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Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey


Enviado por   •  1 de Abril de 2020  •  Ensayos  •  1.920 Palabras (8 Páginas)  •  921 Visitas

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Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey

Introducción

En 1848 con la apertura del puerto de Matamoros y de ciudades fronterizas, y la ciudad se convirtió en centro de operaciones mercantiles que atrajo a extranjeros dispuestos a hacer negocios.

La Compañía Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey A.C. se fundó el 5 de mayo de 1900 con un capital de 10 millones de pesos oro por iniciativa de Vicente Ferrara, León Signoret, Eugenio Kelly y Antonio Basagoite, quienes tuvieron la visión de aprovechar los grandes yacimientos de hierro y carbón de los alrededores de la ciudad.

El 5 de mayo de 1900 se constituyó la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey con un capital social de diez millones de pesos.

La Fundidora sería la primera planta siderúrgica integrada en América Latina y la única hasta los años cuarenta. Las primeras piezas fundidas se produjeron a finales de 1901. Los procesos eran artesanales: La pieza se dibujaba, se labraban en madera los moldes para el vaciado; una vez sólidas y frías las piezas se armaban y se fijaban con remaches o tornillos.

La capacidad de producción fue en aumento y pocos años después podían vaciarse piezas hasta de treinta toneladas.
El proceso de organización y arranque duró tres años. Fue necesario importar maquinaria y contratar técnicos y obreros en Europa y en Estados Unidos.
Se programó e inició la explotación de hierro, carbón y piedra caliza, entro otros insumos.
Se instalaron vía de ferrocarril para trasladar la carga de la Estación del Golfo hasta los patios de materiales de la planta.
En septiembre de 1903 comenzó a producir el Alto Horno. La capacidad de producción de 100 mil toneladas anuales de acero y 80 mil de producto terminado.

Visión

Proveer fierro para las herramientas, equipamientos y maquinaria, así como la producción a gran escala para el transporte ferroviario, los procesos industriales y de construcción.

Misión

Una industria integrada incluye todas las etapas del proceso de producción que en el caso del acero son la obtención del arrabio o hierro de primera fusión; la aceración, que entrada un producto semiterminado y la laminación, que entrega un producto terminado

Socios

Vicente Ferrera, quien había nacido en Italia y a los trece años había llegado a vivir en una mina de Coahuila, fue posiblemente quien concibió inicialmente el proyecto de una siderúrgica integrada. Alentando también por sus experiencias en la American Smeting y por sus vivistas a algunas acereras de Estados Unidos, Eugene Kelly, financiero procedente de Nueva York, fue quien concertó la inversión con los otros accionistas fundadores, Antonio Basagoiti y Leon Signoret, empresarios europeos asentados en la Ciudad de México.

Historia

En los inicios del siglo XX el valle del Monterrey lucia rodeado de sus montañas, con una mancha urbana aproximada de cuarenta manzanas por lado, además de pequeños núcleos de población en su entorno. A ciertas horas se escuchaban las campanadas de las iglesias y de manera regular, en los cambios de turno, el silbato de la “La maestranza” como se llamó al conjunto de plantas y talleres que formaban la siderúrgica. La aventura de iniciar una empresa siderúrgica sin experiencia en un lugar donde las rutinas predominantes eran agrícolas, las ganaderas y de pequeñas manufacturas artesanales o fabriles, y sin tener un mercado seguro requería arrojo y optimismo. La demanda interna era aún muy débil y la externa estaba sujeta a eventos impredecibles. Además, la competencia de experimentas empresas extranjeras era muy fuerte.

Para esto en 1907 el consejo directivo decidió trasladarse a la Ciudad de México y nombrar, primero como consejero delegado, luego como director de la empresa, a un español cercano a Porfirio Díaz, don Adolfo Prieto. La estrategia funcionó y La Fundidora pudo acceder al mercado ferroviario y más adelante a obras publicas de importancia.

La empresa antes de su quiebra final en 1986 estuvo al borde de estarlo en 1907 año en que hubo pánico financiero en Estados Unidos que repercutió en la quiebra de varios bancos y afectó la industria de los metales. Pero el hecho de que el gobierno mexicano tuviera participación en la administración del sistema ferroviario le permitió obtener contratos y salir adelante.

En 1909 y 1912 se produjeron 110 mil toneladas de rieles de ferrocarril y la empresa pudo pagar dividendos.

Durante los primeros años la empresa funcionó con ingenieros y técnicos europeos y norteamericanos que tenían el compromiso de entrenar a la inexperta y en la mayor parte de los casos analfabeta mano de obra mexicana. Hacia 1912 ya se habían formado operarios especializados en las distintas plantas.
La crisis que trajo la Revolución provocó despidos y, en el mejor de los casos, la reducción de las jornadas laborales a veces hasta a tres días a la semana. La empresa trataba de compensar los bajos ingresos buscando el abasto de productos básicos para los trabajadores y sus familias en épocas de escasez.

La nueva cultura obrera trajo consigo la organización sindical y en 1918, 1920 y 1922 hubo huelgas. No obstante, las prestaciones que comenzó a dar la empresa, la formación de organizaciones de apoyo mutualista y, sobre todo, los buenos salarios atrajeron a muchos trabajadores. La fuerza laboral creció de 1500 a 2,400 trabajadores, que a partir de 1922 marcharon en buena coordinación con la dirección de La Fundidora.

En 1911 la empresa creó la Escuela Acero para dar a los hijos de sus trabajadores una educación primaria de calidad cerca de la empresa. Los alumnos destacados recibían becas para continuar sus estudios en el IPN, La colonia Acero brindo terrenos a precios accesibles para cierto número de trabajadores calificados y propicio la urbanización del entorno con barrios obreros.

Los obreros de la Fundidora se forjaban y especializaban en los distintos departamentos: Maquinaria, Alto Horno, Aceración, Fundición, Laminación, Fuerza Motriz, Tornillos y Remaches, entre otros. El complemento para la industria fue la formación técnica, que se logró con la fundación de la Escuela Técnica Álvaro Obregón  

Don Adolfo Prieto era aún el presidente del Consejo, don Evaristo Araiza era el director gerente, don Manuel L. Barragán se encargaba de la comunicación y una generación de ingenieros formados en el extranjero, El instituto Politécnico Nacional o la Universidad Nacional Autónoma de Mexico había asumido la mayor parte de las responsabilidades técnicas de La Fundidora.

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