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Grecia

miriamgdccTrabajo16 de Abril de 2014

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Introducción 2

1. Continuidad y cambio en la Historia 2

2. LA MEDICIÓN DEL TIEMPO: CRONOLOGÍA Y PERIODIZACIÓN 3

3. PERÍODOS Y CULTURAS ANTERIORES A LA REVOLUCIÓN FRANCESA 5

3.1 La cultura greco-latina 5

3.2 LA CULTURA MEDIEVAL 6

3.3 LOS AVANCES Y PENSAMIENTOS DE LA EDAD MODERNA 7

4. LOS GRANDES CAMBIOS Y ACONTECIMINTOS DE LA EDAD CONTEMPORÁNEA: ÉPOCA INDUSTRIAL 7

4.1 PENSAMIENTO: EL TRIUNFO DEL LIBERALISMO 8

4.2 EL DESARROLLO CIENTÍFICO Y CULTURAL 9

4.3 LOS GRANDES ACONTECIMIENTOS 9

INTRODUCCIÓN

1. CONTINUIDAD Y CAMBIO EN LA HISTORIA

El tiempo constituye uno de los elementos más cercanos y sencillos de nuestra vida, pero, igualmente, es uno de los más lejanos y difícil de comprender. El tiempo físico y objetivo, externo a nuestra vida -si es que es admisible esta afirmación- es el mismo para todos los seres vivos que habitamos la Tierra; pero las vivencias, las sensaciones, las percepciones y el valor cultural que los humanos le concedemos, es muy distinto de unos lugares a otros, de unas sociedades a otras y unas épocas históricas a otras. La dimensión temporal es un factor fundamental, que han de tener en cuenta todas las ciencias, pero en el caso de la Historia ésta se convierte en el objetivo principal.

El factor tiempo está inexorablemente ligado al movimiento, al espacio y a la duración; el movimiento es perenne, es eterno e implica dinamismo, continuidad, cambio, evolución; el espacio es envuelto por el tiempo, pero es en el espacio habitado donde varían los tiempos; finalmente la duración (pervivencia larga ó desaparición rápida) también está vinculada a la sociedad y, muy singularmente, a las sociedades históricas; su mayor o menor duración es una de las notas esenciales que las caracterizan. La duración, la evolución, los diferentes ritmos de desarrollo de las sociedades son tan sorprendentes como difíciles de explicar. Las sociedades primitivas y tribales, que desaparecieron hace miles de años de Europa, aún perviven en muchas zonas aisladas de África o de América Ecuatorial.

El historiador francés, F. Braudel en su obra La Historia y las Ciencias Sociales, diferenció las duraciones y tiempos de la Historia, distinguiendo tres categorías temporales en función de la duración:

- Tiempo corto: acontecimiento.

- Tiempo medio: coyuntura.

- Tiempo largo: estructura.

El acontecimiento equivale a un suceso, a un hecho de corta duración; son las noticias que diariamente leemos en los medios de comunicación tradicionales (hoy internet nos permite un conocimiento más inmediato): un incendio, unas inundaciones, una baja en la bolsa, unas elecciones, un accidente aéreo, etc.

Evidentemente, hay unos acontecimientos más relevantes y significativos que otros; igualmente un mismo acontecimiento puede tener distinta intensidad; las elecciones en un país democrático son casi rutinarias, mientras que las que se realizan después de una dictadura son extraordinarias. Será, pues, la trascendencia de ese acontecimiento la que le de mayor o menor importancia histórica. Desde el punto de vista historiográfico, se han hecho muchas interpretaciones del acontecimiento, pero dos cosas hemos de tener claras: no se puede analizar el acontecimiento descontextualizado del lugar y del momento y tampoco se puede subvalorar; actualmente se le vuelve a dar importancia, porque, aunque son piezas pequeñas, son los componentes del entramado histórico.

La coyuntura está referida a un tiempo mayor que el del acontecimiento pero también con "fecha de caducidad" es decir, que puede ser un tiempo corto o medio, pero nunca una larga etapa. Se diferencia del acontecimiento, en que en la coyuntura entran toda serie de factores que condicionan una sociedad en un momento determinado. Según Pierre Vilar: "la coyuntura es el conjunto de las condiciones articuladas entre sí, que caracterizan un momento en el movimiento global de la materia histórica. En este sentido, se trata de todas las condiciones, tanto de las psicológicas, políticas y sociales, como de las económicas ó meteorológicas". En consecuencia, en cada coyuntura suele predominar alguno de los citados factores condicionantes: físicos, políticos, sociales, económicos, etc. pero estos últimos han sido los más estudiados. "Es cierto que el concepto de coyuntura ha sido utilizado preferentemente por la historia económica, y de hecho ha sido la coyuntura económica la mejor estudiada por los historiadores, pero ello no obsta para que el concepto de coyuntura sea un concepto válido y utilizable para cualquier fenómeno histórico".

