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Democracia


Enviado por   •  5 de Agosto de 2014  •  4.049 Palabras (17 Páginas)  •  544 Visitas

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Elaborar un ensayo argumentativo sobre las reflexiones obtenidas de la lectura del artículo “La Democracia Cognitiva, una tarea pendiente” que permita la aplicación de las competencias argumentativas desarrolladas durante el semestre.

Dra. Elba del Carmen Riera. En esta contribución, pretende centrarnos en los caracteres complejos de la democracia que obligan a enseñarla y aprenderla para que se conforme como Democracia Cognitiva. La democracia es el sistema que instituye la complejidad política. Compartimos con el Pensamiento complejo que la Democracia es de una complejidad tal, que, escritores como Otto Neurath, han llegado a compararla con unos marineros que deben reconstruir la nave en el mismo mar, usando la madera de la misma estructura, porque están incapacitados para llevarla a tierra firme para reconstruirla. Con ello queremos decir que la democracia, es incompleta e inacabada, no es perfecta, pero es perfectible, sufre contaminaciones y por ello requiere de cambios y modificaciones frecuentes. Las sociedades no la reproducen genéticamente, sino que deben conquistarla trabajosamente, de allí se deriva su fragilidad. La democracia debe ser constantemente revisada, discutida y profundizada, ya que se alimenta de diversidad y de conflictividad de intereses e ideas. Podríamos decir que responde plenamente a la caracterización epistemológica que Edgar Morin hace de un sistema organizacional, entendiendo por tal, el que no se constituye de partes sino de acciones, asociaciones y combinaciones como producto emergente de las interrelaciones, por lo cual, su dinamismo hace que se transforme, regenere, produzca emergencias. Perotambién es propio de la complejidad, aceptar en el seno de su desarrollo, la convivencia, complementariedad, al mismo tiempo que el antagonismo de sus caracteres conjuntos. Prueba de ello es la conflictividad inherente a su modo de ser. La base de la democracia está en la comprensión de una diversidad de opiniones e ideas que interactúan en un mismo espacio que produce nuevas identidades complejas. Conflictividad. La democracia supone el conflicto, porque comprende a las mayorías y las minorías de una sociedad, con sus respectivos intereses e ideologías, pero también requiere voluntad para superar las dificultades, atendiendo a resolver las necesidades y reclamos de los ciudadanos porque la democracia es frágil y puede ser ahogada por los conflictos; por lo tanto, no se debe justificar un estado permanente de crispación que desencadene en reacciones que seamos incapaces de moderar. Se deben explorar las maneras de crear las condiciones bajo las cuales la violencia y la hostilidad inherentes a las relaciones sociales, puedan ser desactivadas y desviadas para hacer posible un marco de convivencia. Las desinteligencias deben dirimirse en el diálogo, el consenso, la discusión, la crítica y autocrítica; en ese momento la democracia se convierte en reguladora del conflicto y permite incluso, que el conflicto sea fructífero, es decir, que de él emerja algo nuevo. El consenso no siempre impide el conflicto, pero el conflicto “dialogado” fortalece a la democracia. La conflictividad que es inherente a la complejidad de la democracia, no debe interpretarse como negativa porque la diversidad de ideas y opiniones le dan

Comunidad de Pensamiento Complejohttp://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009

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Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin

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vitalidad y productividad. Favorece y estimula la autonomía de espíritu de los ciudadanos, su libertad de opinión y de expresión. Emilio Roger Ciurana sostiene que cuando se le demanda a la democracia una perfección ideal y no conflictividad ni antagonismo, se puede caer peligrosamente en estilos complacientes con la tiranía y el autoritarismo. “Una ciudadanía no educada acaba viviendo una ficción de democracia, al mismo tiempo que se produce una evolución muchas veces invisible de nuevos tipos de poder”1 Diálogo La complejidad de la democracia, así como supone el conflicto, exige el diálogo; pero hay que devolverle a la palabra su peso significativo en las relaciones sociales, que es la de restablecer las capacidades comunicativas y argumentativas de la sociedad y de los ciudadanos. Frente a la información unilineal que los individuos consumen como receptores pasivos, muchas veces inducida por los medios de comunicación, es necesario recuperar el diálogo, el coloquio, el discurso, el debate fundado, una actividad racional que se encuentra en la raíz de la cultura política occidental. Es lo que Aristóteles definía como el logos, esa peculiar facultad humana que permite diferenciar a la especie humana con respecto a otras especies animales. Un diálogo que, según Barber2 incluye funciones tan importantes como la articulación de intereses, intercambios y pactos, la persuasión, la indagación mutua, el mantenimiento de la autonomía de cada uno, el testimonio y laautoexpresión, la reformulación y reconceptualización y, en definitiva, la construcción de una comunidad entendida como un conjunto de intereses públicos, bienes comunes y ciudadanos activos. Nos interesa señalar, con Puig Rovira, algunas condiciones de la actitud dialógica que por lo general, se omiten: -reconocer a las demás personas como interlocutores válidos, con derecho a expresar sus intereses y defenderlos con argumentos. - no ir al diálogo con la creencia de tener toda la verdad. El diálogo debe ser bilateral, no unilateral. -ir al diálogo con la intención de encontrar una solución correcta, por lo tanto, “entenderse” con su interlocutor. “Entenderse” no significa lograr un acuerdo total, sino encontrar algo en común. El diálogo debe desembocar en un consenso ya que los elementos que componen la visión individual de cada uno, se deben integrar en una visión más amplia. -tener en claro que la decisión final no debe atender a intereses individuales o grupales sino a intereses universalizables, a aquello que “todos podrían querer." Educación para la democracia Para lograr esto es necesario educar para la democracia. La estabilidad social precisa de una virtud ciudadana difícil de desarrollar si no ha empezado a adquirirse a través del proceso educativo. El orden social no es natural, por eso son posibles las transformaciones de la sociedad y por eso es necesario educar en la democracia. Una paideia democrática no brota como una planta sino que debe ser un cometido central de las preocupaciones políticas. En el primer

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Ciurana, Emilio R.: ”La democratización del conocimiento

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