Grupos Raciales Y Etnicos
Rosmargy24 de Junio de 2013
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Grupos raciales y étnicos
Las razas son las divisiones más importantes de la humanidad; se diferencian entre si por el color u otros cargos físicos hereditarios coma la forma de los ojos, el tipo de cabellos o la frecuencia con que se dis¬tribuyen los tipos de sangre. Los expertos clasifican a las razas de mane¬ras muy variadas, pero siempre lo hacen sobre la base del tipo físico y no del cultural, y siempre encuentran gran variación en las características raciales. No todos los miembros de las razas altas son altos en realidad; no todos los miembros de las razas negras son puramente negros, ni todos los caucasianos son blancos coma la nieve. Debe haber, sin embargo, diferencias hereditarias medias en la constitución física para que cual¬quier grupo humano pueda llamarse raza.
Los grupos étnicos, por otra parte, consisten de personas que difieren culturalmente de la mayoría de aquellos entre los que viven. Estas dife¬rencias pueden ser de lengua, religión, o lealtad política, o bien pueden expresarse en rasgos más secundarios como hábitos alimenticios, vestido, modales y acentos locales. Las personas pueden diferir del grupo a la vez racial y culturalmente. Por ejemplo, los indios norteamericanos que viven en las reservas y continúan con sus costumbres, son diferentes de la mayoría de los norteamericanos, tanto en raza corno en cultura. Los indios que habitan en las ciudades y han asimilado las costumbres de la mayoría son racialmente distintos, pero tienen una cultura similar y pue¬den ser considerados un grupo étnico separado solo si ellos mismos lo sienten así. Los judíos, por otra parte, pertenecen a la mayoritaria raza blanca, pero si practican ortodoxamente su tradición religiosa difiere ya un tanto culturalmente y pueden ser considerados como un grupo étnico.
Tanto las minorías raciales como étnicas han sufrido persecuciones en muchas épocas y tierras. A veces se las ha tratado con inhumana crueldad y han sido casi exterminadas, como sucedió con los judíos en tiempos dé Hitler, o los armenios en Turquía, y muchas tribus indias en la historia de Norteamérica. Con frecuencia han sido más o menos tolerados pero nunca tratados como iguales; han sido objeto de burlas, excluidos de clubes e impedidos de realizar actividades sociales, e incluso privados de empleos, vivienda y educación ventajosos. Existen varias razones para el trato desigual hacia las minorías, pero la primera que estudiaremos será la del mito racial y étnico. El trato desigual ha sido sostenido par varias extrañas creencias acerca de los grupos raciales y étnicos, que a menudo sostienen la convicción de una desigualdad natu¬ral, fruto de la voluntad divina.
MITOS RACIALES Y ETNICOS
Muchos pueblos primitivos han tenido mitos de tipo etnocentrista acerca de si mismos y de otros pueblos. Con frecuencia el nombre con que designan a su propia tribu significa nosotros, o el pueblo, o el pueblo que sabe, en oposición a los de afuera a quienes no se considera exacta¬mente gente. A veces, el mito explica que un gran dios creo a la gente, pero un dios menor, alguna especie de diablo, creo a los extranjeros. Más comúnmente se encuentra una leyenda acerca de cierto gran benefactor del pueblo para que tuviera una vida mejor y fuese superior a los extran¬jeros.
Mitos tan terribles como:
Los negros son violentos
Los árabes son terroristas
Los latinos son unos aprovechados y unos arribistas
Los escandinavos son fríos y no tienen sentimientos
Los judíos son pisteros
No podemos hablar en forma general al referirnos a un grupo de gente o raza, puesto que al hacer una afirmación como las de arriba, estamos provocando odio, rechazo, diferencia, recelo, y en definitiva un gran mal a esta sociedad.
Si, sé perfectamente de que tan solo son palabras, pero también sé que estas palabras son oídas en casa por los niños, y que con esto los estamos condicionando y en cierta medida condenando.
Somos un mundo global, donde la diversidad es tan cuantiosa y tan enriquecedora que privar a alguien de ese derecho, tan solo por un mito, es un pecado
Mitología Moderna
Las ideas de este tipo son naturalmente pura mitología primitiva, pero en el moderno mundo civilizado también pueden darse creencias mitológicas con respecto a la raza por las mismas razones etnocentristas. Hitler y sus seguidores creían en la superioridad de la “raza aria , si bien ario” se refiere en realidad a un grupo de lenguas, no a una raza. Los norteamericanos que defendían la esclavitud fabricaron mitos acerca de como Dios había dispuesto que unos fueran amos y otros esclavos. Largo tiempo después de la abolición de la esclavitud continúan creándose mitos para probar que ambas razas deben mantenerse segregadas y desiguales. Desde el lado opuesto de la controversia racial Elijah Mohammed y sus acólitos explicaban cómo Ala habla creado la raza negra y el diablo la blanca, buen ejemplo de “esnobismo a la inversa”.
