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Historia Del Pensamiento Economico


Enviado por   •  16 de Octubre de 2014  •  24.635 Palabras (99 Páginas)  •  498 Visitas

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1. INTRODUCCIÓN

La historia del pensamiento económico, puede desglosarse en períodos donde el pensamiento es dependiente de otras ciencias, como la filosofía, teología, y otro período donde se constituye como una verdadera ciencia independiente.

La ciencia económica va ligada históricamente al auge del sistema capitalista moderno. No existió una ciencia económica griega, o cristiana, o renacentista. Ciertamente numerosos autores de la antigüedad tocaron temas relacionados con la economía, pero ninguno llegó a la elaboración de un pensamiento sistemático, abstracto, científico de los mecanismos que actúan en el acontecer económico de las sociedades humanas. Ningún pensador concibió la idea de un sistema económico completo, que funcionase según unas leyes fijas y universales, y, por tanto, susceptible de ser comprendido y alterado en su funcionamiento por la voluntad humana. En su desarrollo inicial su preocupación se limitó a problemas tales como la economía doméstica, cuestiones cambiarias, la justificación del interés, la propiedad, el valor, las riquezas, etc. prevaleciendo lo ético y moral en el trato de estos temas.

Dos avances muy importantes ocurrieron con el mercantilismo en el s. XVI donde ya no se trata de juzgar moralmente sino de recomendar a los gobernantes medidas políticas que enriquezcan al país y con la primera escuela - la fisiocracia- que comenzó a considerar la actividad económica de manera global, si bien de una forma muy primitiva.

Pero el nacimiento de la economía como verdadera ciencia tiene un motivo muy concreto la publicación del libro Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones del británico Adam Smith, en el año 1776; este fue el primer intento exitoso de sistematización del pensamiento económico. Una nueva visión del hombre se derivó de esta obra fundacional de la economía: el homo economicus. Haciendo abstracción de otros puntos de vista acerca del ser humano, Adam Smith tuvo la visión de que el sistema de mercado, por debajo de su aparente caos, contenía un elemento de orden, gracias al cual la actividad egoísta de innumerables individuos que buscaban su propio provecho daba como resultante el beneficio general.

El comercio y los medios de pago internacionales ya fueron estudiados por los griegos, si bien de forma poco profunda. Tras el periodo medieval y el surgimiento de los Estados modernos, la Economía Internacional adquirió gran importancia en el pensamiento económico de la sociedad renacentista, constituyéndose en el eje de la doctrina mercantilista.

A partir de aquí podemos establecer el inicio de la ciencia económica.

2. CONCEPTOS GENERALES.

3. CONTEXTO HISTÓRICO(ANÁLISIS TEÓRICO).

4. HISTORIA ANTIGUA Y MEDIEVAL: GRIEGOS Y ROMANOS.-

PERÍODO DE LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA

El pensamiento económico muy embrionario por cierto lo encontramos dentro de un conjunto enredado de filosofía, moral, religión, economíadomestica, etc.

Los principales aportes lo otorgan los pensadores de la Grecia Antigua juntos con los agraristas y jurisconsultos romanos.

Grecia

El primero que se ocupo con problemas vinculados con nuestra ciencia fue Jenofonte. Este considera a la economía como una disciplina independiente, si solo sí consideramos a la economía como administración de los recursos. Sus obras más representativas son: “Económico”, “Ingresos y Gastos Públicos”. También comenta la división del trabajo que contribuye a un aumento de la cantidad y calidad de los bienes, también comenta la concentración de la población porque está potencia las habilidades y la especialización.

Tal vez lo que más aproxima a los economistas es el haber resaltado el papel de los incentivos, Finalmente se puede decir que Jenofonte tenía alguna alusión al concepto de utilidad marginal decreciente.

Platón expone sus ideas en República (Politeia) y Leyes (Nomoi). La sociedad platónica se basa en supuestos políticos y se organizan en tres clases: filósofos, guerreros y productores- comerciantes- artesanos. Los primeros mandan en el Estado y no tendrían acceso a la propiedad, lo cual implicaba gran austeridad. En compensación, tendrían asegurada su subsistencia por los aportes de la clase de productores- comerciantes- artesanos. En tanto, los guerreros serían los custodios y defensores del conjunto. Entre otras ideas Platón ubica al hombre dedicado a la ganancia en lo más bajo de la dignidad humana, dice que la excesiva acumulación de riqueza y lujo disminuye la eficiencia productiva, reconoce la importancia de la división del trabajo y la esclavitud es un mal necesario.

Aristóteles entre sus principales ideas distingue entre valor de uso y valor de cambio, el valor depende de la utilidad, la escasez y los costes. También plantea el problema del dinero, (que es necesario para solventar los problemas del trueque), el dinero es el medio de cambio y depósito del valor, tiene la idea de que el dinero es estéril. Aristóteles no fue partidario del dinero fiduciario. Así mismo tenía alguna noción de la utilidad marginal decreciente, (cuanto más abundancia tengamos de un bien, menor será el coste de desprendernos de una unidad de ese bien).

Roma

Los agraristas establecen unos cuantos tratados sobre la economía rural en general, en sus obras destacan los beneficios de la actividad agrícola y son críticos del comercio y la usura.

A los jurisconsultos les preocupó la administración y la tributación para financiar las obras públicas y los gastos de los ejércitos como también el hecho de ordenar y precisar los derechos y obligaciones que surgen de las relaciones que se originan por la realización de operaciones económicas y que se concretan en contratos tales como los conocidos de compraventa, garantías, mutuo, etc. A la propiedad privada le asignaron las características de jusutendi, abutendi et fruendi (es decir, el derecho de usar, disponer y gozar los frutos de una propiedad), pero no lo entendieron como un derecho absoluto pues reconocieron limitaciones de derecho público y de derecho privado.

El derecho romano servirá de base a las doctrinas y a muchas instituciones legales del capitalismo a partir del siglo XIX.

PERÍODO DE LA EDAD MEDIA

La escolástica

Paralelamente al sistema sociopolítico del feudalismo que condicionaba el desarrollo económico, se desenvuelve una importante especulación filosófico - teológica, que corre desde fines del siglo XI hasta muy avanzado el Renacimiento.

Para los escolásticos aún la economía no era una disciplina independiente sino una rama de la filosofía moral. El centro del problema para estos era determinar las reglas de la justicia que debían aplicarse en el intercambio de bienes y de servicios; y en la distribución de los ingresos y de la riqueza.

Sus principales ideas eran:

La propiedad privada aparece como algo adecuado para evitar conflictos. La propiedad en común se entendía que era descuidada, con las cosas o con el cultivo del suelo excepto cuando se la practicaba en comunidades menores(monasterios, conventos, etc.)

La división del trabajo era algo natural pues la Providencia da a los hombres dones e inclinaciones distintas.

Reconocieron que la utilidad era una de las fuentes de valor.

Para Santo Tomás, el beneficio comercial, resultado de ventas efectuadas a un precio superior al de compra, se justifica porque el vendedor necesita adquirir medios para su subsistencia.

En tanto en cuanto al precio justo no existió acuerdo entre los diversos autores; para San Alberto Magno es el vigente en el mercado en el momento de la venta, para Santo Tomás hay un precio justo según la escala social del comprador(a mayor escala menor precio), Duns Scoto dice que es el que deben cubrir los costos, el beneficio normal y el riesgo, De Gerson establece que la autoridad pública debe fijar todos los precios y De Langenstein debía ser el que asegurará la subsistencia de la familia según la posición social en que se encontraba.

Contribuyeron a dignificar el trabajo propugnando un salario suficiente para asegurar al trabajador una vida digna.

Condenaban la usura y el interés.

Un autor que merece una mención aparte es Nicolás de Oresme que propone que se elaboren políticas que permitan cumplir adecuadamente sus funciones al dinero. La primera es la estabilidad, se opuso a la quiebra de la moneda alterar el valor facial raspando las monedas, era un engaño y un crimen peor que la usura. Aunque hay excepciones si variara el valor del oro o la plata, o por invasión extranjera.

5. EL MERCANTILISMO.

A partir del siglo XVI la orientación de los estudios económicos cambia de énfasis: en lugar de la preocupación por los problemas en que la justicia se veía afectada, la atención se desvía para considerar la organización económica del Estado y para buscar las causas de su riqueza y su poder. El cambio ocurre en parte por la presencia de algunos hechos nuevos como: los descubrimientos geográficos, los descubrimientos técnicos, la acumulación más acelerada del capital, el aumento de la usura y la necesidad de legitimarla, la aparición de los grandes estados modernos entre otras.

El mercantilismo fue un desarrollo de ideas en momentos de transición entre los escolásticos del medioevo y la escuela clásica: la discusión económica abandona el campo de lo ético para preocuparse del progreso, pasa de una sociedad casi estática a otra más dinámica. Los mercantilistas era un grupo integrado por comerciantes y empresarios que defendían sus propios intereses.

Las ideas más comúnmente defendidas por los mercantilistas pueden mencionarse en los siguientes puntos:

La prohibición de todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.

Que se obstaculicen tanto como sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros.

Que las importaciones se limiten a las materias primas que pueden utilizarse para elaborar productos finales en el país.

Que se busquen las oportunidades para vender el excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, a cambio de oro y plata.

Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de manera suficiente y adecuada en el país.

Que donde sean indispensables ciertas importaciones deban obtenerse a cambio de bienes nacionales y no de oro y plata.

Que las materias primas que se encuentran en un país se utilicen en los productos manufacturados nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias primas.

Los autores mercantilistas se caracterizaron por un gran interés por el mundo real. Esto les llevó a procurar que los recursos de la nación se empleen de tal manera que aumenten el poder del Estado. Desde esta óptica, el tema más importante para los mercantilistas fue el comercio y las finanzas internacionales. Los mercantilistas primera conciencia real de la importancia monetaria y política del comercio internacional, es aquí donde suministran el concepto de balanza comercial.

Los principales autores de esta corriente fueron: Antoyne De Montchretien, Jean Colbert, Thomas Gresham, William Petty, Sancho de Moncada entre otros.

6. LOS FISIÓCRATAS.

Reaccionando contra la doctrina mercantilista aparece en el siglo XVIII la escuela fisiocrática; estas ideas surgen como una reacción ante las restricciones feudales, mercantilistas y gubernamentales que restringían la iniciativa privada. En efecto, fisiocracia significa gobierno de la naturaleza; y precisamente el propósito de esta escuela es aproximar a los hombres a la naturaleza propiciando la libertad de trabajo y comercio. En su mayoría se desarrolló en Francia.

Los primeros intentos de sistematización de la Ciencia Económica se deben a esta corriente. Los fisiócratas elaboraron una doctrina natural de la vida económica. La idea fundamental de su teoría era la creencia de que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza, por lo cuál hay que dejar que esta actúe libremente. La famosa frase acuñada por los fisiócratas laissez faire et laissez passer, le monde va de lui-meme que significa dejar hacer, dejar pasar, el mundo cuidará de sí mismo.

Argumentaban que el principal derecho natural del hombre consiste en el disfrute de los resultados de su trabajo, siempre que tal disfrute pueda armonizarse con los derechos de los demás. De aquí que los gobiernos no deban interferir en los asuntos económicos más allá del mínimo imprescindible para proteger la vida, la propiedad y mantener la libertad de contratación.

La agricultura era el único sector genuinamente productivo de la economía capaz de generar el excedente del cuál dependía todo lo demás. Por ello, fomentaban la mejora de los sistemas de cultivo para aumentar la productividad de la agricultura. Para los fisiócratas la riqueza de una nación procedía de su capacidad de producción y no de la cantidad de oro y plata que poseyera. De ahí que no se centraran en el estudio del dinero. Las otras actividades eran estériles, sin que por ello se las considerase inútiles.

Los fisiócratas sostenían que para que el orden ideal pudiera ser realidad eran necesarias tres formas de propiedad: 1-la propiedad personal, o el derecho de cada hombre a disponer de sus propias facultades, es decir a obrar con libertad, 2-la propiedad mobiliaria, o sea el derecho del hombre a los frutos de su trabajo y 3- la propiedad inmobiliaria o territorial.

El orden natural debía favorecer la agricultura y asegurar que este sector lograra una retribución suficiente con el más elevado precio posible por eso era necesaria la libertad del comercio exterior, la supresión de las aduanas interiores, salarios más elevados y un tope máximo a la tasa de interés.

Otros puntos importantes de las ideas fisiocráticas podrían resumirse en que el interés personal confinado a sus propias fuerzas es suficiente para encontrar lo más ventajoso y en la convicción de que la libre concurrencia es la que establece el precio más ventajoso para ambas partes

François Quesnay fue el fundador y principal representante de la escuela, también existieron otros autores de relativa importancia como Francisco Le Trosne, Victor Riquetti o Anne Robert Turgot entre otros.

F.Quesnay

Para éste la circulación de los bienes y de la riqueza en una economía era como la circulación de la sangre de un cuerpo. Elaboró la Tableau Economique, para Quesnay hay tres clases: la clase productiva, integrada por aquellos que trabajaban en la tierra y que era la única que producía excedentes; la clase estéril que incluía a los dedicados a la industria, el comercio y la clase soberana constituida por la nobleza, terratenientes, clero. En este análisis se puede ver el flujo circular de bienes y dinero en una economía donde impera la libre competencia. De esta forma se configura un antecedente del análisis del ingreso nacional y establece las bases de la aplicación de los métodos estadísticos a la descripción de una economía.

Estaba en contra del lujo de la ornamentación y era partidario de que el dinero se emplease para adquirir materias primas, como también señalaba la idea de que existiera un impuesto único que se cobraría sobre el ingreso neto del producto de la tierra.

7. LOS CLÁSICOS.

Debe tenerse presente que el periodo que corre entre la aparición del libro de Smith y mediados del siglo XIX, cuando se cierra el periodo clásico, se caracteriza en lo académico por la penetración de la economía política como disciplina en las universidades escocesas , en Oxford y en Londres, fenómeno acompañado por la gran tarea de difusión de los empresarios, que presentaban permanentemente peticiones al Parlamento, propugnando las ventajas del comercio libre y construyendo la mentalidad que sería conocida como liberalismo económico.

Contexto

Se ubican desde 1776 hasta 1870.

Inglaterra -1815- era el mayor poder militar y económico del mundo, y era la avanzada del desarrollo tecnológico. Esta circunstancia explica que la prédica del comercio por los economistas fuera, en el fondo, la racionalización de la defensa de los intereses coincidentes de las clases comerciales e industriales.

De allí surge la “anglicidad” de la ciencia económica en sus comienzos.

A partir de 1750 y hasta fines del siglo XVIII, suceden grandes cambios sociopolíticos, tecnológicos - económicos, este ultimo suceso se ubica en la primera etapa de la revolución Industrial:

Caracterizada por 4 tipos de innovaciones fundamentales:

 Sustitución del trabajo y destreza humanos por maquinarias.

 Sustitución de fuerza animal por energía inanimada ( hidráulica y de vapor ).

 Uso de nuevos materiales y descubrimientos de nuevas formas de transformar materias primas y materiales.

