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GEOGRAFIA


Enviado por   •  12 de Julio de 2015  •  3.571 Palabras (15 Páginas)  •  167 Visitas

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Las perspectivas mundiales

7. Perspectivas de la globalización

En el informe sobre las perspectivas globales de la economía, el Banco Mundial es optimista al señalar que “la próxima globalización – una profunda integración con la economía mundial a través del comercio, los flujos de información, las finanzas y la migración – ofrecerá nuevas y mejores oportunidades para incrementar la productividad y elevar los ingresos.

Los productores que participan en los grandes mercados internacionales podrán producir en gran escala, acceder a tecnologías y conocimientos más apropiados y participar en la creciente integración global de las cadenas productivas. Los consumidores en todas partes tendrán acceso a los últimos productos internacionales” (The World Bank, 2007: vii).

Sin embargo, de acuerdo a Romero y Vera (2009) como lo deja entrever el informe, esta posibilidad es solo potencial. Tal vez en otro contexto la globalización podría significar una oportunidad histórica para la mayoría de países atrasados, que son víctimas de un orden internacional adverso a sus intereses. Esto solo será posible en la medida que el proceso de globalización genere condiciones en las que el mercado, controlado por el capital transnacional, trabaje en favor de las naciones menos favorecidas y no al contrario. Hay que advertir sobre el riesgo que esto representa, en ese sentido, los organismos económicos internacionales, influyen en la desregulación económica, especialmente en el ámbito monetario y financiero, pero también en el comercial y productivo.

La volatilidad de la economía y la deficiente distribución de la renta, esta vez a escala mundial, serán como tantas veces los frutos de ellos. Solo con la constitución de organismos económicos mundiales con suficiente poder, con objetivos estratégicos definidos (desarrollo humano, seguridad social, garantía y estabilidad y sobre todo un sistema monetario desarrollista) podrá evitar esta situación.

Desde aquí se defiende por la existencia de un gobierno mundial, que coordine, regule y limite la actividad de los agentes económicos mundiales, que mitiguen los problemas que plantea el sistema capitalista y que favorezca a los más desfavorecidos, también hoy insertados en el proceso de globalización.

El crecimiento económico mundial de 2014 fue inferior a lo esperado inicialmente, manteniendo el patrón de resultados decepcionantes que ha mostrado en los últimos años. La expansión de la economía repuntó solo marginalmente en 2014, de 2,5 % en 2013 a 2,6 % ese año. Más allá de estas cifras generales, se manifiestan tendencias cada vez más divergentes en los principales mercados. Mientras que la actividad cobró impulso en Estados Unidos y en el Reino Unido con el saneamiento de los mercados laborales y la extrema flexibilidad de la política monetaria, la recuperación ha sido inestable en la zona del euro y en Japón debido a la crisis financiera persistente, la cual está estrechamente vinculada con los cuellos de botella estructurales. China, en tanto, está pasando por una desaceleración dirigida cuidadosamente. El magro crecimiento en otros países en desarrollo durante 2014 es un reflejo de la débil demanda externa, pero también de la contracción de la política económica, las incertidumbres políticas y las restricciones por el lado de la demanda en las diversas economías. Hay diversas fuerzas importantes que están impulsando las perspectivas mundiales: bajos precios de las materias primas, tasas de interés persistentemente moderadas, pero políticas monetarias crecientemente divergentes en las principales economías, y un comercio mundial deprimido. No obstante, la marcada caída en los precios del petróleo desde mediados de 2014 fortalecerá la actividad mundial y ayudará a compensar algunos acontecimientos negativos para el crecimiento en las naciones en desarrollo que son importadoras netas de petróleo. En particular, menguarán las perspectivas de crecimiento en los países exportadores de crudo, situación que tendrá importantes repercusiones regionales.

En términos generales, se espera que el crecimiento mundial repunte levemente a 3 % en 2015 y que su promedio bordee el 3,3 % hasta 2017. Es probable que en los países de ingresos altos, la expansión alcance el 2,2 % en el período 2015-17 (a partir del 1,7 % en 2014), gracias a la recuperación gradual de los mercados del trabajo, el retroceso en la consolidación fiscal y los costos financieros aún bajos. En las economías en desarrollo, se prevé que el desarrollo se acelerará gradualmente de 4,4 % en 2014 a 4,8 % en 2015 y 5,4 % en 2017, a medida que se reduzcan las dificultades internas que frenaron el crecimiento en 2014 y se consolide lentamente la recuperación de los países de ingresos altos. Los precios más bajos del petróleo contribuirán a acentuar las perspectivas divergentes que enfrentarán los países exportadores e importadores de crudo, en particular en 2015. Esta lenta recuperación mundial enfrenta riesgos significativos que inclinan la balanza desfavorablemente. La inestabilidad de los mercados financieros, agravada por el riesgo de que las condiciones de liquidez se deterioren en forma repentina, podría incrementar bruscamente los costos de endeudamiento para los países en desarrollo. Esto sería un acontecimiento muy indeseable luego de los varios años de fuerte emisión de bonos en los mercados de capitales de los países en desarrollo. Una intensificación de las tensiones geopolíticas, episodios de volatilidad en los mercados de productos básicos o dificultades financieras en los principales mercados emergentes podrían llevar a una nueva evaluación del perfil de riesgo. El comercio mundial podría debilitarse aún más en el caso de un prolongado período de estancamiento o deflación en la zona del euro o en Japón. Por último, aunque es poco probable dado los importantes elementos de amortiguamiento insertos en las políticas de China, una desaceleración aún más pronunciada en su crecimiento podría desencadenar la emergencia desordenada de vulnerabilidades financieras, lo cual tendría repercusiones fuertes para la economía mundial.

El motor de las perspectivas mundiales y sus riesgos asociados plantean grandes desafíos para la política económica. En los países de ingreso alto, la recuperación es aún frágil y exige una política monetaria y fiscal flexible que apoye el crecimiento, pero que esté acompañada de planes de consolidación y reformas estructurales concretas a mediano plazo. En los países en desarrollo, la contracción del financiamiento global podría reducir los flujos de capital y derivar en depreciaciones adicionales de las monedas. Si bien esta depreciación puede fortalecer las exportaciones y ayudar a los ajustes

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