Pasando a mitos sobre grupos étnicos más que razas, uno do los mejores ejemplos es la mitología medieval acerca de los judíos. Se los acusaba de adorar al diablo y do robar y asesinar a niños cristianos para utilizar su sangre en sus secretos ritos satánicos. Trachtenberg comenta acerca de la Convicción que tenían los cristianos de que los judíos, siendo tan inteligentes, no podían no saber que la religión cristiana era la verdadera. La única razón por la que la rechazaron era que habían vendido sus almas al diablo y estaban por ende de su lado. En consecuencia, se pensaba que ningún castigo era demasiado severo para los judíos, de donde resucitaban muchos casos de torturas, asesinatos y exilios en masa.
El Surgimiento del Mito Nórdico
Uno de los mitos raciales de consecuencias más devastadoras tuvo un comienzo curioso. Resentido contra la autocracia del Imperio Roma¬no, Tácito elogiaba los pueblos germánicos como reivindicadores de la virtud y amantes de la libertad. Muchos siglos después, el frances Boti¬lainvillier, protestando contra la autocracia de Luis XIV, creó el mito de que la civilización latina siempre había sostenido la tiranía en tanto la “raza” germana defendía la libertad. Fue en siglo XIX, sin embargo, que la leyenda de la superioridad nórdica llegó a su auge en los escritos del conde Arthur de Gobineau (1816~1882). Si bien hacia el fin de su existencia, el cosmopolita y erudito Gobineau había alterado considera¬blemente sus puntos de vista, sus trabajos tempranos acerca de la raza habían tenido profunda repercusión. En ellos hablaba de los horrores de la continua mezcla de razas y de la inminente decadencia de la raza nórdica a causa de su mezcla con tipos mediterráneos, orientales y judíos. Esta “bastardización” habría de conducir de manera inevitable a la degeneración de los pueblos nórdicos, de la misma manera que, a su jui¬cio, habla llevado a la caída de las civilizaciones del Mediterráneo.
La mitología racial do Cobineau se introdujo eventualmente en la mente insana de un pequeño y fanático pintor austriaco llamado Adolfo Hitler y alcanzó su punto culminante en el asesinato masivo de seis millo¬nes de judíos en las cámaras de gas y los campos de exterminación.
Realidad y Mito
Ha habido tanta mitología acerca de la raza que a veces nos pre¬guntamos si existen en realidad datos fidedignos. Los antropólogos físicos son los más avezados estudiosos de la variabilidad humana y han realizado algunas investigaciones interesantes en el campo de la raza. Sus clasificaciones no siempre coinciden entre si y ninguno ha de sentirse absolutamente seguro de su interpretación de las diferencias raciales. No obstante, todos coincidirían en dos puntos:
1) la raza es una cuestión de diferencia física, no mental ni corporal, y
2) todos los seres humanos per¬tenecen a una única especie el Homo Sapiens. En este ultimo sentido, todos somos hermanos y la ciencia antropológica concuerda con maestros tales como Confucio, Buda y Jesús.
TEORIA Y CLASIFTCAC1ON RACIALES
Pocas teorías son más ampliamente aceptadas en el mundo científico, o más terminantemente corroboradas por una impresionante masa de hechos, que la teoría de la evolución. A medida que se exhuman más y más huesos de hombres primitivos, se va haciendo más claro que se ha desarrollado gradualmente a partir de un animal de pequeño cerebro que vivió hace aproximadamente dos millones de años, conocido gene-ralmente como Australopitecus Africanus (el hombre-mono de África del Sur), hasta transformarse en el tipo con un cerebro mayor denomi¬nado Homo Sapiens (hombre que sabe). Aun cuando hay unos pocos restos sumamente antiguos en Java, los fósiles hallados en África son tan numerosos que puede afirmarse sin mayor riesgo que África es la cuna del hombre. En la etapa actual del desarrollo de la antropología pode¬mos decirle al fanático intolerante, “pero si usted también desciende de africanos!”
La adaptación especial al clima
Independientemente de dónde se haya originado el hombre, siem¬pre se las ha arreglado para desplazarse por el mundo. Cientos de miles de años antes de la era de los aviones, ya migraba de África hacia todas partes de Europa y Asia. Por lo menos hace ya 30.000 años que alcanzó los remotos continentes de Norte y Sudamérica y Australia. La teoría de la evolución supone que durante ese largo periodo se dieron ciertos cambios físicos para ayudar al hombre a adaptarse a los diferentes medios geográficos. La mayoría de los científicos cree que la variación del
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