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FORTALEZA DEL REAL FELIPE


Enviado por   •  22 de Abril de 2013  •  3.997 Palabras (16 Páginas)  •  715 Visitas

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FORTALEZA REAL FELIPE

La Fortaleza del Real Felipe constituye para los peruanos un ejemplar arquitectónico de primer orden, tanto por su longevidad material como por la trascendencia histórica de los elementos que se encuentran hoy en sus instalaciones. A este respecto la Fortaleza del Real Felipe es sin lugar a dudas el museo representativo de la región Callao con una atracción turística, que cautiva a propios y extraños.

1.1 Reseña histórica

La Fortaleza del Real Felipe posee una vasta historia de casi tres siglos, la cual sería casi imposible de resumir en pocas páginas, sin embargo, en este estudio nos aproximaremos a realizarlo.

Fue construida originalmente durante los gobiernos de los virreyes José Antonio Manso de Velasco y Manuel Amat y Juniet entre los años de 1747 a 1774, con el propósito de servir como defensa ante ataques de corsarios y filibusteros que hacían su llegada a nuestras costas en busca de riquezas y que asolaban todo lo que encontraban en las ciudades portuarias, por ello la fortaleza debía garantizar la seguridad de toda la Bahía del Callao. (Actualidad Militar, 1985, p.30). Posteriormente adoptó nombres populares como simplemente “El Castillo” y posteriormente “Los Castillos del Callao”, luego de que el virrey Manuel Guirrior ordenara la construcción de dos fuertes adicionales “San Rafael” al sur y hacia el norte “San Miguel”.

Mas adelante, en la etapa de transición entre la Colonia y la Independencia ejerció diversas funciones, por un lado fue el último reducto de las fuerzas realistas con el general Rodil. Irónicamente San Martín lo denominó como Castillo de la Independencia denominación que se usó por cierto tiempo y que la sociedad olvidó. En referencia a estos hechos, cabe recordar que a comienzos de 1824, el sargento Dámaso Moyano se sublevó, junto al brigadier español José Ramón Rodil quien se pone a la cabeza de este levantamiento. Los realistas, entre ellos más de 6000 soldados y civiles refugiados, tomaron posesión del Real Felipe negándose a aceptar la Capitulación de Ayacucho y esperando hasta 1826 tropas de ayuda españolas que nunca llegaron. (Barra, 1954, p. 46-47). Luego de dos años de enclaustramiento, con la mayoría de los soldados realistas muertos, de hambre y enfermedades, un destacamento patriota logró apoderarse del fuerte San Miguel, para luego tomar posesión del resto del lugar. Solo es en ese momento cuando el brigadier Rodil acepta la derrota y junto a un debilitado grupo de solo 400 hombres que quedaban en pie marchan fuera del lugar. Se firma la capitulación de la fortaleza el 22 de enero “[…] y al día siguiente ocupada por patriotas, izándose el pabellón peruano en el Torreón de La Patria (La Reina). En ese mismo día Rodil se embarcó para España acompañado de algunos jefes y oficiales”. (Barra, 1954, p. 48).

Otro hecho que marcó historia fue el protagonizado por los presidentes Orbegoso y Salaverry en una etapa tan conflictiva como La Confederación Peruano Boliviana. Ambos ocuparon la fortaleza, primero Luis José de Orbegoso al sospechar de un golpe de Estado de parte del ex presidente Agustín Gamarra, y luego Salaverry, quién se apodera de la Fortaleza y del gobierno. (Regal, 1961, p. 76). Ya en posesión del Castillo, inicia un deplorable desmantelamiento, pues vendió armamentos que se encontraban en él sosteniendo que su desarme era una medida vital de importancia para consolidar la paz interna; al poco tiempo instala en el lugar a la Aduana del Callao. Será con el fin de la Confederación y la asunción del mando de Agustín Gamarra que se decreta, la reforma de la Fortaleza del Real Felipe. (Regal, 1961, p. 83).

Las reformas emprendidas en la fortaleza, a fin de darle una utilidad civil y no militar, impidieron que durante los ataques españoles en el “Combate del 2 de mayo”, éste no pudiera hacer frente al enemigo. Además, con el paso de los años se habían creado en sus interior diversas construcciones cerca de la zona que no permitirían un correcto espacio para llevar a cabo una lucha; “De este modo la vieja fortaleza fue utilizada únicamente como cuartel de unidades de tropa y sede del Cuartel General en donde se hallaba el Jefe Supremo, el General Prado”. (Barra, 1954, p. 58).

Durante la guerra con Chile, La Fortaleza del Real Felipe siguió cumpliendo sus funciones de Aduanas y prisión militar ocasional, sufriendo un bloqueo y posterior bombardeo durante la Guerra con Chile, que trajo como saldo la destrucción de los dos pequeños fuertes “San Miguel” y “San Rafael”. Ya durante el gobierno de Augusto B. Leguía se le consigna su nombre original “Real Felipe del Callao”, además se le realizan una serie de restauraciones que se necesitaban con urgencia a fin de devolverle su “fisionomía militar”. Sin embargo, muchas de las modificaciones que se realizaron durante sus años de Aduana persistieron, muchas de ellas realizadas con material corriente y que fue deformando poco a poco sus instalaciones. “En relación con las disposiciones gubernativas para la restauración del Real Felipe, fijadas en las Resoluciones Supremas de 9 y 10 de octubre y Decreto Supremo de 21 de noviembre de 1925, se expidió las resolución suprema del 11 de enero del mismo año creando el “Museo del Real Felipe”, constituido “con los elementos que se relacionan con el origen e historia de la fortaleza”, y el cual ocupó la cámara centra aboveda de casamatas, pero por poco tiempo, pues sus pertenencias volvieron al Museo de la República.[…] Por decreto supremo de 2 de mayo de 1944 se creó definitivamente el Museo Histórico Militar en el Real Felipe, y el 23 de julio de 1945, se le inauguró por el Presidente Prado[…]” (Barra, 1954, p. 71). A partir de la fecha hasta la actualidad, el Museo del Ejército ha venido funcionando normalmente, con ocasionales interrupciones en la atención al público debido a grandes mantenimientos, como el realizado en 1962 bajo la dirección de Agustín Tovar de Albertis y el de 1974, ordenado por el presidente Velasco Alvarado.

En cuanto a las Aduanas, éstas siguieron funcionando en las primeras décadas del siglo XX, en las salas que no eran ocupadas por el museo, hasta que poco después se manda crear el “Terminal Marítimo”, obra que es concluida en 1934, durante el gobierno de Oscar R. Benavides; la Aduana es reubicada en aquella instalación y el Real Felipe es ocupado por un cuerpo de tropa del Ejercito, siendo además sede de sede de la Escuela de Suboficiales del Cuerpo Aeronáutico del Perú hasta 1945.

Es declarado finalmente monumento el 19 de marzo de 1952, teniendo como presidente

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