Teatro- Estructura Dramática

LA ESTRUCTURA DRAMÁTICA.

Para que se concrete un hecho teatral, es imprescindible la aparición de uno o más sujetos. Es imprescindible que este sujeto este en un lugar y entonces es necesario un entorno. Y que allí este viviendo algo, este accionando, protagonizando una situación. Para que esa historia sea teatral, sea material dramático, tendrá que haber una situación conflictiva, un problema a resolver. Por lo tanto, la estructura dramática está compuesta por: el sujeto, las acciones, el conflicto, el entorno y el texto/historia.

Elementos:

Sujeto: es a quien le pasan las cosas. Hay que diferenciar el Rol del Personaje. El rol es un “prototipo”, un “modelo”, por ejemplo: todos sabemos qué tareas, acciones, realiza un médico, un ama de casa, un policía, una secretaria, un alumno, etc., todos tenemos una “idea”, “imagen” de ese tipo, lo tenemos incorporado, y podemos cumplir con ese rol, sin importarnos su historia personal. Mientras que el personaje, es una construcción mucho más profunda. Tiene una historia de vida, un bagaje personal: un nombre, un apellido, una edad, un contexto familiar, amigos, está dentro de un contexto social-cultural, etc. El sujeto en medida en que realiza la estructura dramática con su accionar, desde un “modo de ser” propio y único, se convierte en personaje. Este tiene una personalidad, unas características particulares: carácter, gestos, manías, ilusiones, etc., y porqué es como es (circunstancias dadas que lo marcaron para que sea así). No entra y sale de la situación así porque si. Aparece en escena porque quiere algo, desea o necesita. Este objetivo es el que va a guiar y estimular sus acciones. Los personajes son siempre humanos. Animales, plantas, objetos, abstracciones, pueden convertirse en personajes de la situación dramática mientras que los humanicemos. El personaje, como el ser humano, no es un ser acabado, se va modificando a lo largo de la situación y como consecuencia de la situación.

Acción: acción escénica es toda conducta voluntaria y consciente tendiente a un fin determinado. Todas las acciones, por ser necesariamente físicas, implican movimiento, pero no todos los movimientos implican acción dramática, transformación. Cuando los movimientos traducen materialmente intenciones expresivas que contienen dobleces psicológicos de la intencionalidad del personaje, son acciones. Estas acciones permiten encontrar los comportamientos y los estados interiores correspondientes a las situaciones.

Conflicto: es el choque o enfrentamiento de dos o más objetivos opuestos. Es el eje de referencia en lo teatral. El conflicto nos empuja a hacer. El espectador quiera enajenarse buscando el entretenimiento de un relato que plantee un conflicto que no es suyo pero en el que se ve implicado: espera una propuesta de solución y si, la hay, la juzga, aceptándola o rechazándola. En este sentido, Stanislavski distinguía entre una “situación vegetativa” que ocupa espacio, un tiempo y un estado de ánimo, pero en la que no ocurre nada, porque no hay conflicto, y la “situación dramática” que supone un enfrentamiento entre personajes.

Existen tres conflictos:

1) conflicto con el entorno: es el estado de conflictividad con lo que rodea al personaje. Hay un “algo” que le impide lograr su objetivo.

2) conflicto con otro sujeto: cuando el personaje comienza a accionar sobre otro sujeto para conseguir su objetivo. El otro reacciona, es decir, acciona, a partir de lo que le hacen. Frente a esta situación el sujeto vuelve a accionar en una nueva instancia, provocando que la situación se encuentre en un nuevo estadío. Este tipo de conflicto es el que más crece y varía. Como consecuencia de esta tarea, aparecerán estados emocionales propios de la situación en el aquí y ahora. El conflicto, si se acciona sobre él, siempre evoluciona,

...