El totalitarismo
th0minSíntesis5 de Septiembre de 2014
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Presentación:
El presente trabajo se realiza para el área de Lengua y Literatura de 9º año del Instituto San Luís Gonzaga, dado por la profesora Anabella Castro Ramos de Criado.
El mismo tiene el objetivo de analizar la obra “1984” de George Orwell (1903-1950), a partir de la siguiente hipótesis:
“1984 es un medio del autor para manifestar criticas hacia los gobiernos totalitarios de Adolf Hitler y Benito Mussolini a partir de la figura del Gran Hermano y el Ingsoc”.
Introducción
Se conoce como totalitarismo a las ideologías, los movimientos y los regímenes políticos donde la libertad está seriamente restringida y el Estado ejerce todo el poder sin divisiones ni restricciones (de un modo mucho más intenso, extenso y evolucionado que el poder absoluto de las monarquías del Antiguo Régimen).
Los regímenes totalitarios, se diferencian de otros regímenes autocráticos por ser dirigidos por un partido político que pretende ser o se comporta en la práctica como partido único y se funde con las instituciones del Estado. Estos regímenes, por lo general exaltan la figura de un personaje que tiene un poder ilimitado que alcanza todos los ámbitos y se manifiesta a través de la autoridad ejercida jerárquicamente. Impulsan un movimiento de masas en el que se pretende encuadrar a toda la sociedad (con el propósito de formar un hombre nuevo en una sociedad perfecta), y hacen uso intenso de la propaganda y de distintos mecanismos de control social y de represión como la policía secreta o los campos de concentración.
El totalitarismo es una forma de Estado, es decir, una forma de organizar los cuatro componentes del mismo (territorio, población, gobierno, poder, y según el autor, también el jurídico o el derecho). El totalitarismo no es simplemente una forma de gobierno, una organización en cuanto a las personas que ejercen el poder, es toda una forma de estado, de tipo no democrático y se caracteriza al igual que el autoritarismo en la falta de reconocimiento de la libertad y los derechos del hombre. Sin embargo, se diferencia del autoritarismo en que en el totalitarismo existe una negación de la libertad y los derechos individuales, desconociendo además la dignidad de la persona humana, convirtiendo las clases sociales en masas.El totalitarismo considera el Estado como un fin en sí mismo, y por tanto lo maximiza, y dado que el poder existe para el fin de las cosas, si consideramos al Estado un fin, estos dos componentes de la política son correlativos, como consecuencia un Estado más grande nos da un poder más grande. Así el poder del estado totalitario lo puede todo porque el fin lo abarca todo. Mussolini (que usó por primera el termino "totalitarismo" graficó esto en el eslogan "todo en el estado, todo para el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado". No es ya el estado para el hombre, sino el hombre para el estado.
En el siglo XX se dieron a conocer dos de los más grandes dictadores totalitarios de la historia: Benito Mussolini y Adolf Hitler.
Mussolini
Benito Mussolini (1883-1945), político italiano, jefe de gobierno y dictador (1922-1943), fundador del fascismo, llevó a Italia a su desastrosa intervención en la II Guerra Mundial junto al III Reich.
Nació en Dovia di Predappio (provincia de Forlì) el 29 de julio de 1883, y era hijo de un herrero que le vinculó desde su juventud al socialismo. Militante del Partido Socialista Italiano (PSI) a partir de 1900, un año después obtuvo el título de maestro de escuela, pero en 1902 huyó a Suiza para evitar cumplir el servicio militar. Regresó a su país en 1904 y se dedicó a la enseñanza durante cinco años, periodo tras el cual se instaló en Trento para trabajar como periodista, llegando a dirigir un semanario (L’avvenire del Lavoratore). Contrajo matrimonio con Rachele Guidi en 1910, unión de la cual nacerían cinco hijos. De regreso a su provincia natal, en concreto a la capital, Forlì, pasó a dirigir la federación socialista provincial, así como el semanario La Lotta di Classe.
En 1911 sufrió cinco meses de cárcel acusado de encabezar en la región de Emilia-Romaña una violenta protesta contra la Guerra Ítalo-turca por la posesión de Libia. Convertido en uno de los principales dirigentes del ala revolucionaria socialista, en diciembre de 1912 fue nombrado director de Avanti!, el diario oficial del PSI con sede en Milán. En los momentos previos al estallido de la I Guerra Mundial en 1914, la reacción inicial de Mussolini fue denunciar el carácter imperialista del conflicto desde una posición neutralista, pero no tardó en cambiar de opinión y reclamar la intervención de Italia en apoyo de los aliados.
