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Evolucion De La Estructura Del Teatro

karlamol19 de Marzo de 2013

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La Evolución De La Estructura Del Teatro En Los Últimos 50 Años:

Teatros del mundo, estructuras diseñadas para albergar la representación teatral y el público que asiste a ella. Lugar de interacción entre el actor y el público, el teatro ha visto evolucionar su estructura a través de los siglos desde la forma circular para rodear a los actores, que caracteriza los primeros lugares en los que se ofrecían representaciones, a la actual división frontal entre el escenario y la sala. El teatro primitivo y las formas artísticas al aire libre llevaron al público a formar un círculo alrededor de los actores. Esta es todavía la disposición natural que adopta el espectador para observar cualquier representación informal al aire libre en cualquier parte del mundo.

Teatro Occidental:

En la antigua Grecia, el público se disponía en hileras de asientos inclinadas y juntas alrededor de la orquesta y el escenario para poder ver y oír. Los griegos desarrollaron el teatro al aire libre de modo que existiera una buena acústica desde el escenario y el área de la orquesta para el público. Un gran ejemplo es el teatro de Epidauro cuyas gradas están apoyadas sobre una colina. Los romanos desarrollaron el anfiteatro, una galería basada en arcos para sostener las gradas, que poseía una orquesta circular para el público que rodeaba el escenario.

En Europa, la edad media vio el desarrollo de las obras de ciclo o pasos (pageants) con temas religiosos, interpretadas en iglesias y plazas sobre carretas móviles. Más tarde estas carretas se transformaron en plataformas sobre caballetes con lo cual el espacio escénico, para los actores, quedó cerrado por tres partes con un espacio para el público frente al escenario enmarcado por pequeñas zonas, a modo de palcos, destinadas a los espectadores. Hasta finales del siglo XVI no se construyeron en Europa los primeros edificios dedicados exclusivamente a las representaciones teatrales.

En España, durante el siglo de oro, el espacio elegido para las representaciones de comedias era el patio o corral de las grandes casas. El escenario se habilitaba sobre un tablado al fondo del patio, alrededor del cual eran colocadas las sillas que los propios espectadores se encargaban de llevar. Con el tiempo fueron colocadas gradas en los patios para elevar a los espectadores y facilitarles la visión. Tal gradería ascendía hasta las ventanas del piso debajo de los edificios que daban forma al corral. Estas ventanas cumplían la función de palcos primigenios y eran consideradas lugares privilegiados para presenciar la representación.

En 1568 había en Madrid cinco corrales: el de la calle del Sol; el corral de Isabel Pacheco; el de Burguillos, en la calle Príncipe; el de Cristóbal de la Puente, en la calle del Lobo, y el de Valdivieso. La evolución del corral a teatro comenzó con el hecho de cubrir el escenario con un tejado y el patio con un toldo. Más tarde fueron dispuestos bancos, cancelas y barandillas para las gradas, y aposentos para las damas.

En Toledo era famoso el Mesón de la fruta, en cuyo patio se vendían por la mañana frutas y hortalizas hasta 1633, año en que fue convertido en verdadero teatro. Entre los corrales y teatros más famosos de España durante esa época figuraban la Casa de Comedias en Zamora, inaugurado en 1617; el teatro El Balón de Cádiz; el Corral de Doña Elvira, el Corral de los alcaldes, el Corral de don Juan y el Corral de atarazanas, en Sevilla; y el Teatro de la Santa Cruz o Teatro Principal, en Barcelona.

Actualmente se puede asistir aún a representaciones en algún antiguo corral en buenas condiciones de conservación. En el Teatro de Almagro, en Ciudad Real, se celebra todos los años un importante festival durante el verano.

En Italia, el teatro Olímpico de Vicenza, que data de 1580, fue el primer edificio teatral permanente. Fue diseñado por Scamozzi siguiendo el ideal renacentista de Andrea Palladio con decorados múltiples para el escenario. Para apreciar la visión de la perspectiva de los distintos elementos, el espacio para el público se disponía en una elipse parcial muy inclinada frente a un escenario amplio y bajo.

El Teatro Farnese de Parma, de 1618, tenía el primer arco de proscenio y decorados planos que se desplegaban ante un auditorio en forma de herradura que en principio acogía alrededor de 3.500 personas. La dirección escénica se desarrolló con mayor complejidad y el arte de la perspectiva aplicado al escenario proporcionó un método para incrementar en apariencia la altura de los actores. Las técnicas de iluminación evolucionaron con la utilización de las lámparas de aceite con color y la refracción de la luz creaba efectos sobre el espacio.

