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HISTORIA CULTURAL DEL HUMANISMO

pelucona10 de Octubre de 2013

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HISTORIA CULTURAL DEL HUMANISMO

CAPITULO 6: DE POLIS A COSMOPOLIS. HUMANISMO Y CIUDADANIA

0. Cuestiones previas

Se ha pensado que en la última década la especie humana ha entrado en una transición hacia la decadencia, encabezada por el pensamiento occidental, y sus generaciones más recientes.

1. Determinación de la esencia humana.

Tratando de encontrar una definición al humanismo mismo, a la teoría de su esencia, ha pasado por muchas épocas dependiendo del contexto social, sus precursores y el mismo desarrollo humano.

Primeramente definiendo según Aristóteles como un ser que puede dar un consenso (desde la política), pero este término solo era aplicado a un grupo selecto de la sociedad, definía al hombre como aun animal con lenguaje, pero tal termino solo aplicaba para varones terratenientes, no más del 2% de la población; seguido y en contra, por Hegel en 1789 como su realización como ser libre, proceso de libertad, que quiere libertad y realiza libertad; más que cultura y arte.

La idea aristotélica será analizada por Gordon Childe, estableciendo las características que influyen y cambian al hombre paleolítico al mundo neolítico, y conociendo que lo que hacía hombre en la misma época de estudio, era el poder físico, de lucha y caza, sostenimiento, supervivencia absoluta; la cual fue suprimida por la fuerza de un ejército, combatiendo cantidad con calidad medida en fuerza por un individuo, ya que de ser un ejército tenían un dirigente, una organización política, un convenio, un arreglo, es decir un conjunto de ideologías, así mismo una división del trabajo, resumidas cuentas, la política sobre la fuerza, como lo definiría Hobbes a principios de la modernidad europea.

La supremacía de la política, debe ser mantenida, a partir de un dialogo y común acuerdo, ciertamente esto no excluyendo engaños, estafas, mentiras, e incluso el asesinato, siempre con el fin de obtener un control sobre el “acuerdo”, no puede ser asumido por simple legitimidad o “derecho”. Este término y forma de control, se ha venido utilizando desde épocas en donde el hombre supo relacionarse efectivamente e influir en otros sin usar la más mínima fuerza física; entrando a redefinir al ser humano, ahora como un animal que no solo tiene lenguaje, si no que ahora toma la palabra, expresa una opinión, da una sentencia, argumenta y organiza ideas.

Finalmente después de sucesivas explicaciones que pasaban a ser insuficientes, en 1948, entra en vigencia la Declaración de los Derechos Humanos, que aunque se demuestre con valores, estadística y tablas es una idea filosófica en pro de la libertad, que se ve influenciada por la etapa, el contexto cronológico y evolutivo, ya sea de la autoconciencia o de moral humana.

2. La infraestructura de la definición de hombre.

La revolución neolítica viene determinada por los tres factores: La aparición de la ciudad, de la escritura y de la economía de producción

La aparición y el desarrollo de la ciudad hacen posible el tránsito de las monarquías a las repúblicas, la aparición de las constituciones escritas, el tránsito al derecho abstracto, la aparición del derecho civil por una parte, y de la administración pública por otra.

El hombre, la mayoría de los hombres, viven en ciudades, llegan a ser lo que Aristóteles llama «animal político», cuando las ciudades ya no tienen el carácter de comunidades. Desde cierta perspectiva se puede ver el proceso de constitución y disolución de la ciudad como un resultado de procesos productivos, que lleva consigo una escisión entre el ámbito de la actividad laboral y económica, por una parte, y el mundo de la vida y de la realización personal, por otra.

El nacimiento e incipiente desarrollo de la escritura dio lugar al tipo de reflexión sobre el lenguaje que se denomina gramática, a la constitución de un saber sobre los elementos, la estructura y los funcionamientos de la lengua y el habla primero, y de la ortografía después.

La aparición de la escritura, además de hacer posible la administración, es decir, la contabilidad de la población, de la capacidad de producción de las tierras y los trabajadores, y de las necesidades de consumo de las diferentes demarcaciones territoriales hace posible la transmisión del pasado, la promulgación y distribución de leyes, la aparición de sistemas de «educación superior», diferenciados de la socialización primaria y la aparición de las artes y las ciencias, particularmente en Grecia hacia la mitad del primer milenio.

