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Gran Bretaña y la Independencia de Venezuela


Enviado por   •  13 de Marzo de 2022  •  Ensayos  •  1.241 Palabras (5 Páginas)  •  69 Visitas

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Gran Bretaña: La “mano invisible” en América Latina que buscó tomar cualquier oportunidad de beneficio, por Frankder Pérez Mendoza.

Durante los quince años que van desde 1810 hasta 1825, podría decirse que los gobiernos británicos, guiados principalmente por Lord Castlereagh, habían hecho más para obstaculizar la independencia de Venezuela que para ayudarla. La conocida política neutral de mediación, que toma Gran Bretaña durante importante parte del conflicto de emancipación por parte de las colonias españolas en América, podría verse como un obstáculo para el logro de los objetivos independentistas, ya que privó a los venezolanos y a los neogranadinos del apoyo político y militar de la potencia que antes se había mostrado más entusiasta por separarlos del dominio español y que podría haber sido un poderoso aliado en este momento crucial de crisis interna dentro de América Latina. Sin embargo, este ensayo mantiene que el papel de los británicos podría ser más determinante de lo que se cree, y su influencia, tanto directa como indirecta, pudo haber contribuido a la causa independentista de las colonias españolas en América, a la vez que servía a los intereses políticos y económicos de la Corona Británica.

En 1823, Gran Bretaña envía comisionados y cónsules a la Gran Colombia, y se decide negociar un tratado comercial con la República en 1824[1]. El reconocimiento político llega poco después, en 1825. Aunque se logró primero el de los Estados Unidos, donde Manuel Torres fue recibido por el presidente Monroe en junio de 1822, el reconocimiento de Gran Bretaña puede considerarse más importante; este apoyo podía evitar cualquier intento español para reconquistar sus colonias americanas, y a la vez animaba a otras naciones a reconocer a la Gran Colombia. Además, los lazos económicos que resultarían del reconocimiento permitían un mejor acceso a las fuentes de comercio y capital británico, que se consideraban vitales para las perspectivas económicas de la República. Sin embargo, aunque el reconocimiento ayudó a la causa independentista, el camino para llegar allí no fue nada fácil[2].

Visto desde una perspectiva general, podría parecer que Gran Bretaña estaba destinada a reconocer y apoyar la existencia de Venezuela como nación independiente del yugo español. A principios del siglo XIX, Gran Bretaña tenía un fuerte interés en los territorios americanos de España, debido a rivalidades mantenidas con los españoles, y el deseo de aprovechar los recursos americanos y promover el comercio entre dichos territorios y el territorio británico. Desde finales del siglo XVI, Gran Bretaña busca hacerse con los recursos naturales de América, estableciendo sus propios asentamientos en el Caribe y en América del Norte. Así, Gran Bretaña se convirtió en un enemigo de España a ambos lados del Atlántico.

Reafirmando lo anterior, los intereses británicos en la región datan de hace siglos atrás, y aunque el reconocimiento explícito británico a las causas de independencia en América no existirá por un tiempo, no pueden negarse sus intenciones comerciales y cómo buscarían beneficiarse de cualquier escenario de independencia. “Remontándonos en el tiempo, puede considerarse que las primeras vinculaciones con la América inglesa ponen de manifiesto lo que sería su interés permanente: el económico en su faz comercial.” (Giménez, 1961, p. 71). Los intereses comerciales de Gran Bretaña en la región tenían su base en la búsqueda de nuevos mercados y materias primas para resolver problemas económicos internos[3].

Durante muchos años, Gran Bretaña buscaría activamente debilitar el imperio español y ganar mayor influencia en América. Usando una política agresiva, se buscaría directamente invadir en territorio americano (intentado en Río de la Plata, en 1806-1807), o apoyar a rebeldes que se sublevarían en contra de España (intentado con Francisco de Miranda, de manera no oficial, en 1806). A pesar de que estos intentos de promover conflictos entre las colonias y la metrópoli fallaron, arrojan luces sobre los intereses de Gran Bretaña en América. Son indicios de la “mano invisible”[4] a la que se refiere Fermín Toro, que analiza la silenciosa influencia británica en los procesos constitucionales de Venezuela en 1810-1812, y posteriormente en 1817, con la conformación del Congresillo de Cariaco, que respondía a los intereses británicos en la región.

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