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ESPIONAJE ITZEL MARTÍNEZ


Enviado por   •  2 de Abril de 2020  •  Documentos de Investigación  •  2.343 Palabras (10 Páginas)  •  148 Visitas

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ESPIONAJE

Ensayo de Itzel Martínez Pérez

Historia Universal Contemporánea
























EL ESPIONAJE  |  ITZEL MARTÍNEZ PÉREZ

Se dice que el espionaje es casi tan antiguo como la guerra, tanto así, que podemos encontrarlo en escritos tan recurrentes como la Biblia. En números 13, los israelitas, conducidos por Moisés, tras dejar el desierto del Sinaí llegaron al desierto de Farán. Ahí Yavé le dijo a Moisés que enviara a un príncipe de cada una de las doce tribus para explorar la tierra de Canaán. Su misión era informarse acerca de cómo era la tierra, qué pueblo la habitaba, si era fuerte o débil; tenían que comprobar si sus ciudades estaban amuralladas o si eran abiertas, si el suelo era fértil o pobre, con árboles o sin ellos. Por último se les mandó que trajeran algunos frutos de dicha tierra. A los cuarenta días estaban de vuelta e hicieron una narración detallada de todo lo que habían visto. Si bien no era un pueblo enemigo, se le considera espionaje por su naturaleza; oculta, secreta, sin huellas, sin cabos ni información suelta. Lo poco que se sabe del espionaje es casi teórico, ya que las naciones, que son comúnmente las entidades que practican esta actividad, no suelen revelar sus técnicas ni objetivos. A grandes rasgos, el espionaje es una práctica que consiste en tratar de conseguir información confidencial, comúnmente de otras naciones. Como lo conocemos ahora, está dividido en dos técnicas principales: infiltración y penetración. La primera técnica es bastante curiosa, ya que consiste en introducir unidades propias en las filas del enemigo para obtener información inmediata de planes, actividades o conspiraciones, obteniendo la confianza máxima del objetivo. La segunda técnica tiene como elemento principal la persuasión, ya que se chantajea a las unidades enemigas, jugando con sus ideales económicos, religiosos, o cualquier otro, obligando a que brinde información confidencial sobre las actividades enemigas.

Aunque esta práctica se ha dado desde edades muy antiguas, yo hablaré del espionaje moderno, que empieza justo antes de la revolución francesa. El espionaje moderno comienza cuando Julio Mazarino, ministro principal del Estado de Francia, utilizó el espionaje a favor de los intereses del país. Uno de los primeros espías que Julio tuvo a su poder fue un Castrato italiano llamado Atto Melani, que después fue parte de la corte de Luís XIV. Que fuera un Castrato no era coincidencia, ya que Julio sabía que su prodigiosa voz le abría las puertas a distintas cortes Europeas; podía obtener valiosísima información, al mismo tiempo que privilegiada, que iba obteniendo de las distintas relaciones que formaba con reyes y cortesanos, cuando finalmente le brindaba informes a Julio. El sucesor de Luis XIV, su bisnieto Luis XV, dio aún más importancia al espionaje que su antecesor. Por ello creó en el año 1745 una red de espías conocida como el Secreto del Rey, que establecía canales secretos para la diplomacia francesa. Este sistema de espionaje actuaba al margen de la diplomacia institucional, de tal manera que los embajadores franceses no estaban al corriente de las actuaciones de aquellos agentes encubiertos. El Secreto del Rey se formó con el fin de asegurar en el trono de Polonia al candidato de Francia, Luis Francisco I de Borbón-Conti, frente al rival que fue apoyado por la emperatriz rusa Catalina II la Grande, Estanislao II Augusto Poniatowski. Los jefes de esta red de espías a las órdenes del rey Bien Amado, como se conocía a Luis XV, fueron Charles-François de Broglie y Jean-Pierre Tercier, con quienes mantenía el monarca francés una correspondencia secreta que sólo fue conocida tras su muerte en 1774. Estos jefes del espionaje francés eligieron treinta y dos agentes. Entre estos se encontraba uno de los personajes más curiosos de la época de Luis XV: Charles d’Éon de Beaumont, también conocido como Chevalier d’Éon o Mademoiselle Beaumont. Este espía francés realizaba sus operaciones secretas tanto vestido de hombre como de mujer, según fuera necesario para su cometido. Así, cuando fue enviado a la corte de Isabel Petrovna para conseguir un acercamiento diplomático entre Francia y Rusia, Beaumont se presentó a la corte disfrazado de cortesana. Aunque los reyes de Francia establecieron las bases de los servicios secretos de espionaje franceses, es en la Revolución francesa cuando aparece la unidad más importante del espionaje de Francia: Joseph Fouché. Este político francés, nacido en Nantes en 1759, fue nombrado en 1799 ministro de Policía por Paul François Jean Nicolas Barras, el presidente del Directorio de la República Francesa. En ese cargo no sólo estableció una desde el inicio, organización militar moderna y eficaz, sino que también instauró una red de espionaje capaz de infiltrar a sus agentes en cualquier círculo social. La influencia que llegó a tener Fouché era tal que consiguió comprar los servicios de Josefina de Beauharnais, la esposa de Napoleón I, con el fin de recabar informes del propio emperador francés, para el que trabajaba el jefe de los espías franceses cuando Napoleón derrocó al Directorio en noviembre de 1799. Fouché fue el espía por excelencia de este tiempo, algo así como el camaleón de los políticos, ya que cambiaba su conducta y su ideología según fueran las necesidades, corrientes y pensamientos de los altos mandos de las cortes. 

