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EL CONCEPTO DE CULTURA.

luisa17021994Trabajo18 de Febrero de 2015

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EL CONCEPTO DE CULTURA

NANDA, Serena. Antropología cultural. Adaptaciones socioculturales. México, Wadsworth Inc. / Iberoamérica, 1.982.

LA CULTURA SE APRENDE 1

LA CULTURA SE COMPARTE 1

Especialización cultural 2

Subculturas 2

Variación individual y cultura 3

CULTURA REAL E IDEAL 4

La relación entre normas ideales y de conducta 5

INTEGRACIÓN CULTURAL 6

CAMBIOS CULTURALES 7

Innovación 7

Difusión 8

ENFOQUES ANTROPOLÓGICOS Y EL CAMBIO CULTURAL 8

INTEGRACIÓN Y CAMBIO CULTURAL 9

LA CULTURA COMO UN SISTEMA ADAPTATIVO 9

RESUMEN 10

LECTURAS SUGERIDAS 11

LA CULTURA SE APRENDE

La cultura se aprende mediante una interac¬ción social con otras personas en la sociedad. Los humanos, más que ningún otro animal, dependen para sobrevivir de la transmisión social de conocimientos. Los procesos de aprendizaje por los cuales la tradición cultu¬ral humana es pasada de generación en gene¬ración se llaman socialización. La dificul¬tad de ver la importancia de aprender en la conducta humana es que, mucho de lo que se aprende no es enseñado intencionalmente, ni tampoco estamos conscientes de estar apren¬diéndolo. Diferentes maneras de pensar, ac¬tuar, sentir, responder, son habituales desde muy temprana edad. Es por eso que mucho de lo que los humanos aprenden parece “na¬tural".

La importancia de aprender para los hu¬manos está relacionada con la dependencia prolongada del recién nacido y del niño. Aun cuando nuestro cerebro nos da la capacidad para aprender, también significa que nos de¬sarrollamos lentamente y que necesitamos el apoyo de otros para sobrevivir. La organiza¬ción social humana y la vida en grupos nos proveen el contexto básico en el cual podemos aprender de otros al mismo tiempo que estamos siendo protegidos por ellos. Los humanos comparten este grupo de características (una alta capacidad de aprender, dependencia prolongada y vida en grupos) con otros pri-mates, pero ninguna otra especie tiene una capacidad tan grande de aprender. Ninguna otra especie animal depende tanto de una conducta aprendida para su adaptación al medio ambiente.

LA CULTURA SE COMPARTE

Una manera de pensar o interactuar para ser considerada parte de la cultura, debe ser compartida por un grupo de personas. Algu¬nos patrones culturales son compartidos por todos en una sociedad. Las sociedades en las cuales las creencias importantes, valores y cos-tumbres son compartidos por casi todos son homogéneas. Aunque los antropólogos están ahora descubriendo que hasta las sociedades pequeñas son menos homogéneas de lo que pensábamos antes, es en sociedades grandes, heterogéneas, donde es un problema descubrir el grado de participación. En las so¬ciedades heterogéneas, la ley escrita puede ser una gula útil para los rasgos culturales más compartidos.

Un patrón cultural que en los Estados Uni¬dos es compartido universalmente, es el con¬ducir el automóvil por el lado derecho de la calle. Esta costumbre no es un simple resultado de la ley, sino parte de nuestro sistema de respuestas. Otro rasgo cultural universal en los Estados Unidos es nuestro sistema de pesas y medidas. De nuevo, aunque este patrón es apoyado por la ley y la enseñanza formal, es una manera de darle forma al universo físico, elemento básico en la manera de cómo percibimos al mundo.

Especialización cultural

Algunos patrones culturales son compartidos sólo por personas que pertenecen a cierta posición o estatua social. En casi todas las so¬ciedades, por ejemplo, existe especialización cultural entre hombres y mujeres. Esta espe¬cialización se deriva no sólo de la división sexual del trabajo, en donde los hombres gene¬ralmente hacen diferentes cosas que las muje¬res, sino también de las prohibiciones cultura¬les sobre el tipo de actividades que las mujeres pueden desempeñar. Entre los arapesh de Nueva Guinea, por ejemplo, las mujeres no pueden pertenecer al culto Tamberan porque el Tam¬beran es el patrono sobrenatural de los hom¬bres adultos. A las mujeres no sólo no se les per¬mite ver el Tamberan, sino que tampoco les es permitido pensar en su aspecto físico o en el significado de las actividades que las acompa-ñan en su entrada al pueblo. Margaret Mead, quien estudió a los arapesh, hace notar que la pasividad intelectual que las mujeres aceptan sobre el Tamberan se convierte pronto en un hábito. Todo aquello que es “extraño, no programado y sin nombre” se convierte en algo no familiar para ellas. Esto no sólo las separa del pensamiento especulativo sobre varios temas, si¬no también “del arte, porque entre los arapesh el arte y lo sobrenatural forman parte integral uno con otro” (Mead, 1963). Por lo tanto, la actividad intelectual y creativa es una espe-cialización cultural masculina.

