Ensayo Sobre La Doctrina Policial En Colombia
deisib_171 de Octubre de 2013
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Doctrina Institucional Policía Nacional de Colombia
La doctrina, “entendida como el conjunto de ideas preceptos éticos, legales y conceptos oficialmente aceptados, en los cuales se fundamenta el quehacer policial, a la luz de los principios filosóficos y dogmáticos que señalan su razón de ser, en el ámbito de las instituciones del Estado; aporta los conocimientos y fundamentos necesarios para el correcto empleo de los medios y recursos que requiere la institución en el cumplimiento de su misión constitucional, recoge las experiencias y se orienta hacia el futuro para prevenir equivocaciones a fin de mantener las condiciones para el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos; es dinámica y día a día se va enriqueciendo con los aportes de investigadores y tratadistas, facilitando a futuro el avance tecnológico y científico de la institución. En este sentido, la doctrina otorga identidad y autonomía a la institución; se encuentra descrita en su Código de Ética, en el juramento policial, los símbolos, la visión, misión y en los principios y valores institucionales, los cuales expresan creencias y prácticas que guían el quehacer policial, tanto individual como colectivo del personal que integra la Policía Nacional.
Los postulados que contienen estas expresiones, constituyen verdaderos instrumentos motivadores de paz y convivencia, que enriquecen su cultura y orientan a quienes aspiran a recibir formación integral como profesionales de policía, a convertirse en legítimos protectores de la vida, honra y bienes de todos los habitantes de Colombia. El Código de ética es el eje de la vocación de servicio, que caracteriza a toda persona que ha decidido, voluntariamente, ser policía; recoge los conceptos propios del respeto a los Derechos Humanos y lleva implícita la misión institucional, como su razón de ser, su propósito y fin último.
2.1.6 ORGANIZACIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL
Nuestro gobierno, en atención a la Ley 23 de 1890, contrató, por intermedio del gobierno francés, al Comisario Juan María Marcelino Gilibert, para organizar la Policía Nacional, con un carácter técnico en el ejercicio de la función de policía. La actividad estuvo en manos de altos funcionarios, como Carlos Holguín Mallarino, encargado de la Presidencia de la República; Antonio Roldan, Ministro de Gobierno y Gonzalo Mallarino, encargado de Negocios de Colombia, en París.
En ellos recayó la honorable tarea de pensar la policía y proyectarla, de fortalecer las bases, para que nosotros con el aprendizaje del pasado, contribuyamos con los más finos detalles, con conocimientos, con valor, no solo para formar institución, sino además, para contribuir como arquitectos de paz para las más lejanas generaciones.
La Policía Nacional afrontó su primera gran prueba: el llamado por algunos historiadores “El primer bogotazo de 1893”, cuando el pueblo bogotano se amotinó durante varios días, enfrentándose con la Policía Nacional, ocasionando la muerte de valientes agentes, que ofrendaron su vida para evitar que grupos golpistas contrarios al gobierno, sembraran el desorden en la ciudad. Las seis divisiones de policía fueron tomadas y destruidas por la chusma, siendo necesario que el Ejército actuara para controlar la multitud.
En 1899, cuando inició la Guerra de los mil días, la Policía se desintegró en un alto porcentaje, pues sus funcionarios se enrolaron en el conflicto armado, convirtiendo al cuerpo en un órgano de persecución de la oposición al gobierno.
Sin embargo, cabe destacar que, debido a la intervención del entonces director de la Policía Nacional, General Arístides Fernández, se alcanzó la paz.
Finalizado el conflicto, se reordena el cuerpo de policía en distintas estructuras, tales como la guardia civil, la gendarmería y otras, mostrando un retroceso histórico en la consolidación de una policía nacional, hecho que a partir de 1914 se revierte, continuándose por el camino de la nacionalización.
La Policía siempre ha propiciado el desarrollo de nuestras ciudades; un ejemplo de ello ocurrió en 1902, en Bogotá, cuando el Acuerdo Municipal 10 ordenó la instalación de excusados inodoros, pozos de agua limpia, para la limpieza de los mismos y sumideros de aguas sucias, iniciando una profunda transformación arquitectónica y de ingeniería en la ciudad.
La evolución de una policía técnica, dio paso en 1912, a la creación de la Oficina de investigación criminal. Con el nacimiento de esta sección en la Policía Nacional, se consolidan las estadísticas delincuenciales y contravencionales, fuente de información para el país y el mundo. Detengámonos un momento, para detallar con un lente más objetivo y analizar como dato curioso que para la época, se contemplaba el delito de seducción.
