Franco Un Balance Historico

Para ser sincera este libro es muy sencillo de resumir, el autor buscó todos los argumentos que le permitieran justificar el alzamiento militar de 1936 y la posterior dictadura militar que mantuvo a España en un estado de semiinconsciencia, donde los pocos que se atrevían a alzar su voz contra el régimen se jugaban la vida.

Hay numerosas citas en este libro que merecen ser rebatidas, y aunque no soy una especialista en el tema, la subjetividad acompañada de comentarios tendenciosos o más bien maliciosos, deja bien claro la postura del autor desde el primer momento. Ya en la introducción, hablando de la Guerra Civil, encontramos uno de estos comentarios: “Stalin (…) mandó bastante de sus mejores armas (…) no había mandado a España personal de segunda categoría, sino a muchos de sus mejores elementos militares y policiacos.” Dudo que las armas recibidas fueran las mejores y aunque lo hubiesen sido, el autor omite deliberadamente la ayuda italiana y alemana que fue determinante para el triunfo de los sublevados.

En el primer capítulo básicamente se trata a la República como la culpable de su caída, siendo los nacionales los salvadores de la Patria (esto me recuerda al discurso oficial que se mantuvo durante 40 años). Comunistas, anarquistas, masones, libre pensadores son todos catalogados por igual como los enemigos a vencer.

Ya en el segundo capítulo, directamente nos habla de un Franco respetuoso con la Republica, e inclusive como un defensor de ella “(…) había sido Gil-Robles quien, movido por la arbitrariedad de Alcalá-Zamora, había sugerido por dos veces a los militares una intervención política, y Franco quien la había impedido.” Pero no hace referencia a que tal vez Franco no actuó en ese momento por no creerlo oportuno, pero no por sentir ni respeto ni mucho menos un sentimiento de protección hacia la Republica. También atribuye a las milicias de partidos de izquierda el caos reinante en España, minimizando hasta lo ínfimo la responsabilidad de Falange o inclusive omitiendo a la Requeté, así las muertes de los derechistas numerosas veces citadas y expuestas intentan demostrar que el régimen republicano se había convertido en un régimen de “terror” para los “pobres” partidarios de derechas.

Las tesis pueden resumirse en:

• Franco no se levantó en contra de la República, sino en contra de la revolución, apoyada y alentada por Azaña y Casares.

• Todos los partidos de izquierda son unos fanáticos que no tenían ninguna intención de pactar o aliarse con una derecha pacifista, respetuosa y víctima de la violencia de los partidos de izquierda. Cito: “(…) discernimos en el grueso de la derecha un ánimo amedrentado y contemporizador (…). Las violencias de Falange y otros tuvieron una importancia secundaria, magnificada intencionadamente por las izquierdas como excusa para desencadenar ellas violencias mucho mayores.” La violencia es violencia, independientemente de quien la lleve a cabo, es cierto que hubieron milicias de partidos de izquierda y no niego que sus actos son reprobables, pero “Falange y otros” no eran ningunos inocentes y sus acciones son igual de incorrectas.

Hablando ya de la guerra civil, alega que solicitar ayuda a países extranjeros fue una “necesidad mucho más perentoria en el bando rebelde, pues apenas disponía de infraestructura industrial, mientras que sus enemigos podían intensificar en seguida la fabricación de cañones, ametralladoras, bombas, fusiles y otras armas, y transformando otras industrias, fabricar hasta carros de combate o aviones”. ¡Parece ser que la República era una potencia armamentística increíble! Sin contar que la Legión Cóndor y el Cuerpo

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