Fuentes Secundarias
jairodx16 de Septiembre de 2013
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ANALISIS DE SUS OBRAS
Uno de los problemas más complejos abordados por la obra literaria y astrológica de José María Arguedas es el de la integración de las distintas vertientes de la sociedad peruana, profundamente escindida en realidades sociales, culturales, regionales y raciales muy diversas y en algunos casos contrapuestas.
La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende, además de obras de ficción, trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera desgarradora.
Por otro lado, en Arguedas la labor del literato y la del etnólogo no están nunca totalmente disociadas, e incluso en sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones. Y aunque no era diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su literatura (basada especialmente en las descripciones) supo comunicar con gran intensidad la esencia de la cultura y el paisaje andinos.
Su primer libro reúne tres cuentos con el título de Agua (1935), que describen aspectos de la vida en una aldea de los Andes peruanos. En estos relatos se advierte el primer problema al que se tuvo que enfrentar en su narrativa, que es el de encontrar un lenguaje que permitiera que sus personajes indígenas (monolingües quechuas) se pudieran expresar en idioma español sin que sonara falso. Ello se resolvería de manera adecuada con el empleo de un "lenguaje inventado": sobre una base léxica fundamentalmente española, injerta el ritmo sintáctico del quechua.
En Agua los conflictos sociales y culturales del mundo andino se observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece como depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la violencia del mundo de los blancos.
En Yawar fiesta, de 1941, Arguedas plantea un problema de desposesión de tierras que sufren los habitantes de una comunidad. Con esta obra el autor cambia algunas de las reglas de juego de la novela indigenista, al subrayar la dignidad del nativo que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los sectores de poder. Este aspecto triunfal es, de por sí, inusual dentro del canon indigenista, y da la posibilidad de entender el mundo andino como un cuerpo unitario, regido por sus propias leyes, enfrentado al modelo occidentalizado imperante en la costa del Perú.
En Los ríos profundos, de 1958, propone la dimensión autobiográfica como clave interpretativa. En esta obra se nos muestra la formación de su protagonista, Ernesto (que recobra el nombre del niño protagonista de algunos de los relatos de Agua), a través de una serie de pruebas decisivas. Su encuentro con la ciudad de Cuzco, la vida en un colegio, su participación en la revuelta de las mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del mundo. El mundo de los indios asume cada vez más connotaciones míticas, erigiéndose como un antídoto contra la brutalidad que tienen las relaciones humanas entre los blancos.
La novela siguiente, El Sexto, publicada en 1961, representa un paréntesis con respecto al ciclo andino. "El Sexto" es el nombre de la prisión de Lima donde el escritor fue encarcelado en 1937-1938 por la dictadura de Benavides. El infierno carcelario es también una metáfora de la violencia que domina toda la sociedad peruana.
Con Todas las sangres, de 1964, Arguedas reanudó, sobre bases más amplias, la representación del mundo andino. Del relato autobiográfico se pasa a un cuadro general que comprende las transformaciones económicas, sociales y culturales que suceden en la sierra peruana. A través de la historia de una familia de grandes latifundistas, el autor afronta las consecuencias del proceso de modernización que avanza sobre un mundo todavía feudal.
Todas las sangres es un proyecto narrativo de largo aliento y mucho más ambicioso, pues pretende sopesar todos los modelos que se presentan como alternativos para construir y configurar la sociedad peruana. A ello obedece su estructura coral en la cual se enfrentan el proyecto capitalista, el orden feudal y un boceto de capitalismo nacional. Pero el autor invalida cada uno de ellos, proponiendo como legítimo un modelo social comunitario que no desdeña, empero, la modernización. Todas las sangres elevan el problema indígena a problema nacional, e incluso le brinda un tinte universal, en la medida en que el conflicto expresado en la novela corresponde ya en ese momento al llamado Tercer Mundo.
La última novela de Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo, que se publicó póstuma en 1971, quedó inacabada por el suicidio del escritor. Los capítulos que consiguió escribir están ambientados en Chimbote, un puerto pesquero del norte, que sufre un desarrollo impetuoso y caótico. El autor alterna la representación dramática de los costes humanos de este crecimiento, especialmente la pérdida de identidad cultural de los indios trasplantados a la ciudad, con apuntes de diario, de los cuales emerge la decisión, cada vez más inexorable, de suicidarse.