 Concentración y supervisión de la producción bajo un solo techo, es decir, difusión de la fábrica.

A nivel político:

Revolución Francesa 1789

Contra el régimen Social y la Monarquía Absoluta

Revolución Americana 1776

Logran la independencia de la metrópoli Inglesa

En el área del comercio internacional, se destaca, la Expansión del comercio Imperial y el surgimiento del Reino Unido como potencia mundial indiscutida.

Publicaciones sobre economía política: se da “polémica entre Fisiócratas y Mercantilistas”. Se abogaba por que los intelectuales y filósofos crearan condiciones para sistematizar los conocimientos ( política - moral ): Movimiento de la Ilustración.

En este contexto general Smith publica su libro que es la partida de nacimiento de la ciencia económica moderna.

Adam Smith1723 - 1790

Escocés, ingresó en la Universidad de Glasgow y a los 14 años ganó una beca para estudiar en Oxford, donde se mantuvo hasta 1746. Luego enseñó Lógica y Filosofía Moral en Edimburgo y Glasgow; recorrió Francia como tutor de un duque que luego fue su mecenas. SMITH enseñaba filosofía moral en tiempos en que esta materia comprendía, como grandes ramas, filosofía política, ética. Ciencia política y jurisprudencia.

Influencias:

La fe en el orden sobrenatural, es decir, en la creencia de un orden natural que todo lo soluciona. Confía en la llamada “mano invisible”, que compensa los excesos, y en la solidaridad espontánea de todos los hombres.

La Fisiocracia; conoció a sus expositores y sus escritos (Quesnay y Mercier de la Riviere); sin embargo fue crítico de la fisiocracia en general.

El pensamiento inglés precedente: en aquellos aspectos que se opusieron al mercantilismo y al proteccionismo. ( Petty , James Steuart, Cantillon).

La preocupación ética sobre el valor de las cosas ( intercambio y propiedad)

La preocupación por la administración de la cosa pública y los problemas del financiamiento del Estado, se origina en los escritores cameralistas.

La Riqueza de las Naciones (1776)

Investigación desarrollada en cinco grandes partes:

1° Se encuentra el esbozo de una teoría de la producción el valor y la distribución, concentrándose en la división del trabajo y el proceso de formación de los precios, se trat de temas de microeconomía.

2° Luego considera las condiciones y consecuencias del progreso económico, tratando el proceso de acumulación y formación del capital, el ahorro y la inversión; temas de macroeconomía.

3° Estudia la historia económica de Europa desde la caída del imperio Romano, a través de la evolución del comercio en general. La cuarta parte esta dedicada a temas de política económica, donde presenta sus críticas a los sistemas fisiocráticos y mercantil, y en cambio, destaca las ventajas del comercio libre. En la parte final trata las finanzas del Estado, especialmente el gasto público, los ingresos impositivos y el papel de las aduanas.

- Thomas Malthus 1766 - 1834

Publicó en 1798 y reeditó con posterioridad su estudio sobre El principio de la población, culpando de los males de la miseria a la desproporción que se creaba en las naciones, pues la población tendía a crecer según una proporción geométrica ( 1, 2, 4, 8, 16...), en tanto que los medios de subsistencia o alimentos solamente crecían como una proporción aritmética (1, 2, 3, 4, 5…) si tal obstáculo no es superado por guerras, epidemias o hambruna, la única vuelta posible al equilibrio será por el camino de la miseria o por la restricción moral del matrimonio tardío o la continencia. También publicó, en 1820, su Principios de economía política, donde analiza los periodos de decrecimiento económico, que luego se conocerían con el nombre de crisis y como causa de ellas señaló el exceso de ahorro y la insuficiencia en el consumo.

David Ricardo. 1772 - 1823

Comienza sus escritos económicos con una preocupación por los temas monetarios, el dinero y el crédito. Debemos tener presente que Ricardo fue durante 35 años funcionario de la East India Co. Y también miembro del Parlamento británico. Como dice Phyllis Deane, Ricardo “mostró por primera vez un simple modelo analítico de la economía, operando con muy pocas variables estratégicas, definidas con precisión, y fácilmente comprensibles, podría utilizarse para analizar procesos económicos complejos y para justificar prescripciones de políticas claras.

En 1817 publicó también sus Principios de economía política y tributación.

Presenta una teoría del valor basada en que el aprecio de los bienes está en relación con su escasez y con la cantidad de trabajo que requiere su producción; el capital, consiste en la acumulación del trabajo anterior.

También distinguió entre el precio natural (determinado por el trabajo) y el precio corriente (determinado por la oferta y la demanda). En su obra la parte mas original es la referida a la distribución de los ingresos (rentas en general) y cómo, en cada momento, se fija el nivel de cada una: la renta sube por la incorporación en la producción de tierras anteriormente lejanas e improductivas; el salario nominal tendía a subir levemente, pero el salario real permanecerá en el nivel de subsistencia o se alejará por poco tiempo de él; el beneficio, por su parte, tiende a disminuir.

Indudablemente estas reflexiones se basan en la situación de la industria inglesa durante las guerras napoleónicas y al terminar las mismas.

La teoría de los ingresos no fue satisfactoria durante mucho tiempo, solo logro subsistir la renta de la tierra, pero reinterpretando el concepto en el sentido de renta “no ganada”, es decir, diferencias logradas en razón de las coyunturas sociales que favorecían a determinados sectores de la economía

En comercio internacional, se destaca la explicación de las razones que permiten la existencia misma de ese comercio; para ello formula su ley de costos comparativos, que admite el intercambio solo cuando las ventajas de uno de los países respecto del otro varían según las mercaderías.

En resumen, Ricardo siguió los pasos de Smith, al perfeccionar la teoría del valor basada en el costo de la producción; pero su desarrollo, si bien se basó en supuestos simples (un solo factor), tuvo mas vigor y coherencia que el esquema de Smith.

JOHN STUART MILL (1806 - 1873):

Aparece cuando al economía era mas conocida por sus implicancias políticas que por sus logros científicos. Parecía haber sido desarrollada para servir como justificación del capitalismo industrial. Su libro publicado en Londres, Principios de la Política Económica (1848) distingue elementos de las leyes de producción, ligadas a la verdad física de las leyes de distribución, que incluyen problemas de voluntad humana y de tipo institucional. En ellas, la costumbre pesa tanto como la competencia. Para Mill se llega así a un estado estacionario, en el cual interesa mas la calidad de vida que la lucha económica.

Abandona en parte la postura liberal, pues defiende la agremiación y en otros aspectos demuestra una inclinación fabiana.

Clásicos Franceses:

JEAN B. SAY 1767 - 1832

Comerciante, introduce la conocida distinción de los factores de producción (tierra, trabajo y capital) con sus respectivos ingresos y enuncia la conocida “Ley de Say”, que dice que la suma de los valores de todas las mercaderías producidas tiene que ser equivalente a la suma de todos los valores de las mercaderías compradas, y de allí, la simplificación de que la oferta crea su propia demanda.

FREDERIC BASTIAT 1801 - 1850

En los últimos 5 años de su vida hizo una muy activa difusión del liberalismo económico y contra toda forma de intervención gubernamental y de proteccionismo. Presenta una teoría donde el valor depende, en ultima instancia, del trabajo que se evita una persona cuando adquiere una mercadería; es decir, del servicio que recibe.

Escribía en forma de parábolas, sátiras y sofismas, y como ejemplo de este arte (en el cual sobresalió) se recuerda la “petición de los fabricantes de velas contra la competencia del sol”, en la cual se solicita al Parlamento la prohibición de la construcción de ventanas, porque a través de ellas el sol hace una competencia desleal. De esta forma Bastiat ridiculizaba los argumentos proteccionistas y protegía los intereses del capital privado.

IDEAS Y APORTES DE LOS CLASICOS:

Estructura social integrada por trabajadores, capitalistas y terratenientes

Sustituyó el agrupamiento fisiócrata: campesinos, artesanos y terratenientes.

SMITH: renta de tres “órdenes”; tierra, salario del trabajo y beneficio del capital.

Agente fundamental de la producción es el trabajo que es el que crea la riqueza.

El costo es medido en términos del tiempo de trabajo utilizado, que se refleja en el valor de los bienes.

El volumen de bienes y servicios que excede las necesidades de los trabajadores conforma un surplus.

El camino de la economía hacia una situación estacionaria a través de la mano invisible, funcionando como un mecanismo que obedece a leyes de la Naturaleza.

La división del trabajo es la base - SMITH - del adelanto tecnológico y de ella depende la extensión de los mercados. Además se ve facilitada por la tarea en la fábrica, esta organización demuestra la ventaja del sistema fabril.

Los clásicos consiguieron un campo propio para la economía y lograron desligarla de la filosofía moral, no por querer prescindir de ella, sino porque el campo de la temática económica era amplísimo.

El método preferido fue el abstracto - deductivo.

En cuanto sistema, dada la existencia de leyes naturales que gobernaban el funcionamiento de la economía y la guía de la mano invisible, toda interferencia por el Estado o por las particulares era indeseable.

CLÁSICOS 1776 hasta 1870

Temas Principales Fechas Corrientes y autores

La causa de la riqueza de las naciones, la división del trabajo 1776 Adam Smith

Población y escasez de recursos 1798 R. Malthus

Primera cátedra de economía política en Edinburgh

Los factores de la producción, el valor y los ingresos 1803 J. B. Say

Los rendimientos decrecientes, la renta de la tierra, las ventajas comparativas. El método. 1817 David Ricardo

Primera cátedra en Oxford 1825 Nassau Señor

Primera cátedra en Londres 1827 Mc Cullocch

Primera cátedra en París 1832 Bastiat

Nueva sistematización. La producción, circulación y distribución. El Estado. El progreso y la Riqueza. 1848 J. Stuart Mill

LOS NEOCLÁSICOS

Durante el periodo neoclásico la ciencia económica se desarrolla vigorosamente. El periodo neoclásico se ubica entre la Primera Guerra Mundial y mediados de la década del '30.

Con la nueva orientación neoclásica se pone el énfasis en la perspectiva de la demanda, es decir, en el consumidor y el consumo en general, que pasan a ser los temas centrales del desarrollo y de los estudios de la teoría económica. El énfasis se encuentra ahora en las unidades individuales, en el análisis del mismo proceso de toma de decisiones y en la utilidad como expresión del valor.

Los neoclásicos destacan el papel del individuo en la economía y relegan el tema de las clases sociales procurando presentarse como socialmente neutros.

El propósito de la ciencia económica, en opinión de Marshall, era construir una maquina para descubrir verdades concretas. Los supuestos o condiciones del mercado perfecto son:

1- homogeneidad del producto.

2- las pequeñas alteraciones de los bienes producidos o consumidos no afectan los precios.

3- información perfecta.

4- posibilidad de entrar y salir con libertad del mercado.

LOS MARGINALISTAS

El énfasis del análisis se oriento durante este periodo a considerar la utilidad como base de las diferencias entre los precios relativos de las mercaderías; y esa utilidad es la característica que las hace deseables por los consumidores y la razón por la cual desean comprarlas y luego consumirlas. Además el concepto de utilidad marginal gobierna el precio. La abundancia de un bien en su lugar (agua por ejemplo) hace que su utilidad marginal sea baja; si escasea (como ocurre con un diamante) su utilidad marginal sera elevada. Pero la utilidad, no obstante las preocupaciones de esa época, no alcanzo a ser cuantificada. Mas aun Pareto negó que ello fuera posible y que las utilidades de diversas personas pudieran ser agregadas.

a)- La primera generación:

Jevons señalo que un bien se cambia por otro cuando la relación de los precios entre las dos mercaderías comerciadas se iguala con la relación de sus respectivas utilidades marginales; es decir que el valor depende de la utilidad del bien.

Carl Menger, polaco, su aporte se considera de tal mérito de considerarlo como revolucionario. La revolución mengeriana consistió en señalar a la persona y a su conducta (el comportamiento del consumidor) como el punto de partida de la teoría y del análisis económico; así mismo, el intercambio tiene lugar en razón de la diversidad de las valoraciones subjetivas respecto de un bien determinado. El análisis marginal a partir de esa interpretación de las personas se encamina rápidamente y se construyen otros modelos aplicables a empresarios, al estado, etc., demostrando una enorme fuerza explicativa.

B)- La segunda generación de marginalistas:

Von Wieser desarrollo una ley de costos que junto con antecedentes mas lejanos escolásticos se reconocen como bases del concepto de costos de oportunidad. También presento el principio de que los factores de producción se distribuían en el caso de competencia de manera tal que el valor de sus productos marginales se igualara.

Von Bohm-Bawerk orienta sus estudios hacia la teoría del capital y el interés, se destaco por sostener la conveniencia de edificar la teoría de la utilidad sobre las bases ordinales y no cardinales.

El análisis marginal (cardinal al principio, ordinal luego) aporto la fecundidad del examen de las consecuencias económicas que despiertan pequeños incrementos en las cantidades de una variable.

C)-Los economistas ingleses que suelen incluirse entre los neoclásicos son Jevons, Marshall y Pigou (que forman la escuela de Cambridge), y Francis Edgeworth en Oxford.

Marshall difunde el empleo de las representaciones geométricas de los razonamientos económicos que había comenzado a utilizar Cournot; y creo "los conceptos de sustitución, coeficientes de elasticidad, excedente del consumidor, economías externas e internas, empresa representativa,... distingue entre los análisis de equilibrio general y de equilibrio general y de equilibrio parcial, expresión la ultima que utiliza para expresarse a areas pequeñas de la economía.

LOS APORTES NEOCLASICOS

1- El énfasis se coloca en los agentes del proceso económico pues ellos son los que hacen y toman decisiones. Las decisiones básicas se refieren a que, cuando y como producir y consumir, los agentes o unidades económicas se dividen en productores y consumidores.

2- Si los agentes económicos son consumidores y productores la relación entre ellos se expresa en términos de demanda y oferta de bienes y servicios.

3- Es una teoría fundamentalmente microeconomía y, en particular, basada en la teoría del precio.

4- Las acciones de los agentes se orientan por el deseo de maximización: los productores de su beneficio y los consumidores de su utilidad.

5- confían en que es posible alcanzar, en el largo plazo, el equilibrio general y el pleno empleo.

LA ECONOMÍA CONTEMPORANEA

El aporte de Keynes:

Fue un destacado profesor de lógica y también de economía política.

Sus actividades fueron: académico en Cambridge, pública en el tesoro británico ha sido columnista de diarios Ingleses. Escribió la moneda y finanzas de India, las consecuencias económicas de la paz, tratado de probabilidades, tratado sobre el dinero y teoría general sobre el empleo, el interés y la ocupación.

La teoría y la “Revolución Keynesiana”

El objetivo principal es determinar la forma de poder precisar el nivel de ingreso Nacional y consecuentemente, el nivel de empleo.

El ingreso Nacional y la ocupación dependen del gasto de la comunidad, el ingreso depende, a su vez, de los gastos de inversión (pública, privada).

