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EL PORFIRIATO


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  9.384 Palabras (38 Páginas)  •  595 Visitas

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

PRIMER CAPÍTULO

EL PORFIRIATO

LAS FUERZAS DE APOYO DE PORFIRIO DÍAZ.

EL POSITIVISMO.

SEGUNDO CAPÍTULO.

BIOGRAFÍA DE JOSÉ IVES DE LIMANTOUR MARQUET

TERCER CAPÍTULO

EXPANSIÓN FERROVIARIA

FACTORES DE LA EXPANSIÓN FERROVIARIA.

EL COMERCIO.

COMERCIO INTERNO.

COMERCIO EXTERNO.

RELACIONES COMERCIALES CON EL EXTERIOR.

LAS EXPORTACIONES.

LA AGRICULTURA

LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

MERCADO NACIONAL.

ALIMENTOS Y BEBIDAS.

MATERIAS PRIMAS.

-

LA GANADERÍA.

LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS DE EXPORTACIÓN.

TRANSPORTES

ECONOMÍA Y GANADERÍA.

MINERÍA

FACTORES DE CRECIMIENTO

INTRODUCCIÓN.

A continuación presentaré el resultado de la investigación con la cuál podré egresar del bachillerato sobre José Ives de Limantour en el fin del porfiriato, tema al cual me acerqué ya que me llamo mucho la atención la situación económica que se vivía en ese entonces, parecida a la actual, con pocos empleos y poca oportunidad de superarse.

Para que el lector conozca sobre este mexicano nacido hace dos siglos, lo expondré de la siguiente manera, en primer lugar describiré brevemente que fue el porfiriato y cómo se desarrollo con la dirección de Limantour , del cual expondré su vida, para descubrir cómo se convirtió en el economista que dirigió todo lo relacionado con la exportación e importación de productos, acción importante para el crecimiento económico de nuestro país al inicio del porfiriato, pero que al finalizar la primera década del siglo XX sufrió una crisis que comenzó siendo económica y terminaría con la carrera política de Díaz y también de Limantour. Esta parte de mi investigación la estoy creando con las lecturas de textos que nos remontan a esa época, en especial estoy leyendo LA BIOGRAFÍA DEL PODER: PORFIRIO DÍAZ.1 entre otros que pasaron por mis manos durante la investigación.

Después pienso que es necesario explicar un punto importante para la vida política de Limantour y de la cual me gustaría ahondar: la expansión ferroviaria, ya que para mi fue un logro de su visión económica y además punto esencial del desarrollo de nuestro país a principios del siglo XX. Esto como resultado de las prácticas de aquel modelo positivista de finales del siglo XIX, que por cierto explicaré más adelante.

PRIMER CAPÍTULO

EL PORFIRIATO.

Lo que se leerá a continuaciones es el producto de las biografías que leí acerca del general Porfirio Díaz y todo su apoyo que tuvo mientras gobernó al país.

El porfiriato es un periodo de la historia de México que duro 35 años durante el cual gobernó el país el general Porfirio Díaz en forma intermitente desde 1876 hasta mayo de 1911

Su largo mandato se caracterizó por una estabilidad política, Díaz tuvo una gran habilidad para negociar, garantizar equilibrios políticos y autoritarismo.

El porfiriato se inició con el “Plan de Tuxtepec” al abrirse en el año de 1877 y tuvo diferentes momentos.

La primera etapa fue la estabilización política y escenario de transformaciones económicas y sociales. En 1888 Díaz fue declarado presidente por tercera vez, esta reelección fue el anuncio de su establecimiento definitivo en el poder que no abandonaría solo la presión de las armas en 1911 gracias a Francisco I. Madero y los hermanos Flores Magón.

La economía conoció un gran impulso en estos años, el desarrollo de una vida política democrática, quedo excluida del proyecto porfirista.

De este modo el régimen constituyo lo que podría llamarse una dictadura progresista; sus signos, como bien quedo expresado en un famoso lema de la época fue “Orden y Progreso”.

UN PROYECTO DE “ORDEN Y PROGRESO”

Díaz llego al gobierno con la bandera de antirreeleccionismo y con el proyecto de consolidar un orden político fundado en la constitución de 1857.

En principio su empeño era afianzar una estructura política capaz de hacer valer la autoridad federal a lo largo y ancho del país. En el camino renunció a su divisa de no reelección pero divisa pero sobre todo, termino sacrificando algunos principios básicos de la Carta Magna.

Díaz volvió a la Independencia de los poderes legislativo y judicial, invadió la soberanía de los estados y limitó las libertades políticas, en favor de un mando cada vez más personalista, autoritario y centralizador.

En los años 1909 y 1910 no se había logrado resolver los problemas derivados del alza de los precios de los alimentos, y tampoco se habían recuperado plenamente los niveles de producción de los años anteriores.

La situación de los bancos restringía los contratos de préstamo y se había encarecido este servicio, provocando la ruina de numerosos propietarios que veían a sus propiedades amenazadas de remate. La crisis en los precios y salarios agudizaban las tensiones y desequilibrios sociales, acumulados en la sociedad rural por el crecimiento de las haciendas y plantaciones a costa de las tierras comunales y por el cierre de las oportunidades laborales de los grupos medios urbanos.

Los reclamos y criticas se hicieron públicos a lo largo de varios años, el quiebre definitivo del régimen sobrevino en el momento de una sucesión presidencial irritable, como la que anunciaba la séptima reelección de Porfirio Díaz.

Presintiendo que el presidente Lerdo de Tejada intentaría reelegirse, Porfirio Díaz volvió a levantarse en armas. Formado en las Luchas por la Reforma y contra la intervención extranjera, Díaz gozaba de gran prestigio entre los militares y de renombre en los círculos políticos del país. Con el triunfo del plan de Tuxtepec el cual lo llevó a la presidencia de México para gobernar el periodo que comprende de 1876 a 1911.

En los 35 años del porfiriato se construyeron en México más de 19 mil kilómetros de vías férreas con la inversión extranjera; el país quedó comunicado por la red telegráfica; se realizaron inversiones de capital extranjero y se impulsó la industria nacional.

Como nos pudimos dar cuenta el gobierno de México estuvo apoyado gracias a la inversión que hizo Estados Unidos, y donde mas se manifestó fue en la red de ferrocarriles.

A partir de 1893 se sanearon las finanzas, se mejoró el crédito nacional y se alcanzó gran confianza en el exterior, y se organizó el sistema bancario, que se invalidó durante la década de 1940, en el gobierno de Lázaro Cárdenas.