La invasión del Sahara español por Marruecos, en el año 1975, es un acontecimiento, pero que se produce dentro de una coyuntura -favorable para Marruecos- como era el final de la dictadura y la enfermedad de Franco, con la consiguiente ausencia de poder.

Finalmente las estructuras son situaciones semejantes a las coyunturas, pero con unos factores condicionantes muy arraigados y estabilizados por lo que son de larga duración. Tuñón de Lara dice: "llamamos estructura histórica ó social al conjunto de grupos sociales (clases, fracciones de clases, categorías sociales y socioprofesionales, etc.) con sus relaciones mutuas de todo orden -económico, político, jurídico- que sólo son inteligibles a partir de esa interdependencia recíproca" . Hablando de la constante histórica, como es la conflictividad dice: "mientras que la estructura comprende una situación conflictiva potencial, la coyuntura supone la expresión abierta y manifiesta de esa conflictividad, que puede llegar al cambio estructural".

Las estructuras son, pues, situaciones históricas de larga duración; pero como en los acontecimientos y en las coyunturas, las duraciones pueden ser distintas de unas a otras. Las estructuras que más han durado, son las equivalentes a lo que C. Marx llamó "modelo de producción" (esclavista, feudal, capitalista). Igualmente en las estructuras puede haber una preponderancia económica, política, social, ideológica, etc. todas ellas difíciles de salvar. P. Vilar dice que "los marcos mentales son también prisiones de larga duración".

2. LA MEDICIÓN DEL TIEMPO: CRONOLOGÍA Y PERIODIZACIÓN

Ya hemos dicho que el tiempo constituye uno de los elementos más cercanos y sencillos de nuestra vida, pero se nos ha olvidado un apelativo más, el de continuo; cuanto más avanzada está una sociedad y es mayor el nivel de vida de sus habitantes, más dependencia hay del factor tiempo. Pero el tiempo, en sí, no nos dice nada, es su medida la que nos marca las pautas diarias y a la que imprescindiblemente nos tenemos que someter, ¿qué haríamos hoy, si no hubiese relojes? El colapso sería inmenso, imposible de calcular. Pues bien, tan necesario como es el reloj para nosotros, lo es la cronología para el historiador. Y al hablar de cronología, de medida del tiempo, imprescindiblemente tenemos que hablar de escalas, de períodos, y al hablar de períodos necesariamente tendremos que establecer valores, fechas de terminación de comienzo. Esta última cuestión es más discutible y relativa, pero en lo que todos los historiadores están de acuerdo es que la ciencia historia no puede hacerse sin el concurso de la cronología.

Las observaciones y mediciones del tiempo surgen con las primeras culturas y siempre basadas en las observaciones de los ciclos de la naturaleza, fundamental mente la Luna y el Sol ó el agua, como hacían los egipcios con el caudal del Nilo. Surgieron así los calendarios y las diversas formas de medir el tiempo. La fijación de edades y, sobre todo, de puntos de partida ya es otra cosa. Cada cultura tenía su propia referencia, y así sigue siendo hoy: calendario gregoriano (cristiano), musulmán, chino, etc. Pero el calendario gregoriano es el que se ha impuesto universalmente, aunque en muchos países tenga carácter cooficial; fue establecido por el Papa Gregorio XIII en el año 1580 de acuerdo con los reyes y príncipes europeos y, como todos sabemos, cuenta desde el nacimiento de Cristo y divide el año en doce meses. Existe, por tanto, una primera división de la Historia en antes de Cristo y después de Cristo. Ha habido muchos intentos laicos de acabar con esta división -por ejemplo en la Revolución francesa- (Convención de 1792) -pero todas han fracasado.

Calendario Revolucionario o Republicano Francés

Nombre Significado Desde el... Hasta el...

Vendimiario (de la vendimia) 22 de septiembre 21 de octubre

Brumario (de las brumas) 22 de octubre 20 de noviembre

Frimario ( de las escarchas) 21 de noviembre 20 de diciembre

Nivoso (de las nieves) 21 de diciembre 19 de enero

Pluvioso (de las lluvias) 20 de enero 18 de febrero

Ventoso (de los vientos) 19 de febrero 20 de marzo

Germinal (de las semillas) 21 de marzo 19 de abril

Floreal (de las flores) 20 de abril 19 de mayo

Pradial (de los prados) 20 de mayo 18 de junio

Mesidor ( de la recolección) 19 de junio 18 de julio

Termidor (del calor) 19 de julio 17 de agosto

Fructidor (de los frutos) 18 de agosto 16 de septiembre

Este calendario fue aprobado por la Convención Francesa el 5 de octubre de 1793.

Cada mes tenía 30 días. A los 5 sobrantes se los denominaban "epagómenos" según unos

o "sansculótidos" según otros y se dedicaban a fiestas.

Dividir la historia, parcelando ó separándola por períodos o edades puede resultar una temeridad, porque en la historia no hay punto final. "parece

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