La inversión privada las empresas invierten cuando esperan lograr un beneficio. Si la rentabilidad o eficiencia de la inversión exceden en el tipo de interés a abonar por los prestamos necesarios para llevar a adelante los proyectos de inversión, el proyecto es rentable

La inversión pública: en este caso depende, en gran medida de decisiones políticas y de los mismos administradores públicos.

La inversión extranjera depende de los incentivos ofrecidos por el país y de la situación en el país de origen.

El consumo depende del ingreso y de otras variables precio, stocks, liquidez. La propensión marginal a consumir determina el grado de estabilidad de la economía.

La revolución Keynesiana integra la teoría monetaria a la teoría macroeconómica. Adopta además conceptos nuevos el enfoque microeconómico se basaba en el estudio de los mercados: Keynes llega a un enfoque macroeconómico basado en la relevancia de las funciones económicas de consumo y de inversión.

OTROS DESARROLLOS

Desarrolla una nueva técnica denominada insumo producto. Comienza el desarrollo de la programación lineal y la teoría de los juegos a raíz. La década del 50 es el comienzo del auge de los estudios estadísticos y econométricos cada uno de estos nuevos modelos fue un perfeccionamiento de otros anteriores.

En el campo teórico los economistas orientan su dedicación a los grupos de interés y a la gente en general otros se preocupan por el análisis de la proporción del ingreso que debe ahorrarse e invertirse.

En el área metodológica se perfecciona los conceptos producto bruto interno por habitante, bienestar económico neto.

El estudio de los ciclos económicos comenzó a desarrollarse durante la década del 20.

EL REORDENAMIENTO DE LA TEORIA ECONOMICA LUEGO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

LA RENOVACION GENERADA POR LA TEORÍA GENERAL

Keynes culminaba la síntesis neoclásico incluidos en el análisis Keynesiano (bienes, dinero y trabajo).

A mediados de la década del 70 la síntesis receso alta inflación.

Podemos distinguir diversas líneas en competencia.

1- Ver en el esquema de Keynes la afirmación del pensamiento tradicional económico.

2- Tuvo efecto la reinterpretación de los monetaristas de la University of Chicago.

COMPARACION EN LA MACROECONOMIA: CLASICOS Y KEYNESIANOS.

La macroeconomía Keynesiana fue la aceptada como ortodoxa desde la publicación del libro de Keynes tuvo criticas y también defensores: la discusión se centro en señalar la falta de fundamentos microeconómicos en la macroeconomía Keynesiana.

La llamada síntesis neoclásica consistió en aceptar que la exclusión de Keynes una vez logrado el pleno empleo. La síntesis neoclásica no aceptó la teoría cuantitativa del dinero.

EL MONETARISMO

Milton Friedman proclamó que el control de los agregados monetarios era un instrumento superior a las medidas fiscales.

Estudios sobre la teoría cuantitativa del dinero y su historia monetaria de los E.E.U.U. La teoría moderna cuantitativa del dinero se diferencia de la tradicional por el reconocimiento de la necesidad de estudiar la velocidad del dinero.

Muchos países adhirieron al principio de adoptar metas monetarias en la década del '80 el sistema de metas fue modificado, como variable más confiable la base monetaria.

El monetarismo esta asociado con la curva de Phillips para explicar la inflación, también está asociado a actitudes contra las tribulaciones estatales.

Los nuevos clásicos se basan en factores reales, son optimizadores, no cometen errores.

EL POSKEYNESIANISMO

Alfred Eichner reacción a la crítica metodológica

Distintas corrientes económicas buscan ofrecer una alternativa a la ortodoxia actual. La revolución Keynesiana surgió de un conjunto de economistas agrupados en la escuela inglesa de Cambridge.

MAURICE F. SCOTT

1-La invención es una forma particular de inversión y su rentabilidad posible puede ser la determinante de su aparición o de su olvido.

2-Como ocurre con cualquier proyecto de inversión el análisis del costo y de los ingresos esperados determina sus mayor o menor atracción.

3-Las oportunidades de inversión son recreadas realizando inversiones.

4-La tasa de inversión es la que determina la tasa de avance tecnológico.

CRITICAS DE LAS CORRIENTES Y DOCTRINAS ECONOMICAS

En el siglo XIX, simultáneamente con el desarrollo de las escuelas clásicas y neoclásicas:

Primeras corrientes: escuela histórica: método análisis del desarrollo económico a través de tipologías de etapas y defensa de lo nacional.

Segunda corriente: socialista: culmina la ideología de Karl Marx.

Tercera corriente: Institucionalista orientada a problemas de la economía de EEUU.

La Escuela Histórica

Alcanza su esplendor en el siglo XIX, los precursores fueron: Adam Muller(1979-1829), Friedrich List (1789-1846) Alexander Hamilton (1757-1804) creador del argumento proteccionista de las industrias nacientes(1791) opuesto a Laissez Faire.

Friedrich List en su sistema nacional de economía política(1841), parte de: Nación alemana unida y despertada por las guerras contra Napoleón. Las economías difieren; proteger las industrias nacientes y establecer barreras aduaneras en países menos desarrollados. Las unidades económicas importantes no son, sin embargo, los individuos sino las naciones; de anti-individualismo, así eran dinámicas y se desarrollaban en etapas o estadios de complejidad creciente. El método histórico preocupado por los hechos, el método inductivo origina una polémica metodológica entre esta escuela y las escuelas clásicas y neoclásicas que propugnaban el método deductivo.

Durante las ultimas décadas del siglo se acentuó la polémica sobre el método así como la discusión acerca de sí el desarrollo de la economía debía ser descriptivo o procurar, el logro de leyes o pautas generales.

La escuela histórica tiene influencia sobre la corriente institucionalista americana, y también sobre economistas sociólogos como Max Weber.

SOCIALISMOS UTÓPICOS

Estos socialismos fueron la antesala de la doctrina marxista. Perseguían un sistema que elimine las injusticias del sistema económico, pero no se indicaba a ciencia cierta como posibilitar o como sería la transición de una sociedad a otra.

Sus primeros exponentes fueron Tommaso Campanella y Tomás Moro con su célebre Utopía.

Todo este pensamiento resurgió en el s.XVIII con nombres como Charles Fourier y su idea la del trabajo atractivo; el plantea El Falansterio, pequeñas colonias que vivían en un edificio común y se dividían las tareas y una buena administración permitía aumentar la producción para que todos pudieran vivir cómodamente, planteaba una sociedad cooperativa de consumo y producción.

Robert Owen con su idea que sólo un sistema cooperativo sin capitalistas podía mejorar la situación de los trabajadores. Proponía la supresión del beneficio, la sustitución de la moneda por bonos de trabajo. En su fábrica de New Lammarck existían barrios de trabajadores de casas y jardines, cajas de ahorro y se puede decir que se anticipó en muchos años a la legislación del trabajo: redujo la jornada de trabajo de 17 a 10 horas, prohibió la ocupación de menores de 10 años, creó escuelas laicas y suprimió las multas en el trabajo.

Los socialistas asociacionistas, como Fourier y Owen, ignoran al estado. Una nación, en su perspectiva, debe constituirse de la yuxtaposición de cierto número de falansterios o de cooperativas que se administran por sí mismas.

Sismondi propone la supresión de los antagonismos de clase permitiendo el acceso de los trabajadores a la propiedad; es uno de los apóstoles de la participación de los trabajadores en las utilidades. Influyó en las ideas de Marx.

Algo después Proudhon, referente del socialismo libertario, se pronunció contrario al capitalismo y de cualquier sociedad estatalizada, plasmó su modelo social en la sociedad autogestionaria libremente federada en una estructura integrada por reducidas y múltiples unidades productivas y de convivencia. Denunció la naturaleza alienante de la política.

ECONOMÍA MARXISTA

Marx efectúa una crítica radical de la economía capitalista. Parte de la teoría ricardiana del valor-trabajo y establece que el trabajador nunca recibe la totalidad del valor de su trabajo; entre lo que percibe y lo que produce hay siempre una diferencia. A esta diferencia la llama plusvalía.

La teoría de la plusvalía es una teoría del beneficio , pues explica el origen de éste fundándose en la teoría del valor-trabajo. De aquí se deduce el interés del empresario en mantener los salarios los más bajos posibles y lograr una jornada de trabajo lo más prolongada posible. Inevitablemente se producirá una resistencia de los obreros, que dará lugar a un enfrentamiento capital-trabajo(lucha de clases).

Otra forma de aumentar los beneficios se consigue aumentando la productividad, mediante la nacionalización de los procesos productivos, el aumento del ritmo de trabajo y la introducción de maquinaria, con el fin de reducir el coste de producción.

La parte del producto social que reciben los obreros, o sea el salario, está regulado por el mecanismo de la libre competencia; en virtud del denominado principio del ejército de reserva industrial(exceso de oferta de mano de obra en el mercado de trabajo), los salarios tenderán siempre a la baja. Estos mecanismos conducen a un progresivo empobrecimiento de la clase obrera(teoría del pauperismo creciente).

Marx distingue entre capital fijo o constante(fábrica, medios de producción, utensilios, etc.), que no es sino trabajo almacenado, producto de un trabajo anterior y que no crea ningún valor en el proceso productivo; y capital variable que es definido por la suma invertida en el pago de los salarios y que se acrecienta constantemente en función del beneficio extraído a través de la plusvalía. Cada capitalista tomado individualmente se esfuerza en obtener el máximo de beneficios; pero en el seno de cada rama económica, la competencia fuerza a una mecanización creciente(a fin de aumentar la productividad y disminuir los costos) con el objetivo de mantener las tasas de beneficio. A medida que aumenta la maquinaria y disminuye la mano de obra, se produce un incremento del capital fijo a expensas del variable, lo que da como resultado la disminución de la tasa de beneficio, que se obtiene a partir del capital variable.

Esta ley del beneficio decreciente desempeña un papel decisivo en el pensamiento marxista de la que se derivan importantes consecuencias. Los empresarios intentan contrarrestar la baja de los beneficios mediante un aumento de la producción y, consecuentemente, de las ventas. Pero como el poder adquisitivo de los trabajadores, en virtud del principio de la depauperación, no sólo no aumenta, sino que tiende a disminuir, la creciente oferta de productos no encuentra salida en el mercado, produciéndose una crisis cíclica, motivada por una superproducción. Estas crisis cíclicas son una característica constante del capitalismo. Se resolverán mediante un equilibrio inestable, de corta vida, que sólo durará hasta la próxima crisis. Las crisis se sucederán cada vez con mayor frecuencia y con más intensidad, conduciendo inevitablemente a una crisis final del capitalismo.

Otro de los puntos centrales de la teoría económica marxista es la ley de la concentración del capital. El sistema genera una superioridad creciente de las empresas que trabajan con mayor volumen de capital constante(es decir, aumento de las grandes fábricas y empresas), que paulatinamente absorberán a las pequeñas y medianas empresas.

Así mismo, el desarrollo de las sociedades anónimas y la utilización cada vez mayor de los créditos bancarios facilitarán el proceso de concentración del capital. A su vez, ello provocará la eliminación de las pequeñas empresas no competitivas, originando la creciente masa de desempleados con el consiguiente aumento del ejército de reserva industrial y la paulatina desaparición de la pequeña burguesía(pequeños industriales y comerciantes), que pasarán a engrosar las filas del proletariado.

En síntesis, el capital estará concentrado cada vez en un menor número de personas, mientras que el proletariado, a la par que aumentará en número detentará una situación más miserable. Estos principios unidos a la teoría sobre las crisis cíclicas y a la agudización de la lucha de clases, contribuirán a la crisis final del capitalismo.

EL SOCIALISMO DESPUÉS DE MARX

Las principales variantes del pensamiento socialista desde 1880 pueden clasificarse bajo los rubros de Revisionismo alemán, Sindicalismo francés, Marxismo soviético, y Fabianismo británico, existen algunas variantes menores conocidas como Austro y Neo Marxismo u otras más renombradas como la Old Left Academica o la New Left.

El líder del revisionismo fue Eduard Bernstein. Su obra contiene una visión del socialismo que en sus aspectos esenciales difiere agudamente de la de Marx. En el aspecto filosófico Bernstein se aparte de la dialéctica Hegeliana y en su lugar proclama su creencia en una evolución gradual hacia el socialismo, que se producirá no simplemente por la lucha de los contrarios sino por una conjunción de circunstancias relacionadas. Tratará de realinear las aspiraciones socialistas con la tradición Judeo Cristiana de valores morales, de la que Marx las había divorciado, y lo hizo enfatizando la significación del factor ético, el cual volvería al socialismo en un ideal por el que vale la pena luchar, mas que pintarlo como Marx como una necesidad histórica inevitable. Así llegó a ser el primer socialista en cuestionar, de manera investigadora, la validez de las predicciones de Marx acerca de la concentración, la creciente miseria, creciente intensidad de la lucha de clases, etc. No ignoró el hecho de que el capitalismo, en lugar de encaminarse a su muerte, mostraba una mayor vitalidad y viabilidad de la que Marx estaba dispuesto a concederle, y reunió una rica evidencia demostrando que la clase trabajadora participaba en los beneficios que fluían de la expansión económica. Tenía sus dudas acerca de la significación de la teoría del valor.

El máximo líder teórico del sindicalismo francés fue Georges Sorel. El sindicalismo francés estuvo empeñado en la persecución incansable de la lucha de clases y destinado a establecer el control por parte de los trabajadores en las fábricas. Esta lucha era dirigida tanto contra los patrones como contra el estado. Sorel contemplaba al hombre como movido por sus emociones y pasiones mas que por la razón, el objeto apropiado de una manipulación por parte de las elites que emplearían la imaginería y los mitos para impulsar a la gente a la acción. El mito preferido de Sorel era la idea de la huelga general, la cual daría al proletariado un sentido de poder y daría vigor a la lucha de clases.

El mundo de voluntarismo y ficción de Sorel no era el mundo de Marx sino el del fascismo.

De las adiciones construidas sobre la estructura del pensamiento de Marx después de su muerte, los soviéticos rechazarían algunas y aceptarían otras.

Entre las que les parecían adecuadas, se destaca la doctrina del imperialismo.

En lugar de apoderarse de una estructura industrial plenamente desarrollada, como había previsto Marx, los soviéticos encaraban la tarea de construir una. Los dos problemas clave de los que llegaron a preocuparse crecientemente eran la aceleración del desarrollo económico y la planeación. Marx dijo poco respecto a la planeación, y lo que observó respecto al desarrollo económico lo colocó dentro del contexto de su crítica al capitalismo.

INSTITUCIONALISTAS

El problema es la organización y el control del sistema económico “control del poder”.

Teoría del cambio social donde las instituciones no son dadas sino hechas por hombres y modificadas por los hombres.

Teoría del cambio social y elección colectiva, con el poder para socializar individuos y grupos, con un sistema de control.

Teoría del papel económico del Estado, con instituciones formadas y revisadas, con gobierno, leyes y sistema de derechos endógenos, dependientes e interdependientes.

Teoría de la tecnología: determina la escasez colectiva de recursos como base de la industrialización.

Distribución de recursos: no la realiza el mercado sino la estructura de poder de la sociedad.