Por lo que se refiere a la riqueza, la historia de nuestra cultura describe un proceso que va desde la economía de esclavitud al nacimiento de la economía de mercado. Entonces es cuando tiene lugar el cambio del tipo de bien raíz propio del Neolítico, la tierra, al tipo de bien raíz propio del Post-neolítico, el dinero, la aparición de las políticas monetarias y el estado de bienestar, y la fundamentación teórica de las economías financieras en la obra de Keynes. Desde hace tiempo se repite como una tesis canónica de la Antropología filosófica que el hombre no tiene medio sino mundo, porque no se adapta él al medio, sino que adapta el medio a él y de ese modo crea el «mundo», los universos culturales.

A partir de entonces la riqueza ya no es la tierra, los productos de su superficie, ni el producto de sus profundidades. Es el hombre mismo, su capacidad creativa, el capital humano, lo que produce riqueza. La ciudad, las comunidades humanas, ya no están principalmente en un lugar geográfico, ya no son los lugares físicos donde se logran acuerdos, sino que los acuerdos son los que generan lugares físicos, y de cualquier otro tipo. Y las formas de comunicación, que unificaban el pasado de los hombres según era su actividad con su propio presente, ya no cuentan lo que pasó, sino que unifican las actividades presentes con otras actividades contando lo que va a pasar en el futuro o en cualesquiera otras dimensiones temporales.

3. El despliegue de la comunicación: la superación de la exterioridad.

El despliegue de la especie humana sobre el planeta puede verse como un proceso de colonización de territorios inexplorados y deshabitados que va integrando dentro de los grupos humanos todo lo que era exterior a los mismos, incluidos los demás grupos humanos.

La humanidad surge con el homo sapiens, que se diferencia de los restantes animales porque en lugar de adaptarse él al medio exterior para satisfacer sus necesidades, adapta el medio exterior a sus necesidades, deseos, ilusiones y sueños. El hombre disuelve la exterioridad en la interioridad de su cultura, su lenguaje, sus proyectos, etc., y mediante ellos lleva a cabo la presentación de sí mismo, es decir, realiza sus ideales de humanitas, sus concepciones de lo humano, su humanismo.

Lo otro que la interioridad, la propia casa, el propio lenguaje y el propio mundo, es la exterioridad, el ámbito de lo inhumano, y el destino del conocimiento y de la libertad es conocerlo y reconocerlo todo, para llevarlo todo a su culminación, para dejar ser al ser, o para lo que los programas de humanismo propongan, ya que siempre proponen la realización de la esencia humana.

El Neolítico empieza cuando ya no hay caos ni monstruos porque ya toda la tierra está poblada. Los hombres viven en ciudades y constituyen pueblos políticamente organizados. La exterioridad es menos extraña que la del Paleolítico: es el extranjero, habitado por bárbaros y gentes con quienes hay una relación de guerra o de conquista. O bien de rapiña y piratería, o de comercio. Lo que quedaba de exterioridad física en el Medievo desaparece en la Modernidad con la colonización del nuevo mundo, de los nuevos mundos.

Cuando la Modernidad ilustrada ha llevado a cabo su proyecto ya no es posible imaginar exterioridad alguna, y eso es el inicio de la Postmodernidad en el siglo XX. La exterioridad y lo inhumano son los otros, eso que el siglo XX ha descubierto como lo máximamente valioso en el momento en que acaba de desaparecer, como se ve proclamado en numerosos títulos.

4. Escisión de la esencia humana en los procesos culturales. Identidades y Fronteras

Desde tiempos atrás se ve que la sociedad vive en medio de escisiones, un ejemplo de esto es el imperio romano el cual es uno de los primeros en alcanzar esta meta pero posteriormente en 1948 con la Declaración de Derechos humanos son abolidas todas fronteras existentes hasta ese momento.

En el transcurrir de los años se dieron varias escisiones como lo fue la por parte de los hijos de Abraham; Ismael hijo de Agar e Isaac hijo de Sara, que da lugar a los pueblos de cultura islámica y los israelitas hijos de Isaac. Por otra parte una gran escisión se da dentro del mundo israelita por medio de los seguidores de Jesús quienes lo consideraban como un Cristo.

Cada una de las escisiones dio lugar a las fronteras entre fieles e infieles por parte de las humanitas romanas; las cuales posteriormente en el nacimiento de Europa y la consolidación de la cultura occidental, es la creación de otras nuevas fronteras. Estas nuevas fronteras las encontramos al este de Roma, en Constantinopla, están los herejes (los que pervierten la fe), al sur, en África y Oriente Medio, los infieles (los hijos de Ismael), dentro de Europa, pero con un estatuto jurídico diferente del de los súbditos, están los pérfidos judíos (los que rechazaron la fe), y al oeste, en América, los paganos (los que nunca supieron nada de la verdadera fe)

A partir del siglo XVI, para Aristóteles fue relevante la definición metafísica del

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