Al mismo tiempo que Fouché tenía como objetivo a Napoleón I, este mismo instauró su propia red de espías, la cual fue una parte fundamental de su poder y sus conquistas, por ejemplo, la conquista sobre el ejército austriaco, que fue en gran parte gracias a los informes secretos que el reconocido esoía alsaciano Karl Schulmeister le brindó a Napoleon. Como sabemos, el poderío en tierras de Napoleón I era inmenso como también en su ejército; podemos atribuir gran parte de este éxito a el espionaje.

El espionaje estuvo también presente al otro lado del globo, en la cultura occidental, mejor dicho, Estados Unidos. Fue ampliamente utilizado por George Washington para conseguir el triunfo contra las tropas británicas; el espionaje cristalizado como tal en EU fue en 1775, donde los delegados de las trece colonias se reunieron para formar un Comité Secreto para la inteligencia interior, un Comité de Correspondencia Secreta para la inteligencia externa y un Comité de Espías, que por cierto, uno de sus primeros primeros miembros fueron Benjamin Franklin, Benjamin Harrison, Thomas Johnson y James Lovell. Unas de las principales funciones de estos comités eran el empleo de agentes secretos en el extranjero, la realización de operaciones encubiertas, el cifrado y la ruptura de códigos encriptados, el control de la correspondencia privada, el análisis de publicaciones extranjeras, así como el establecimiento de un sistema de correo controlado. A pesar de la importancia que se le concedió al espionaje para el desarrollo de las batallas, este estaba aún muy poco desarrollado, muy lejos del alcance conseguido por las redes de inteligencia francesas o británicas. Como fuentes de información se utilizaron agentes de campo que podían atravesar los grandes territorios estadounidenses; los contrabandistas y los esclavos liberados del Sur también eran las fuentes de información primarias para los ejércitos de la Unión. Cuando el espionaje empezó a crecer de forma exponencial fue en las primeras etapas de la Primera Guerra Mundial. Por su parte, los Rusos tomaron las estrategias islámicas, con las cuales fueron capaces de obtener los planos de la línea de defensa Alemana del Este, donde al mismo tiempo el servicio de inteligencia Alemán usó el contraespionaje, haciendo que el ministro de guerra de Rusia Vladimir Sukhomlinov colaborará con ellos para falsificar los informes de las fuerzas de Alemanas; con esto, los Rusos fracasaron ante los Alemanes.

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