Enfatiza los valores de la vida social; interesa el proceso de cambio en contraste con la posición neoclásica que supone que los valores están dados.

Para Veblen tanto la sociedad como la economía podían ser analizadas como proceso de selección natural de instituciones. Destaca el papel progresivo de la tecnología y el papel negativo de las instituciones destaca la emulación por la posición social como fuerza del comportamiento económico. Criticó a los marginalistas por creerlos defensores del statu quo respecto de la distribución del ingreso y de la riqueza.

Galbraith destacó el papel del sistema de valores culturales, pues son los que guían una economía y mostró el desequilibrio que ocurre en las sociedades que producen muchos bienes privados en desmedro de los públicos. Considera que la existencia de grandes productores ha favorecido la aparición de sindicatos y compradores poderosos que actúan como un poder compensador.

ECONOMIA DEL COMPORTAMIENTO

La economía del comportamiento se preocupa por desafiar la validez de los postulados neoclásicos y trata de descubrir que otras leyes empíricas podrían describir los comportamientos. A partir de esto se trata de evaluar las implicancias para las instituciones y para el sector público y de determinar las formas y el contenido de la función utilidad.

Una de las investigadores más renombrados de esta escuela es Baumol que señala que el comportamiento de las empresas se basa en que son maximizadoras de ventas y no de beneficios.

ECONOMIA EXPERIMENTAL

Se ha supuesto a la economía como una ciencia no experimental y sobre esa creencia la economía neoclásica se construyo. Autores como Mosteller o Chamberlin realizaron diversas obras donde contradicen estos principios como lo demuestran sus obras “Medición experimental de la utilidad” del primero y “Un mercado experimental imperfecto” del segundo.

ESTRUCTURALISMO

La comisión económica para América Latina de las naciones unidas consideran en particular tres preocupaciones:

1- Problemas del desempleo por la constatación de la dificultad del sistema económico para absorber la mayor población en edad activa que expulsa el sector primario y el acumular del capital necesario para la inversión que demanda el sector mas moderno.

2 - problemas por la estructura productiva de la periferia, en la exportación de productos primarios. La demanda de divisas por parte de la economía excede el aporte que proporciona las exportaciones. El proceso de industrialización para continuar necesita inversiones extranjeras, endeudamiento externo o mayor ahorro interno; podría verse contenido por los precios bajos que logran los productos primarios en el mercado internacional.

3 - Disparidad de ingresos entre los distintos sectores e induce a un tipo de desarrollo y de consumo orientado al comercio de sus productos primarios con precios en deterioro frente a los precios en alza de los productos manufacturados.

Algunos de sus exponentes más renombrados fueron Raúl Prebisch o Jan Tibergen entre otros.

DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA

CONCEPTO: conjunto de ideas, enseñanzas y normas que se desea realizar y perfeccionar con cooperación social. La doctrina social cristiana constituye el aporte de la iglesia católica a la consideración y solución de problemas sociales.

Fuentes de la doctrina social de la iglesia: se basa en el desarrollo elaborados a partir de:

1 - Mensaje religioso y social del nuevo testamento

2 - Los encíclicas de los romanos pontífices, emitidos León XIII (1891) en adelante.

3 - Análisis estudios, principios y temas de esta doctrina social.

Los evangelios han deducido normas aplicables a distintos problemas económicos y sociales. La meta no es lograr un orden (económico, social, político, cultural) sino que el hombre pueda cumplir la voluntad de Dios.

Principios generales: la doctrina social cristiana, además de sus diversos fundamentos religiosos, se basa en principios generales: solidaridad, bien común y subsidiaridad así como el derecho natural, la justicia y la equidad.

LA CIENCIA ECONOMICA EN AMERICA LATINA

Los aspectos características de cuatro modelos que han dominado el pensamiento Latino Americano por toda una generación son: Estructuralismo, Dependencia, Monetarismo Internacional y Crecimiento inducido por las exportaciones. Sobre estas cuatros cuestiones se expresa el pensamiento Latinoamericano.

ESTRUCTURALISMO

El estructuralismo modifico en tres aspectos importantes el modelo ortodoxo de crecimiento económico con empleo pleno impulsado por la acumulación de capital. Uno fue la especificación del equilibrio macroeconómico. El segundo fue la caracterización de las relaciones microeconómicas subyacentes. El tercero fue la definición del papel del estado.

La novedad "macroeconómica" central fue la de prestar atención a las limitaciones impuestas por la disponibilidad de divisas. El acceso a las divisas, mas que al ahorro interno, fue el factor critico determinante del crecimiento económico de los países de la periferia. El sector manufacturero era considerado como el sector que incorpora tecnología avanzada y en proceso de avance. Las ventajas de una mayor productividad podían absorberse y hacerse independientes de la evolución adversa de los términos de intercambio; al contrario de las expectativas de las teorías clásicas basadas en los rendimientos decrecientes, se invoco la experiencia histórica para demostrar los términos de intercambio de productos primarios estaban deteriorándose en lugar mejorar.

A nivel "microeconómico”, el estructuralismo destacaba las discontinuidades e imperfecciones. El sector agropecuario fue señalado como un punto de estrangulamiento importante. Los precios relativos se consideraron ineficaces en la resignación de recursos, debido a la tenencia concentrada de la tierra y a la tecnología adoptada en respuesta a una mano de obra artificialmente barata atada a la tierra.

Estas condiciones macro y microeconómicas militaron a favor de una presencia fuerte del estado. Se pidió al estado que definiera y ejecutara activamente una estrategia económica, en lugar de aceptar la función pasiva preconizada por Adam Smith en La riqueza de las naciones. Esa fue una tercera desviación decisiva de la economía estructuralista. El desarrollo era consecuencia de la política, no una evolución natural.

TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

Basada en un método histórico - estructural, la teoría de la dependencia es mas una contribución al análisis sociopolítico que un modelo económico. Su originalidad se deriva del uso de una posición dentro del sistema internacional como factor determinante del comportamiento de clase.

Tres posiciones económicas forman parte integral de la perspectiva de dependencia. Una es el principio de intercambio desigual. La segunda es las consecuencias adversas de la inversion privada extranjera. La tercera es la desarticulación de la economía capitalista de la periferia debido a su patron de consumo sesgado copiado del de los piases industriales avanzados.

El "intercambio desigual" proviene directamente, dentro de una teoría laboral marxista del valor, de las grandes disparidades salariales entre economías desarrolladas y en desarrollo. Los salarios bajos reducen artificialmente los precios de las exportaciones producidas en los países en desarrollo, lo cual beneficia a los compradores mas bien a los vendedores.

Los "mercados de capital abiertos" refuerzan los costos de los mercados de bienes abiertos. La inversión directa proporciona la oportunidad de que las firmas multinacionales persigan su estrategia global a expensas de los intereses nacionales. Hay un conflicto en lugar de una coincidencia de interés, en el que prevalece el mayor poder de la empresa extranjera, con la colaboración de ciertos sectores nacionales. El análisis de dependencia percibió la falla fundamental de la política de substitución de importaciones, aunque disfrazada con vestimenta nacionalista como la concesión de tratamientos favorable a las firmas extranjeras. Hay algo mas en la obtención de ganancias estáticas: los dependentistas creen que no puede haber desarrollado autónomo mientras la tecnología sea suministrada externamente en lugar de ser creada en forma nativa.

La tercera característica del crecimiento capitalista dependiente es su "calidad desigualadora”. La producción industrial puede crecer mas bien que estancarse, pero solo como resultado de la concentración del ingreso que apoya la demanda por bienes modernos. Pero las necesidades básicas no se satisfacen para una gran parte de la población que carece de empleo y demanda efectiva.

Esta teoría ha sido criticada fuertemente por lo inadecuado de su interpretación del desarrollo económico latinoamericano en el siglo XIX.

EL MONETARISMO INTERNACIONAL

Es un redescubrimiento de los clásicos, en este caso, el mecanismo de flujo de especies de David Hume. En sus proposiciones fundamentales se subrayan las limitaciones impuestas por la integración a la economía mundial; en este sentido, hay una aceptación compartida con la teoría de la dependencia del papel clave de las interrelaciones internacionales. En su forma mas simple, son suficientes tres posiciones. La primera es la ley de un precio; en todos los países los mismos bienes cuestan lo mismo (teniéndose en cuenta la pequeña barrera natural de los costos de transporte y la barrera no natural y potencialmente muy grande de las restricciones al comercio). Este es el supuesto de la paridad de poder adquisitivo: la tasa de inflación mundial mas la depreciación del tipo de cambio. El segundo supuesto es la existencia de una relación estable entre la demanda de dinero y el ingreso. Esto asegura que los cambios en la oferta monetaria se reflejan en los gastos y la determinación de ingresos. La tercera ecuación necesaria para solucionar el modelo es una identidad monetaria: la oferta monetaria nacional es igual a la suma de las reservas internacionales y el crédito interno.

CRECIMIENTO INDUCIDO POR LAS EXPORTACIONES

La estabilización bajo la guía del FMI es una política de corto plazo. El crecimiento inducido por las exportaciones es una estrategia para largo plazo que preconiza la integración completa a la economía internacional. La demanda internacional es altamente elástica y proporciona una fuente confiable de crecimiento sostenido. Para penetrar los mercados mundiales todo lo que tienen que hacer los países en desarrollo es seguir las señales de las ventajas comparativas para explotar sus costos más baratos. Los tipos de cambio no deben estar sobrevaluados como ocurre inevitablemente como resultado de la protección a las importaciones. Las tasas de interés deben ser positivas en términos reales en lugar de negativas y no deben subsidiar la industrialización de uso intensivo de capital sustitutiva de importaciones. Los salarios reales deben ser determinados por competitividad internacional en lugar de por mandato: los problemas de balanza de pagos frecuentemente se derivan de las demandas excesivas e indisciplinadas de los factores.

GENERA

FOMENTA GENERA

SE FOMENTO LA

EL “CUADRO ECONÓMICO” DE LA FISIOCRACIA

Si bien la afirmación de que la agricultura es el único sector capaz de generar “producto neto” es bastante criticable, el aporte fundamental, por el cual los fisiócratas son actualmente elogiados, no proviene de esta rama de su investigación, sino de haber indagado qué sucede con su “producto neto” en la economía. Para averiguar el destino del producto neto, Quesnay ideó el denominado Cuadro Económico, simplificado en el siguiente gráfico:

Fuente: Eckelund, R. y Hébert R. Historia de la Teoría Económica y de su Método (1992) p. 93

En la descripción de Quesnay, hay tres clases sociales: agricultores (clase productiva); una clase estéril (artesanos, comerciantes, fabricantes y profesionales); y una clase propietaria (terratenientes). El objetivo del cuadro económico no era describir la distribución de la renta en la economía, sino describir como circulan las rentas (producto neto) de un sector a otro. Quesnay parte de que la agricultura proporciona una renta de cinco mil millones de francos (5.000), los agricultores guardan 2.000, emplean 1.000 en compras a la clase estéril (vestido, alojamiento, etc.) y entregan los 2.000 restantes a los propietarios. Los propietarios gastaban 1.000 en la clase productora y 1.000 en la clase estéril. Entonces, la clase estéril disponía de 2.000, de los que iban 1.000 a la clase productora y 1.000 a la clase propietaria. Después de estos primeros movimientos, habrían de producirse otros movimientos sucesivos de renta.

Quesnay era médico de la corte, y para la realización de su Cuadro Económico se inspiró en el funcionamiento del cuerpo humano. Las rentas circulan por la economía al igual que circula la sangre por el cuerpo. Un trastorno en un órgano del cuerpo, origina reacciones en otros órganos para compensar el trastorno inicial.

Este cuadro sirvió como punto de partida de análisis de política económica, realizados por otros miembros de la fisiocracia como el abate Baudeau y Mirabeau. Por ejemplo, afirmaban que cuando la parte del producto neto que vuelve a la tierra es insuficiente (ya sea por compras excesivas a las clases estériles o insuficientes a la clase agrícola), la creación de producto neto disminuye y puede surgir una depresión económica.

Si bien el Cuadro Económico desarrollado por Quesnay puede ser fácilmente criticado, su mérito radica en haber tenido una visión de los diversos sectores económicos como interdependientes, que la economía puede estar en desequilibrio a causa de una mala orientación de los flujos de renta.

LA ACTIVIDAD ECONOMICA ERA

SOLO PERMITIAN

RECIBIERON BENEFICIOS DE LA

EXISTE UN ORDEN

A TRAVES DE

EQUILIBRANDO

SU PRINCIPAL EXPONENTE

SEGÚN EL

AUTOR DE

SE REFLEJA EN

SE MIDE POR UNA MAYOR

CULMINO EN

PARA AVANZAR

SE FUNDAMENTA

SU FUNDADOR FUE

SURGIO DE

CARACTERISTICAS

Escuela Francesa: Cournot y Dupuit:

A comienzos de los años 1870, y más exactamente entre 1871 y 1874, tres autores, de diferentes formaciones intelectuales, y trabajando de manera independiente, publicaron trabajos cuyos contenidos son sorprendentemente próximos. Ellos son Stanley Jevons en Inglaterra, Carl Menger en Austria y Leon Walras en Suiza, y se les reconoce como los fundadores del marginalismo. Esta escuela de pensamiento se desarrollará rápidamente, siendo el germen de una ambicioso programa de investigación para la economía que desde entonces ya no se circunscribirá a las fronteras de Inglaterra, y que conoce un éxito tal que puede considerársele como la escuela dominante hasta el nacimiento del pensamiento keynesiano en los años 30.

Esta nueva perspectiva se caracteriza, en primer lugar por su tema inicial: las reflexiones sobre la utilidad marginal decreciente de los bienes de consumo. Pero los autores descubren inmediatamente que los principios de este domino particular son fácilmente generalizables. De ahí el tema principal: el marginalismo aplicará procedimientos de maximización a las diferentes variables económicas razonando en el margen, es decir sobre la última unidad del bien consumido, producido, intercambiado o retenido. Si se tratase de resumir el razonamiento marginalista en una frase, diríamos que la utilización óptima de un recurso dado se obtiene cuando no hay ya ninguna ganancia neta a obtener del desplazamiento de una unidad de tal recurso de un empleo a otro. El óptimo nace así de la igualación en el margen de las utilidades de los recursos en los distintos usos posibles. Este es un principio universal, a partir del cual se construye una teoría del comportamiento de los agentes individuales de la economía, basado en la racionalidad de las decisiones económicas.

Además, ya que se trata de maximizar funciones objetivo, no hay que sorprenderse del empleo de las matemáticas admitido y reivindicado por la mayor parte de los autores aunque puedan hacerse muchas excepciones (entre ellas la de la llamada escuela austriaca). En resumen, las tres características esenciales del marginalismo son: la maximización como referencia del comportamiento, el cálculo en el margen como principio de racionalidad y las matemáticas como técnica de análisis. El marginalismo tiene entonces la ambición al mismo tiempo del rigor y la generalidad. Pero esta ambición no va a conseguirse sin cambiar los cuestiones planteadas por el análisis económico y puede dar lugar al reduccionismo. Hemos visto que la teoría clásica, construída a partir de la oposición entre el trabajo y la avaricia de la naturaleza en un contexto de competencia pone el acento en los problemas del desarrollo económico y de la distribución y era por ello en fundamentalmente macroeconómica y dinámica. El pensamiento marginalista, por su parte, dedicada a la búsqueda de la mejor utilización posible de los recursos dados, tendrá como tendencia el considerar como fijo lo que los clásicos consideraron como variable y a hacer de la economía algo esencialmente microeconómico y estático.

