El Porfiriato : un proceso de construcción, pacificación, unificación, conciliación y negociación, pero también de represión
Cecilia Gabriela PascualExamen16 de Noviembre de 2017
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Capítulo 5: el porfiriato
Este capítulo nos habla precisamente sobre el porfiriato y nos dice que fue un proceso de construcción, pacificación, unificación, conciliación y negociación, pero también de represión.
Cuando Díaz asumió la presidencia faltaba mucho para poder consolidar al Estado y a la Nación. La constitución de 1857 y en general el proyecto liberal no habían sido del todo aplicados y asimismo para evitar que el poder solo se concentrará en el gobierno, este se dividía en ejecutivo y judicial y encargaba al pueblo de la elección de sus miembros, Diaz también contemplaba la separación entre el Estado y la Iglesia para así garantizar la libertad de culto. Sin embargo, la aplicación de la constitución se había visto obstaculizada por la guerra entre defensores del documento y sus detractores.
Durante este periodo existieron varios problemas entre los que se destacan que en la constitución el equilibrio de fuerzas no favorecía al poder ejecutivo y por ende era difícil que el presidente controlara la oposición de las corporaciones o que sometiera a los poderes regionales. En suma, aún faltaba mucho para la consolidación no solo de instituciones sino también de un sistema político que mostrara su eficiencia, se requería cohesionar todas las fuerzas políticas y regionales para terminar con los riesgos de levantamientos armados o la fragmentación territorial, tampoco existía plena identidad nacional. Los retos de Porfirio Diaz eran entonces eran la unificación de las fuerzas políticas y regionales, otorgar la legitimidad y legalidad del régimen, respetando o aparentando respetar la constitución y lograr el reconocimiento internacional.
Para esto entonces adopto una política similar a la que había observado en Juárez y Lerdo; conservó la lealtad de los grupos que lo apoyaron, de esta manera incorporó al ejército a los soldados que habían defendido el plan de Tuxtepec, incluyo en sus gabinetes políticos a los liberales de trayectoria militar e intelectual.
La institución eclesiástica estaba muy debilitada, se le prohibía tener bienes y se habían limitado sus ingresos por lo que económicamente dependía del Estado, había perdido parte de sus miembros y solo tenía la participación del clero secular, había perdió espacios de participación social, Diaz no derogo las leyes de esta pero tampoco las cumplió todas acepto que la iglesia recuperará todas sus propiedades, reinstalará el clero regular y que se fundaran congregaciones de vida activa
Respecto a las regiones con las colectividades campesinas su relación fue más compleja, en algunas observó y respetó su autonomía política, en otras no detuvo la fragmentación de las propiedades ni tampoco la colonización que pretendía integrar a la producción y al mercado parcelas no cultivadas, el problema es que estas denunciaron que si eran trabajados pero los dueños no tenían títulos de propiedad. En forma general presidente buscó colocar a la cabeza de los hombres que le fueran leales y que contaran el conceso de los otros grupos de la zona.
También concilio con el extranjero y alcanzo otra de sus mentas: obtener reconocimiento internacional, estableció relaciones con Francia, Inglaterra, Alemania y Bélgica. Se unificó con Estados Unidos estas relaciones implicaban problemas de diversos indoles un ejemplo es la deuda exterior con México. Ahora bien, cuando no lograba una conciliación recurría a su segunda opción: la violencia y la represión para ello utilizó a la policía y al ejército.
Durante la segunda etapa (1889-1908) se caracteriza por un acentuado centralismo y por un gobierno cada vez más personalista y autoritario, este cambio estuvo acompañado por un relevo en el personal político donde destacaron tres personas: Joaquín Baranda, José Yves Limantour y Bernardo Reyes. Limantour propuso reformas como la creación de la vicepresidencia, por otro lado, de acuerdo con la filosofía positivista “los científicos” consideraban que el método científico debía aplicarse al estudio de la sociedad y a la resolución de sus problemas, pensaban que el estudio sistemático de la sociedad les permitirá comprender las leyes que regían su funcionamiento y conductas. La insistencia de adoptar una “política científica” emanaba de este método y a cargo de un grupo capacitado para idearla y aplicarla, les valió el sobrenombre de científicos. Para 1903 el dominio de los científicos era patente.
Los hombres que habían acompañado a Diaz en su ascenso al poder (liberales, militares en intelectuales) habían sido desplazados del gabinete.
