El Milagro Mexicano ensayo

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“El milagro mexicano”

El milagro mexicano debe entenderse como un periodo de crecimiento económico, político y social acelerado en el México de los años 40´s hasta aproximadamente mediados de los 70’s, en el cual la economía mexicana aprovechó diversos acontecimientos sucedidos en el extranjero para el beneficio del país, añadiendo el buen manejo político que se dio a lo largo de esos años.

A inicios de los años 40’s el mundo era sacudido por la invasión de la Alemania nazi a Polonia, una lenta recuperación de una crisis financiera y la presión ejercida sobre los Estados Unidos de mejorar sus relaciones con los países Latinoamericanos, incluyendo a México. Gracias a tales presiones, el gobierno de los Estados Unidos llego a diversos acuerdos con el gobierno mexicano en materia de comercio, deuda externa, braseros, aguas y de mayor importancia, la cuestión petrolera que fue de gran importancia debido a la reciente expropiación petrolera (1938).

Debido a la participación norteamericana en la 2ª guerra mundial, el sector privado en México tomo cierto fervor e incremento su producción de diversos bienes escasos y necesarios para los Estados Unidos, quienes, debido a su participación militar, se vieron obligados a realizar una reducción en su producción de bienes primarios para incrementar sus tropas y su armamento utilizado en los campos de batalla europeos.

Pero el “milagro mexicano” tiene diversas caras, se entiende que tal suceso despunto la economía mexicana de una forma única que de igual forma tuvo repercusiones sociales por su especial interés en proteger los intereses privados sobre la población mexicana, dando protección a tales inversiones, generando un desequilibrio social.

Para comenzar a entender el “milagro mexicano” se tiene que entender por qué se dio y que condiciones impulsaron a México para su desarrollo tan acelerado. Como se mencionó anteriormente, la situación mundial estaba hundida en una guerra mundial, la cual orillo a grandes potencias a aumentar su demanda de bienes primarios y manufacturados, permitiendo que México aumentara sus exportaciones de una forma exponencial. Tal situación incremento la capacidad de importaciones del país; esto a su vez propicio a que México incentivara la industria enfocada en la demanda interna. Esta situación que a primera instancia se podría entender como un gran avance económico tuvo una repercusión: un desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos.

En el año de 1941 las reservas del Banco de México de encontraban por encima de los 50 millones de dólares y a finales de 1945 se encontraban en un estado muy mejorado, ascendiendo la reserva a la cantidad de 344 millones de dólares, tal crecimiento se debió al aumento de ingresos por turismo y de transferencias unilaterales (remesas enviadas por trabajadores agrícolas mexicanos en los Estados Unidos), añadiendo el constante crecimiento de las importaciones y exportaciones. Pero al finalizar la guerra tal situación cambio, las exportaciones dejaron de aumentar a la par de las importaciones, la reducción de las transferencias unilaterales y una reducción importante en las exportaciones llevaron a que las reservas mexicanas se redujeran hasta los 121 millones de dólares, añadiendo los constantes problemas de inflación que llego a un promedio anual de 6.7% que se solucionarían hasta entrados los años estabilizándose en un 2.5%.

El milagro mexicano está caracterizado no solo por el crecimiento económico, sino que este está fuertemente ligado a los intentos estatales de modernizar y propiciar la vida urbana en México. Se implementaron medidas las cuales impulsaran la mejora en los servicios públicos, un gran ejemplo de ello es la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), institución de gran importancia para la sociedad mexicana y su economía. México en años de guerra hizo todo lo contrario a los países que se encontraban internos en ella; se propuso a disminuir el gasto militar para así aumentar la inversión en la modernización de vías de comunicaciones, creación de carreteras, presas, hospitales, etc.

Estas inversiones que a simple vista se podrían entender como una mejora a la calidad de vida de la sociedad mexicana tenían un fin común, propiciar la industrialización de México, la cual se buscaba desde gobiernos anteriores y que las condiciones de los años posteriores hacían posible.

Además de la modernización de las vías de comunicación y servicios, el gobierno federal propicio otras facilidades a la inversión privada, una de ellas y podría decirse una de las principales, fue el control de la inconformidad de los trabajadores y obreros, lo cual se logró por medio de la creación de sindicatos. A cambio de asegurar la calma de los obreros, el gobierno otorgo beneficios y privilegios a los líderes sindicales, quienes se encontraban apadrinados por el partido oficial.

Un aspecto importante para que México lograra la industrialización fue impulsar la urbanización, es decir, el éxodo de trabajadores a urbes en las cuales estuvieran establecidas las industrias o empresas manufactureras. Al estado le era más fácil dotar a poblaciones urbanas que se encontraran en terrenos geográficos reducidos, ejemplo de ellos es la ciudad de Guadalajara o la Ciudad de México y su área Metropolitana. Más adelante se notaría el despunte económico de la zona norte del país, propiciado por su industria agrícola y el declive de antiguas entidades ricas como lo eran Hidalgo, Puebla y Yucatán. Ya para el año de 1965 las ciudades de Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México aportaban el 69% de la producción industrial del país, siendo esto un logro del Estado al lograr la centralización y urbanización de la población mexicana.

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