La edad es también un criterio universal de especialización cultural, aun cuando en la mayoría de las sociedades la especialización por edad no sea tan importante como lo es en los Estados Unidos. En nuestra sociedad, el grado en que las especialidades culturales, lenguaje, música y conducta, son asociadas con gente entre las edades de 12 a 20 años ha llevado al término “cultura de juventud” (Schwartz, 1972).

En la mayoría de las sociedades existen al¬gunas especialidades ocupacionales. Estas son casi siempre del tipo ritual. En algunos gru¬pos pueden ser aprendidas por cualquiera que desee desempeñar una actividad ritual y que parezca tener buena habilidad en ella. En otros, la especialización ritual puede quedar limitada a pocos hombres o mujeres, quienes primero tienen que tener un aprendizaje lar¬go o unirse a una asociación secreta para aprender las técnicas rituales y cómo manejar los materiales sagrados. En la India, la mayo¬ría de las ocupaciones son especialidades de ciertos grupos llamados castas, y sólo las per¬sonas nacidas dentro de una casta en particu¬lar pueden practicar su especialidad ocupa¬cional tradicional.

Subculturas

Una subcultura es un sistema de percep¬ciones, valores, creencias y costumbres que son significativamente diferentes a los de la cultura dominante. Las naciones modernas contienen muchas subculturas basadas en re¬gión, religión, ocupación, clase social; etnici¬dad o estilo de vida. Una subcultura en los Es¬tados Unidos son los amish del orden antiguo, quienes suman alrededor de 60 000 personas y viven de la agricultura en los estados de Pen¬silvania, Ohio e Indiana.

Las creencias religiosas de los amish re¬quieren una vida simple en una comunidad centrada en su religión y apanada de otras influencias. Su cultura enfatiza el aprendizaje mediante la acción; una vida de “bondad”; el bienestar de la comunidad en lugar de la com¬petencia individual, y la separación de la sociedad contemporánea. Los amish rechazan la televisión, el teléfono, el automóvil, la ra¬dio y otras ventajas modernas. Su vestimenta y manera de hablar son distintas y sus hábitos en los trabajos manuales son simbólicos de su separación cultural al mismo tiempo que con¬tribuyen a la integración de su comunidad. Como una extensión de sus creencias reli¬giosas, los amish prohiben la educación for¬mal más allá de la escuela primaria. El recha¬zo a mandar a sus hijos a escuelas de mayor nivel de educación ha ocasionado conflictos con la sociedad mayoritaria. En la década de los sesenta un administrador del distrito de edu¬cación de las escuelas primarias de Wisconsin presentó una demanda contra varios amish por no acatar la asistencia escolar obligatoria, que exige la asistencia a la escuela pública o primaria hasta la edad de 16 años. Este caso fue llevado al Tribunal Supremo de los Estados Unidos (Wisconsin, V. Yoder, 1972). John Hostetler, un antropólogo experto en la cultu¬ra amish, dio testimonio en defensa. Sostuvo que una educación más elevada no sólo iba en contra de las creencias religiosas de los amish sino que tendría efectos negativos en la in¬tegración de la sociedad y la cultura amish. El Tribunal Supremo, impresionado con el ar¬gumento de Hostetler, decidió que en este ca¬so la ley de asistencia escolar sí interfería con la práctica libre de la religión. Aun cuando los amish triunfaron esta vez, sólo mediante es¬fuerzos constantes para aislarse ellos mismos de la sociedad mayoritaria es como han podi¬do mantener su modo de vida peculiar.

El grado hasta el cual se permite el de¬sarrollo de la variación subcultural difiere en cada sociedad y depende hasta cierto punto de los valores y patrones de conducta de la subcultura. El triunfo de los amish en conser¬var su cultura se debe en parte al hecho de que muchos de sus valores: economía, trabajo arduo, honestidad y la importancia de la vida familiar y comunal, también son valores en la sociedad mayoritaria. Los amish son gente pacífica, que rara vez tienen algún conflicto con la ley. Cuando las costumbres v valores subculturales entran en contradicción con las de la sociedad mayoritaria, pueden ser suprimidas, como fue el caso de la poligamia (un hombre que tiene más de una esposa) entre la comunidad mormona en los Estados Unidos.

Variación individual y cultura

La antropología, por su enfoque en lo que es típico de los grupos humanos, a veces nos deja con la impresión de que hay poco o nada de selección o variación individual en las normas culturales. Aunque es cierto que la cultura afecta todos los aspectos de la vida de un individuo, cada cultura permite cierta variación en la conducta. Al estar en clase de antropología, puede uno estar sentado con las piernas cruzadas, los codos en la mesa, la cabeza en las manos o la silla inclinada hacia atrás, puede

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