En este periodo se continuó el esfuerzo iniciado con Manuel Gonzalez por superar la educación en todos sus niveles; hombres de la talla de Joaquín Baranda, Ezequiel Chávez, Enrique C. Rebsamen, Ignacio Manuel Altamirano y Justo Sierra Mendéz le dieron lustre a este proceso que incluyó desde los jardines de niños hasta la educación superior, pasando por la formación de maestros.

Después de que Díaz dejo el poder, algunos otros políticos decidieron poner escuelas y eso era bueno ya que lo que ellos querían lograr era que la educación se superara en todos los niveles.

Aunque Porfirio Díaz reiteraba que ya el país se encontraba listo para la democracia realmente nunca quiso dejar el poder y en 1910, a la edad de 80 años, presentó su candidatura para una nueva reelección, la cual fue rechazada por el público obrero. Ante estos hechos, Francisco I. Madero convocó a la rebelión, la cual surgió el 20 de noviembre de ese año, y terminó con la entrada triunfal a la ciudad, derrotando al dictador.

Chihuahua fue el escenario de las derrotas porfiristas ya que Pancho Villa conquistó ciudad Guerrero, Mal Paso, venció en la batalla de Casas Grandes, Chihuahua y la toma de Ciudad Juárez, aunque irrelevantes en el plano militar, fueron las batallas que facilitaron el camino de los revolucionarios hacia la victoria contra la dictadura. Habiendo obtenido esos fracasos en el terreno militar y otros en el plano de las negociaciones, Díaz prefirió renunciar a la presidencia y abandonó el país en mayo de 1911.

Como nos pudimos dar cuenta después de que el general Porfirio Díaz tuvo todo a su favor, su gobierno se vio derrumbado gracias a Pancho Villa que lo obligo a renunciar.

LAS FUERZAS DE APOYO DE PORFIRIO DÍAZ.

Durante su larga permanencia al frente del gobierno, Díaz contó con el apoyo de los grupos privilegiados de la sociedad:el ejercito, los grandes hacendados y capitalistas, el clero y un grupo de intelectuales llamados los “científicos”, que ejerció gran influencia en las decisiones de carácter económico del país.

Este grupo fundamentaba ideas en los postulados del positivismo,filosofía que proponía a la ciencia como un camino para conocer la realidad, controlarla y prever su desarrollo.

En términos generales, el porfiriato fue posible por el apoyo que le ofrecieron diversas fuerzas sociales:

-El ejercito, cuyos intereses políticos y económicos, poco a poco fueron satisfechos.

-La iglesia católica, que logro que las leyes de reforma no fueran aplicadas mediante la política de conciliación (igualdad).

-Los latifundistas, a quienes se les permitió conservar sus propiedades y aun extenderlas.

-Los grupos políticos, principalmente de las ciudades, que aspiraban a cargos en el congreso o en los municipios.

-Los grandes comerciantes, industriales y banqueros del país, que se proponían seguir realizando negocios y , con el paso del tiempo, de los inversionistas extranjeros, principalmente estadounidenses.

Todo este apoyo que el general Porfirio Díaz tuvo le dio un gran nivel económico al país sobre todo por el grupo de los llamados científicos en el que destacaría el economista Limantour.

LOS HOMBRES DEL REGIMEN.

Pocos de los que llegaron al plan de Tuxtepec acompañaron a Porfirio Díaz hasta el final del régimen. Unos se vieron apartados tras resistirse a la nueva autoridad nacional o por rivalizar con el propio Diaz; otros sencillamente murieron antes que el presidente.

En contraste la trayectoria de los políticos llegados tiempo después del triunfo de Tuxtepec dejo una huella mayor. De los personajes que Porfirio Díaz y Manuel Gonzalez habían recuperado de la oposición liberal, antiguos partidarios de Juarez, Lerdo e Iglesias, cuatro eran destacados de ministerio en 1900: Ignacio Mariscal, Manuel Gonzalez Cosio, Joaquín Baranda y Felipe Berriozabal. Este ultimo falleció justo ese año, pero ocupo su lugar otro militar que también se había sumado tarde a las fuerzas porfiristas: el general Bernardo Reyes.

Manuel Romero Rubio el ex-lerdista que dirigía la secretaria de Gobernación , murió en 1895, pero dejo encaminado a un grupo de jóvenes prometedores, los llamados “Científicos”. La capacidad política de los allegados les permitió mantener sus posiciones a pesar de las aceleradas transformaciones que sufrió el país en 1880.

La actuación de algunos fue tan significativa que en torno suyo se reunieron los grupos políticos .

En 1890 el gobierno nacional tenia mas fuerza que en años anteriores y con el crecimiento económico habían surgido nuevos grupos interesados en la política.

ROMERO RUBIO Y LOS “CIENTÍFICOS”.

Manuel Romero Rubio era un político muy ligado a los grupos mas ricos del centro del país. Sus cualidades y relaciones lo hicieron un hombre fuerte como partidario de Lerdo de Tejada y, también durante el gobierno porfirista.

Caso a su hija con el presidente Díaz y busco sucederlo en el poder.

Vio con claridad el potencial de una nueva generación de profesionistas que se asomaba a la vida política, se requerían funcionarios preparados para las nuevas tareas de la administración publica, Romero Rubio reunió en torno suyo a jóvenes destacados, abogados aunque también figuro un ingeniero y les abrió camino. Contaba con ellos para realizar sus aspiraciones presidenciales, solo que la muerte frustro sus planes. Desde luego ellos tenían sus propios designios, siguieron adelante y alcanzaron posiciones políticas de primera linea.

Con el tiempo estos jóvenes profesionistas fueron conocidos como los “Científicos”

Algunos de estos personajes participaron de las relaciones de Romero Rubio con los intereses empresariales: José Ives Limantour, por ejemplo, era miembro de una de las familias mas ricas de México; Joaquín Casasus y los hermanos Pablo y Miguel Macedo se colocaron como abogados de importantes firmas bancarias e industriales.

Este grupo pugno por un estado central fuerte, sus integrantes estaban convencidos de que solo un aparato político recio, y aun autoritario, seria capaz de encauzar el desarrollo económico de México y responder por la instrucción del pueblo.

Los “Científicos” se presentaron como grupo ante la opinión publica en la coyuntura de la tercera reelección de Díaz.

En lo individual, sus miembros se habían incorporado a la vida política desde 1880, Sierra, Buldes y Pablo Macedo, incluso un poco antes pero no fue sino hasta 1892 cuando se dieron a la tarea de impulsar a una organización de carácter permanente. Partidarios de una vida política regida por instituciones , formaron entonces la Unión Liberal pero su incapacidad para concertar acuerdos con otras fuerzas y la oposición del propio Díaz los llevo al fracaso. La Unión Liberal hizo una reaparición en 1903, pero nunca se consolido como partido.

