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El Arpa Y La Sombra

Laura_exo4 de Diciembre de 2013

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El Arpa y La Sombra: Alejo Carpentier (Urgente

I Mastaí (el futuro Papa Pío IX) viaja

a Chile en 1823 como Secretario

del Nuncio Papal Giovanni

Muzi, con el objetivo de establecer

relaciones diplomáticas entre la

Santa Sede y este nuevo país; a su

regreso tiene la idea de que es

necesario que exista un santo que

una a Europa con América:

Cristóbal Colón.

En 1851, el Papa Pío IX encarga al

Conde Roselly de Morgues,

Historiador francés, que escriba

una verdadera historia de Colón

para decidir si se canoniza o no.

Esta parte termina en que Su

Santidad firma los documentos con

los cuales autoriza la apertura de la

instrucción y el proceso para la

beatificación de Cristóbal Colon.

II En 1506 Cristóbal Colón, en su

lecho de muerte, espera al

confesor para contarle cómo

sucedieron realmente los

hechos del descubrimiento y

conquista del Nuevo Mundo. El,

en su monólogo, expone que

fue presa de todos los pecados

existentes (excepto el de la

pereza) y que para darse a

conocer inventó su vida, desde

su genealogía hasta su

formación académica.

Narra sus experiencias

mundanas; recuerda los

engaños cometidos a los reyes

y a los marineros que lo

acompañaban; piensa que en

su empresa hubo más interés

material que espiritual y, sobre

todo, analiza las intenciones

que tuvo de esclavizar a los

naturales de la tierra a la que

llegó.

Muere sin haber confesado sus

pecados.

III Cristóbal Colón (Invisible)

presencia los acontecimientos que

se llevan a cabo en 1892, en El

Vaticano y que persiguen su

canonización. A este acto

comparecen historiadores,

escritores y científicos de

diferentes épocas, para dar su

declaración.

Al final, la idea de la canonización

queda rechazada, pues los

testigos en contra son más que

los a favor y en la votación recibe

sólo un voto positivo.

Biografía

: Alejo Carpentier

Aunque durante mucho tiempo se creyó que había nacido en La Habana, Cuba, el hallazgo póstumo de su partida de nacimiento en Suiza prueba que su nacimiento aconteció en Lausanne.4 Su padre fue Georges Álvarez Carpentier, arquitecto francés; y su madre, Lina Valmont, profesora de idiomas de origen ruso, lo crió en francés, confiriéndole a su infancia un marcado «mestizaje cultural».5 6 La familia se mudó a La Habana, porque el padre tenía interés por la cultura hispánica y ansias de habitar en un país joven y escapar de la decadencia europea.7 Así, Carpentier creció en trato cercano con campesinos cubanos blancos y negros, «hombres mal nutridos, cargados de miseria, mujeres envejecidas prematuramente; niños mal alimentados, cubiertos de enfermedades».8 Una realidad que posteriormente plasmaría en sus obras.8

Su infancia coincidió con los primeros años de la República Independiente, un periodo en cual las escuelas se centraban en el pasado colonial español, debido a la carencia de materiales actualizados: «De acuerdo con los libros que estaban vigentes y se usaban en la España de finales del siglo XIX».9

A la edad de once años se trasladó con sus padres a una finca en Loma de Tierra, del reparto El Cotorro, cerca de La Habana.10 De once a diecisiete años, sus padres se ocuparon de su educación. Él le enseñaba literatura y ella, música, por la que sintió inclinación desde esa época. Pero en un momento dado por esa época su padre los abandonó y él tuvo que dejar los estudios y empezar a trabajar para ayudar a su madre.11

Al fin de su educación primaria en Cuba, fue a París para completar parte de sus estudios secundarios en el liceo Janson de Sailly donde, tomando cursos de teoría de la música, llegó a ser en sus propias palabras «un pianista aceptable».12 13 En 1917 ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana para continuar sus estudios en teoría musical. En 1920 consiguió entrar en la escuela de Arquitectura de esa misma ciudad, pero que posteriormente abandonaría.14

A principios de los años veinte empezó a implicarse en política, especialmente en la «abortada revolución de Veteranos y Patriotas» en 1923.15 Aunque los grupos a los que se afiliaba no fueran específicamente políticos, sino más bien unidos por el arte,15 sin embargo, sí que tenían objetivos políticos y lucharon contra la dictadura de Gerardo Machado, ascendido en 1925, y contra el capitalismo norteamericano.15

[editar]Vida en Cuba

En 1921 empezó su carrera de periodista, profesión a la que se dedicaría prácticamente el resto de su vida.16 En la sección «Obras famosas» del diario habanero La Discusión publicó sus primeros trabajos literarios, básicamente resúmenes de obras conocidas. Ese mismo año abandonó definitivamente la carrera universitaria y viajó de nuevo a Francia. Al regresar dos años después, redactó artículos de crítica musical y teatral en La Discusión y El Heraldo de Cuba.17 Al estabilizarse su situación económica en estos años, completó algunos trabajos periodísticos tales como ser jefe de redacción de la revista comercial Hispania, escribir una historia sobre los zapatos para la Unión de Fabricantes de Calzados; y colaborar en la sección de moda de la revista Social bajo el seudónimo «Jacqueline».

