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El Barroco


Enviado por   •  14 de Febrero de 2012  •  3.104 Palabras (13 Páginas)  •  460 Visitas

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La iglesia, dedicada a contrarrestar el empuje de los reformadores, tuvo que renovarse, y la renovación en el arte dio lugar a un nuevo estilo denominado “Barroco” termino que significaba “raro”, “extraño”.

Huyendo de las formas cerradas del clasicismo de la época anterior, los arquitectos y los escultores buscaron nuevas dimensiones y construyeron obras suntuosas, llenas de invenciones escénicas y de movimiento. Los pintores, en busca de nuevos efectos con el color y el espacio, reinterpretaron los temas de contenido religioso, si bien se expresaron también a través de los paisajes, los retratos y la representación de la naturaleza.

En el siglo XVIII el Barroco llego a alcanzar su límite más fantástico con los excesos del rococó. En esta época junto al suntuoso arte de las grandes cortes europeas y de la Roma pontificia, nació un arte también burgués, más preocupado por la realidad de la vida cotidiana, que tuvo en Venecia y en Flandes sus principales centros de desarrollo.

El siglo XVII

Con el término “barroco” se suele definir un arte grandioso, extravagante y rico en invenciones y efectos teatrales.

En los frescos de las bóvedas barrocas, tanto la visión “de abajo arriba” como la abertura al cielo infinito se vuelven más espectaculares.

El arte del barroco

Los programas artísticos más innovadores se elaboran en la corte pontificia de Roma. La personalidad de Gian Lorenzo Bernini destaca en una ciudad que, en el siglo XVII, acoge a jóvenes artistas procedentes de toda Europa. A Bernini se debe la realización, con un lujo sin precedentes, del baldaquín para el altar mayor de la basílica de San Pedro y del trono de Pedro.

Este conjunto arquitectónico, escultórico y escenográfico, encarnaba de forma visual el programa didáctico de la iglesia romana. Dogmas, verdades teológicas y toda la doctrina que la iglesia de la Contrarreforma pretendía inculcar en las mentes están reflejados en símbolos y alegorías de reluciente bronce dorado y de mármoles valiosos.

La lectura de los símbolos

El altar de la basílica paleocristiana de San Pedro estaba flanqueando también por columnas salomónicas. El fuste de las de Bernini está decorado con ramas de laurel, que simbolizaban la victoria y la gloria de san Pedro mártir, el primero de los papas.

El término “baldaquín” es de origen asiático y deriva de “Baldac”, antigua denominación de la ciudad de Bagdad.

Los símbolos heráldicos de Urbano VIII Barberini, que había realizado el encargo, aparecen por doquier.

Gian Lorenzo Bernini

Alcanzo una enorme delicadeza en el modelado de la escultura en mármol, como se aprecia en la obra, realizada por encargo del príncipe y cardenal Scipione Borghese.

Muchos altos prelados y pontífices se interesaron por el mundo antiguo y por los temas mitológicos. Esta obra se encuentra en Roma, en el museo de Villa Borghese, antigua residencia del cardenal.

La iconografía

El dios Apolo persigue a la ninfa Dafne. Para que pueda escapar de el, los dioses la transforman en un laurel.

La estructura expresiva

Al igual que otras obras de Bernini, esta presenta una estructura “abierta”, basada en líneas compositivas que, desde la base, van hacia arriba.

El detalle

Utilizando el cincel y los instrumentos de trabajo de manera distinta, el escultor diferencia las superficies de la epidermis, el árbol y la cabellera en movimiento.

La plaza de San Pedro

En 1629 Gian Lorenzo Bernini es nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro y supervisor de todas las obras de la corte pontificia. Entre 1656 y 1660 elabora el proyecto de estructuración de la gran plaza que se encuentra delante de la basílica vaticana.

Un abrazo simbólico

Meta de peregrinaciones desde la Edad Media, fue concebido por Bernini como un brazo ideal y simbólico a las multitudes de creyentes; realizado mediante la construcción de una columnata con forma de elipse, que en tiempo estuvo cerrada por todos sus lados.

Una original cúpula barroca

Algunas de las obras maestras de la arquitectura del siglo XVII llevan la firma del arquitecto de fama internacional Guariano Guariní. Su obra más hermosa, la capilla del Santo Sudario, en la catedral de Turín, fue gravemente dañada por un incendio en 1997. La cúpula crónica es una obra maestra de ingeniería y presenta una original estructura de arcos entrelazados que se asemejan a un cesto de mármol oscuro.

Otra obra importante de Guariní es el Palacio Carignano de Turín, edificio cuya parte central ondulada oculta una imponente escalinata doble.

La innovadora obra de Caravaggio

El artista más innovador de la pintura del siglo XVII fue Michelangelo.

Su obra, realizada en poco más de una década, es una de las más altas manifestaciones del arte. La originalidad de su estilo fascino y perturbo, influyendo a las nuevas generaciones de pintores, incluso más allá de las fronteras italianas.

Una pintura considerada “indecorosa”

Uno de los más destacados elementos de la pintura de Caravaggio es la vitalidad de las figuras. Los personajes de las obras de motivo sacro están tomados del natural, sin adornos, son personajes comunes llenos de humanidad.

El realismo de las figuras sagradas fue considerado inadecuado por las autoridades eclesiásticas que realizaban los encargos.

Luz y sombra: un contraste violento

El lenguaje expresivo de la pintura de Caravaggio se basa fundamentalmente en el contraste entre luz y sombra.

La exaltación de los humildes

En la pintura La Virgen de Loreto, de 1604, aparece una insólita imagen de María apoyándose en la “santa casa”, representada por el umbral de una vivienda

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