles o registros de tributos), fueron de las primeras expresiones de tributación en México antes de la colonia, en los cuales se registró que el rey de Azcapotzalco, demandaba como tributo a los Aztecas, una barcaza sembrada de flores y frutos, una garza empollando sus huevos y al momento de recibirla ésta debería estar picando un cascarón; a cambio ellos recibirían beneficios en su comunidad.
Debido a la importancia del tributo en dicho tiempo, se denominaron a los "Calpixquis" (cobradores de impuestos), que se identificaban entre sí llevando un abanico en una mano y una vara en la otra, formalizando registros detallados de los tributos de los pueblos y ciudades, así como el inventario y valuación de las riquezas recibidas.
Fundamentalmente, los Aztecas estaban sometidos con dos tipos de impuestos: en especie o mercancía y los tributos en servicios especiales que debían prestan los vecinos de los pueblos sometidos.
En 1519 llegó Hernán Cortés a México, quien se sorprende con la organización del pueblo Azteca en materia tributaria, que aun así discrepa y juzga la forma tan efectiva
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