El Muro De Berlin

El Muro de Berlín

Este denominado como Muro de Protección Antifascista oficialmente por la socialista República Democrática Alemana y también adoptado por la opinión publica occidental como muro de vergüenza que separaba la zona de la ciu-dad berlinesa bajo control de la República Federal de Alemania. Fue parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviem-bre de 1989, un muro que dividía la ciudad de Berlín en dos, el muro constituía la frontera estatal entre la RDA y el enclave Berlín oeste ya que este se cons-truyó en consecuencia de la unión de las 3 potencias occidentales.

Hubo muchos intentos de escape, algunos con éxito, de forma que el muro fue ampliándose, muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigi-lancia de las guardias fronterizas de la RDA cuando se dirigían al sector occi-dental y que este contaba con un muro de hormigón de 2,5 a 3.6 m de altura, una alarma que detectaba el contacto con el suelo, una barrera de contacto de tela metálica mas alta que un hombre con un tendido de alambre de espinas y una alarma de contacto, un camino iluminado de noche, torres de vigilancia, recorridos por perros (pastor alemán), barreras anti vehículos y antitanque en-tre otros tipos de vigilancia.

La caída de este muro fue motivada por la apertura de fronteras entre Australia y Hungría, en 1989 una fecha que ha quedado grabada en la historia. Ese día se anunció oficialmente, en conferencia de prensa, que a partir de la media-noche los alemanes del este podrían cruzar cualquiera de las fronteras de Alemania Democrática (RDA), incluido el Muro de Berlín, sin necesidad de contar con permisos especiales. De inmediato se corrió la voz en ambas partes de la ciudad dividida y mucho antes de la medianoche miles de expectantes berlineses se habían congregado a ambos lados del muro. En el momento es-perado, los berlineses del Este, a pie o en automóvil, comenzaron a pasar sin mayor dificultad por el puesto de control. Abundaron las escenas llenas de emoción: abrazos de familiares y amigos que habían estado separados por mucho tiempo, crisis de llanto, rostros que reflejaban incredulidad, brindis con Champagna o cerveza, regalos de bienvenida a los visitantes, flores en los parabrisas de los autos que cruzaban la frontera y en los rifles de los soldados que custodiaban los puestos de vigilancia. A esta primera reacción seguirían otras de carácter político y económico.

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