Democracia

Democracia . ¿Quiénes gobiernan el país?

Si viajamos en el tiempo y retrocedimos hasta un 11 de marzo del año 1990 seremos testigos de un solemne apretón de manos entre personajes como lo son Augusto Pinochet y Patricio Aylwin Azócar, cuyo valor y significado radica en el traspaso de poder político desde las fuerzas armadas y de orden (finalizando el régimen militar) hacia el presidente previamente seleccionado apenas un año antes, Aylwin Azócar, marcando así, el restablecimiento de las instituciones democráticas

Somos conscientes de lo que significa ser un país democrático, ser un gobierno en el que el poder no está en manos de una única persona, sino que es la ciudadanía que de manera indirecta toma la decisión mediante la votación. La facultad que la Democracia nos entrega para hacer valer nuestro voto es de suma importancia, pero ¿Cómo es posible que ciudadanos quieran votar en elecciones, ya sean parlamentarias o presidencialistas sin tener argumentos sólidos por el hecho de carecer de la información necesaria para fundamentarse? ¿El votante tiene el conocimiento suficiente acerca de los pensamientos, ideas y propuestas de aquella persona a la cual destinará su voto? Permítanme decirles que no pienso que sea así. Y todo esto radica en la falta de interés de la población por la política, y al mismo tiempo la falta de entrega de educación cívica por parte de nuestros gobernantes.

La importancia de la educación cívica en los colegios no es menor, si bien los estudiantes no podrán ejercer su voto hasta cumplir la mayoría de edad, sabemos que después de años de instrucción en el tema, serán capaces de decidir de manera sabia y coherente sin dejarse llevar ni engañar por la fama, apariencia y/o dinero de algún candidato.

La separación de los poderes del Estado es algo que caracteriza la política en nuestro país, siendo el congreso, tribunales de justicia y el presidente quienes controlan al país según sus respectivas atribuciones. Me parece una buena forma de administrar un país, claro, sería la ideal si las autoridades ejercieran y gobernaran Chile de manera eficiente. No quiero sonar pesimista, en lo absoluto, pues concuerdo en una que otra superación que haya vivido el país a lo largo de los años , pero a la vez pienso que estamos muy lejos de alcanzar un desarrollo nacional considerable, y culpo de este hecho a las autoridades políticas, quienes con su potestad para realizar variadas actividades (porque no puedo referirme a ellos como capaces de todo, pues conozco los limites en sus atribuciones), no se entregan a su profesión como deberían, no luchan por mejorar la situación de la sociedad y se quedan de brazos cruzados, con miedo a expresar ideas, que por ir en contra del sistema terminen provocando el despido de éstos.

La política chilena se ha desviado mucho del camino que debería seguir. En la actualidad, el

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