De forma paralela se encrudeció el control y la represión de los opositores al régimen. Surgió una oposición política, partidaria que se remonta a los orígenes del partido de liberación nacional zapatista; esta oposición se manifestaba también en la prensa hubo periódicos que publicaban notas criticando la política de Diaz y por ende fueron objeto de represión.
Este descontento tomó diversos matices entre ellos manifestaciones callejeras, ataques a edificios públicos, saqueos o bandidaje, huelgas obreras o rebeliones agrarias; Diaz para reprimirlos recurrió a la fuerza.
Aunque diversos factores propiciaron el derrumbe del régimen porfirista entre ellos varias crisis que afectaron el plano social, económico y cultural que influye en lo político.
En 1908 Diaz concedió una entrevista a Creelman en ella declaro que no competiría en la contienda electoral que se avecinaba y permitiría que las elecciones se llevaran a cabo en completa libertad.
En 1909 los científicos propusieron a Reyes, pero este se fue a Europa fue entonces cuando las oposiciones se radicalizaron y nació la oposición liberal o maderismo, ambas oposiciones variaban tanto de ligar como de fuerzas.
Ahora bien, durante el gobierno de Diaz también hubo varias cosas buenas entre las cuales encontramos un impulso importante a la industria donde en algunas regiones subsistieron talleres artesanales, con escasos trabajadores y herramientas poco sofisticadas que fueron despzados por industrias manufactureras; rescató de la quiebra la estación del ferrocarril, se construyeron obras publicas entre otras cosas.
Capítulo 6: La revolución
Es la secuela de la etapa porfiriana y un proceso definidor del México del siglo XX, abarca también la etapa de los cambios políticos, socioeconómicos y culturales más significativos; este periodo se limitará a los años de violencia generalizada, aunque sin considerar un sinónimo de lucha armada.
Los primeros en manifestarse fueron ciertos sectores católicos, influidos por las renovadoras ideas en materia social sostenidas por el vaticano desde 1891. A pesar del acercamiento entre el gobierno porfirista y la iglesia católica se reprochaba moderadamente a Diaz por conservar sus principios liberales anticlerisiales de la constitución de 1857; aunque defendían la propiedad privada como un derecho natural comenzaron a protestar por la concentración de la propiedad agraria de estos reclamos los católicos pasaron a censurar el caciquismo y la falta de democracia.
Hacia 1900 un grupo de ideología liberal en el que participaron diversos sectores de la clase media urbana alegaban que el gobierno se hubiera alejado de los principios liberales además pretendían organizar un partido político liberal para aplicar los principios de anticlerismo la libertad de expresión, la democracia electoral, la separación de poderes, una adecuada administración de justica y autonomía municipal.
Pronto entraron en proceso de radicación: hacia 1903 extendieron sus críticas a los “científicos” y a Bernardo Reyes, comenzaron a cuestionar la conveniencia de la inversión extranjera y a ocuparse de la situación de obreros y campesinos, el gobierno los reprimió, lo que forzó a muchos de ellos a optar por el exilio, hubo deserciones, escisiones y radicalizaciones.
La crisis que caracterizaron al final del porfiriato explica que francisco I. Madero se tornaría critico de la política económica de los “científicos” y llegar a la conclusión de que se debería crear un partido político de alcance nacional que se opusiera a la reelección de Diaz en 1910. A ello se aboco desde la segunda mitad de 1909 realizando tres giras para promover la creación de clubes anti-reeleccionistas que deberían nombrar delegados estatales a una convención nacional que se celebraría a principios de 1910 en la que se constituyó el partido nacional anti-reeleccionista y se designó a sus candidatos para las elecciones presidenciales: Madero y el ex revista Francisco Vázquez Gómez; hasta ese momento Madero había mostrado una notable capacidad política pues en muy poco tiempo había pasado de una oposición regional a la nacional expendiendo asi su popularidad, pero esto tuvo una reacción negativa en el presidente y pronto fue aprendido y confinado a San Luis Potosí, allí Madero y un grupo pequeño de colaboradores redactaron el famoso plan de San Luis Potosí donde se convocaba a una lucha armada. Este llamado no fue secundado por sus seguidores antirreeleccionistas pues no reunían las condiciones necesarias para una aventura armada. Además de esto la vulnerabilidad que sufrían los acercaba un poco más a la muerte, un ejemplo es los hermanos Serdán que también fue una advertencia del destino que les esperaba a los antirreeleccionistas. Pero el impacto del asesinato de Aquiles Serdán fue decisivo pues este llamado ya no tuvo eco entre los antirreeleccionistas originales.
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