Mientras tanto, en Inglaterra, en 1640 ya se habían construido cuatro teatros en el Bankside (rivera sur) de Londres. Sus galerías derivaban de los patios donde tradicionalmente se habían representado obras, y su forma circular era similar a la de los patios utilizados para las luchas de osos y otros animales. Uno de los ejemplos más destacados de esta época es el teatro The Globe de Londres, donde, con William Shakespeare y otros cuatro actores de la Chamberlain’s Company como accionistas, se pusieron en escena las cuatro primeras obras en 1599. En él fueron representadas en aquella primera etapa numerosas obras de Shakespeare y sus contemporáneos (Ben Jonson, Beaumont y Fletcher, Christopher Marlowe, etc.), y siguen representándose en la actualidad, ya que el teatro fue reconstruido en la década de 1990 sobre su emplazamiento real y con los mismos materiales del edificio original. Merece ser mencionado también el Drury Lane Theatre, también de Londres, inaugurado en 1663 por el dramaturgo Thomas Killigrew y su compañía. Actualmente sigue en activo, habiéndose convertido, a partir de la II Guerra Mundial, en la sede londinense de la comedia musical estadounidense.

A finales del siglo XVII, en Francia, nace la Comédie-Française, también llamada ‘Maison de Molière’ (La casa de Molière). En la actualidad es el teatro nacional francés, una de las instituciones culturales más influyentes y queridas de ese país y el teatro nacional más antiguo del mundo, muy apreciado por la calidad de su repertorio, sus producciones y la formación dramática de sus integrantes. La Comédie-Française fue creada a raíz de la unión de tres importantes compañías parisinas. En 1673, tras la muerte del dramaturgo francés Molière, su compañía, el Illustre Théâtre, se unió a su rival, el Théâtre du Marais, y comenzó a representar en el Théâtre du Guénégaud. En 1680, la Guénégaud se fusionó con la compañía más vieja de París, los Comédiens du Roy del Hôtel de Bourgogne. Comenzó a conocerse como la Comédie-Française para distinguirla de la Comédie-Italienne, el grupo de Commedia dell’arte que se había instalado en el Hôtel de Bourgogne. En 1689 se abrió un nuevo teatro para la compañía. En él, dos filas de palcos delimitaban un patio cuadrangular y un escenario de corbata frente a un arco de proscenio. El anfiteatro estaba formado por bancos paralelos dispuestos en descenso hacia el escenario. La complejidad de la escenografía y la maquinaria aumentó y, por tanto, adquirió importancia el emplazamiento del público frente al proscenio de modo que fueran apreciables los cambios de perspectiva.

Un ejemplo refinado y aún en activo de los cambios de escena del siglo XVIII puede apreciarse en el teatro Drottningholm, situado cerca de Estocolmo, que fue acabado de construir en 1766. Uno de sus elementos más apreciados en la época fue su maquinaria, en funcionamiento en la actualidad, que permitía rápidos cambios de escenografía con el telón levantado. Durante el siglo XIX el teatro europeo desarrolló una disposición de múltiples hileras alrededor del espacio central con la mayor parte del público frente al escenario. Esta forma fue también adoptada por los teatros de la ópera, destacando el Teatro de la Ópera Garnier de París y La Scala de Milán. Por el contrario, el Bayreuth Festspielhaus, inaugurado en 1876, es un teatro en el que el público se dispone frente al escenario en forma de abanico, sin asientos laterales adicionales. Los espectadores se encuentran separados del escenario por el foso de orquesta y una zona técnica con el objetivo de crear una suspensión de la realidad a través de la luz y el sonido. Este teatro fue diseñado por Richard Wagner para la representación de sus óperas y está situado en la ciudad alemana de Bayreuth. Otro ejemplo de los teatros de este siglo es el Old Vic Theatre, inaugurado en Londres en 1818 y célebre por sus representaciones de obras de Shakespeare, aunque en sus primeros años se dedicó casi exclusivamente al melodrama, el género teatral más representado en esa época. De finales del siglo XIX son dos famosísimos locales parisinos, el Folies-Bergère y el Moulin Rouge. El primero, conocido por sus actuaciones de cabaré, se inauguró en 1869 presentando una fórmula de espectáculo que mezclaba el café, el teatro y el concierto. Por otro lado, el Moulin Rouge, construido en 1889, en sus inicios fue un café concierto y, después, un music-hall, antes de convertirse en uno de los raros vestigios de la Belle Époque en la capital francesa. El principal factor que contribuyó al aumento de su reputación fue la célebre danza francesa, derivada de la cuadrilla, conocida como cancán.

De principios a mediados del siglo XX, los teatros evolucionaron a la par que la tecnología estructural, y fueron construidos con mayores voladizos y filas de asientos más largas en un intento de democratizar la disposición y dotar de la misma visibilidad a todo el público. Sin embargo, con el aumento de la capacidad y el incremento

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