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Historia De La Guitarra

WilliamTorres24 de Febrero de 2015

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La guitarra es un instrumento musical de cuerdas que son pulsadas con los dedos, antiguamente las cuerdas eran de tripa y hoy en día son de nylon, tiene una caja de resonancia con la parte posterior plana y suaves curvaturas que le dan un donaire especial, en contraste con los miembros de la familia del laúd, que se caracterizan por su fondo convexo. Su construcción es de primordial importancia para poder asignar a la guitarra su verdadero origen y posición en la historia de los instrumentos musicales, un sitial intermedio entre la cithara y el violín. Los instrumentos medievales de cuerdas con mástil se dividen en dos clases, caracterizados principalmente por la forma y construcción de la caja de resonancia:

Aquellos instrumentos que como su arquetipo, la cithara, tienen una caja compuesta por un fondo plano o ligeramente arqueado y una tapa armónica sujeta por una especie de costillas denominadas varetas, barras de refuerzo de madera.

Los instrumentos, que como la lira, tienen una caja que consiste de un fondo convexo sobre el cual se apoya la tapa armónica sin ningún tipo de costillas de madera. Este método de construcción difundido entre los instrumentos orientales es musicalmente inferior al primero.

La prueba más evidente de esta inferioridad se sustenta en el hecho que los instrumentos con fondo bombeado, como el rebab o rebec , a pesar de haber estado difundidos en la Edad Media por todo el continente europeo con diferentes formas y tipos, han mostrado poco o ningún desarrollo en el curso de los 12 siglos venideros, apagándose y alejándose uno a uno de la práctica musical sin quedar un sólo sobreviviente. La guitarra pertenece a la primera de estas clases.

El fondo y las varetas de la guitarra, que usualmente son siete dispuestas en forma de abanico, son de arce o palosanto de la India o de Río, frecuentemente embutidos con Palo de Rosa, mientras que la tapa puede ser de pino, abeto, cedro o incluso ciprés. La tapa armónica se halla perforada en la parte intermedia por un agujero llamado boca o tarraja. El puente situado en la parte inferior de la tapa, es donde va encordada la guitarra en ese extremo, suele ser de ébano o palosanto y soporta una cejuela de marfil, hueso o plástico que sirve de apoyo a las cuerdas para que vibren, mientras la cejuela al final del diapasón determina el otro apoyo. El mástil y el diapasón se fabrican con maderas muy duras, como ébano, palosanto o cedro. El clavijero se dispone con un pequeño ángulo de inclinación con respecto al mástil, contiene clavijeros mecánicos de metal; éstos contienen dos cortes verticales que reciben pequeñas piezas de marfil o hueso para enrollar las cuerdas y afinar el instrumento. El diapasón posee pequeñas barras de metal de alpaca o latón, denominadas trastes y que tienen el propósito de posicionar correctamente los intervalos de cada nota. La guitarra moderna posee seis cuerdas, las tres primeras de nylon y otras tres de filamentos de seda entorchadas con hilos de plata o cobre. La afinación de estas cuerdas es E0, A0, d0, g0, b0, e1. La notación en el pentagrama es una octava más alta, es decir: e0, a0, d1, g1, b1, e2.

La guitarra moderna se toca siempre con los dedos. Las cuerdas superiores o bajos son pulsadas con el pulgar, mientras que las cuerdas de nylon se pulsan con el índice, medio y anular, dejando al meñique retraído en la mano – técnica moderna – ya que antiguamente se lo apoyaba en la tapa armónica. Se presume que la sexta cuerda o última cuerda fue añadida al instrumento en 1790 por Jacob Otto de Jena, quien fue el primero en construir guitarras en Alemania después de su introducción desde Italia en 1788, por la duquesa Amalia de Weimar. Según Otto, fue el Kapellmeister Naumann de Dresden quien le solicitó le fabricara una guitarra de seis cuerdas, de acuerdo a como se practicaba en Italia. El alemán añadió el último Mi, una cuerda entorchada. La guitarra original traída desde Italia por la duquesa Amalia tenía cinco cuerdas, siendo sólo la quinta cuerda entorchada. Otto también cubrió la cuarta cuerda de metal, obteniendo de tal modo un sonido más brillante. Sin embargo, en España ya existían guitarras y vihuelas de seis cuerdas en el siglo XVI; Juan Bermudo y otros ya describieron estos instrumentos. La última cuerda solía estar afinada en Sol. Otras guitarras españolas de la misma época tenían cuatro, cinco, e incluso siete órdenes – o pares de cuerdas – al unísono. Estos instrumentos eran siempre tañidos con los dedos.

La Guitarra como descendiente de la Cíthara.