En primer lugar Cournot describe la situación de un productor único enfrentado a una demanda de mercado. Cournot plantea, como una evidencia impuesta por la realidad, una función de demanda relacionada inversamente con el precio:

Esta es la primera función de demanda que aparece explícitamente en la literatura económica. Cournot la escribe pero no establece sus fundamentos: si la utilidad tiene alguna influencia sobre la demanda, esta no se menciona. El ingreso total del monopolista se deriva inmediatamente, lo que permite, derivando con respecto al precio, deducir la función de ingreso marginal. Además, el monopolista debe tener una función de costes que dependen de las cantidades producidas. En estas condiciones el monopolista buscará maximizar su beneficio, lo que obtiene derivando el beneficio total con respecto al precio e igualando a cero. Las condiciones de segundo orden aseguran que se trata efectivamente de un máximo. El monopolista debe entonces producir una cantidad tal que de acuerdo con la función de demanda permita igualar el coste marginal con el ingreso marginal.

El caso del duopolio, la demanda se dirige dos productores con lo que se abre la vía para que entre ellos exista un comportamiento estratégico. Cada productor puede estar dotado de una función de costes dependiente de las cantidades producidas (y vendidas) y maximiza sus beneficios. Para un productor el óptimo, que se obtiene maximizando la función de sus propios beneficios, le permite obtener su nivel de producción en función de la producción del otro. Esto permite a Cournot trazar la evolución de la producción de cada productor en función de la producción anunciada por el otro. Esta curva, denominada de reacción también puede obtenerse para el otro productor y con ambas es posible obtener la solución de equilibrio y la dinámica que permite que este se alcance. Esta solución será contestada más tarde. )Por qué no podemos admitir que los duopolistas cooperen, mediante acuerdos colusorios, en lugar de hacerse competencia? Por otra parte, las decisiones de producción de uno se toman en función de las decisiones de producción del otro) por qué descartar la competencia vía precios en lugar de cantidades?

Además, en el modelo las decisiones se encadenan siguiendo una secuencia de errores de previsión)podríamos pensar que las curvas se modifican en función de los errores? A pesar de todo eso, el aporte de Cournot sobrevive y es el primer ejemplo de uso sistemático de relaciones funcionales de comportamiento maximizador en el análisis económico. Muchos de sus resultados, y de sus críticas, sólo serán incorporados al análisis económico con el desarrollo de la teoría de juegos en el último cuarto del presente siglo.

Dupuit (1804-1866): utilidad absoluta y relativa; excedente del consumidor Dupuit, ingeniero francés, publica en 1844 una obra consagrada a los bienes colectivos titulada De la Mesure de l´Utilité des Travaux Publics, obra que pasa totalmente desapercibida en el momento de su publicación. En ella se encuentra un análisis de la utilidad, de la demanda y del excedente del consumidor que convierte a su autor en un "padre fundador" del marginalismo. Para Dupuit, la utilidad es subjetiva; varía en función de los individuos. Se debe distinguir entre la utilidad absoluta, que para Dupuit es el precio que el consumidor está dispuesto a pagar por una unidad de un bien, y la utilidad relativa que es la diferencia entre la utilidad absoluta y el precio de compra. Por ejemplo, dice Dupuit, un consumidor que aceptaría pagar 30 francos cuando el precio de venta es 20 obtiene "una especie de beneficio" de 10, que es la medida de la utilidad relativa. Pero como dice Dupuit: "cada consumidor otorga el mismo una utilidad diferente al mismo objeto de acuerdo con la cantidad que puede consumir", y esta estimación de unidades sucesivas es decreciente según la cantidad consumida. De este modo.Dupuit enuncia, la ley de decrecimiento de la utilidad marginal, que él asimila inmediatamente a una curva de demanda, ya que escribe el precio al que el consumidor está dispuesto a comprar el bien con la cantidad comprada. Estas curvas de demanda individuales se pueden agregar obteniendo una demanda global de mercado (D). Si S es la curva de oferta implícita, P será el precio de mercado. "La utilidad absoluta, a nivel agregado, la utilidad total y la utilidad relativa, todas a nivel agregado serán lo que Marshall denomine el excedente del consumidor.

Apoyándose en este análisis, Dupuit muestra, en un célebre ejemplo numérico, como es posible (al menos teóricamente) medir la utilidad de un puente peatonal sobre el que se circula gratuitamente". En el eje de cantidades está el número de recorridos; en el de precios el importe del peaje. Si el peaje es nulo, el número de recorridos es de 2.080.000 cuando éste es 0.01 franco se reduce a 330.000, de esto resulta que para 330.000 recorridos "la utilidad es la menos 0.01 franco es decir 3.300 francos. Haciendo aumentar progresivamente el precio obtenemos la utilidad total del puente. Dupuit cree haber encontrado un método de evaluación de la utilidad de los bienes colectivos y resalta con modestia " que el cálculo del que hemos obtenido la fórmula reposa sobre datos que ninguna estadística nos puede proporcionar".

10. La primera escuela de Viena.

12. Economía Austriaca.

Amartya Sen y el PNUD.

A Amartya Sen se le conoce por sus trabajos sobre las hambrunas, la teoría del desarrollo humano, la economía del bienestar y los mecanismos subyacentes de la pobreza.

A finales de la década de los 60 y principios de los 70, los escritos de Sen ayudaron a definir el campo de la «elección social», donde pone en cuestión el utilitarismo dominante y propone integrar «bienes» como la libertad y la justicia en el cálculo del desarrollo. Su contribución en la teoría social de Kenneth Arrow fue mostrar en qué condiciones el teorema de imposibilidad de Arrow puede ser útil para extender y enriquecer el campo de la «elección social».

La obra más reconocida de Amartya Sen es su ensayo Pobreza y hambruna: Un ensayo sobre el derecho y la privación (Poverty and Famines: An Essay on Entitlements and Deprivation) de 1981, en el cual demostró que el hambre no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de alimentos. Aparte de su investigación sobre las causas de las hambrunas, su trabajo en el campo del desarrollo económico ha tenido mucha influencia en la formulación del índice de desarrollo humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sen es una excepción entre los economistas del siglo XX por su insistencia en preguntarse cuestiones de valores, abandonadas en la discusión económica «seria». Planteó uno de los mayores desafíos al modelo económico, debido a que era estéril y que sitúa el interés propio como un factor fundamental de la motivación humana.

Si bien su escuela continúa siendo minoritaria, ha ayudado a redirigir planes de desarrollo y hasta políticas de las Naciones Unidas.

El concepto de capacidad

El más revolucionario de los aportes de Amartya Sen en el desarrollo de los indicadores económicos y sociales es el concepto del enfoque de las «capacidades», que serían las capacidades de las que cada persona dispondría para poder convertir sus derechos en libertades reales.

Un gobierno tiene que ser juzgado en función de las capacidades concretas de sus ciudadanos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los ciudadanos tienen el derecho constitucional de votar. Para Amartya K. Sen esto no significa nada; él se pregunta si se reúnen todas las condiciones para que los ciudadanos puedan ejercer la capacidad de votar. Estas condiciones pueden ser de muchos tipos, desde el acceso a la educación hasta el hecho de que los ciudadanos tengan medios de transporte para tener acceso a las urnas. Sólo cuando estas barreras estén superadas se puede decir que el ciudadano puede ejercer su elección personal.

Su aproximación basada en las «capacidades» se enfoca en la libertad positiva, que es la capacidad real de una persona de ser o de hacer algo, en vez de la libertad negativa, que es común en economía y se centra simplemente en la no interferencia. En la hambruna de Bengala, la libertad negativa de los trabajadores rurales para comprar alimento no se vio afectada. Sin embargo, murieron de hambre porque no estaban positivamente libres para hacer cualquier cosa: ellos no tenían la libertad de alimentarse ni la capacidad de escapar de la muerte.

Un ejemplo práctico desarrollado del concepto de capacidad puede verse en la obra Mujeres y desarrollo humano de Martha Nussbaum.

Hacia 1991 el economista lndio y Premio Nobel, Amartya Sen en contacto con otro economista, Mahbub ul Haq, en el ámbito del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) – colaboró con una nueva aproximación teórica en la conformación de un concepto del desarrollo más amplio que el mero crecimiento del producto, gestándose la idea de elaborar un Índice del Desarrollo Humano (IDH). La originalidad de Sen consistió en definir dicho desarrollo humano como la ampliación del espacio de capacidades, bajo el imprescindible desenvolvimiento de las libertades individuales, junto a las posibilidades de la elección social racional, tolerante y democrática.

Sen enunció cinco áreas de libertades fundamentales que debían tener vigencia para permitir e impulsar el desarrollo pleno: (a) libertad política; (b) posibilidades económicas; (c) oportunidades sociales; (d) garantías de transparencia, y (e) protección de la seguridad. Asimismo, sus intereses intelectuales reflejados en una vasta producción académica abarcaron campos tan diversos como la economía del bienestar, la elección social, la ética y la filosofía, que le permitieron reflexionar sobre los más acuciantes problemas económicos y político-sociales del desarrollo, la justicia, la pobreza y la desigualdad. De allí que Amartya Sen puede ser reconocido como un ejemplo sobresaliente de integración de los saberes procedentes de diversos campos científicos y de la aplicación de esa visión para la comprensión más plena y acabada de la realidad contemporánea.

En su artículo el doctor Felipe Tami, como miembro de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y Consejero del IPIS, nos invita a reflexionar en torno a algunos aspectos de los aportes teóricos de Sen y sus implicaciones prácticas, tal como lo viene desarrollando la UCA en sus estudios sobre el déficit de desarrollo humano, a través del Barómetro de la Deuda Social Argentina.

Completa el presente número de Consonancias un aporte proveniente de la sede de Rosario, cuyos autores abordan un original enfoque de la problemática ambiental a partir de una “visión fenomenológica multimodal” y ubicando a la estética en el centro de una mirada distinta sobre un tema de gran actualidad.

Las dimensiones del desarrollo en el pensamiento de Amartya Sen

Felipe Tami: La libertad política y las libertades civiles son importantes directamente por sí mismas y no tienen que justificarse indirectamente por su influencia en la economía. Cuando las personas carecen de libertadas políticas o de derechos humanos (aunque disfruten de condiciones económicas favorables) se ven privadas de importantes libertades para vivir y se les niega la oportunidad de participar en discusiones cruciales sobre asuntos públicos.

1. Los alcances de la contribución de Sen y la teoría económica

Amartya Sen es un personaje singular entre los economistas modernos. Sus intereses intelectuales reflejados en una vasta producción, que a su vez ha dado lugar a una extensa literatura, abarcan campos tan diversos como la economía del bienestar, la elección social, la ética y la filosofía, junto con muchos de los más acuciantes problemas económicos y político-sociales del desarrollo, la justicia, la pobreza y la desigualdad. Por otra parte, es notoria su influencia en la visión de diversos organismos internacionales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, y un sinnúmero de organizaciones públicas y no gubernamentales. El profesor Atkinson sostenía que Sen “se siente igualmente cómodo escribiendo para el Journal of Philosophy como para el Economic Journal”, y recordaba que en Harvard fue contemporáneamente profesor de economía y de filosofía. Sus particulares enfoques han servido para ensanchar las perspectivas de la economía, a pesar de que su mensaje no haya sido acogido con entusiasmo por muchos, apegados al paradigma neoclásico o bien adherentes a las corrientes marxistas y neokeynesianas. En este sentido, es irónico que la obra de Adam Smith, cuyo teorema de la mano invisible es la piedra fundamental sobre la que se asienta la teoría económica moderna, sea precisamente una de las principales fuentes de inspiración para las ideas innovadoras de Sen. Al respecto, señala Richard Cooper que “la mayor parte de los economistas de hoy evitan la filosofía moral a saber, el estudio de la justicia social por considerarla demasiado difusa (soft) para un tratamiento analítico riguroso. Pero Amartya Sen pertenece a la tradición más antigua de evaluar las consideraciones de eficiencia económica que predominan en los análisis económicos modernos con respecto a sus consecuencias sociales ya que tales juicios exigen un marco ético.”

La mayor parte de la economía dice Sen tiende a concentrarse con demasiada intensidad en un campo muy estrecho, “dejando fuera áreas que son vistas, por una parte como factores políticos y sociológicos, y por otra como cuestiones filosóficas. Pero estas cuestiones son a menudo centrales para los propios problemas económicos. Interesarse por ellos es parte de nuestra propia herencia. Después de todo, el contenido de la economía moderna fue fundado por Adam Smith, que tenía una visión enormemente más amplia de la economía.” Y agrega a continuación: “Smith sería un ejemplo absolutamente ideal de dar a la economía lo que le es debido.”

Estas palabras ponen de manifiesto que, en definitiva, la posición de Sen refleja es en su esencia un “retorno a las fuentes”. Así queda claro que “La economía del bienestar es una rama importante de la ‘razón práctica’. No hay una base satisfactoria para esperar que las diversas consideraciones que son características de la razón práctica, analizadas, entre otros, por Aristóteles, Kant, Smith, Hume, Marx o Mill, puedan, en algún sentido real, ser evitadas buscando refugio en alguna fórmula simple como la maximización utilitaria de la suma de utilidades, o una búsqueda de apoyo en la optimalidad, o el guiarse por algún criterio mecánico de eficiencia técnica o maximización del producto bruto nacional.

Sen rescata la idea planteada por Kant en su Fundamentación de la metafísica de las costumbres, según la cual los seres humanos son fines en sí mismos antes que medios para servir a otros fines, revelándose así la raíz primigenia del pensamiento de Sen en el sentido de que los seres humanos son, ciertamente, los beneficiarios del progreso, pero también son, directa o indirectamente, “los agentes de toda producción”. Este doble papel suele provocar una confusión entre fines y medios a la hora de enfocar planes y políticas que, explícita o implícitamente, apuntan sus objetivos a la producción y la prosperidad como esencia del progreso. El problema, argumenta Sen, no radica en que la búsqueda de la prosperidad económica sea en sí misma cuestionable, sino en el nivel en el que se sitúa el objetivo final. “¿Es esta se pregunta solamente una meta intermedia, cuya importancia depende de cuánto aporte como contribución a las vidas humanas?. ¿O es el objeto final de la acción realizada?”

