ECONOMIA EUROPEA EN EL SIGLO XVII

Eric Hobsbawn

Durante el siglo XVII hubo un retroceso significativo en la economía del mundo europeo debido a varios factores: el primero que mencionaré es el de la peste, que trajo consigo miles de muertes, lo que provocó un gran descenso en la mano de obra y a su vez una marcada hambruna que desestabilizó al continente gravemente. Esto, lógicamente desembocó en insurrecciones, revueltas y guerras que lesionaron aún más la ya desgastada estabilidad europea.

Es por eso que en un principio se tomó como medida el mercantilismo colbertiano que en realidad es una política de acciones militares que terminaron encontrando una nueva forma de gobierno el cual resultaba más eficiente y estable basado en el absolutismo francés; aunque no fue la única revolución social que se vivió, pues en las ciudades marítimas florecía la burguesía con éxito.

Al paso de tiempo esto logró restablecer momentáneamente la estabilidad pues comenzó a fluir el capital, los gastos corrientes se ponían al día.

Sin embargo esto fue sólo un espejismo pues con la introducción al sistema feudal de la producción industrial hubo grandes cambios sociales y económicos. Primeramente el factor inversión para instalar la nueva tecnología que ofrecía beneficios a largo plazo, ya que, si bien es cierto, la producción aumentaba rápidamente a bajos costos, esa primera inversión tecnológica tardaba en dar la vuelta; y la nobleza, siempre mal administrada despilfarró las ganancias inmediatas creyendo que la economía se restablecía. Caso contrario sucedió a los campesinos y artesanos, pues al conseguir productos a menores costos su bolsillo si encontraba beneficio inmediato, y ese excedente –por llamarle de alguna forma- lo reinvirtieron en la siembra de los campos, y ahora no solo se autoabastecían, sino que podían vender sus excedentes y obtener ingresos por ello; esto trajo como consecuencia la mejoría notable de su economía.

Conforme avanza el siglo se va especializando el comercio y la manufactura de productos varios en Europa, pero sucede una contradicción cuando extiende sus territorios hacia América; lo que en un principio se pensó sería un centro de mercado cautivo resulto ser un abastecedor propio de sus necesidades y aun exportador de gran número de productos; así que en lugar de crear un ingreso para Europa resultaba un desembolso al tener que pagar las mercancías recibidas.

Este periodo estuvo enmarcado por tres etapas:

1ª. la de los beneficios, en la que la conquista de territorio y la piratería acarrearon ganancias prontas y suculentas;

2ª. de la crisis, donde el desequilibrio económico y la inquietud social reinaron;

3ª. el restablecimiento del orden, aunque modesto se mantuvo estable.

Otro factor importantísimo en la fase de crisis fue la agricultura, la clase media invirtió en tierras que puso a producir y que incluso trató de explotar, pero las ya desgastas tierras no dieron el rendimiento esperado; estaban cansadas, pues la rotación de cultivos aún no era de dominio extenso entre los europeos y repercutió en un mal negocio para los nacientes burgueses, y como más adelante sucedió, los métodos de expansión y producción se perfeccionaron, la agricultura no se quedó atrás y aumentó el cultivo de especies nuevas y pocos comunes.

Todo el comercio de los productos se concentró en los centros marítimos y dio un gran auge a estas ciudades que crecieron económicamente a una velocidad vertiginosa. Pero no solo estas ciudades encontraron el progreso, también cambio el manejo de los latifundios pues los señores feudales decidieron manejar sus haciendas como fábricas de granos, lo que obviamente les resultó más productivo e incluso hoy día

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