Los impulsores del proyecto de la Unión Liberal guardaron una identidad y, desde luego se integraron completamente al régimen.

Todos fueron figuras políticas destacadas; algunos también serian grandes intelectuales: Limantour fue un hábil y poderoso ministro de hacienda por dieciocho años; Justo Sierra fue subsecretario de Justicia e Instrucción y a partir de 1905 ministro del recién creado ramo de Instrucción Publica. Miguel Macedo subsecretario de gobernación; Pineda Casasus, Bulnes y Pablo Macedo destacaron como diputados y consejeros de estado.

EL NACIMIENTO DE LOS “CIENTÍFICOS”.

El desengaño sufrido por los promovedores de la “Unión Liberal”trajo consecuencias imprevistas. La más importante de ellas fue que en lugar de formarse el gran partido liberal, fuerte y permanente, tan deseado por el grupo iniciador , nació como de la nada, una agrupación singular, sin forma de organización alguna, y sin más lazos de unión que los ideales de aquel centro político y el propósito de irlos realizando dentro de los limites que les fijara su firme adhesión al gobierno del general Díaz.

La expresada agrupación, compuesta solamente de un pequeño número de personas que no tenían jefe, ni reuniones, ni más programa que el muy vago que acababa de bosquejarse, es el que recibió de sus adversarios el mote de “científico”.

BERNARDO REYES:EL MILITAR “POPULISTA”

Bernardo Reyes pertenecía a la misma generación que los “científicos”, solo que se inicio en la vida política mucho antes que ellos.

Fue subteniente a los dieciséis años, lucho contra la intervención francesa en 1876, cuando Díaz se levanto con el plan de Tuxtepec, Reyes ya era coronel.

Tenia poco aprecio por la democracia y recurría con facilidad a la reprecion, pero creía que las fuerzas armadas debían ser mas que una mano dura para poner orden, podían convertirse espacio de participación cívica y política para grupos medios y populares.

El presidente Díaz llamo a Reyes a su gabinete en 1900. Desde la secretaria de guerra este intento modernizar a las fuerzas armadas y demostrar la valides de su propuesta. Abrió la escuela de aspirantes para renovar a los oficiales y, sobre todo, creo la segunda reserva del ejercito con cuerpos de civiles que recibían instrucción militar los fines de semana. La respuesta de la población fue impresionante: en 2 años la segunda reserva llego reunir mas de 20 mil ciudadanos en todo el país, casi el mismo numero de los elementos regulares del ejercito.

La magnitud de este movimiento asusto a los grupos políticos que rivalizaban con Reyes, principalmente a los “científicos” y al propio Díaz. La segunda reserva fue disuelta y Reyes enviado de vuelta a Nuevo León en 1902.

El general Bernardo Reyes era mas que una figura política importante y cabeza de uno de los estados económicamente mas vigorosos de México.2

UN TERCERO INCOMODO: BARANDA-DEHESA.

Las facciones políticas mas poderosas del segundo porfiriato fueron la “científica” y la reyista, pero no eran las únicas. Había intereses regionales que no se sentían representados por ninguna de las dos.

Era el caso, por ejemplo, de comerciantes, terratenientes y grupos medios del litoral del golfo de México, que se identificaban mejor con Joaquín Baranda, antiguo gobernador de Campeche.

Contaba con relaciones en Veracruz, estado tradicionalmente rival de los intereses de la ciudad de México, tenia ligas muy estrechas con Teodoro A. Dehesa, jefe de la principal aduana del país.

Cercano a los comerciantes del puerto y con el apoyo de Baranda, Dehesa había intentado ser secretario de hacienda en 1892, su principal contrincante era Limantour.

Dehesa pertenecía a la misma generación de Reyes y los científicos, pero no tenia carrera militar ni estudios profesionales. Se entendió mejor con Joaquín Baranda y su grupo, quienes representaban más bien a la vieja tradiciones liberales, civilistas y partidarios de un aparato político con poderes limitados. Frustradas sus aspiraciones ministeriales, gobernó Veracruz desde 1892 hasta 1911.

Era enemigo acérrimo de los científicos y respecto d Reyes guardaba una saludable distancia. Cuando en 1910 los dos grupos más fuertes se enfrentaron por la vicepresidencia, no se alineo con ninguno, intento terciar con su propia candidatura. En ausencia de mecanismos institucionales para disputarse el poder Día~ fungia como árbitro y establecía el necesario balance entre ellos.

Desde 1898 y pensando en la sucesión presidencial, Díaz había comenzado a buscar un arreglo entre las dos fuerzas: “científicos” y “reyistas”.

Su plan era que Limantour ocupara la presidencia de la república; apoyado de cerca por Bernardo Reyes. Aparentemente, tras un par de visitas de Limantour a Monterrey, se había logrado el acuerdo. Reyes fue llamado al frente de la secretaria de guerra para empezar la elección de 1904.

Pero el idilio duro poco. Por otro lado Joaquín Baranda se opuso a un acomodo que lo excluía. Tuvo que renunciar al ministerio y, con su salida, el gabinete de Díaz perdió representatividad. Por otro lado, tampoco los reyistas aceptaban un segundo lugar.

Finalmente los “científicos” también recelaban del nuevo poder del ministro de guerra, los cambios que estaba introduciendo en el ejercito terminarían por inclinar la balanza del poder en su favor.

Díaz echó para atrás su plan, alejo a Reyes y poco a poco fue permitiendo que los científicos acrecentaran sus posiciones. El equilibrio entre las fuerzas más importantes del país había quedado roto.

Para 1910 Ramón Corral estaba plenamente identificado con los “científicos”. Su reelección como vicepresidente de la república significaba que Díaz había optado por ese grupo para sucederlo. La reacción de los reyistas, de hesistas y demás grupos regionales resentidos con el centralismo “científico” se tradujo en una profunda crisis política.

EL POSITIVISMO.

Es común afirmar que las elites porfirianas renegaron de las ideas liberales y optaron abiertamente por las positivistas.

El porfiriato fue una etapa dominada por las ideas propias del positivismo, sin embargo, esto no es del todo cierto, no se limitaron a adoptar las propuestas de la filosofía positiva ni abandonaron completamente las premisas del liberalismo, por lo que su pensamiento señala una convivencia entre estas dos corrientes.

Se puede agrupar una serie de propuestas sobre el método científico como la única vía valida de conocimiento, tanto para el campo de los fenómenos físicos como para el plano social.

Estaban convencidos de que el conocimiento científico no solo traería el progreso material del hombre, sino que permitiría resolver sus problemas económicos y sociales.