Fue expulsado del PSI y de la dirección de Avanti! por su defensa de la participación italiana en la guerra y fundó en octubre de 1914 su propio diario en Milán, Il Popolo d’Italia, desde el cual defendió su postura respecto al conflicto mundial. Una vez que Italia declaró la guerra a los Imperios Centrales a partir de mayo de 1915, se enroló en septiembre de ese año como voluntario y combatió en la I Guerra Mundial hasta que en febrero de 1917 resultó herido.
En el turbulento ambiente del Milán de la posguerra, Mussolini fundó los Fascios Italianos de Combate en marzo de 1919. Este movimiento de carácter nacionalista, antiliberal y antisocialista consiguió el apoyo de amplias capas de la sociedad al defender determinadas exigencias obreras, como la jornada laboral de ocho horas.
Mussolini consideró que el Ejército italiano no estaba preparado cuando tuvo lugar el inicio de la II Guerra Mundial en septiembre de 1939. Hasta que las tropas alemanas invadieron Francia en junio de 1940, no se decidió a entrar en el conflicto y hacer cumplir los acuerdos a que le obligaba su pertenencia al Eje. Italia luchó contra los británicos en África, invadió Grecia, se unió a los ejércitos alemanes en el reparto de las áreas de influencia en el territorio yugoslavo y en la invasión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y, finalmente, en diciembre de 1941 declaró la guerra a Estados Unidos.
Hitler
Adolf Hitler (1889-1945), político alemán de origen austriaco, uno de los dictadores más poderosos del siglo XX, que transformó Alemania militarizando completamente su sociedad y llevó al país así como al resto del mundo a la II Guerra Mundial. Utilizó el antisemitismo como piedra angular de su propaganda y su política para hacer del partido nazi un movimiento de masas. La mayor parte de Europa y el norte de África estuvieron bajo su dominio durante algún tiempo. Fue el responsable de la ejecución de millones de judíos y de miembros de otros pueblos a los que consideraba seres inferiores.
Hitler difundió su doctrina de odio racial y desprecio por la democracia en los numerosos mítines que organizó y, mientras tanto, las organizaciones paramilitares del partido aterrorizaban a sus enemigos políticos. No tardó en convertirse en una figura clave de la política de Baviera gracias a la colaboración de oficiales de alta graduación y empresarios adinerados.
Durante la crisis económica de 1929, muchos alemanes aceptaron su teoría que la explicaba como una conspiración de judíos y comunistas. Hitler consiguió atraer el voto de millones de ciudadanos prometiendo reconstruir una Alemania fuerte, crear más puestos de trabajo y devolver la gloria nacional.
El partido continuó creciendo durante los dos años siguientes, aprovechando la situación creada por el aumento del desempleo, el temor al comunismo y la falta de decisión de los rivales políticos del Führer frente a su confianza en sí mismo.
Pese a lo previsto por el poder económico, una vez que Hitler accedió a la jefatura del gobierno, no tardó en autoproclamarse dictador de la nación, acumulando la presidencia del Reich y de la cancillería con el título de Reichsführer. Miles de ciudadanos contrarios al partido nazi fueron enviados a campos de concentración y se eliminó cualquier asomo de oposición. Su mayoría parlamentaria le permitió aprobar una ley que transfería al partido nazi el control de la burocracia y del sistema judicial, reemplazaba los sindicatos por un Frente del Trabajo alemán dirigido también por los nazis y prohibía todos los partidos políticos excepto el Nacionalsocialista. Las autoridades nazis tomaron el control de la economía, los medios de comunicación y todas las actividades culturales haciendo depender los puestos de trabajo de la lealtad a su ideología.
Hitler era consciente de que cualquier otra acción podría provocar un conflicto europeo, y no vaciló en preparar a Alemania para una lucha que, a su juicio, fortalecería la moral del país. Firmó el pacto de neutralidad Germano-soviético con la promesa de que cedería a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) una parte del territorio de Polonia cuando esta nación fuera derrotada, para lo cual la atacó en septiembre de 1939.
Hitler, dejándose llevar por su ambición y su odio al comunismo, volvió su atención hacia la Unión Soviética. Su primer paso fue conquistar la península Balcánica para proteger este flanco. La invasión de la URSS, que comenzó en junio de 1941, no tardó en llevar a los ejércitos alemanes a las puertas de Moscú pero los rusos les obligaron a retroceder en diciembre, precisamente cuando Estados Unidos decidió intervenir en el conflicto. Fue en ese momento cuando Hitler se dio cuenta de que la guerra estaba perdida desde el punto de vista militar, pero decidió continuar con la esperanza de que alguna nueva arma invencible o alguna
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