2. La trayectoria de la teoría de la elección social al concepto de desarrollo humano

En la autobiografía escrita por Sen con motivo de la recepción del Premio Nobel, el economista describe las etapas por las que atravesaron sus intereses académicos, y que lo llevaron a proponer una nueva fundamentación de las ideas sobre el desarrollo y su evaluación, y a explorar la vinculación de éste con los problemas de la equidad, la pobreza y la justicia. Relata Sen que, durante su período de estudios en el Presidency College (1951-1953), institución de excelencia de Calcuta, pudo apreciar la gravedad de los problemas sociales que aquejaban a su país, y observar el contraste entre la calidad académica del medio en el que estaba inserto y la proximidad de la miseria que aquejaba a los estratos inferiores de la sociedad. Dadas su sensibilidad frente a esa situación y sus convicciones políticas favorables a la tolerancia y el pluralismo, Sen encontraba un dilema en la coordinación de sus convicciones con las formas de activismo y las posiciones políticas estudiantiles que prevalecían en la Calcuta de ese tiempo. Allí nacieron las motivaciones que lo orientaron hacia temas cruciales, como la economía de bienestar, la desigualdad económica y la pobreza (incluyendo el caso extremo de las hambrunas), junto a las posibilidades de la elección social racional, tolerante y democrática. La publicación de la obra pionera de Kenneth Arrow, Social Choice and Individual Values (1951) hizo que Sen dirija su atención hacia el problema de la posibilidad de mecanismos electivos no dictatoriales que llevaran a elecciones sociales consistentes. En su etapa de Cambridge (a partir de 1953) se reforzaron sus inquietudes acerca de la evolución de los fundamentos de los fines y medios de la economía como disciplina y (desde su tesis doctoral) lo condujo a la ampliación de sus estudios de filosofía porque “algunas de mis principales áreas de interés en la economía se relacionan muy estrechamente con las disciplinas filosóficas.”

En su libro Collective Choice and Social Welfare (1970) Sen se concentró en el objetivo de analizar con una visión de conjunto la teoría de la elección social. El contenido de esta obra adquirió su fisonomía más completa gracias al estrecho contacto con Arrow y John Rawls, con quienes dictó un curso conjunto en Harvard en los años 1968-1969. La obra tuvo una amplia repercusión, y coincidió en el tiempo con la labor de varios colegas que trabajaban en la investigación de problemas sociales en la London School of Economics, Oxford y otras universidades inglesas, así como en Bélgica, Japón, Estados Unidos, Israel, Australia, Rusia y otros países. Como continuidad de esta etapa, se vio estimulado su interés por comprender mejor la naturaleza de las ventajas diferenciales entre los individuos, en términos de las libertades sustantivas de las que diferentes personas disfrutan para estar en capacidad de realizar aquellas cosas que valoran, siendo éste uno de los aspectos centrales del pensamiento de Sen: se necesitaba entender mejor las características y fundamentos de las ventajas o desventajas individuales y éstas no podían plantearse simplemente con referencia a la utilidad en el sentido económico convencional, sino debían evaluarse en términos de “las vidas que las personas pueden vivir y las libertades que tienen para elegir aquellas que tienen razones para valorar.” De aquí surge la idea de criticar la exclusiva atención prestada a la dotación de bienes económicos –cuya posesión generaría la utilidad y por lo tanto el nivel de bienestar– y asignar mayor prioridad a las capacidades reales que poseen las personas, las cuales dependen tanto de sus características físicas y mentales como de las oportunidades e influencias sociales. Tales capacidades pueden servir “como la base para evaluar no sólo las ventajas personales sino también la eficiencia y equidad de las políticas sociales.”

Hacia 1991 en Harvard, Sen retomó el contacto con Mahbub ul Haq, quien había asumido (en 1989) la responsabilidad de dirigir los estudios para la elaboración del nuevo Informe sobre el Desarrollo Humano (HDR) en el ámbito del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Haq propuso que Sen colaborara con su aporte teórico a la conformación de un concepto del desarrollo más amplio que el mero crecimiento del producto (gestándose la idea de elaborar un Índice del Desarrollo Humano, IDH).

3. Acerca del bienestar y las capacidades

Es sabido que en el marco de la teoría económica convencional, los actores económicos (sean éstos descriptos como “consumidores”, “individuos”, “familias”, homines oeconomici, etc.), orientan sus acciones a partir del principio de la racionalidad instrumental, según el cual la elección entre las alternativas se basa en la preferencia por aquella o aquellas que mejor satisfagan sus objetivos, y el grado en que tales objetivos se alcancen determina su nivel de satisfacción, esto es, de utilidad. Y dado que se supone que cada unidad conoce los resultados de las diversas combinaciones de bienes, elegirá aquella de la que derive la mayor utilidad. Ahora bien, las opciones abiertas a la elección incluyen a bienes que están en el mercado (esto es, bienes privados) que pueden ser intercambiados entre sí, con o sin la intervención de un numerario (dinero u otro) en el proceso. Asimismo la teoría se refiere a agentes individuales perfectamente racionales entre los cuales no existen asimetrías de información; supone, igualmente, que todos los bienes son generadores de utilidad positiva, y que hay una relación directa entre bienes y utilidad.

El postulado que afirma la existencia de esta relación directa es lo que lleva a Sen a su crítica de la economía del bienestar, por los supuestos simplificadores que contiene respecto del comportamiento individual y de la “base informativa” en que se apoya la evaluación del bienestar, esto es, el “inventario” del conjunto de bienes de que se dispone, individual y colectivamente. Su argumentación parte de que, en esta concepción, hay una confusión entre fines y medios. La sola amplitud del conjunto de bienes con que se cuenta no puede ser considerada como el indicador de ese bienestar, porque la cantidad y calidad de bienes que se poseen no constituyen otra cosa que un medio para la obtención del bienestar. Ello es así porque hay una serie de factores personales y sociales que conforman el nexo entre los bienes y lo que se puede conseguir con ellos en términos de satisfacción. Es así como bien puede ocurrir que entre diversas personas se den situaciones opuestas: una persona poseedora de mayores recursos puede ser menos feliz que otra que posee menos, lo cual depende de una cuestión de valoración. O sea que la información necesaria no es solamente la posesión de bienes sino las realizaciones (los que Sen llama funcionamientos) que se hayan alcanzado. La noción de funcionamientos (o realizaciones) debe ser tomada en un sentido muy amplio, ya que se refieren a lo que “una persona puede realizar”y ello”puede consistir en actividades (como el comer, el leer o el ver) o estados de existencia o de ser, por ejemplo estar bien nutrido, no tener malaria, no estar avergonzado por lo pobre del vestido o del calzado, etc.”. Desde luego, algunas realizaciones no pueden tener una representación numérica, aunque debe conocerse cuál es el conjunto de realizaciones entre las que es posible elegir, es decir, cuáles son sus capacidades de elección, y en esto radica lo que Sen llama la “libertad de bienestar.” De ese modo para decirlo sintéticamente se plantea la prioridad de la libertad como objetivo, por encima de las realizaciones efectivamente alcanzadas. Es que la libertad, define la extensión de las capacidades entre las cuales es posible elegir la combinación o las combinaciones preferidas, y es así como la extensión del conjunto de las capacidades es el reflejo de su calidad de vida. Por otra parte, la determinación de un horizonte de bienestar de oportunidades reales de elección de modos de vida que una sociedad puede lograr abrir a sus miembros puede marcar objetivos precisos para la evaluación y reforma de las instituciones sociales.” Resumiendo, las condiciones de vida de la población se ven mejoradas con la expansión de las capacidades, y éstas son aquello que las personas tienen efectivamente para hacer y para ser. Ellas expresan el espacio de posibilidad de los funcionamientos. Esto tiene el efecto de permitir tomar en cuenta las libertades positivas que una persona tiene en un sentido general, la libertad para hacer esto o ser aquello.

3. Capacidades, funcionamientos, libertad y justicia.

Las capacidades son el nexo de unión que permite una operación de conversión de los bienes en funcionamientos (realizaciones). De allí que la valoración de las personas es lo que determina que unos funcionamientos (de entre los que son posibles) sean superiores a otros. Es innegable que determinados tipos de funcionamientos elementales, como los referentes a la salud y a la alimentación pueden considerarse suficientemente universales como para que no se presenten problemas en encontrar un acuerdo entre las diferentes valoraciones que las personas les atribuyan en una sociedad. Sin embargo, es probable que diferentes personas (y/o grupos sociales) en diferentes sociedades tengan valoraciones diversas.

La valoración debe hacerse en cada caso siguiendo un proceso deliberativo al interior de una sociedad y para proporcionar una base de comparación entre distintas sociedades. De aquí se deduciría que un elemento básico que se necesita es una especificación de las capacidades (cosa que Sen no se propuso hacer) lo cual dio lugar a que se criticara el concepto mismo de capacidades imputándole su “vaguedad”. Sen esgrime varias razones para mantenerse en una postura de “indeterminación” frente a objeciones como las de Martha Nussbaum quien señalaba la importancia de que las capacidades básicas fueran explícitamente identificadas. Así por ejemplo, Sen argumenta que una lista única que fuera aplicable a toda vida humana, incurriría en un exceso de especificación, y presentaría la necesidad de ser exageradamente extensa. Finalmente, hay un valor positivo en una “teoría incompleta, que es consistente con diversas teorías sustantivas,” y puede completarse con el debate público razonado, un proceso valioso en sí mismo. Lo cierto es que la libertad es la condición esencial para permitir la discusión y valoración de instituciones sociales justas. Estas son las que deben dar lugar a que las personas puedan actuar en procura de sus objetivos valorados, o sea que estén en condiciones de ejercitar su capacidad de agencia, y de hacerlo sin verse coartados o perturbados por otros en ese ejercicio. Sen enuncia cinco áreas de libertades fundamentales que deben tener vigencia para permitir e impulsar el desarrollo, definido como ampliación del espacio de capacidades; ellas son: (a) libertad política; (b) posibilidades económicas; (c) oportunidades sociales; (d) garantías de transparencia, y (e) protección de la seguridad. Las primeras se refieren a las oportunidades de la población para determinar quiénes deben ejercer el gobierno y conforme a qué principios, así como al derecho a controlar a las autoridades y a contar con una plena libertad de expresión. Las posibilidades económicas apuntan al derecho de los individuos de usar sus recursos económicos y acceder a los mercados. Las oportunidades sociales atañen a la disponibilidad de ciertos servicios básicos para el desarrollo, como la salud y la educación. Las garantías de transparencia son las que permiten que los ciudadanos puedan confiar en la honestidad de objetivos y procedimientos de los gobernantes. Por último, la existencia de protección es la que da lugar a que pueda contarse con mecanismos de seguridad para mitigar las situaciones de crisis social. Sen destaca que el logro de la justicia social depende no sólo de las formas institucionales sino de la efectividad de su práctica, y es en esto donde las libertades políticas y las oportunidades sociales adquieren su relevancia particular. En consecuencia, las libertades son importantes en el proceso de desarrollo por varias razones básicas: (a) tienen una función directa en promover la conversión de los bienes en funcionamientos valorados; (b) cumplen un papel instrumental para asegurar que las necesidades y preocupaciones de la población sean atendidas por las instituciones públicas y sociales, y (c) proporcionan una función constructiva para asegurar las posibilidades de la opinión y el diálogo libres.

La diferencia entre el enfoque de las capacidades y la teoría utilitarista, tiene fuertes implicaciones también en la concepción de la justicia a la hora de valorar las libertades, tema sobre el cual Sen expresa diferencias con Rawls: “Si las libertades de la que las personas gozan constituyen un ámbito privilegiado de la justicia, entonces los bienes primarios procuran una base de información insuficiente para la valoración de lo que es justo y de lo que no lo es. Tenemos que examinar las capacidades de las que podemos realmente gozar. Es posible que las implicaciones prácticas de tal dependencia tanto políticas como éticas sean enormes.”

Iguales implicaciones se dan con respecto al tema de la desigualdad. En efecto, Sen afirma en Inequality Reexamined, que la capacidad de una persona para realizar los funcionamientos proporciona una aproximación general para la evaluación de los arreglos sociales, y esto aporta una manera particular de evaluar la igualdad y la desigualdad. En su sentido más primario, la desigualdad se refiere a la asimetría en la distribución del bienestar de las personas y los grupos sociales. Y puesto que el bienestar depende de una variedad de componentes que incluyen desde los bienes materiales, la educación, la salud, la participación en la vida social, etc., hasta las condiciones que alimentan el pleno florecimiento humano, los elementos constitutivos de la desigualdad de bienestar son las desigualdades existentes en todas esas dimensiones. En términos del enfoque de las capacidades y realizaciones, el análisis de la desigualdad suele concentrarse en estas últimas (por ejemplo el nivel del ingreso monetario o el consumo), o en otras variables que se prestan a su cuantificación. Sin embargo, las realizaciones son el resultado de la interacción entre recursos y oportunidades, debiendo estas últimas ser oportunidades reales como lo señala Sen y éstas, en el mismo orden de ideas, están ligadas a la libertad.

5. La aplicación del enfoque de las capacidades al estudio del desarrollo y la pobreza

Con la publicación de los informes elaborados a partir de 1990 por el PNUD aparece en el escenario mundial el concepto de Desarrollo Humano, en el que Mahbub ul Haq, se propuso dar un contenido integral al concepto de desarrollo. “El propósito básico del desarrollo, es ampliar las elecciones de la población. En principio, estas elecciones pueden ser infinitas y pueden cambiar a lo largo del tiempo. A menudo la gente valora realizaciones que no son aparentes en absoluto, o no inmediatamente, en las cifras del ingreso o del crecimiento: mayor acceso al conocimiento, mejor nutrición y servicios de salud, condiciones de vida más seguras, protección contra el delito y la violencia física, tiempo libre satisfactorio, libertades políticas y culturales y sentido de participación en las actividades comunitarias. El objetivo del desarrollo es crear un ámbito propicio para que las personas disfruten de vidas largas, saludables y creativas.”

El enfoque del desarrollo humano ha evolucionado en los años siguientes a la publicación de su versión inicial, incorporando énfasis en los diversos desafíos que la evolución de la realidad económica, política y social fue poniendo de manifiesto. En la etapa inicial, éstos ponían el acento en la asignación de recursos públicos para la salud y la educación, en tanto que en los años siguientes se acentuaron la atención en la calidad de los servicios básicos, la eficiencia y la equidad, el refuerzo de la capacidad de los grupos más pobres y desfavorecidos para hacer valer sus intereses en el debate público y el diseño de las políticas (esto es, la meta del llamado empowerment). Comparativamente, en los comienzos era menor la atención puesta en las libertades políticas y sociales y en la capacidad de agencia colectiva en relación con la individual (recuérdese la antes señalada objeción de “sesgo individualista” que recibió en su momento el enfoque de Sen). Correlativamente, adquirió mayor relevancia el lugar asignado a las reformas institucionales, y más recientemente se acentuó la atención a los problemas del entorno ambiental. En este sentido, Sakiko Fukuda-Parr, economista del PNUD destaca (en completa concordancia con el pensamiento de Sen) que mientras el primer HDR fue publicado en momentos en que concluía la etapa final de la era de la planificación (como sinónimo del desarrollo), en la actualidad, “estamos en la era de una rápida globalización. La liberalización económica y política determina el contexto del desarrollo y ha provocado un cambio en las prioridades. Las capacidades de la participación y de agencia colectiva de la acción social han adquirido una mayor importancia. Las fuerzas de la sociedad están llamadas a impulsar los debates políticos sobre los problemas que son importantes para el bienestar de la población, esto es, para el desarrollo humano. La acción colectiva de otros actores distintos del Estado, señaladamente los grupos de la sociedad civil, juegan un papel más amplio en conformar el curso del desarrollo, y hay un consenso emergente sobre la importancia de la sociedad civil en la promoción del desarrollo. Los cambios políticos de los años 80 y 90, también han contribuido a crear un consenso mayor sobre el valor intrínseco de las libertades políticas y los derechos humanos.

