Edad Media
chepe123456789109 de Junio de 2013
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EDAD MEDIA
A) Caracteristicas generales. B) Primitiva edad media. C) Iglesia imperial del medievo. D) Baja edad media.
A) CARACTERÍSTICAS GENERALES
I. Concepto
El concepto de e. m. en su significación más general es el período medio de un proceso histórico concebido como una sucesión de tres o más etapas de progreso y decadencia o como un movimiento cíclico. La tradición histórica del cristianismo lleva ya implícita la idea de una época «media» por el esquema de las tres edades del apóstol Pablo (ante legem, sub lege, sub gratia), que repercute en posteriores intentos de dividir en períodos la historia sagrada (Joaquín de Fiore: era del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo). La moderna filosofía de la historia une luego la división en tres edades con la idea general, tomada de la antigüedad, del ciclo cultural; así G. Vico (Scienza Nuova 1725 ) interpreta la historia de los pueblos, estados y ciudades particulares como un transcurso cíclico de tres estadios bajo la dirección de leyes divinas; él considera el período medio como edad de los héroes y de las repúblicas aristocráticas. El estudio comparativo de la historia, orientado hacia la morfología de la cultura, ve en la «edad media» un grado determinado de evolución de la convivencia humana, con característicos puntos comunes que se encuentran en distintas culturas superiores, p. ej., Egipto, Grecia, China, Japón, América. Entre las notas peculiares de la cultura «medieval» se cuentan: la uniformidad de la sensibilidad, la transición de la primitiva organización tribal a la sociedad política, la incipiente formación de estamentos, los comienzos de las ciudades. Este concepto tipológico de la e.m. es aprovechable para la interpretación de ciertos nexos en la historia universal; pero hemos de notar cómo la e.m. occidental ostenta numerosos rasgos propios que le confieren su peculiaridad inconfundible.
II. La edad media occidental
1. Concepto e investigación
En la era del humanismo y del renacimiento se fue desarrollando lentamente la idea de que el período que siguió a la grandeza del imperio romano, del siglo v hasta los siglos xiii-xiv aproximadamente, constituye una época «intermedia» caracterizada por la decadencia de la vida espiritual (Flavio Biondo), un «tiempo mediocre» (G.A. Bussi). Sin embargo, desde mediados del siglo xvii, historiadores eclesiásticos y profanos proponen una triple división de la evolución occidental y así hablan de historia antigua, media y moderna (G. VoirTius 1644, CH. CELLARIUS 1688); esa división se ha impuesto en gran parte. En la época siguiente, el espíritu empírico y racionalista de la ilustración aspira a una «religión racional» y traza a la vez, por falta de inteligencia histórica, un falso cuadro de la (sombría, oscura) e.m.; pero, simultáneamente, las ediciones hagiográficas de los benedictinos franceses (maurinos) impulsaron las discusiones metódicas, la crítica serena de textos (sobre todo documentos) y la publicación de amplias series de fuentes nacionales. Con el advenimiento del romanticismo, el cual, en su ansia de recuperar la perdida unidad europea, ayudó a que se abriera paso una nueva valoración positiva de los siglos medios, se inicia también la moderna investigación científica de la e.m., que se ha ido especializando cada vez más hasta la mitad del siglo xx. Ensayos novísimos de sustituir el concepto de e.m. en virtud de otros esquemas de división, merecen atención, pero suscitan también contradicción. Tradicionalmente se la divide en primera e.m., alta y baja e.m.; sin embargo, las tradiciones de la ciencia históricas en algunos países (p. ej., en Inglaterra) muestran considerables divergencias de este principio.
2. Espacio y tiempo
El occidente medieval abarca por de pronto, espacialmente, los territorios que forman el núcleo de la Europa occidental y central; posteriormente se añaden Italia del sur y España, así como amplios países germánicos y eslavos del Norte, Este y Sudeste, y, en los siglos xi-xiii, también los Estados de los cruzados y los territorios occidentales del imperio bizantino (-> cruzadas). La delimitación temporal de la e.m. se realiza en formas muy diversas. Se toma, p. ej., como comienzo la crisis del imperio romano a fines del siglo iii, o la época de Constantino el Grande (306-337), o la invasión de los hunos (375), o la caída del imperio de occidente (476), o las conquistas árabes (desde 634); el fin de la e.m. está en relación causal con el espíritu del renacimiento (idea del microcosmos), con la época de los descubrimientos, que abre nuevas perspectivas, con la escisión confesional por la -> reforma protestante y con el racionalismo, que condujo a la -> revolución francesa de 1789. Sin embargo, todos los intentos de dividir los períodos a partir de una fecha determinada son problemáticos, pues toman ciertos fenómenos particulares como criterio de la evolución general. La e.m. nace más bien de la simbiosis histórica de las tres fuerzas culturales, antigüedad, cristianismo y germanismo, en un espacio de tiempo que va del siglo iv al vIII; y se desenvuelve en un proceso secular de encuentro y fusión a diversos niveles de las tres fuerzas mencionadas. Con intensidad variable opera también en ella la potencia cultural de Bizancio, del judaísmo y del islam, de forma que Europa viene a ser sujeto de la historia universal. La e.m. acaba al aparecer la conciencia de que se ha roto la unidad y armonía occidental.