La guitarra se desarrollo a partir de la cithara, tanto estructural como etimológicamente. Frecuentemente se sostiene que los árabes fueron los que introdujeron la guitarra a España con las invasiones de los Moros. Sin embargo, no existe ninguna documentación específica y existen muchas dudas con respecto a esta postura. No existen indicios entre los instrumentos árabes de uno igual o similar a la guitarra en construcción y forma, aunque los antiguos egipcios conocían una guitarra con lados suaves y curvos. Existe también evidencias, y este es un claro ejemplo, de una guitarra con lados suaves y curvos, varetas y un mástil largo provisto de varios trastes, encontrada en un bajorrelieve de los Hititas en la colina de Euyuk (año 1000 a.C.) en Cappadocia, Siria (esta región hoy en día se conoce como Asia Menor). A menos que otros monumentos de menor antigüedad salgan a la luz con evidencias de guitarras con suaves curvaturas y soportes de madera en la tapa armónica, se puede sustentar que el instrumento, que requería de cierto grado de destreza en su construcción, murió en Egipto y Asia antes de la aparición de la Grecia Clásica, de tal manera este instrumento tuvo que evolucionar necesariamente de uno nuevo como la cíthara de los griegos en Asia Menor. Que la evolución haya ocurrido durante el Imperio Bizantino o en Siria es razonable y se adecúa a las tradiciones de los griegos y su devoción hacia la cíthara, lo cual los llevó a adaptar el mástil y hacer nuevas mejoras al instrumento, en vez de adoptar el rebab, el tanbur o el barbiton de los persas y árabes. De hecho, parece que esto es lo que ha acontecido en realidad. No obstante, en el siglo XIV, en una enumeración de instrumentos musicales realizada por el Archipreste de Hita, una guitarra morisca es mencionada y desfavorable a nuestro supuesto se la compara con la guitarra latina; pero, los árabes de hoy en día siguen tocando un instrumento cuyo nombre es kuitra (que en el Norte de Africa sería guithara), pero tiene un fondo bombeado, su caja tiene la forma de media pera y con un mástil bastante largo; las cuerdas son tocadas por púas o plectros. El instrumento árabe por lo tanto, pertenece a otra familia, y admitirlo como el ancestro de la guitarra española sería una hipótesis tan engañosa como aquella que asevera que la guitarra deriva del laúd.

La palabra guitarra puede ser una modificación de la palabra griega k i q a r a (kithara). La diferencia en la construcción de la guitarra y la cíthara no es tan sustancial como podría parecer a primera vista. Los dos pertenecen a la familia de instrumentos de cuerda pulsada que se distinguen por una caja de resonancia con fondo plano. La cíthara tiene sus cuerdas soportadas por un marco y la guitarra por el puente. Sin embargo, esta diferencia a la vista conspicua, no es de importancia acústica. Es posible, de hecho, que la guitarra sea un descendiente distante pero directo de la cíthara en su última forma romana. Durante la época del obscurantismo la lira clásica, en virtud de su fondo bombeado tenía afinidades con la familia del laúd, pero tendió a declinar en favor de la cíthara y los nombres empezaron a confundirse entre sí. Por ejemplo, es evidente que los primeros instrumentos medievales que eran descendientes de la cíthara posclásica, como las varias formas de la chrotta o rota, frecuentemente fueron descritas por el nombre de lira. La lira durante el renacimiento aparentemente era un instrumento muy diferente, pero en realidad no era otra casa que la lira medieval sin marco y con cuerdas que eran soportadas sólo por el mástil. La hipótesis que la cíthara y la guitarra estén vinculadas por el mismo curso de evolución es en cierta magnitud apoyada por evidencia terminológica. Siempre se realizó una distinción entre la guitarra latina y la guitarra morisca o saracena. A la primera se referían los instrumentos construidos con caja de resonancia plana como la guitarra y su pariente bastante cercano, la vihuela; mientras que la guitarra morisca fue siempre referida a los instrumentos de fondo cóncavo, común a la familia del laúd.

Con estas consideraciones se puede concluir que la guitarra es el descendiente en suelo europeo de un instrumento romano, es decir la cíthara que además tiene un nombre con una afinidad etimológica importante y que fue llevada a España por los romanos aproximadamente en el año 400 d.C.; teniendo en cuenta que el laúd siempre ha sido considerado por consentimiento común, un instrumento Oriental transferido a la Europa Medieval por la civilización pérsico-árabe durante la ocupación de los Moros en España en el siglo VIII.

Recopilando varios indicios que nos han legado diferentes escritores españoles, obtenemos una pista a la identidad de los instrumentos medievales que, en ausencia de una prueba absoluta, se pueden tomar en bastante consideración. De los escritos del español Juan Bermudo, citado anteriormente, aprendemos que la guitarra y la vihuela de mano eran prácticamente idénticas, difiriendo sólo en su afinación y de vez en cuando en el número de cuerdas.

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