Como resultado de esta iniciativa en el año de 1867 se fundo la escuela “Nacional Preparatoria”, que privilegió el estudio de las creencias y cuestiones practicas. En sus aulas se formaron los personajes que más tarde integraron la elite política y cultural de México, como Francisco Bulnes, Francisco G. Cosmes, Joaquin Casasus, José Ives Limantour, Pablo Macedo y Justo Sierra.

El positivismo mexicano atravesó por dos etapas. La más temprana presenta una marcada influencia de las ideas de Comte.

Así numerosos autores definieron el pasado mexicano con base a las etapas comtianas, tachando de metafísica su anhelo por que México entrara a la etapa positiva ó incluso pregonando que el país había alcanzado este nivel a partir de la consolidación del régimen porfirista.

La segunda etapa del positivismo mexicano se caracterizo por la influencia de otro personajes europeos, principalmente John Stuart Mill y Herbert Spencer.

Ambos consideraron que las leyes biológicas eran validas para las leyes sociales, por lo que equiparon a la sociedad con un ser vivo y hablaron de un organismo social.

A partir de la década de los 70 se difundió en México la tendencia a aplicar las idas d “Charles Darwin” a la interpretación de la sociedad, corriente que recibe el nombre de darwinismo ó evolucionismo. Darwin sostenía que las especies vivas no eran inmutables y que al paso del tiempo sufrían pequeñas transformaciones que se conservan cuando facilitan la supervivencia o la reproducción, y que las especies que logran estas transformaciones, o una mejor adaptación al medio ambiente son las que triunfan en la lucha por la supervivencia.

Varios mexicanos sostuvieron que también en la sociedad era posible localizar “individuos superiores”, más aptos, fuertes, inteligentes, educados, virtuosos ó incluso más ricos e “inferiores”, quienes en comparación con los primeros carecían de una o más de dichas cualidades.

El positivismo fue un sistema de pensamiento postulado por el filosofo Augusto Comte durante la segunda mitad del siglo XIX. según esta filosofía, el hombre y la sociedad han pasado por tres etapas distintas: teología en la que permaneció el pensamiento religioso; metafísica, representada por los filósofos idealistas, que decían que la razón como la base para conocer la realidad; y positiva,donde la ciencia se convirtió en el camino para conocer y transformar la realidad.

Con la restauración de la república, el positivismo fue introducido a México por el doctor Gabino Barreda, quien había sido discípulo de Comte. Por el encargo del presidente Juárez, Barreda reorganizo la educación bajo la influencia de los principios positivistas: amor, orden y progreso, adaptándolos a la realidad del país.

Porfirio aplico muy bien este sistema, por lo que en su gobierno apoyado por la iglesia, el ejercito y otros políticos gobernó con mucho orden y gracias a eso obtuvo grandes resultados económicos.

Según Barreda era necesario conducir a los estudiantes mexicanos por el camino del método científico para obtener un conocimiento positivo e impulsar el progreso.

Todo esto que pensaba Barreda era muy importante y si era obligación formar estudiantes que pudieran gobernar al país debido a la situación que se vivía en ese entonces.

Durante la época del porfiriato, muchos jóvenes habían sido formados conforme a esta filosofía y se consideraban con capacidad para dirigir y administrar el país aplicando los métodos de las ciencias como solución a todos los problemas de México, entre esos jóvenes se encontraba Limantour y esos intelectuales a los que Díaz pidió que colaboraran en su gobierno, serian conocido por eso como los “científicos”

SEGUNDO CAPÍTULO.

BIOGRAFÍA DE JOSÉ IVES DE LIMANTOUR MARQUET.

Lo que se leerá a continuación es el resultado de las biografías que leí del licenciado que impulso la economía en nuestro país. 3

Lic. José Ives Limantour Marquet nació en la ciudad de México, el 26 de Diciembre de 1854. Sus padres fueron Joseph Limantour, Capitán de Goleta, originario de Bretaña, Francia y Adela Marquet, nacida en Burdeos. Desde su infancia gozó de la gran riqueza familiar, proveniente de la venta de armas y de la especulación con tierras en la Baja California y con inmuebles en la ciudad de México en el período de la desamortización poner en el mercado los bienes de la Iglesia, la nobleza y el Estado que por tener estos dueños no se podían vender de los bienes de la Iglesia, decretada por los liberales. Así, contó con todas las facilidades para realizar buenos estudios en México y en el extranjero: después de una primera fase de educación privada y un viaje a Europa a los 14 años, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria en una de las primeras promociones de la institución; posteriormente pasó a la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en donde obtuvo el título de Licenciado en Derecho, y después se especializó mediante diversos cursos de economía y administración en Europa, de donde regresó cuando se iniciaba el porfiriato.

Como se puede apreciar la vida de este hombre en realidad fue muy sencilla, sus estudios fueron de lo mejor y el le supo sacar provecho sobre todo tomando las riendas de la economía mexicana en el porfiriato.

Desde ese entonces práctico y asesoro al gobierno en cuestiones monetarias, económicas y comerciales.

Fue miembro de la Junta de Desagüe y diputado al Congreso durante los años de 1880 a 1890. En 1892, después de haber participado en la Unión Liberal que encabezaba Justo Sierra Mendéz, fue designado Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda, que estaba a cargo de Matías Romero; poco después se encargó brevemente del Despacho. Finalmente, en mayo de 1893, fue designado Ministro de Hacienda y Crédito Público, cargo que conservaría ininterrumpidamente hasta la renuncia del Presidente Porfirio Díaz el 25 de Mayo de 1911.

En ese puesto llevó al cabo importantes reformas económicas para el país; entre otras cabe mencionar la supresión de las alcabalas; el equilibrio presupuesta; el impulso en las obras de infraestructura material, como ferrocarriles, puertos, alumbrado, urbanización, parques, etcétera; la reforma monetaria; la consolidación del Sistema Bancario y la conquista del buen crédito internacional, a través de diferentes operaciones de apertura o de conversión de la deuda pública interna o externa.

Limantour fue candidato para la presidencia de la República, porque en él Díaz encontró cualidades como capacidad, habilidad, preparación y cultura que lo hacen digno de desempeñar ese cargo y que exigía la compleja esfera de las finanzas en los países capitalistas más avanzados; y Limantour se movió siempre en ella extraordinariamente bien por lo que pronto alcanzó para México ese prestigio en el extranjero que tanto interesaba al gobierno de Díaz, lo que a su vez daba a Limantour una fuerza cada día mayor. Sólo a partir de 1910, cuando las elecciones presidenciales, empezó a deteriorarse francamente su amistad, por la presión que hicieron sobre el presidente los partidarios de Dehesa, gobernador de Veracruz, para que éste ocupara la vicepresidencia en lugar de Corral. Limantour, firme en su decisión de imponer la reelección de su amigo, tuvo serias fricciones personales con el dictador y en señal de represalia se fue a París con el pretexto de tramitar los últimos ajustes en la reducción del pago de la deuda externa y permaneció allí más tiempo que el acostumbrado.4

La obra de infraestructura material más importante fue el ferrocarril ya que le permitía a la gente transportar sus productos con mayor facilidad.