Finalmente y para reforzar el compromiso intelectual de Sen con la democracia, en su estudio titulado “Democracy as a Universal Value”, el economista indio contradice vigorosamente las posiciones que sustentan la idea de que los sistemas autoritarios son más eficaces que los democráticos para impulsar el desarrollo económico. Así pues, la democracia tiene títulos para ser considerada como un valor universal. Sen lo expresa apasionadamente al preguntarse

“¿Qué es exactamente la democracia? No debemos identificar la democracia con el dominio de la mayoría. La democracia tiene exigencias complejas, que ciertamente incluyen el derecho al voto y el respeto por los resultados electorales, pero también exige la protección de las libertades, el respeto por los derechos y la garantía de la libre discusión y difusión de noticias y opiniones. Incluso las elecciones pueden ser gravemente deficientes si los diferentes competidores no tienen la oportunidad adecuada de exponer sus respectivas propuestas, o si el electorado no tiene la libertad de tener acceso a la información y los puntos de vista de los protagonistas en la competencia. La democracia es un sistema exigente y no sólo una condición mecánica (como la regla de la mayoría) tomada aisladamente.”

6. Concluyendo: una mirada reflexiva y el camino abierto

A través de una obra extraordinariamente amplia, Amartya Sen ofrece un recorrido en el que, a partir de rigurosos fundamentos teóricos diseña un marco normativo para la evaluación del bienestar individual, los arreglos sociales y el diseño de políticas y acciones para el abordaje de algunos de los problemas más agudos que afectan a las sociedades, como la pobreza y la desigualdad, al tiempo que aporta una nueva perspectiva a la economía del desarrollo El enfoque de las capacidades es una contribución que ensancha las perspectivas de la economía, abriendo canales de comunicación con otras disciplinas. Su contribución para incorporar la ética al debate económico, es uno de los méritos reconocidos por la Academia Sueca al otorgarle el Premio Nobel. Es notable la vastedad del territorio intelectual abarcado por Sen, que le permitió abarcar cuestiones teóricas altamente sofisticadas y dirigir su atención a problemas de la realidad concreta. Igualmente significativo es el hecho de que la literatura sobre el desarrollo ha ido incorporando en los años recientes el análisis de temas que solían considerarse ajenos a la ciencia económica, así como lo son los intentos de construir indicadores mediante los cuales se busca dar un contenido operacional a los conceptos planteados por Sen en el campo teórico.

Una de las objeciones que se ha hecho al enfoque de Sen es, como se dijo antes, su supuesto sesgo individualista. Sin embargo, lo ya expuesto permite afirmar que su perspectiva se extiende de lo individual a lo social, lo que lo lleva a valorar la dimensión colectiva de la capacidad de agencia, como forma de integrar las capacidades de la persona. En su discurso presidencial ante la American Economic Association, Sen subraya la necesidad de “prestar más atención a la racionalidad del comportamiento individual como un componente integrante de las decisiones sociales racionales. En particular, el alcance práctico de la teoría de la elección social, en su forma tradicional, se ve considerablemente reducido por su tendencia a ignorar la formación de valores s través de las interacciones sociales... “Y es que la concepción según la cual los individuos se comportan invariablemente con la lógica del homo oeconomicus, puede llevar a una falsa representación de las preocupaciones y valores sociales. Así, “muchos de los más espinosos problemas del mundo contemporáneo desde la prevención de las hambrunas a la preservación del medio ambiente, reclaman la formación de valores mediante la discusión pública.”

Es posible que el enfoque de las capacidades no constituya un paradigma en un sentido estricto. Por una parte, el propio concepto de paradigma no deja de ser problemático y ha sido objeto de una cantidad de definiciones, y por otra, el propio Kuhn, que introdujo el término, admite que sería mejor sustituir el término “paradigma” por el “matriz disciplinaria”, que se refiere al “patrimonio común de los que practican una determinada disciplina.” El enfoque de Sen es intrínsecamente multidisciplinario, y en consecuencia no se presta para ser contenido en el marco de una sola disciplina científica, que tiene su propio conjunto de conceptos, patrones e instrumental técnico. Por eso, su operacionalización requiere el concurso de enfoques de diversos campos científicos, centrados en torno a un problema que se busca analizar en común, como pueden ser el desarrollo, la pobreza o la desigualdad. Y siendo varias las disciplinas que deben ponerse en juego para abordar problemas multidimensionales y complejos, como son los señalados u otros semejantes, si estuviéramos frente a un paradigma, definido en el sentido indicado, sería preciso contar con un aparato teórico que fuera suficiente para abarcar la totalidad del problema en estudio, del cual se derivara un instrumental igualmente comprensivo en su alcance. Es obvio que no se cuenta actualmente con ese marco y, lo que es más, una dificultad de hecho es que las ciencias sociales han experimentado un proceso de fragmentación, que mantiene separados los enfoques frente a un mismo problema. Desde luego, reconocer esta realidad no obsta para reconocer la importancia de los esfuerzos necesarios para lograr una mayor complementación.

¿Es pertinente calificar al enfoque de Sen como interdisciplinario? Esta pregunta abre paso a un problema mucho más general, que aquí solamente mencionaremos. Los términos “interdisciplina” y “pluridisciplina” o “multidisciplina” suelen utilizarse de manera intercambiable, pero no son la misma cosa. El tema ha sido materia de una amplia literatura especializada, pero para nuestro objetivo presente basta con reconocer la necesidad de una colaboración entre disciplinas, que no necesariamente pretenda alcanzar una suerte de “consolidación formal”, pero que sí cultive una actitud de búsqueda de comunicación y de integración de enfoques para una mejor comprensión de los fenómenos. En las relaciones entre la economía, la sociología y la ciencia política, hay ejemplos concretos de esta suerte de fertilización recíproca, pero los intentos son más frecuentes de parte de sociólogos especialmente los que trabajan en el campo de la sociología económica y de los politólogos que desde el campo de los economistas. Amartya Sen, como queda evidenciado y es ampliamente reconocido, es un ejemplo sobresaliente de integración de conocimientos procedentes de diversos campos científicos, y de la aplicación de esa visión al estudio de acuciantes problemas sociales. Probablemente procurar un similar ensanchamiento de la visión ayudaría a la economía para una comprensión más plena de la realidad. Por lo demás, es evidente que, a la hora de tener que formular recomendaciones o diseñar políticas concretas, semejante ejercicio es tan inevitable como imprescindible.

Mundialización y globalización.

Para poder diferenciar entre lo que es globalización y mundialización primero debemos tener en claro sus definiciones:

Globalización es aquel fenómeno económico que se da en el marco de tres revoluciones:

 La internacionalización acelerada de los grupos financieros e industriales.

 El desarrollo tecnológico.

 El ascenso al poder de los grupos financieros.

Mundialización corresponde a la cultura, los valores, los usos y costumbres de los pueblos y sus cambios por efecto de la globalización.

Entonces podemos decir que la globalización y la mundialización van siempre de la mano es decir que la globalización implica una mundialización, por lo tanto no hay diferencia entre ellos.

La dimensión económica de la globalización, que por otra parte es una de las más relevantes y con mayor capacidad explicativa del fenómeno. A pesar de la dificultad de su aproximación y de la no existencia de una única definición para el concepto de globalización económica, la mayoría de las definiciones existentes hacen referencia a una serie de elementos comunes que resumimos a continuación:

a. La creciente interdependencia entre Estados y sociedades a nivel mundial supone que las decisiones y actividades de una parte del globo tengan significativas consecuencias para sociedades en partes muy distantes del mundo.

b. La globalización comercial hace referencia a la creciente integración de los mercados mundiales y a la expansión de los intercambios comerciales. Entre las razones que explican esta expansión se encuentran básicamente la liberalización del comercio y a la disminución de los costes de transporte.

c. La globalización financiera refleja las estrechas interconexiones de los mercados financieros nacionales y la expansión experimentada por los mercados financieros internacionales. Al igual que en el caso anterior, la liberalización de los movimientos de capital ha jugado un papel fundamental en la globalización del capital.

d. La globalización tecnológica alude a las innovaciones tecnológicas, especialmente las referidas a las denominadas TICS, o tecnologías de la información y comunicación: teléfonos móviles, fax, o internet. La contribución de las TICs al proceso de globalización es enormemente relevante, entre otras razones porque ha supuesto profundos cambios y mejoras en los sistemas de producción y ha impulsado de forma significativa los intercambios de bienes y servicios y los flujos de capital.

e. La globalización de la mano de obra, aunque es necesario reconocer que en este ámbito los avances son muy reducidos, especialmente si los comparamos con los que han tenido lugar en otros campos. Así, y a pesar del aumento experimentado por los indicadores de globalización en este ámbito como el porcentaje de la población mundial que vive en un país diferente de aquel en el que nació o los movimientos de trabajadores, los mercados laborales se encuentren aún muy segmentados.

f. La liberalización interna y la consideración del mercado como mecanismo para la asignación de recursos de manera eficiente. Como señala Wolf, la metáfora de la mano invisible del mercado aún sigue siendo ilustrativa en este sentido. El interés privado coordinado con el mercado conduce a los agentes a crear, producir y vender una amplia gama de bienes y servicios.

LAS REPERCUSIONES POSITIVAS DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA

Uno de los debates más habituales en relación al fenómeno de la globalización es el que gira en torno al impacto generado por el mismo. De ahí que exista una amplia literatura al respecto y resulte de todo punto imposible recoger en este trabajo todos aquellos ámbitos que pueden verse afectados por el proceso de globalización, ya sea en sentido positivo o negativo. Por otra parte, consideramos que pretender establecer los efectos de la globalización de manera que permitan conclusiones inequívocas a favor o en contra no es el mejor camino Por ello, sin la pretensión de ser exhaustivos ni de llegar a conclusiones definitivas, hemos seleccionado las cuestiones que, a nuestro entender, resultan más significativas con los posibles problemas que ello pudiera conllevar en cuanto a la no consideración de algunos aspectos.

En términos generales resulta indudable que el proceso globalizador genera una serie de beneficios, que van desde una asignación más eficiente de los recursos productivos a una mejora de las tasas de crecimiento, pero también supone un nuevo marco de referencia y por tanto entraña reajustes y plantea desafíos que en muchos casos tienen una connotación negativa. Además, el potencial de la mundialización para

16. Corrientes y Escuelas de América Latina.

Nunca en su historia América Latina estuvo tan poblada por regímenes políticos democráticos conforme los cánones liberales como en la entrada del siglo XXI. Después de la sustitución de los gobiernos del PRI por el de Vicente Fox en México, ligado al hasta entonces opositor PAN, de la reconversión de los movimientos guerrilleros de Guatemala y de El Salvador para la lucha institucional, de la reconquista formal de la institucionalidad en Haití, de la sustitución del régimen de Fujimori por el de Alejandro Toledo en Perú, de la instauración de un proceso formal de alternancia institucional en Paraguay con el fin del gobierno del general Stroessner, con la transición de las dictaduras militares a regímenes electorales en la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Bolivia, América Latina habría instaurado el reinado de regímenes políticos democráticos prácticamente en el conjunto del continente. Sólo Cuba mantendría un régimen que no corresponde a los criterios liberales de democracia. Incluso el gobierno de Hugo Chávez, en Venezuela, por más que sea acusado por la oposición de dictatorial o autoritario, se instaló conforme las normas liberales, mediante elecciones y un conjunto de plebiscitos, que aprobaron una nueva Constitución para el país.

Es como si, después de haber sido en décadas anteriores un continente de revoluciones, y de haber pasado a ser un continente de contrarrevoluciones, se impusiera una especie de síntesis equilibrada de los dos momentos, bajo la forma de democracias generalizadas, que llegaron para quedarse. Regímenes apoyados y legitimados por el voto popular, que poniendo en práctica políticas con la aprobación de la mayoría de la población, expresarían la modalidad latinoamericana de inserción en el modelo de democracia liberal vigente en Estados Unidos y en Europa. Algunos autores llegaron a formular lo que sería el fin de la utopía latinoamericana como Jorge Castañeda, en su libro Utopía unarmed y la rendición del continente al liberalismo anglosajón, preanunciando el baño de liberalismo al que fue sometido en las dos décadas posteriores.

Estas dos décadas presenciaron las mayores transformaciones concentradas de la historia latinoamericana, lo que exige un balance que posibilite no solamente comprender la naturaleza de aquellos regímenes, sino también saber cuánto ellos permitieron el avance en la construcción de sociedades democráticas, lo que facilitaría comprender al mismo tiempo lo que es América Latina, sus problemas y sus potencialidades.

América Latina vive, de forma más clara desde la mitad de los años noventa, su peor crisis económica y social, desde los años treinta. Sus economías revelan enorme fragilidad externa, su inserción internacional tuvo el perfil rebajado tanto económica cuanto políticamente. ¿Qué relación tuvo la democracia con ese cuadro?

Una primera y apurada respuesta sería atribuir a ella la responsabilidad, total o parcial, por la crisis de estos regímenes. Coinciden en el tiempo su instauración o reinstauración y el surgimiento, de forma cada vez más acentuada, de los factores de crisis. De tal manera que el neoliberalismo, como política económica y como ideología, se tornó una expresión aparentemente indisociable de tales regímenes democrático-liberales. El peso de la crisis reposa, en realidad, en las políticas económicas y en la ideología que pasó a presidir los nuevos gobiernos, con efectos directos en la política.

Otra respuesta posible es considerar que estos regímenes no corresponden a democracias reales. O que tales regímenes -democráticos o no- no son compatibles con las condiciones necesarias para la solución de la crisis del continente -visiones que discutiremos más adelante.

Resulta significativo que durante los años de ascensión y apogeo del neoliberalismo en América Latina los presidentes consiguieron elegirse y reelegirse casi automáticamente, como aconteció de forma expresiva con Menem, Fujimori y Fernando Henrique Cardoso. Como reflejo de su fase de agotamiento y decadencia, pasó a ocurrir exactamente lo contrario: los presidentes electos que no rompen con el neoliberalismo pierden rápidamente legitimidad, como fueron principalmente los casos de Fernando de la Rúa, Sanches de Losada y Alejandro Toledo, y otros como Vicente Fox, Ricardo Lagos y Jorge Battle.

La elección de Lula, así como la de Lucio Gutiérrez, coloca por primera vez en la presidencia candidatos que en sus campañas electorales, proponían romper con las políticas neoliberales y abrir un nuevo período histórico en América Latina.

