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El Gobierno De La Revolucion De 1891


Enviado por   •  10 de Mayo de 2015  •  1.705 Palabras (7 Páginas)  •  238 Visitas

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El gobierno de la Revolución de 1891

Gobierno de José Manuel Balmaceda (1886-1891)

Nació en Santiago, el 19 de julio de 1840. A los nueve años ingresó como interno en el Seminario de Santiago y sintió una manifiesta vocación sacerdotal, que no tardó en disiparse. Comenzó su carrera política en 1864. Ese año fue secretario particular de Manuel Montt en la legación del Congreso Americano que se celebró en Lima. De regreso en Chile en 1865, se destacó como un gran orador y gozaba de un bien ganado prestigio. Su marcado espíritu liberal lo había convertido en el paladín del reformismo de la época, destacándose, además, como periodista y, posteriormente, parlamentario. Fue miembro del Club de la Reforma fundado en 1868. Fue plenipotenciario de Chile ante el gobierno argentino (1878), ministro del presidente Santa María y sucesor de este en 1886. Se suicidó el 18 de septiembre de 1891, el mismo día en que terminaba su mandato.

El 15 de junio de 1886, José Manuel Balmaceda fue elegido presidente de la República, apoyado por los partidos Nacional, Liberal y una parte del Radical. Al asumir el mando (18 de septiembre), se encontró en medio de un gran desajuste político, expresado en intensas luchas parlamentarias. Por ello, se propuso lograr la unión de todas las fracciones del partido Liberal y conseguir la unidad nacional.

Su primer gabinete estuvo integrado por Eusebio Lillo en el Ministerio del Interior; Joaquín Godoy, en Relaciones Exteriores; Pedro Montt, en Justicia; Agustín Edwards Ross, en Hacienda, y Evaristo Sánchez, en Guerra y Marina. La situación económica en su gobierno fue muy próspera, ya que el mandatario anterior (Domingo Santa María) había pagado las cuentas de la guerra del Pacífico y el salitre continuaba su aumento en la exportación: de 4.510.000 quintales métricos en 1886, se elevó a 10.751.000 en 1890.

Además, este desahogo financiero permitió suprimir algunos impuestos, invertir en obras públicas y estabilizar la deuda pública. Además, el crédito chileno adquirió en Europa un prestigio importante que ayudó a tener un excedente en las arcas fiscales.

También aumentó la explotación de otros minerales, como la plata, gracias al descubrimiento en el norte del yacimiento Caracoles (entre Calama y Antofagasta). Asimismo, la construcción del ferrocarril trasandino de Los Andes a Mendoza (1887) facilitó la entrada de productos argentinos, especialmente, ganado vacuno.

Con la pacificación de la Araucanía, las tierras del sur del país se pudieron ocupar para la agricultura.

En 1890 se aprobó la Ley de la Comuna Autónoma, que independizó la administración comunal del Poder Ejecutivo. También se creó el Tribunal de Cuentas en 1888, antecesor de la actual Contraloría General de la República.

La Isla de Pascua

Durante el gobierno de Balmaceda, un hito importante en la expansión de Chile fue la incorporación de la Isla de Pascua.

Esto sucedió debido a la denuncia que realizó el marino Policarpo Toro sobre el traslado de la población de la isla a las guaneras peruanas, en donde se les obligaba a trabajar en calidad de esclavos. Ante esta información, Balmaceda comisionó al propio Toro para que negociara la compra de Rapa Nui (nombre nativo de Pascua).

Con amplias atribuciones, Toro viajó a Tahití, donde negoció la compra de Rapa Nui con el inglés Juan Brander, que se decía poseedor de la mitad de Isla de Pascua, pagando seis mil libras esterlinas. Un pago adicional de cinco mil francos se hizo a la misión católica que tenía bienes en ella.

La escritura de compraventa fue visada por el cónsul chileno en Papeete, capital de Tahití, ante las autoridades francesas. La toma de posesión oficial fue el 9 de septiembre de 1888.

Situación económica

Balmaceda recibió la situación económica más floreciente que haya podido concebirse en Chile, pues Santa María había pagado las cuentas de la guerra y el salitre continuaba su desarrollo: de 4.510.000 quintales métricos en 1886, la exportación se elevó a 10.751.000 en 1890.

Este desahogo financiero permitió a Balmaceda suprimir algunos impuestos, invertir en obras públicas los sobrantes de las entradas y consolidar la deuda pública. Además, tendió a preparar la conversión del billete; pero la revolución, junto con aplazar estos planes, obligó al gobierno a emitir más de 20 millones de pesos en billetes fiscales. Estas emisiones, unidas a la desconfianza, hicieron bajar el cambio.

Industria salitrera

A fin de conocer el funcionamiento de las oficinas o yacimientos y los problemas que presentaba esta industria, Balmaceda y el ministro Sanfuentes viajaron en 1889 a la zona salitrera, en el norte del país.

En uno de los discursos que pronunció, señaló –manifestándose contrario al monopolio extranjero– que en su opinión sería preferible “que aquella propiedad fuese también de chilenos”. En estricto rigor, no planteó la idea de nacionalizar las salitreras, es decir, de establecer la propiedad estatal de ellas. Defensor del liberalismo económico, Balmaceda solo propiciaba una apertura del monopolio extranjero hacia los capitales chilenos.

La crisis de 1890

La desconfianza de los partidos llegó a su punto culminante en 1890, cuando –ante los permanentes cambios de gabinete– Balmaceda manifestó la necesidad de reformar la Constitución para eliminar todo vestigio de parlamentarismo.

El nuevo gabinete, encabezado por Salvador Sanfuentes, fue rechazado por el Congreso. El presidente no procedió a nombrar otros ministros, argumentando que, según lo establecido en la Carta Fundamental,

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