Su participación en la política fue también decisiva, como confidente del Presidente Porfirio Díaz y como líder de los llamados Científicos (se decía que el participar en la política era toda una ciencia). Su influencia fue tal que Joaquín Baranda un excelente Ministro de Justicia y Instrucción Pública, después de casi dos décadas de destacada actuación, tuvo que renunciar cuando se confrontó políticamente con Limantour. Durante las fiestas del centenario (1910) estuvo Limantour ausente del país y regresó en 1911 para hacerse cargo de las reformas políticas que intentaban detener el crecimiento de la rebelión de Francisco I. Madero (o maderista). Su participación en las negociaciones de paz con este movimiento antirreleccionista y la formación de un gobierno interino al mando de Francisco León de la Barra fue destacada.

Limantour renuncio en el año de 1911 y vivió en Francia en el exilio hasta su muerte a la edad de 80 años.

A continuación transcribiré una carta que se rescato del archivo de Justo Sierra, positivista del porfiriato, reconocido, por su trabajo en la educación de aquel tiempo,Justo Sierra es uno de los grandes poetas mexicanos de finales de siglo XIX-principios del XX. Esta carta es del 28 de octubre de 1907. Donde nos daremos cuenta cómo su labor de Secretario de Hacienda y Crédito Público,debía poner interés en todo tipo de asuntos, incluso en las escuela de arte.

Una carta de Justo Sierra a José Ives Limantour.

en: Epistolario con Porfirio Díaz y otros (1993).

Muy querido Pepe:

Contesto con ésta dos cartas: me alegro que le haya gustado la distribución del terreno de las "Bonitas". Pienso, si le parece, encargar la construcción de las escuelas elementales a Manuel J. Ituarte, que acaba de sustentar en Bellas Artes un examen de arquitectura que hará época; y la industrial, a Jesús T. Acevedo, que se fogueó en esto de las escuelas muy bien acondicionadas, pero muy sencillas. La Escuela de Artes y Oficios es una escuela profesional de obreros en donde para entrar no es preciso apenas la instrucción obligatoria y ni eso, porque allí hay cursos suplementarios para remediar la deficiencia; es cosa una escuela completamente distinta de la otra. Urgentísimo es que haga correr la orden de Necatitlán, porque si allí se suspenden los trabajos, no tendremos escuela de arte...5

Hasta muy pronto. Justo Sierra

TERCER CAPÍTULO.

EXPANSIÓN FERROVIARIA.

Al inicio del gobierno de Porfirio Díaz el país solo contaba con 460 km de vías férreas y fue el factor demasiado importante para el desarrollo comercial; entre los años de 1880 y 1910 cuando se tendieron 19,000 kilómetros de vías, cifra mayor que la de 1,074 kilómetros construidos durante los gobiernos de la república restaurada; pero fue entre 1880 y 1885 cuando se dio crecimiento acelerado de la red ferroviaria. En la construcción de las vías férreas nacionales se invirtió dinero extranjero.

Las vías más grandes eran para comunicar a la capital con las principales ciudades de la frontera norte. También se tendieron vías férreas que conectaban los centros agrícolas y mineros con los grandes mercados potenciales.

En este párrafo nos pudimos dar cuenta que antes el ferrocarril solo se usaba para transportar mercancías y no como medio de transporte civil.

FACTORES DE LA EXPANSIÓN FERROVIARIA.

Hubo grandes elementos que contribuyeron al crecimiento acelerado del sistema ferroviario en México y los mas destacados son los siguientes:

-Una mayor y mejor estabilidad política, sobre todo interna que pudiera ofrecer seguridad tanto a los inversionistas como a los usuarios.

-Una enorme necesidad de este transporte, ya que así les seria más fácil transportar sus mercancías a los comerciantes.

-La llegada a la frontera de los grandes ferrocarriles estadounidenses ya que era una de las potencias mundiales con la que México comercializaba.

Todos estos factores fueron realizados en el gobierno de Porfirio Díaz y eso demuestra que con el positivismo se pudo lograr un gran progreso económico y tecnológico.

Es importante considerar que las transformaciones sociales variaron entre una región y otra,como resultado de la progresiva especialización productiva que diferenciaba a las ciudades del mundo rural, y por la redistribución de la población que había pasado entre 1877 y 1910 de 9 a 15 millones de habitantes.

La transformación de la estructura económica trajo consigo cambios en la composición de la sociedad. En las ciudades se multiplico el número de obreros y crecieron los contingentes dedicados a los servicios, tanto en el caso de los empleados privados (comercio y trasporte) como los que pertenecieron a las diversas esferas de la administración municipal, estatal y federal.

En aquellos años procedió también el cambio del antiguo sistema de cajones de ropa de los modernos almacenes fundados por españoles y franceses, varios de ellos involucrados en el auge de la industria textil.

En los últimos años del siglo XIX fueron la fase de mayor prosperidad no obstante la incertidumbre cambiaría lo que padeció el país. Durante ese periodo comenzaron a dar frutos los cambios introducidos en la década anterior en el terreno de los transportes y de las comunicaciones favoreciendo el desenvolvimiento de la economía y ajustes a la ordenanza de aduanas y al impuesto del timbre, además de la contratación de varios prestamos internacionales y la promulgación de la primera ley de instituciones de crédito de 1892.

El merito de la obra limantouriana es un tema aún en discusión, ya que los contemporáneos la valoraron en forma distinta, para sus allegados, el logro de estos objetivos eran muestra de la destreza de Limantour y de los suyos, otros duraron de tales éxitos y afirmaron que el superávit fiscal fue posible por los créditos externos, y que así aumento notablemente la deuda pública.

Los prestamos obtenidos por la administración de Limantour en 1893, 1899 y 1910 fueron para pagar antiguos compromisos. Al lado de estos hubo contratos de créditos destinados al financiamiento de las obra publicas.

En 1899 se convino un préstamo para la ciudad de México por 2 millones de libras esterlinas y fueron los bonos del ferrocarril de Tehuantepec (2,700,000 pesos), un año más tarde se contratos 6 millones de pesos para el pago de las subvenciones ferroviarias y en 1904 se consiguieron 40 millones más que se destinaron al ferrocarril y a impulsar obras portuarias.

