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Hechos Historicos Que Cambiaron El Mundo En El Siglo Xviii


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2014  •  5.170 Palabras (21 Páginas)  •  541 Visitas

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HECHOS HISTÓRICOS QUE CAMBIARON EL MUNDO

Cátedra Bolivariana (Índice)

Un siglo de profundos cambios

El siglo XVIII representó un período de profundos cambios que convulsionaron todos los órdenes sociales en el continente europeo. Los ámbitos político, social, económico y cultural se impregnaron de nuevas ideas que socavaron las bases del antiguo régimen absolutista y dieron paso a la modernidad.

El hecho político de mayor repercusión durante este siglo lo constituyó la Revolución francesa, donde quedó en evidencia la injusta división social que llevó a la lucha por el poder. Como consecuencia, se debilitó la figura real ante el avance de los derechos políticos, económicos y sociales del ser humano. Los cambios económicos fueron notables, las máquinas transformaron el antiguo sistema artesanal y dieron un gran impulso a la producción y desarrollo comercial. La expansión económica, el desequilibrio del sistema monárquico, la opresión de las clases minoritarias y los estallidos sociales, marcaron el panorama de esta época.

A mitad de siglo aparecieron algunas obras literarias que coincidían en someter a discusión algunos principios fundamentales como Dios, el Estado, la Sociedad y el Hombre. El pensamiento de los ilustrados marcó un cambio ideológico donde se instalaron nuevas ideas como la igualdad, la libertad y el progreso de los ciudadanos.

Revolución industrial

Se entiende por Revolución industrial al movimiento de modernización de las industrias en el cual se incorpora el uso de maquinarias para el desarrollo de diferentes empresas. Con la invención de la máquina comienza la transformación de los procesos artesanales, se masifica la producción y aparecen las primeras fábricas.

Origen

Este movimiento surge en Inglaterra durante el siglo XVIII y luego se extiende por el resto de Europa y Estados Unidos. Con la invención de la máquina de hilar por John Watt y Lewis Paul en 1753 y de la máquina de vapor por James Wyatt en 1769, Inglaterra toma ventaja en el ámbito industrial y comercial.

Las máquinas comienzan a reemplazar la mano de obra. Los pequeños talleres artesanales se convierten en grandes industrias, se aumenta la producción, se fomenta la actividad comercial interna y externa, y aparece el capitalismo como sistema económico.

Los cambios producidos en la industria, en la agricultura y en el transporte generaron un aumento de las riquezas. Sin embargo, la dinámica que impulsó estos cambios provocó la ruptura, a veces drástica, de viejos paradigmas: el primero consistió en la adaptación del ser humano a los avances científicos y culturales; el segundo marcó una separación con la estructura que había creado la Iglesia católica; el tercero sostuvo el abandono de la esclavitud y el feudalismo como sistema económico y de tenencia de la tierra, y el cuarto determinaría la creación de una nueva clase social, la obrera.

Transformación de la estructura social

La industrialización permitió un crecimiento de la población, además de promover una movilidad entre las capas sociales. Hasta el siglo XVIII la sociedad estaba dividida en estamentos: la aristocracia, el clero, el tercer Estado (clase trabajadora). Con la Revolución industrial quedó dividida en:

Clases superiores: conformadas por la aristocracia y la alta burguesía. La nobleza se benefició por la expansión de sus propiedades y la burguesía se dedicó a los negocios (finanzas, comercio, industrias). La alta burguesía estaba conformada por banqueros, constructores, prestamistas, etc.

Clases medias: compuestas por la pequeña burguesía, representada por los tenderos y comerciantes (telas, confección, calzado, mueble, alimentos); los militares de alto rango, que gozaban de derechos políticos; y los trabajadores agrícolas que explotaban sus propias tierras.

Clases bajas: estaban conformadas por la mayor parte de la población; surge el proletariado, emigrantes rurales convertidos en obreros de fábricas, minas y construcción, que utilizaban su fuerza de trabajo como sustento a cambio de un salario.

La superpoblación trajo como consecuencia un crecimiento desordenado de las ciudades, los suburbios (conjunto de viviendas en condiciones muy precarias) surgen por lo general alrededor de las fábricas donde viven los operarios y obreros.

Los obreros trabajaban de doce a catorce horas diarias. La industrialización incluyó también a mujeres y niños porque recibían un salario inferior al de los hombres, representaban una mano de obra barata.

Consecuencias

La Revolución industrial produjo una serie de adelantos que transformaron todos los aspectos económicos, sociales, políticos, culturales e ideológicos de la vida europea.

Se imponen la industrialización y el capitalismo como modelos económicos; se establece una nueva dinámica entre las clases sociales emergentes: la burguesía y la clase obren (el proletariado). La burguesía explota a los proletarios y estos, a su vez, crean sindicatos para defender los derechos de los trabajadores; se consolida el liberalismo político bajo la forma de monarquía constitucional; el pensamiento tiende al racionalismo y al sentido crítico; se experimentan grandes avances científicos y tecnológicos.

El aumento de la población fomentó el crecimiento industrial e impulsé el cultivo de plantas de origen americano (producto de las colonias), a las cuales se aplican fertilizantes y abonos para su mayor rendimiento. La actividad comercial se desarrollé en los países industrializados que vendían sus mercancías y obtenían materias primas, incrementando así el comercio, las comunicaciones y los transportes.

Se crean las primeras fuerzas obreras y se forman asociaciones en pro de los derechos de los trabajadores. Aparecen las primeras legislaciones laborales. La Carta del Pueblo al Parlamento Británico, en 1837, llegó a reunir la firma de cientos de miles de obreros para pedir al Parlamento el derecho al sufragio universal, el voto secreto, la igualdad de participación en las actividades políticas y mejoras en las condiciones de vida de los obreros industriales. Por ese documento, este movimiento obrero recibió el calificativo de “cartista”. La legislación británica (1799—1800) prohibía la formación de asociaciones obreras, pues se consideraba que atentaban contra el liberalismo económico; debía ser el mercado el factor que fijara los salarios y no la presión de los sindicatos.

A partir de 1824, las leyes británicas autorizaron la asociación libre

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