El diablo y sus añicos México diego falseto
Paolitho12Síntesis4 de Octubre de 2014
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El diablo y sus añicos México diego falseto
Cierto día un duende malo, el peor de todos, puesto que era el diablo, estaba muy contento porque había preparado un espejo que tenía la propiedad de que todo lo bueno, bonito y noble que en él se reflejaba desaparecía, y todo lo malo, feo e innoble aumentaba y se distinguía mejor que antes. Hans Christian Andersen
¡Qué diablura malvada! Los paisajes más hermosos, al reflejarse en el espejo, parecían espinacas hervidas y las personas más buenas tomaban el aspecto de monstruos o se veían cabeza abajo; las caras se retorcían de tal forma que no era posible reconocerlas, y si alguna tenía una peca, ésta crecía hasta cubrirle la boca, la nariz y la frente.
-¡Vengan diablitos, miren que divertido! -decía el diablo.
Había algo peor todavía. Si uno tenía buenos pensamientos, aparecía en el espejo con una sonrisa diabólica, y el peor de todos los duendes se reía satisfecho de su astuta invención. Los alumnos de su escuela, pues tenía una porque era profesor, decían que el espejo era milagroso, porque en él se podía ver, afirmaban, cómo eran en realidad el mundo y los hombres.
Lo llevaron por todos los países y no quedó ningún hombre que no se hubiese visto completamente desfigurado. Pero los diablos no estaban satisfechos.
-¡Quisiéramos llevarlo al Cielo para burlarnos de los ángeles! -dijeron sus alumnos.
Así lo hicieron, pero cuanto más subían, más muecas hacía el espejo y más se movía, y casi no lo podían sostener. Subieron y subieron con su carga, acercándose a Dios y a los ángeles. El espejo seguía moviéndose; se agitaba con tanta fuerza que se les escapó de las manos y cayó a tierra y se rompió en más de cien millones de pedazos.
Pero entonces la cosa fue peor todavía, porque había partículas que eran del tamaño de un granito de arena y se esparcieron por todo el mundo, y si caían en el ojo de alguien, se incrustaban en él y los hombres lo veían todo deformado y sólo distinguían lo malo, porque el más pequeño trozo conservaba el poder de todo el espejo.
El brujo argentina lesno tauro
Casi no puedo recordar lo ocurrido aquella noche de Abril del 2000, toda mi vida estaba esperando que le sugiriera un camino. Que hacer con mi existencia? No podía entender que ocurría con mi personalidad, siempre había sido un duro, podía comprar lo que quisiera y no se me movería un pelo para lograr mis objetivos.
Sin darme cuenta, escuche una voz interior que me indicaba que asistiera a una cita, que alguien me estaba esperando, el lugar podía graficarlo en mi cerebro sin necesidad de una agenda ayuda memoria. Todo estaba calculado y no tenia regreso al pasado, era como tomar una regresión, pero a la inversa.
Súbitamente mis piernas indicaron el recorrido hasta el lugar indicado. Camine varias cuadras en silencio conmigo mismo, a mi alrededor el espacio circundante estaba oscuro, mi imagen era una burbuja que se encaminaba en dirección opuesta al mundo.
De pronto me encontré frente a una vivienda muy austera, con grandes ventanas que permitían ver una tenue luz interior, no se escuchaban ruidos y el silencio era abrumador. Alce mi mano a la altura de mi cabeza y oprimí el timbre de chapa oxidada, pero no sentí campanilla alguna que indicara mi presencia en aquel lugar.
No pasaron 15 segundos que apareció en el marco de la puerta una bella mujer, con ojos inmensos de color verde, labios carmesí y unos grandes aros que colgaban de sus orejas pequeñas y contorneadas. Su tez era blanca y su pelo azabache enrulado, pensé que era un ángel tipificado como humano. Con voz suave e imponente y haciendo un pequeño giro con su mano derecha, me invito a que la siguiera.
Al ingresar en la habitación, observe una prolija distribución de todos los elementos que surcaban las paredes, cuan cubo mágico dispuesto a sobornar mi mente.
Seguí sus pasos e ingrese a otra habitación, donde había una tenue luz emitida por una pantalla cubierta de una tela roja. Detrás de una mesita de tres patas, estaba un anciano regordete, semi calvo y de gesto adusto, que invito a sentarme frente a el. En esos momentos me corrió un escalofrió por el cuerpo, que aun hoy recuerdo con asombro.
La mesa estaba cubierta con un paño verde brillante y en ella, esparcidas varias cartas de Tarot. Trate de pellizcarme para comprobar que no estaba soñando, cuando el anciano vislumbrando mi accionar, me indico que no tuviese miedo porque nada malo iba a ocurrirme.
La bella doncella había tomado posición a espaldas del personaje descrito, que ya mi mente lo asociaba a un brujo de pobre estirpe, malicioso y futurista de poca valía.
