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Democracia Clasica: Atenas


Enviado por   •  23 de Junio de 2015  •  1.865 Palabras (8 Páginas)  •  492 Visitas

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Democracia clásica:

Atenas

Atenas fue una de las primeras ciudades en establecer la democracia (aunque algunas investigaciones antropológicas sugieren que, probablemente, los comportamientos democráticos fueron habituales en algunas sociedades apátridas mucho antes de la época de esplendor de Atenas). Otras ciudades griegas también establecieron democracias, pero no todas siguieron el modelo ateniense y, desde luego, ninguna fue tan poderosa ni tan estable (o bien documentada) como la de Atenas. Sigue siendo un experimento único e intrigante en la democracia directa, donde la gente no elige a representantes para votar en su nombre, sino que desarrollaban la legislación y ejercían el poder ejecutivo de manera personal. No obstante, la participación no era ni mucho menos universal, pero entre los que participaban apenas influía el poder económico, y la cantidad de gente involucrada era enorme. Además, las opiniones de los votantes estaban notablemente influidas por las sátiras políticas realizadas por los poetas cómicos en los teatros.

El término democracia proviene del antiguo griego (δημοκρατία) y fue acuñado en Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos δῆμος («demos», que puede traducirse como «pueblo») y κράτος (krátos, que puede traducirse como «poder» o «gobierno»)

Ciudadanía en Atenas y el derecho al voto

Solamente los varones adultos que fuesen ciudadanos y atenienses, y que hubiesen terminado su entrenamiento militar como efebos tenían derecho a votar en Atenas. Esto excluía a una mayoría de la población, a saber: esclavos, niños, mujeres y metecos. También se rechazó a los ciudadanos cuyos derechos estuviesen en suspensión (típicamente por la atimia, consistente en no haber pagado una deuda a la ciudad); para algunos atenienses esto significaba la incapacitación permanente (e incluso hereditaria). No obstante, al contrario que en las sociedades oligárquicas, no había requisitos de posesión de riquezas o propiedades que limitaran el acceso a la ciudadanía (las clases económicas de la constitución de Solón permanecían en la legislación, pero eran papel mojado).

A pesar del ancestral y exclusivo concepto de ciudadanía que se mantuvo en las ciudades-estado griegas, una porción relativamente grande de la población participó en el gobierno de Atenas y de otras democracias similares. En Atenas algunos ciudadanos eran mucho más activos que otros, pero el gran número de personas que se requería sólo para que el sistema funcionase atestigua la enorme participación que se daba entre los que tenían derecho a ello, cantidades que exceden de lejos las de cualquier democracia de hoy en día.3

Es útil destacar que en el mundo de las ciudades-estado griegas, Atenas era enorme: la mayor parte de las mil ciudades griegas probablemente albergaban solamente a un promedio de 1000 a 1500 ciudadanos varones adultos. Corinto, una potencia de la época, tenía a lo sumo 15.000.

Los no ciudadanos de la población fueron divididos entre los extranjeros residentes (metecos) y los esclavos, estos últimos quizás algo más numerosos. Alrededor de 338 a. C. el orador Hipérides afirmó que había unos 150.000 esclavos en el Ática, aunque esta cifra no fuera probablemente más que una estimación: los esclavos excedían en número a los ciudadanos pero no en una proporción tan grande.

La cultura política ateniense era una cultura masculina adulta. Solamente los atenienses varones mayores de veinte años podían optar a la ciudadania. La democracia antigua era una democracia de patriarcas, las mujeres no tenían derechos políticos y sus derechos civiles estaban severamente limitados. Los logros de la democracia clásica estaban relacionados directamente con el trabajo y el servicio domestico no reconocido políticamente de mujeres y niños. Un gran número de los residentes en Atenas tampoco tenían derecho a participar en los procedimientos formales. En este grupo se incluían los inmigrantes. Los esclavos eran empelados en casi todas las formas de agricultura, industria y minería así como en las tareas domesticas. La democracia y la esclavitud atenencia parecen haber sido inseparables. La concepción clásica de la igualdad política es bastante alejada de las ideas sobre la igualdad de poder. Sin duda la política de la antigua Atenas descansaba sobre una base nada democrática.

Características políticas generales

“En Atenas se da un caso de democracia directa, ya que los ciudadanos participan en la política, (…) su vida política estaba toda resuelta al convivir en las polis, en la pequeña ciudad constituida en koinonia, en comunidad, La suya era una democracia sin estado, la democracia ateniense si era una entidad relativamente simple, pero no tan simple para resolverse sin remanente en la ekklesia, es decir, en una asamblea ciudadana, también existía un consejo (noble) de quinientos miembros y liego, toda una variedad de magistraturas, los cargos públicos eran atribuidos por regla por sorteo y con rotación rapidísima. Esto generaba una vida política sin políticos. Es como ya se ha notado, una representación horizontal de la política, en la que los gobernantes y gobernados se cambiaban, a turno, las partes” (Sartori, ¿Qué es la democracia?)

Sin estado significa:

• Sin verticalidad

• Sin extensión

Aristóteles clasificaba a la democracia entre las formas degenerativas de gobierno: para el la democracia era mal gobierno de los muchos, porque en ella los pobre gobernaban en su propio interés (en vez del interese general). La democracia nos impacta como una anticipación extraordinaria de modernidad, como una visión socioeconómica de democracia. La isonomía tuvo una vida breve, y la realidad que Aristóteles observaba era una ciudad en el que el demos hacia y deshacía las leyes a su gusto y por este camino una ciudad polarizada por el conflicto entre pobres y ricos. La democracia ateniense acaba, diremos nosotros, en la lucha de clases. El autogobierno, el verdaderos, que practicaban los griegos, requiere una devoción total del ciudadano al servicio publico: gobernarse a si mismo quiere decir pasar la vida gobernando.

¿Ventajas?

• Un proceso político entretejido de mediaciones permite escapar a las radicalizaciones elementales de los procedimientos directos

• Sin

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