Más tarde se formo la compañía de ferrocarriles nacionales, por la cual el gobierno mexicano adquirió numerosas acciones de compañías norteamericanas, operación que expresaba el creciente peso del estado en la economía, al pasar de estado contratista responsable a estado empresario, con la creación de esta nueva compañía.

Al terminar el siglo XIX, el estado porfiriato comenzó a tener un papel activo en la vida económica del país, apoyado en el mejor control de los recursos y del gasto publico, y hasta la posibilidad de acceder a prestamos en mejores condiciones, los cuales fueron proporcionados por los principales bancos del país y por la banca extranjera y, esto le permitió introducir los títulos mexicanos en las bolsas europeas y neoyorquina.

Al empezar el siglo XX la mayor transformación en el terreno de la producción se había situación en la industria minero-metalúrgica, y en menor grado en la producción de bienes agrícolas que se destinaban a la exportación.

La inserción en el mercado internacional había traído recursos financieros y técnicos que durante las ultimas décadas del siglo XIX aseguraran el progreso porfiriato.

EL COMERCIO.

El crecimiento del sistema ferroviario influyó directamente en el crecimiento comercial, al principio sirvió a la producción y circulación de mercancías a medida que se extendían las líneas férreas, el gobierno favorecía más al los exportadores y a los grandes productores nacionales, otorgándoles tarifas preferenciales, mientras cobraba tarifas mas altas a los productores que usaban menos el servicio, perjudicando a los proveedores del país y a los pequeños y medianos productores. Esto para mi es muy injusto ya que en lugar de que ayudaran a los productores pequeños,sol los perjudicaban más y a los exportadores menos que eran los que ocupaban más este transporte.

COMERCIO INTERNO.

El mercado nacional estuvo mejor articulado que en periodos anteriores, y sé amplio considerablemente debido a la actividad que se cambió en algunos sectores productivos nacionales; a la supresión impuestos; al establecimiento de un sistema unificado de impuestos; a la construcción de los ferrocarriles y al surgimiento de una cantidad de trabajadores con poder compra, sumada a una población urbana que demandaba bienes de consumo. Los grandes mercados regionales y locales, y las áreas de autoconsumo como las haciendas, donde continuaron existiendo formas antiguas de comercio, entre las que destaco la tienda de raya.

El sector comercial interno fue relegado a un segundo plano, para favorecer de forma prioritaria el comercio exterior. Tal circunstancia refleja el panorama mundial de las relaciones comerciales a fines del siglo XIX; cuando los países europeos industrializados estaban siendo desplazados del lugar de predominio económico mundial del que gozaban desde fines del siglo XVIII, por el creciente poderío de los Estados Unidos. Refleja asimismo la transformación que experimenta el sistema capitalista en la época, con la aparición de empresas monopólicas y el traslado masivo de capitales fuera de los países altamente industrializados o centrales. En tales circunstancias internacionales, el crecimiento económico de México no podría haberse producido de otra forma, dadas las características de su proceso histórico y las peculiaridades de sus recursos naturales y humanos para construirse en país periférico dentro del sistema económico mundial.

COMERCIO EXTERIOR.

Las importaciones, durante el porfiriato tuvo un incremento considerable, sobre todo las de insumos básicos que requería el desarrollo industrial, así como las de bienes de consumo inmediato y de alimentos.

RELACIONES COMERCIALES CON EL EXTERIOR.

Los principales países con los que México sostuvo relaciones comerciales en la época porfirista, fueron Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y España.

El comercio exterior de México se fue integrando al mercado estadounidense cada vez más la integración se intensificó cuando la red de ferrocarriles quedo unida a los Estados Unidos.

Debido a esto fueron siendo desplazados los mercados europeos sobre todo Inglaterra y Francia se redujeron a la mitad; no así en el caso de Alemania, que habría de aumentar su comercio con México.

Estados unidos desempeño un papel demasiado importante ya que este país se importo la mayor cantidad de bienes de consumo. Muchos productos también eran traídos de Europa, así que se creo una fuerte competencia, de la cual salieron vencedores los estadounidenses, sobre todo en lo que se refiere a materias primas para la industria, maquinaria, armas, y diversos productos metálicos.

México tuvo un gran desarrollo económico ya que debido a todo lo que exportaba provoco una competencia que lo favoreció así los países seguirían comprando mercancía sobre todo Estados Unidos.

LAS EXPORTACIONES.

Es necesario destacar que el ritmo de crecimiento no se dio de la misma forma para todos los productos, pues debido a las demandas de los artículos requeridos por las nuevas circunstancias del mercado internacional, como el henequén, cobre, caucho, las exportaciones de esos artículos aumentaron mucho mas rápidamente que las de otros como el oro y la plata, tradicionales en épocas anteriores. Sin embargo, la plata continuo ocupando el primer lugar en relación con el total de las exportaciones.6

En el segundo lugar estaba el henequén, y después de este destacaba el cobre, las fibras, la garbanza, el chile, el plomo, las pieles, las maderas finas, el caucho, los animales de tiro y las maderas de construcción.

Una característica significativa del comportamiento del sector exportador en aquellos años fue que hubo una caída del precio mundial de los productos que eran exportados, y debido a esto un aumento en la cantidad de las exportaciones. Este rasgo fue común a todos los bienes primarios comerciados en el mundo en aquella época y, sin embargo, tal tendencia se manifestó de forma diferente según fueran los productos.

Políticas agrarias. 1881 el gobierno promulgo una serie de leyes por medio de las cuales ponía a disposición de compradores privados, y a precios muy bajos, las tierras consideradas como baldías.

Este proceso, por el cual fueron expropiadas tierras que en realidad no eran baldías esta indisolublemente ligado a la ley Lerdo7 que, expedida en 1856, tuvo como consecuencia la formación del latifundismo laico y el despojo de las tierras pertenecientes a comunidades indígenas, con problemas sociales.

La ley que amparo la exportación de tierra y que entre 1884 y 1907 afecto alrededor de 49 millones de hectáreas, fue la llamada ley de Deslinde y Colonización de Terrenos Baldíos promulgada en 1883, las zonas deslindadas sin que sus auténticos dueños pudieran hacer valer sus derechos, pues carecían de titulo de propiedad, y en los casos en que tal documento existiera, no correspondía a las normas vigentes, desconocidas por la mayoría de los indígenas. Como nos podemos dar cuenta daba lo mismo tener tus papeles de propiedad ya que parecían buscar cualquier pretexto para vender sus propiedades que en realidad no eran baldías.