Tu eres un afortunado, me dijo! Cualquiera no posee el don de ser mi invitado, he sondeado el espacio etéreo y encontré la persona que durante tanto tiempo estuve buscando. Conozco todo lo relacionado con tu pasado, veo el momento florido que ronda tu presente y soy capaz de parafrasear tu futuro. Se que puedes escapar de esta dimensión que nos aprieta y sin quererlo, traspasar hacia otro mundo donde habitan los seres privilegiados y maquinar el desarrollo del universo. También se que tu mente es capaz de resolver los problemas mas enigmáticos, que puedes incautar mensajes del cosmos y hasta puedes comunicarte con seres muy diferentes a los que estamos acostumbrados a tratar diariamente. Es por ello que estas aquí, te estoy ofreciendo mi hospitalidad, para que juntos desarrollemos un mundo paralelo, donde no albergue la injusticia y la benevolencia sea una tarjeta de bienvenida, donde la igualdad de los seres que habiten en el, puedan sentirse libres y transcurrir su estadía plenos de amor!
Pensé que era una locura seguir el tren de sus palabras, encandilado por la lamparita de la pantalla roja no podía ver su cara, solo se dibujaba una aureola blanquecina alrededor de su figura, busque algún apoyo en la morocha que aun permanecía incólume tras sus espaldas, pero tampoco pude observar su rostro y por ende, la expresión de su cara.
El viejo seguía hablando, pero en estos momentos ya no escuchaba su perorata, ya que presentía que algo raro se interponía entre ambos. Llegue a sentir un fuerte rubor en mis mejillas, producto de mi inconciencia provinciana, no entendía porque razón asistí a esa tétrica cita sin siquiera elaborar un panorama razonable de la situación planteada.
Quien era ese anciano parlanchín que intentaba profesar la voz divina de otros mundos, quien era esa hermosa damisela, de vaya a saber que aprendiz de brujo? Donde me había metido, que razón me incitaba al desvarío inconsciente?
Mientras estaba cavilando estas preguntas sin respuesta, sentí una mano que rozaba mi cabeza, trate de escabullirme girando mi cuerpo hacia atrás, pero la mano del diabólico anciano me impedía cualquier tipo de movimiento. Opte por tranquilizarme y esperar alguna respuesta a tal accionar, ya que este había pasado de la charlatanería al contacto físico. Ya no era dueño de mis actos y sin dudas estaba bajo el poder del Indigno, sentí un calor que recorría mi osamenta de la cabeza a los pies, pensé que iba a desmayarme porque no podía ya controlar mi estabilidad, la habitación comenzó a girar alrededor de mi humanidad y suavemente fui perdiendo el sentido.
Con los ojos entreabiertos, escuchaba como el brujo recitaba incoherentes frases, que iban haciéndose mas audibles a medida que tomaba conciencia de mi entorno.
La morocha ponía una toalla húmeda en mi frente y susurraba una canción de cuna que recordaba mis primeros años de vida, cuando mi madre tiernamente me hacia dormir.
Ya mas conciente, escuche que el brujo me decía que yo estaba en este mundo para cumplir un designio divino y que debía apartarme de los lujos y suntuosidades propias de los terrícolas y que comenzaría a cumplir con el sutil ritual que movilizaría mis sentimientos hacia la humanidad.
A partir de ahora, debía transferir mis ahorros en “pro del bienestar común” de mis congeneres y debía deshacerme del materialismo humano que pervierte y vulnera las generaciones terrícolas. La felicidad es un producto abastecido por el Ser Supremo y cada uno debe ganarse el placer para disfrutarla eternamente.
Camila ecuador Valentín ser ridi
Camila era una niña de 9 años, con una gran imaginación, tenía unos sueños muy locos, los cuales siempre anotaba en su viejo diario, creía que todos los seres que eran diferentes o tenían un poder especial existían, ella decía que sirenas, brujas, vampiros, animales habladores, entre otros eran reales, que no eran personajes producidos por la imaginación de personas, que si estaban en cuentos, historias, libros, películas era porque alguien los tuvo que haber visto. Al escuchar lo que Camila decía todas las personas de su pueblo creían que estaba loca o que era una niña con exceso de imaginación, y así fue creciendo Camila siempre defendiendo sus pensamientos y escribiendo sus sueños locos.
Camila ya iba a cumplir 15 años y una noche antes de su fiesta no podía dormir así que bajo a la cocina por un vaso de leche, abrió la refrigeradora y, ¡sorpresa! miró un hermoso paisaje como en sus sueños, ella estaba muy feliz y emocionadísima, sintió una gran curiosidad y entró, vio que en ese lugar todo era mágico, todas las personas que habitan ahí eran muy parecidas a las que ella conocía pero con la diferencia, que cada una tenía un poder especial y se podían transformar según el poder que tenían , era un mundo muy diferente, no era como los sueños de ella sino mucho mejor, Camila estaba parada observando ese hermoso lugar ,de pronto un enanito
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