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El Muralismo


Enviado por   •  26 de Abril de 2014  •  3.199 Palabras (13 Páginas)  •  274 Visitas

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ÍNDICE

Introducción……………………………………………………3

Desarrollo del tema…………………………..………..4

Conclusión………………………………………………..8

Bibliografía………………………………………………..9

INTRODUCCIÓN

Esta ponencia se centrará en el análisis del muralismo mexicano como herramienta de expresión artístico/comunicacional.

Es oportuno señalar que la pintura mural es aquella obra de arte que forma parte inseparable de los espacios arquitectónicos, según palabras del arquitecto José María Peña, plasmadas en su libro “Argentina en el Arte. Los Murales”.

Pero además, por sus dimensiones y su ubicación en el espacio, el arte mural es también un medio de trasmisión sociocultural, que necesita para mostrarse, insertarse en un ámbito de exposición pública.

El comienzo de la pintura mural fue la iconografía de las pinturas rupestres. Luego el arte mural surgió en las ciudades antiguas, en sus plazas, templos viviendas y tumbas, ilustrando escenas de la vida cotidiana y del universo religioso. Desde la prehistoria el hombre buscó muros para dar testimonio de su existencia. Todas las civilizaciones encontraron en esas muestras de arte público una manera no sólo de dejar un mensaje, sino fundamentalmente, de comunicarse con sus contemporáneos, con su propio pueblo. Es decir que a lo largo de la historia del hombre, el arte público fue un eslabón que unió al artista con sus contemporáneos.

En la era moderna, el mural se ha identificado con las luchas revolucionarias y de búsqueda de cambios sociales entre oprimidos y opresores.

Hacia 1930, el arte nuevo deja lugar a otras expresiones vanguardistas, marcando esa década la irrupción del movimiento muralista mexicano, desde las enseñanzas de sus postulados de la mano de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo.

El arte mexicano, surgido de su revolución, fue el que dotó de rebeldía al muralismo. Sus campesinos, sus obreros, sus milicias populares, sus héroes y sus traidores, en gran parte gracias a los pintores muralistas, forman parte de la mitología americana.

DESARROLLO DEL TEMA

EL MURALISMO MEXICANO

El Muralismo Mexicano es uno de los géneros artísticos más distintivos de América Latina. Tiene su origen en la Revolución mexicana de 1910, paralelamente al movimiento de transformación en México. Sin embargo, no es hasta 1921 cuando inicia formalmente el Movimiento Muralista Mexicano, año en que José Vasconcelos, uno de los principales intelectuales mexicanos, asumió funciones como Secretario de Educación Pública bajo el Gobierno del Presidente Álvaro Obregón, quien comisionó a distintos artistas a pintar una serie de murales en las paredes de la Secretaría Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria. A partir de ese momento, la Escuela Muralista Mexicana comienza adquirir prestigio internacional no sólo por ser una corriente artística, sino por ser un movimiento social y político de resistencia e identidad, con imágenes a través de la diversidad de sus componentes estilísticos que retratan temas como la revolución, la lucha de las clases y al hombre indígena. Entre sus miembros, destacan David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Diego Rivera y Rufino Tamayo.

Las expresiones murales del arte mexicano permiten revelar el discurso de los representantes de las instituciones de poder, en torno a lo que debía ser la nación. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco son considerados principales exponentes del muralismo, movimiento caracterizado por su anti academicismo, libertad y experimentación de México como lo mexicano, como lo “pasado en toda la nación”, reproduciendo así la retórica estatal.

Es importante insistir que el muralismo surgió para construir una visión legitimadora del Estado revolucionario y para construir una identidad homogénea de lo mexicano. El Estado recurrió al arte monumental, con “temas útiles al pueblo” para justificar el nuevo régimen y convencer a la población de su postura ante la realidad, uniformando la visión de la historia y de los acontecimientos políticos, que explicara y justificara el orden establecido con la Revolución, en donde los muralistas asumían su obra como una “acción patriótica y civilizadora”, después de años de violenta confrontación armada. Por sus elementos formales y más allá del contenido discursivo e ideológico, los muralistas mexicanos no se olvidaron de la estética, fueron respetuosos de la perspectiva, de los volúmenes y de los planos; de igual manera buscaron que sus obras armonizaran con la arquitectura, adaptando las composiciones al espacio donde eran plasmadas. Los muralistas mexicanos construyeron un discurso cargado de elementos expresivos, por lo que buscaron crear “una iconografía” con antecedentes en la literatura mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX. Al incluir “complicadas alegorías” y motivos del arte popular, el muralismo logró tocar la sensibilidad de las mayorías, echando mano de las manifestaciones artísticas comunes a la población, contribuyendo a formar imágenes de lo mexicano y de la Revolución. En el discurso muralista destaca el juego constante de representaciones simultáneas del:

 Campesino, obrero y militar

 Pintor, escultor y arquitecto

 Artista, ingeniero y científico

 Obrero, pedagogo y científico

Y mostraban al obrero como la síntesis de todas estas trinidades. A su vez, la iconografía muralista se basó en dos columnas:

a) el diálogo entre pintores, que “consolidó la significación de las imágenes” y

b) “el uso de tópicos liberales”, la educación, el progreso, la industrialización, la disputa con la Iglesia por las conciencias, lo que fue empleado por Estado revolucionario, sumándole, a veces, los valores socialistas y los republicanos.

La palabra muralismo viene de la simplificación d la misma palabra

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