El saber de los claustros

Lectura: El saber de los claustros

Durante los siglos IV y X el concepto de civilización mediterránea antigua se dividió en tres grandes territorios: el Imperio bizantino, el Occidente latino y el Islam, aún así, según los historiadores hubo una pervivencia de estructuras socioeconómicas y políticas tardoantiguas hasta el siglo VIII, donde se empezaron a definir como civilizaciones diferenciadas. A pesar de este cambio, la escuela antigua no desapareció completamente con la llegada de los pueblos bárbaros debido a que las viejas ciudades y capitales romanas continuaron disponiendo de gramáticos y retóricos hasta el siglo VII. Uno de ellos fue San Agustín el cual sentó las bases del pensamiento cristiano que se construyó sobre el edificio de la cultura clásica pagana y la Biblia en De doctrina cristiana. Del mismo modo, la representación clásica se podía mostrar en El canto de los Salmos y las oraciones del oficio monástico ya que estos exigían una instrucción gramática que era inculcada a los oblati y a los jóvenes novicios en los monasterios. En Inglaterra esto también se mantuvo ya que no descuidaron la lengua latina teniendo efectos incluso en la penetración del cristianismo.  

Con la llegada de Carlomagno al poder se creó un programa de uniformización política, cultural y religiosa con el objetivo de materializar las aspiraciones del nuevo gobernante. La uniformización cultural se basó en tres pilares fundamentales: el establecimiento de la cultura escrita latina, mediante la lengua de la enseñanza y la administración junto con la escritura carolingia; la recuperación de la herencia de la Antigüedad romana que se conservó en centros italianos, visigodos, irlandeses y anglosajones entre los siglos VI y VIII; y por último, la configuración del curriculum escolar junto a un canon de autores que perduraron siglos posteriores.

Tanta fue la importancia cultural que en Europa Occidental se pudieron destacar cinco grandes focos culturales que sobresalieron en la geografía escolar del siglo XII.

El primer foco se centra en París y Chartes. La ciudad del amor se consolida como epicentro de estudios de la teología donde el Canciller de la Catedra de Notre Dame concedía la licentia docandi a maestros que enseñaban en instituciones eclesiásticas y privadas. En Chartes se centró en las artes liberales, en especial del quadrivium. Los maestros de Chartes interpretan el universo y la naturaleza a la luz del “Timeo” y la naturaleza a la luz de Platón. A finales del siglo XII con la llegada de estudiantes foráneos y una confusión entre disciplinas provocaron problemas en las infraestructuras. Los profesores de arte se asociaron a una universitas magistrorum para eliminar la autoridad del canciller de Notre Dame formando lo que hoy conocemos como universidad. En París impartieron docencia las glorias de la teología de los siglos XII y XIII.

Al mismo tiempo, Bolonia se consolidaba como epicentro del estudio de derecho gracias al reavivamiento del estudio del derecho romano y a la obra Decretum gratiani que dieron lugar al derecho canónico como disciplina. Los estudiantes junto con los maestros estaban sometidos a la autoridad eclesiástica viéndose implicados en luchas entre poderes por parte del gobierno comunal, del emperador germano y de el Papado. Ante esto, 1158 estudiantes, con el apoyo del Emperador Federico I, crearon una constitución donde quedaron reforzados sus intereses y la garantía de protección imperial. Esto comportó una agrupación entre estudiantes de la misma nación dando lugar a las Universitas Studiorum.

...