3. Bases y líneas principales de evolución
La e.m. no se entiende como época propia. Divide el curso de la historia cristiana de la salvación desde el comienzo del mundo generalmente en seis edades (Agustín) o en cuatro imperios (jerónimo), y concibe el último período, que se inicia con la encarnación de Cristo o con la formación del imperio romano, como una unidad interna que durará hasta el fin del mundo. Sobre este modo de entenderse a sí misma se funda la manera medieval de concebir y considerar el mundo, para la cual todo progreso consiste en una exégesis creadora, en un movimiento pluridimensional hacia el fin de la existencia, que no está sometido a la evolución (J. Spórl). La estructura del mundo se presenta en una jerarquía de valores determinada por Dios, la cual delimita lo particular en su función y a la vez ordena a Dios todas las cosas. La idea medieval del orden es raíz teórica de una amplia uniformidad en la actitud vital y en la situación de los estamentos sociales. La obligatoriedad, que se da por supuesta, de la visión cristiana del mundo, se refleja en la división del sistema de formación según la tarea que conviene a las ciencias particulares para llevar al conocimiento de Dios; desde el siglo iv al xIII, el latín posee validez casi exclusiva como lengua universal de la Iglesia y del Estado. Sin embargo, no hemos de ignorar que el mundo medieval, junto a su tendencia a la unidad, oculta también desde el principio tendencias a la variedad, que hallan expresión en las distintas formas de realizar las fuerzas fundamentales.
Como para la e.m. política y derecho son en gran parte lo mismo, ella ofrece durante mucho tiempo un cuadro de perfecta unidad entre la Iglesia y el Estado, el cual, según la concepción germánica, es responsable del mantenimiento de la paz. A1 principio (era de -> Constantino) se da la idea de gobierno teocrático, que aspira a la realización del reino de Dios sobre la tierra. Tanto la Iglesia como los señores temporales aceptan este fin y lo persiguen en armónica coordinación. Así, lógicamente, los reyes germánicos de los reinos nacidos de las invasiones en suelo romano son tenidos por vicarios de Cristo. El reino de los francos del siglo vii marca el camino por su nueva organización a par política y misional, llevada a cabo por la monarquía merovingia en unión con el episcopado y monacato, de origen noble. Hacia 750 se dan los presupuestos para aquel paso decisivo por el que el papado se separa de Bizancio y se vuelve al reino franco. Tras la restauración de la dignidad imperial de occidente en el año 800, por obra del papa León iii y del rey franco Carlomagno, ambos poderes supremos, papado e imperio, operan como representantes y garantes de la comunidad cultural de occidente que se está formando. En lo sucesivo el imperio franco, sintiéndose heredero de Bizancio, ejerce una función protectora respecto del papado y aspira a una posición universal según el modelo romano o bizantino. Así nace una teocracia espiritual y temporal de doble cabeza, que abarca casi todo el occidente cristiano. Cierto que ella pronto vuelve a disolverse; pero el poder imperial se renueva por obra de los señores germano-sajones del siglo x, sobre la base de la tradición carolingia (evangelización de los paganos). La cristianización interna y los movimientos de reforma (-> reforma cluniacense) conducen a la crisis de las --> investiduras, en que, por la lucha entre el papa y el emperador, se rompe la unidad de Iglesia y Estado. De este modo, el señorío temporal se ve obligado cada vez más a fundar su posición por el derecho natural y romano, y llega a postular la autonomía de la autoridad civil. El papado organiza el orden jurídico de la Iglesia e intenta deducir del poder espiritual el origen y modo de obrar de la autoridad secular (derecho canónico); al mismo tiempo, por su progresiva organización de los oficios, se convierte en maestro del Estado en el terreno administrativo. Desde el siglo xiit los papas desgastan sus fuerzas afanándose por un monismo hierocrático en el terreno político, y así entran cada vez más en conflicto con el deseo de soberanía -signo de los tiempos futuros - por parte de los Estados de reyes y príncipes, sobre todo en la Europa
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