La ley de 1883 sobre las tierras supuestamente baldías autorizaba a los colonos, ya fueran extranjeros o mexicanos, a denunciar las tierras inactivas y a construir compañías deslindadoras, con las que el gobierno establecía contratos. Los colonos o las compañías recibían como pago un tercio de las tierras deslindadas, y les concedía además el derecho de adquirir los otros dos tercios con tarifa preferenciales.

Las misma ley fijaba como extensión máxima para cada concesión de tierras “baldías” el limite de 2500 hectáreas, con lo cual se pretendía crear propiedades privadas modernas que pudieran ser adquiridas por pequeños y medianos agricultores; esta cláusula nunca se respeto y fue abolida años mas tarde.

Algunos casos en que se deslindaron terrenos verdaderamente baldíos, como en los estados del norte de la República, poco poblados y mal comunicados, en donde tales tierras pasaron a ser propiedad de compañías y de particulares, extranjeros, principalmente estadounidenses e ingleses. En el norte hubo despojo de tierras comunales indígenas como la de los yaquis y mayos(grupos indígenas) en Sonora, grupos étnicos que padecieron una terrible guerra de exterminio debido a su resistencia. En el sur y sureste, los estados en los que se dio en mayor grado el deslinde de tierras, con el consecuente daño para las comunidades indígenas, fueron: Chiapas con 3 millones de hectáreas, el 40% de la superficie total del estado; la costa de Oaxaca donde mas de 300 mil hectáreas pasaron a manos de particulares; la costa de Quintana Roo, con 40 mil hectáreas; en Tabasco fue deslindado cerca del 50% del territorio; en Veracruz poco mas de 100mil hectáreas, y en Tamaulipas 350mil. En cambio, en la zona del centro del país el deslinde solo alcanzo el 1.27% de su superficie.

El sistema de colonización y deslinde de tierras no tuvo los resultados esperados, ya que en vez de lograr la creación de la pequeña propiedad que se proponía el gobierno, el proceso origino la formación de enormes latifundios en manos de extranjeros y mexicanos, latifundios que tomaron muchas de las características del sistema de haciendas heredado de la época colonial.

La Producción Agropecuaria

Mercado Nacional.

La producción agrícola estuvo encaminada más a satisfacer la demanda de materia prima y bienes de consumo del mercado exterior, que a cubrir las necesidades del mercado interno. En la segunda mitad del porfiriato, la agricultura destinada al mercado nacional tuvo un crecimiento debido a la construcción de la red ferroviaria que mejoro las comunicaciones, y al aumento de la población tanto en los centros urbanos como en las zonas de producción para el mercado externo. Pero durante la primera fase del periodo porfirista, la producción agrícola no se desarrollo, e incluso decreció, debido a la sequía que entre 1891 y 1893 provoco la perdida de las cosechas. Como nos pudimos dar cuenta el mercado nacional se preocupaba más por el mercado externo que por las necesidades del país a pesar de la gran sequía que destruyo sus cosechas y a su vez perder dinero.

Alimentos y Bebidas.

En primer lugar figura el maíz, el trigo, el fríjol, el chicle, el arroz, la cebada, que junto con la avena y el centeno se uso como forraje en aquel tiempo. Un lugar relevante la producción de bebidas alcohólicas, que aunque existía a nivel domestico antes del periodo, se habían empezados a elaborar a escala comercial debido al alcoholismo, la producción de mezcal, tequila y pulque a nivel comercial se desarrollo dentro del sector agrícola entre 1877 y 1895.

Materias primas.

Las principales materias primas fueron: caña de azúcar, vid, algodón y otras fibras textiles; tabaco, cacao, oleaginosas, cortezas y raíces curtientes, y el añil para teñir telas.

La ganadería.

Prevalecía el pastoreo nómada de ganado menor en las comunidades indígenas. El ganado mayor se criaba en las grandes haciendas especializadas. La carne y la leche se obtenía de forma rudimentaria y sin preocupación por lograr un mejor rendimiento; en cambio, la cría de ganado de tiro y de carga, destinado a la propia agricultura, el transporte, el ejercito o como fuerza motriz, era objeto de un mayor cuidado y de un comercio de relativa consideración; se considera de cierta importancia la producción de lana, pieles y cueros, pues estaban destinados una actividad artesanal de gran tradición en todo el país.

El mercado exterior.

La etapa porfirista coincide con el momento de expansión mundial del intercambio comercial, de productos básicos de consumo como de materias primas, agropecuarias y forestales. Tal expansión obedecía al crecimiento demográfico y al desarrollo industrial en las potencias político-económicas.

Las medidas para alcanzar el desarrollo económico propuesto por el régimen de Díaz iban encaminadas a aprovechar el interés de las economías imperialistas por explotar los recursos humanos y naturales de México, y cubrir la creciente demanda de los productos que necesitaban.

Los productos agrícolas de exportación.

El producto agrícola de mayor significación fue el henequén, se había usado para fines domésticos y semiindustriales, pero en la nueva situación de la economía en el porfiriato, la gran resistencia y flexibilidad del henequén lo convirtieron en el producto ideal para satisfacer la gran demanda de fibras duras que requerían los países industrializados en la fabricación de hilos y cordeles para engavillar.

El henequén pudo explotarse de forma mas efectiva gracias a la invención de una maquina para desfibrar las pencas del agave. Tal auge estuvo sostenido por los hacendados yucatecos que monopolizaban la exportación del henequén por un consorcio estadounidense que monopolizaba la demanda y por el trabajo casi esclavista de gran parte de la población maya y de los indígenas de otras regiones que como los yaquis, fueron llevados por la fuerza a trabajar en la región henequera. Después del henequén fueron las resinas, principalmente el hule, el caucho y el chicle, donde se daban de forma silvestre, fundamentalmente en los bosques de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quinta Roo, y las costas de Colima y Oaxaca.

Las demás materias primas se dedicaron al mercado de exportación el algodón, el ixtle y otras fibras, plantas tintóreas y algunas medicinales.

Artículos de consumo para el exterior destaca el café. El mercado mas importante fue el estadounidense, aunque también se exportaba café a España, Francia, Alemania e Inglaterra.

Hacia 1880, el estado de Veracruz producía las dos terceras partes de la cosecha nacional por lo que leí,luego seguía Colima con un sexto, y el resto provenía de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Tabasco. Después s se cultivaba también en Jalisco, Tamaulipas y Durango. Otros productos de consumo dedicados al exterior fueron el garbanzo, la vainilla, el tabaco, la caña de azúcar, etc.

También se introdujeron los productos pecuarios al mercado de exportación. Se exportaba ganado bovino en pie, pero sobre todo los subproductos como cueros y pieles. La exportación de estos productos, como la de muchos otros, era controlada por extranjeros que se habían organizado en compañías o formaban familias rurales.