La imagen literaria de Arguedas se completa también con sus Relatos completos, reunidos en 1975, y con importantes investigaciones antropológicas y folclóricas, además de su producción poética en lengua quechua.
Nuestro país es multicultural y plurilingüista pero a pesar de ello la gente es muy pre juiciosa y no aprecia verdaderamente lo nuestro por el contrario se avergüenzan de su patria. Se debería cambiar esa discriminación por apoyo para que nuestras tradiciones, creencias, costumbres y folklore prevalezcan porque a pesar de ser uno de los países con más historia lamentablemente no la valoramos y se va perdiendo.Por eso en este ensayo se habla sobre José María Arguedas y sus obras que presentan un mensaje multicultural. Recordemos que José María Arguedas nació en Andahuaylas en 1911,si bien se sabe de la estrecha relación con su padre y de la temprana desaparición de su madre, su padre fue un abogado de provincias obligado a ir de pueblo en pueblo de ciudad en ciudad para vivir precariamente de los juicios que conseguía asesorar. Era un estudiante provinciano de escasos recursos que se desempeñaba como empleado de correos. Era un estudiante provinciano de escasos recursos que se desempeñaba como empleado de correos. En 1937 cae preso acusado de comunista y pasa varios meses en EL SEXTO, prisión ubicada en el centro de lima y de hecho ahí convive con apristas y comunistas.
La primera obra de Arguedas, comentada precisamente por Alberto Tauro, es una colección de relatos que se titula AGUA y se publica en 1935, ella marca un cambio radical en la literatura indigenista. Su tarea de narrador prosigue después en 1941 con “YAWAR FIESTA” y en 1958 con “LOS RIOS PROFUNDOS”.
Cuando se piensa en Arguedas generalmente se piensa en el narrador y novelista. Su producción como antropólogo ocupa un número de páginas de dimensión similar a las de Arguedas publicadas son 5 volúmenes que van desde “AGUA” y “EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO” y se calcula que la publicación de sus textos antropológicos comprenderá 5 volúmenes similares. Claro está, en su obra hubo también otra faceta, que tiene importancia al final de su vida. Arguedas fue un hombre proclive a la autobiografía y a la confidencia. Este lado de su vida termino expresándose a través de elaboración de una correspondencia muy directa, en la que él presenta claramente sus lados y facetas más personales. Veremos como al final de su vida, esta correspondencia alcanza una dimensión literaria. De ahí que, aunque los editores no lo hayan considerado, habría que insistir en la necesidad de dedicar por lo menos un volumen para recopilar las cartas intercambiadas por Arguedas con otros escritores, con editores y con otras personas, como por ejemplo, los diversos psiquiatras.
De esta obra múltiple, donde hay ensayos, escritos antropológicos, estudios folklóricos, recopilaciones de canciones, cuentos, narraciones populares, novelas, lo que siempre ha llamado la atención es la obra de ficción. Ella pareciera guardar una cierta correspondencia con la evolución de la sociedad peruana, lo que nos lleva a reflexionar acerca de las conexiones entre la obra de Arguedas y la sociedad de la que forma parte.
Aquí subyace la hipótesis de que Arguedas es uno de esos personajes excepcionales que en su derrotero lingüístico y en su tarea como escritor condenso las tensiones y las preocupaciones de una sociedad. No se le puede entender en términos estrictamente personales e individuales. Incluso pensar en el suicidio exclusivamente en término de sus relaciones familiares con su padre, su madre, su madrasta, sus esposas, es solo un lado de la realidad. Hay otro lado que es igualmente importante, la dimensión social que pudo haber tenido el suicidio de un escritor representativo de esta sociedad.
Arguedas debe ser considerado como un escritor y al mismo tiempo, como un hombre, no solamente en términos de su biografía, sino en términos de la sociedad de la que forma parte. Las relaciones entre Arguedas, su obra y la sociedad peruana, podrían verse en muchos niveles, pero hay tres que me parecen particularmente significativos.
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