Hoy, noventa y ocho (98) años después, la denominación de Policía Judicial regresa a su nombre original “Investigación Criminal”, cuyo objetivo es el esclarecimiento de las conductas punibles y su contribución a la administración de la justicia. En 1912 mediante Decreto 32 del 4 de marzo, el Director General de la Policía Nacional, Gabriel González, estableció y organizó la primera escuela de preparación y selección de personal de la Policía Nacional.
Un salto a la actualidad: noventa y ocho años después, en Bogotá, se creó la primera escuela de policía metropolitana para la formación de policías en competencias específicas para el desarrollo de la función policial, en la ciudad capital. Y es particular que las dos escuelas coincidan en los mismos currículos en cuanto al conocimiento de acuerdos, reglamentos y programas especiales del Distrito Capital, en el horario de clases de las 07:00 a las 19:00 horas y en la metodología didáctica de la enseñanza a través de la teoría-practica, en las unidades de policía de Bogotá.
A continuación, hago, un cambio al tradicional desarrollo metodológico de mi escrito, y ambientare la manera como nuestra institución ha contribuido al desarrollo de nuestra Nación, desde unas temáticas delimitadas, no sin antes advertir que se ha realizado un arduo trabajo de investigación para interpretar a quienes han dado lectura a nuestra institución, a través de los tiempos, así:
2.1.7 POLICÍA EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL
Desde sus inicios, la Policía Nacional ha recibido delegaciones extranjeras que sustentan el desarrollo institucional. Entre otras, encontramos en 1916 la Misión Española, en 1936 la Misión Chilena y en 1948, la Misión Británica.
En la actualidad, la Policía Nacional de Colombia entrena y capacita a otras policías del mundo. Han recibido nuestras enseñanzas más de seis mil policías extranjeros, en misiones de acompañamiento a República Dominicana, Haití, Panamá, Guatemala y México, además de brindar asesoría técnica a los países miembros de Ameripol.
Una anécdota a recordar y que vale la pena exaltar, es la función asignada por el gobierno nacional a nuestro cuerpo, en el año de 1945, en el transcurso de la segunda Guerra Mundial, cuando algunos alemanes llegaron desplazados a Colombia y la Policía Nacional los concentro en el hotel “La Sabana” del municipio de Fusagasuga.
En 1961 nuestra delegación ecuestre participó, destacándose en la competencia hípica realizada en Chile.
Estos, entre muchos otros acontecimientos, evidencian la grandeza institucional no solo al interior de nuestra nación, sino también en el ámbito internacional.
2.1.8 POLICÍA Y SU FORMACIÓN
En 1940 se inauguró oficialmente el busto del Hombre de las Leyes, en la Escuela General Santander. En 1943 capacitaron en esta escuela a un grupo de abogados como comandantes de la Policía Nacional, acontecimiento que desconoció la formación de carrera que debe trasegar un comandante policial y que tuvo funestas consecuencias para la Institución, cuando el 9 de abril de 1948, el cuerpo desarticulado, sin mando y sin liderazgo, no afrontó en debida forma los sucesos acaecidos en la ciudad de Bogotá, ante la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, ocasionándose la casi liquidación de la Institución. Hecho que debe permanecer en la memoria institucional para hacer entender a los líderes del gobierno y a futuras generaciones, que para comandar unidades policiales, además del conocimiento académico se requiere la experiencia laboral; es por esto, que nuestros estatutos de carrera, deben reglamentar esta condición para garantizar la buena dirección del cuerpo.
En 1944 se clausuró el primer curso de agentes en la Escuela General Santander, dándose los primeros pasos para el ejercicio de la profesión policial fundamentada en la enseñanza de su ciencia; “ser policía no es un simple oficio, es una profesión” afirma el doctrinante, Fabio Arturo Londoño Cárdenas.
En 1968, cincuenta y siete (57) oficiales de la Policía, se gradúan en el programa académico de administración de personal, analizamos así, que la idoneidad que imprime el ámbito académico a nuestros hombres y mujeres, es factor de promoción individual y desarrollo institucional.
En la actualidad, nuestra Dirección de Educación, es una institución de educación superior, que bajo las condiciones de calidad exigidas por el Ministerio de Educación, capacita y certifica a hombres y mujeres en programas: técnicos, tecnológicos, de pregrado y posgrado, irradiando nuestro saber a la comunidad académica nacional e internacional.
2.1.9 LA POLICÍA Y LA CLASE OBRERA El objeto de la Policía es proteger derechos para alcanzar la convivencia. Como hijos de la clase obrera del país, los funcionarios de la Policía han protegido las concentraciones
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