Las inversiones extranjeras. El sector agropecuario y forestal, su penetración estuvo relacionada con las facilidades y concesiones que otorgo el gobierno mexicano para adquirir tierras y explotarlas.

Estados Unidos, cuyo capital habría de aumentar aceleradamente durante el porfiriato, hasta llegar a convertirse en importante poseedor de latifundios, y cuya penetración se extendió a casi todos los estados de la República Mexicana; Francia, dedicada a la inversión bancaria para el crédito agrícola; Gran Bretaña, se inclino marcadamente por la inversión especulativa y, Alemania centrada en la producción de café en Chiapas.

Transportes.

Entre 1877 y 1895 se inicia el proceso de formación de la infraestructura moderna de transportes, que permitió el desarrollo del comercio-interno y exterior- en la segunda fase del porfiriato.

Tal proceso consistió en: - -La construcción de una red ferroviaria nacional. -La realización de mejoras en los puertos. -El establecimiento de un sistema financiero y bancario más efectivo. -La creación de nuevas leyes para estimular el comercio. -La -La ampliación de las comunicaciones telegráficas y telefónicas. -La supresión definitiva de las aduanas internas y las alcabalas.

Economía y Ganadería.

Las características esenciales de la producción agrícola quedaron establecidas en la primera fase del profiriarto. Las medidas de hacienda de José I. Limantour fueron las siguientes:

En 1809 otorgo una concesión a los bancos nacional de México, el de Londres, México, y central mexicano de comercio e industria. Estos bancos establecieron cajas de préstamos destinados al fomento de la agricultura. Aunque esta caja de prestamos no ayudo mucho porque muchos fondos fueron destinados a negocios ajenos a la agricultura.

Se incremento la producción de de algunos cultivos destinados a la exportación, como el henequén, el ixtle, la cana de azúcar, el café, y el tabaco.

También aumento la producción de maderas finas como: la caoba, el cedro, y el ébano. Llego a las 718mil toneladas. También hubo un incremento en las maderas finas como: encino, mezquite, ocote, oyamel, pino, y roble , aunque su incremento no fue notable.

En la ganadería se dio una explotación en tanto forma directa como en los productos derivados. El ganado bovino fue muy importante y se destinaba en mayor parte al mercado estadounidense. Las grandes fincas de ganado pasaron al noreste y a la mesa central del país.

En 1910 el sector agropecuario representaba un tercio del PIB es decir más que cualquier otro sector tomado de manera aislada, y la población dedicada a las actividades agropecuarias y forestales pasó d de 58% al 64%.

Minería La producción de minería registra un aumento notable durante el período de 1895-1910, destacando el crecimiento de los minerales industriales, la exportación tuvo un incremento del 507% de la producción minera. Los minerales preciosos tuvieron un aumento del 197%.

La industria minera se mejoro con lo siguiente:

Se mejoro la eficacia del trabajo minero gracias a la experiencia acumulada y al aumento de conocimientos técnicos.

Se mejoraron las técnicas de explotación de las materias primas. Se introdujeron las innovaciones tecnológicas que permitieron un mayor rendimiento de los recursos.

Todo esto se refleja en ele aumento de la producción. El capital que fue invertido fue de las inversiones extranjeras alentadas por las leyes mexicanas. Los países que más contribuyeron en la inversión fueron Estados Unidos, Francia, e Inglaterra.

Un factor importante en el crecimiento de la industria minera fue la tecnología, sobre todo con la introducción de la fuerza hidroeléctrica, esto logro que la minería reluciera los gastos y logro que la mecanización se diera mas rápida. Este sector creció pero desafortunadamente hubo de destinarse casi en su totalidad a la exportación. También acabo enajenado las propiedades mineras al extranjero. Los metales preciosos estuvieron ligados a las fluctuaciones del mercado extranjero.

Factores de crecimiento:

Esta rama de la producción tuvo gran importancia para el porfiriato además de que se mantuvo como productor de plata fue en este periodo donde se dio un gran aumento en de la producción de metales y sustancia minerales para uso industrial y de la producción de combustibles.

Este crecimiento se dio por principalmente a las inversiones extranjeras de capital, pero también influyeron las políticas económicas del gobierno porfirista que, por medio de una nueva legislación minera, impulso la explotación de los recursos minero-metalúrgicos.

Esta leyes concedían a toda la república extranjeros o mexicanos que quisiera dedicarse a la minería pudiera adquirir derechos de propiedad y ciertas libertades para la explotación de las mismas. Esto atrajo a mucho extranjero quienes empezaron a explotar los recursos mineros de México.

Otros factores que ayudaron a la crecimiento de la producción minera fue: el desarrollo de las comunicaciones, ferroviarias y marítimas y la introducción.

El Henequén

El henequén viene del agáve, de una especie de cactus, de aspecto parecido a una yuca verde. Otras variedades de agave se utilizan para hacer el tequila.

Los mayas usaban el henequén para hacer cordones, carpetas o alfombras, lo cual no ha cambiado mucho hoy en día.

Hubo una época en la que el cultivo de henequén, o fibra de sisal como algunos la llaman, tuvo gran auge, convirtiendo el terreno de la península yucatecos en uno de los más ricos y codiciados.

Fue a principios del siglo XIX cuando tuvo lugar el inicio de su mayor apogeo, se establecieron fábricas, las llamadas haciendas cambiaron el giro de su producción para establecer grandes plantíos y la mercancía comenzó a explotarse al mundo.

CONCLUSIONES:

Me parece que con esta breve investigación conocí dos temas: el primero a José I. De Limantour, del cual en realidad sabia muy poco, descubrí en él a un mexicano como yo, pero de otro siglo, y aún así con una visión del mundo muy actual, ya que observé que para él, el libre mercado era ya una forma de vida, como ahora, todo gira alrededor de la economía de los países más industrializados esto me lleva al otro tema que ahora puedo reconocer, que es el el porfiriato, ahora entiendo que no sólo fue una dictadura más, también veo en ese momento de la historia a un México tratando de llegar al primer mundo, tratando de atraer tecnología, ciencia, un país constructor de vías de comunicación, todo con el único fin de modificar la forma de producir, y trasladar con rapidez materias primas y artículos necesarios en otros lugares del mundo, sin embargo lo único que le faltó a esa época porfiriana fue tratar de elevar el nivel de vida de los que con sus manos producían esas materias primas y esos artículos.

Para concluir este tema es importante aclarar que la situación política y económica que se vivió durante el porfiriato tendrían que conocerla los actuales empresarios y políticos, para que no comentan el error de creer, que el progreso económico es primero que el social.

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