En 1923 formó parte de la Protesta de los Trece junto al Grupo Minorista, un conjunto a cuya formación participó y descrito por sus miembros como intelectual apolítico, pero que sin embargo participaba activamente en la oposición al presidente Alfredo Zayas. Esta asociación se integró posteriormente en la «Falange de Acción Cubana», que organizó el fracasado movimiento insurreccional de la «Asociación de Veteranos y Patriotas».18

Entre 1924 y 1928, Carpentier ocupó el puesto redactor en la revista Carteles.19 En 1926 asistió a un congreso de periodistas en México invitado por el gobierno de ese país y durante el cual conoció a Diego Rivera, con quien mantendría una larga amistad. Este periodo fue muy importante en la formación de su personalidad artística; llegó a conocer todos los barrios de La Habana y descubrir la arquitectura colonial y el ambiente de La Habana Vieja, elementos en que se ambientarán después muchos de sus ensayos y novelas.17 Sus obras y afirmaciones de entre los años 1920 y 1928 muestran que se implicó decididamente en el vanguardismo cubano, con cuyas figuras principales se trabó amistad.20 Carpentier también amplió su conocimientos musicales escuchando al compositor Amadeo Roldán.21

En 1927, se adhirió al Manifesto Minorista, firma por la cual sería encarcelado durante siete meses bajo acusaciones de profesar ideas comunistas. Durante ese tiempo en prisión redactó la primera versión de su novela Ecué-Yamba-Ó!. Ya en libertad condicional, en marzo de 1928 acudió a un congreso de periodistas en La Habana en donde conoció al poeta francés Robert Desnos quien le ayudó a huir del régimen machadista, entregándole su pasaporte y sus acreditaciones y ayudándole a embarcarse en un buque con dirección a Francia.3

[editar]Vida en Francia

Donde viviría los siguientes once años, es decir, hasta 1939.22 Su llegada se produjo durante el boom del movimiento del surrealista, cuyos miembros le dieron la bienvenida de brazos abiertos.23 El tiempo que pasó en ese país enriqueció su mundo y lo introdujo a nuevas técnicas literarias y funciones expresivas.24

Se estableció en París y colaboró en diversas revistas locales y cubanas con poemas con artículos sobre música.3 Se unió a los círculos musicales de la ciudad, colaborando con el compositor francés Darius Milhaud, el brasileño Heitor Villa-Lobos y el cubano Alejandro García Caturla.3 Este grupo produjo una variedad de poemas, libretos y textos, como Poèmes des Antilles, neuf chants sur des textes de Alejo Carpentier, y musique de M.F. Gaillard.3 Carpentier también escribió la serie de artículos Ensayos convergentes en 1928.3

Con el apoyo de Desnos, Carpentier empezó a formar parte del movimiento surrealista que iba a influir en sus obras considerablemente.25 Sus dos primeros cuentos cortos, «El estudiante» y «El milagro del ascensor» siguen el estilo surrealista.26 Aunque sus obras más famosas fueron escritas en español, Carpentier también era capaz de escribir en francés. Por ejemplo, escribió el cuento «Histoire de Lunes» en francés y, considerando su público, daba entrevistas en francés o en español.27 Carpentier colaboró en la Révolution surréaliste y conoció a los poetas Louis Aragon, Tristan Tzara, Paul Eluard, y a los pintores Giorgio de Chirico, Yves Tanguy y Pablo Picasso.25

En 1933 terminó su primera novela ¡Ecué-Yamba-Ó! y salió de Francia por poco tiempo para Madrid, y después de la caída del régimen de Machado, hizo un viaje a Cuba en 1936.25 Regresó a París y no volvió a España hasta después de estallar la Guerra Civil Española.25 Carpentier pasó mucho de su tiempo en Francia, entre los años 1932-1939, trabajando en la radiodifusión francesa con efectos de sonidos y sincronización musical.25 Llegó a ser director de los Estudios Foniric donde dirigió la producción de programas de radio con las técnicas más modernas.28 Dirigió las grabaciones de poemas de Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Langston Hughes, Louis Aragon, y otros.28

El tiempo transcurrido en ese

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