Nunca en su historia América Latina estuvo tan poblada por regímenes políticos democráticos conforme los cánones liberales como en la entrada del siglo XXI. Después de la sustitución de los gobiernos del PRI por el de Vicente Fox en México, ligado al hasta entonces opositor PAN, de la reconversión de los movimientos guerrilleros de Guatemala y de El Salvador para la lucha institucional, de la reconquista formal de la institucionalidad en Haití, de la sustitución del régimen de Fujimori por el de Alejandro Toledo en Perú, de la instauración de un proceso formal de alternancia institucional en Paraguay con el fin del gobierno del general Stroessner, con la transición de las dictaduras militares a regímenes electorales en la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Bolivia, América Latina habría instaurado el reinado de regímenes políticos democráticos prácticamente en el conjunto del continente. Sólo Cuba mantendría un régimen que no corresponde a los criterios liberales de democracia. Incluso el gobierno de Hugo Chávez, en Venezuela, por más que sea acusado por la oposición de dictatorial o autoritario, se instaló conforme las normas liberales, mediante elecciones y un conjunto de plebiscitos, que aprobaron una nueva Constitución para el país.

Es como si, después de haber sido en décadas anteriores un continente de revoluciones, y de haber pasado a ser un continente de contrarrevoluciones, se impusiera una especie de síntesis equilibrada de los dos momentos, bajo la forma de democracias generalizadas, que llegaron para quedarse. Regímenes apoyados y legitimados por el voto popular, que poniendo en práctica políticas con la aprobación de la mayoría de la población, expresarían la modalidad latinoamericana de inserción en el modelo de democracia liberal vigente en Estados Unidos y en Europa. Algunos autores llegaron a formular lo que sería el fin de la utopía latinoamericana -como Jorge Castañeda, en su libro Utopía unarmed y la rendición del continente al liberalismo anglosajón, preanunciando el baño de liberalismo al que fue sometido en las dos décadas posteriores.

Estas dos décadas presenciaron las mayores transformaciones concentradas de la historia latinoamericana, lo que exige un balance que posibilite no solamente comprender la naturaleza de aquellos regímenes, sino también saber cuánto ellos permitieron el avance en la construcción de sociedades democráticas, lo que facilitaría comprender al mismo tiempo lo que es América Latina, sus problemas y sus potencialidades.

América Latina vive, de forma más clara desde la mitad de los años noventa, su peor crisis económica y social, desde los años treinta. Sus economías revelan enorme fragilidad externa, su inserción internacional tuvo el perfil rebajado tanto económica cuanto políticamente. ¿Qué relación tuvo la democracia con ese cuadro?

Una primera y apurada respuesta sería atribuir a ella la responsabilidad, total o parcial, por la crisis de estos regímenes. Coinciden en el tiempo su instauración o reinstauración y el surgimiento, de forma cada vez más acentuada, de los factores de crisis. De tal manera que el neoliberalismo, como política económica y como ideología, se tornó una expresión aparentemente indisociable de tales regímenes democrático-liberales. El peso de la crisis reposa, en realidad, en las políticas económicas y en la ideología que pasó a presidir los nuevos gobiernos, con efectos directos en la política.

Otra respuesta posible es considerar que estos regímenes no corresponden a democracias reales. O que tales regímenes -democráticos o no- no son compatibles con las condiciones necesarias para la solución de la crisis del continente -visiones que discutiremos más adelante.

Resulta significativo que durante los años de ascensión y apogeo del neoliberalismo en América Latina los presidentes consiguieron elegirse y reelegirse casi automáticamente, como aconteció de forma expresiva con Menem, Fujimori y Fernando Henrique Cardoso. Como reflejo de su fase de agotamiento y decadencia, pasó a ocurrir exactamente lo contrario: los presidentes electos que no rompen con el neoliberalismo pierden rápidamente legitimidad, como fueron principalmente los casos de Fernando de la Rúa, Sanches de Losada y Alejandro Toledo, y otros como Vicente Fox, Ricardo Lagos y Jorge Battle.

La elección de Lula, así como la de Lucio Gutiérrez, coloca por primera vez en la presidencia candidatos que en sus campañas electorales, proponían romper con las políticas neoliberales y abrir un nuevo período histórico en América Latina.

América Latina antes del neoliberalismo: América Latina vivió tres períodos claramente diferenciados a lo largo del siglo XX: en el primero, prácticamente una extensión del siglo XIX, predominaron las economías primario-exportadoras, orientadas por las teorías del comercio internacional apoyadas en el concepto de “ventajas comparativas”. A estos modelos de acumulación correspondían regímenes políticos oligárquicos, en los cuales las distintas fracciones de las élites económicas disputaban entre sí la apropiación del Estado y, a partir de allí, de los recursos de exportación y del comercio exterior en general.

Hasta el principio del siglo XX, América Latina no tuvo importancia y peso significativo en el plano mundial, salvo como campo de explotación de las potencias coloniales; ningún gran fenómeno, ningún gran personaje reconocido internacionalmente, ni siquiera las revoluciones de independencia, que permanecieron a la sombra de la revolución norteamericana.

La transformación más importante del siglo XIX, después de la independencia, fue el ingreso de Estados Unidos en el campo de las naciones imperiales, con la incorporación de vastos territorios de México -incluyendo California, Texas y Florida- y la guerra hispanoamericana, con la tutela que pasó a ejercer directamente sobre Cuba y Puerto Rico, además del diseño ya anticipado por José Martí de su proyecto hegemónico sobre el conjunto del continente, explicitado en la Doctrina Monroe.

En compensación, apenas iniciado el siglo XX, el continente reveló qué tipo de siglo le aguardaba, con la masacre de los mineros en Santa María de Iquique, en el norte de Chile, y especialmente con la revolución mexicana, que representó el ingreso definitivo de América Latina en la agenda de los grandes acontecimientos históricos de dimensión mundial. La imagen de ésta se proyectó sobre todo el continente, primeramente en la cultura y el imaginario campesino, pero también sobre la posibilidad de proyectos políticos con fuerte peso de las cuestiones nacional y agraria, que por mucho tiempo darían la pauta política de los movimientos populares en el continente. La revolución mexicana atrajo la atención de los revolucionarios del mundo entero, relativizada solamente por el surgimiento de la revolución soviética, que planteó por primera vez la posibilidad de que un poder obrero y campesino substituyese el capitalismo por el socialismo.

Simultáneamente, el continente pasó a revelar nuevas dimensiones de sus conflictos sociales y de la constitución de nuevos sujetos políticos, como fruto del proceso de urbanización y de los momentos iniciales de procesos de industrialización. Ejemplos de ello fueron la reforma universitaria de Córdoba, en Argentina, la fundación de los partidos comunistas, los movimientos de rebeldía de sectores de la clase media, como el tenentismo en Brasil, el Apra en Perú, el radicalismo en la Argentina -que desembocaron en la crisis de 1929 y en las distintas reacciones a ella, al anunciar el primer gran marco de un nuevo período histórico en el continente.

Afectada profundamente por la crisis de 1929, América Latina tuvo prácticamente todos sus gobiernos, conservadores o progresistas, sustituidos como efecto de los estremecimientos de los modelos exportadores, cuestionados por la recesión internacional. Fenómenos como la rebelión campesina en El Salvador dirigida por Farabundo Martí, la lucha antiimperialista de Sandino en Nicaragua, la “república socialista” en Chile, la “revolución de 1930” en Brasil, el movimiento semi-insurreccional que derribó la dictadura de Gerardo Machado en Cuba, entre varios otros movimientos análogos, pertenecen a este tipo de movilizaciones populares, que desembocaron, en varios países, en gobiernos nacionalistas que tuvieron en Getúlio Vargas en Brasil, Lázaro Cárdenas en México, y Perón en la Argentina, sus más conocidas expresiones.

En las décadas posteriores a la crisis de 1929, varios países del continente desenvolvieron políticas que tiempo después la CEPAL teorizaría con el nombre de “industrializaciones sustitutivas de importaciones”, y que posibilitaron, valiéndose del vacío dejado por la recesión en el centro del capitalismo, avanzar en uno de los fenómenos económico-sociales más relevantes e innovadores del siglo XX: la industrialización -aunque atrasada y dependiente- de países de la periferia del capitalismo. Hasta entonces, la división entre centro y periferia del sistema camuflaba en lo inmediato aquélla existente entre economías industrializadas y primario-exportadoras, entre sociedades urbanizadas y sociedades agrarias, con mecanismos evidentes de intercambio desigual entre las mismas. Desde aquel momento se forman nuevos bloques en el poder, hegemonizados por fracciones industriales de las burguesías locales, con participación, aunque subordinada, de fracciones de las clases subalternas, en general representadas por sus sectores urbanos sindicalizados.

Este proceso de industrialización permitió el surgimiento y el fortalecimiento de las clases trabajadoras en varios países latinoamericanos, modificando el panorama social y político en el continente. A partir de allí se constituyeron las primeras fuerzas políticas de las clases dominadas, centradas en el movimiento sindical -sea de carácter clasista, sea con liderazgos populistas. Basados en alianzas políticas dirigidas por proyectos nacionales, varios países del continente vivieron significativas experiencias populares, que representaron la primera gran aparición del movimiento de masas. Fue el período de mayor crecimiento económico en países como la Argentina, México, Brasil, Chile y Perú, entre otros, que transformaría su fisonomía en pocas décadas, más rápidamente de que en los siglos anteriores. No por casualidad los países que tenían el mayor desarrollo económico relativo y que se habían valido de forma más directa de la crisis de 1929 para implementar su proceso de industrialización -México, Brasil y Argentina- tendrían como fuerza política predominante partidos o líderes que privilegiaron la cuestión nacional sobre la cuestión de clase, dejando en un segundo plano los partidos clasistas.

Este período comienza a agotarse con el fin de la guerra de Corea y el término de la “tregua” que los países imperialistas fueron obligados a conceder, por la recesión y, posteriormente, por las economías de guerra impuestas con motivo de la deflagración de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ya se había preanunciado con el cambio del escenario internacional a aquél dominado por la Guerra Fría, que colocó a los partidos comunistas en la ilegalidad, teniendo efectos más directos en los países en que estos partidos tenían un papel político más importante, como en Chile y en Brasil, por ejemplo, pero con efectos en todos ellos, afectando particularmente las alianzas políticas y los espacios para el movimiento sindical.

El período termina finalmente a mediados de los años sesenta, conforme al proceso de internacionalización de las economías, la consolidación de las grandes corporaciones multinacionales y el estrechamiento de los espacios nacionales de acumulación. El gobierno del Frente Popular en Chile, la revolución boliviana de 1952, el movimiento llamado “Bogotazo” en 1948 en Colombia como reacción popular al asesinato del dirigente liberal Jorge Eliezer Gaitán, son algunas de las mayores convulsiones del período, que tendrá en la revolución cubana su momento más importante.

El nuevo período presenciará una disputa política entre tres proyectos diferentes -la alternativa socialista en el continente introducida por la revolución cubana, el proyecto de nacionalismo militar de Velasco Alvarado en Perú, y el de la dictadura militar en Brasil. Los tres disputaban el espacio dejado por el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones en el plano económico y por las crisis de los regímenes democrático-liberales, con golpes militares en varios países, especialmente del Cono Sur latinoamericano.

Este nuevo período fue introducido por los golpes militares en Brasil y en Bolivia, en 1964, seguido por otros similares -Argentina en 1966 y en 1976, Bolivia nuevamente en 1971, Chile y Uruguay en 1973. En poco más de una década, los regímenes políticos democrático-liberales de la subregión fueron todos reducidos a dictaduras militares orientadas por la doctrina de seguridad nacional. En el caso brasileño se mantenía todavía una política de desarrollo industrial, pero con un carácter ya fuertemente antipopular -por la represión a los salarios y a los sindicatos- y con el rol hegemónico de las corporaciones multinacionales -por la internacionalización de la economía. Sin embargo, a partir del pasaje del capitalismo a su largo ciclo recesivo a mediados de los años setenta y de la crisis de la deuda de los países latinoamericanos 1980-1981, las economías del continente entran, en conjunto, en una fase recesiva, en la cual se generan las condiciones para la adhesión a los modelos neoliberales, encerrando definitivamente el período “desarrollista” e introduciendo consensos en torno al combate a la inflación y a la “estabilidad monetaria”, motores del neoliberalismo en América Latina.

El pasaje de período se da con la “crisis de la deuda”, desatada en 1980, que engendró déficits de balanza de pagos que tornaron inviables los proyectos de desarrollo para la región. La década de 1980 fue denominada “década perdida” básicamente porque los gobiernos se dedicaron sobre todo a buscar saldos comerciales que disminuyesen los datos de aquellos déficits. Las hiperinflaciones englobadas en ese proceso serían referencias fundamentales para que los objetivos de desarrollo fuesen sustituidos por los de estabilidad monetaria -palanca de enraizamiento del neoliberalismo en América Latina.

La crisis latinoamericana

En este marco, ¿en qué consiste la crisis latinoamericana actual? Básicamente en que aproximadamente dos décadas de programas de estabilización monetaria, de hegemonía neoliberal, de predominio de la acumulación financiera, no llevaron al continente -ni siquiera a algunos países- a retomar el desarrollo, a recuperar su atraso en la carrera tecnológica, a estabilizar y a extender los regímenes democráticos, a disminuir los problemas sociales, a proyectar sociedades pujantes y creativas tecnológica y culturalmente.

Al contrario, el continente vive la profunda y extensa resaca de los remedios neoliberales, con efectos colaterales generalizados. El cuadro actual nos remite al peor de los escenarios posibles: estados debilitados en el plano externo y con capacidad de acción cada vez menor en el plano interno; sociedades cada vez más fragmentadas y desiguales, con amplios sectores excluidos de sus derechos básicos, comenzando por el derecho al empleo formal; economías que perdieron dinamismo y que vuelven a depender macizamente de la exportación de materias primas, mientras ingresaron en un cuadro de creciente financiarización del cual no logran salir; culturalmente, el continente, bajo la fuerte presión de la prensa internacional, revela una incapacidad de retomar los ciclos de creatividad y originalidad que lo caracterizaron en las décadas anteriores.

Dos décadas de aplicación de políticas neoliberales corroyeron las bases de las relaciones sociales sobre las cuales se había edificado el Estado latinoamericano, los conceptos de nación y de soberanía. Éstos se articulaban en torno al objetivo del desarrollo económico -con la industrialización como motor de la integración social- en torno a un mercado interno nacionalmente estructurado, con relaciones formales de trabajo en expansión, y de la independencia externa identificada con la expansión del comercio exterior. Estos tres objetivos -desarrollo económico, mercado interno y externo- fueron las ideas fuerza que impulsaron la remodelación del Estado latinoamericano, especialmente en la segunda mitad del siglo XX.

La actual crisis latinoamericana consiste en la resaca de la aplicación de las políticas de desregulación a lo largo de más de una década. Los efectos negativos mencionados son expresiones de una crisis de acumulación fuertemente perjudicada por la financierización de la economía, resultado de la aplicación de políticas de estabilización esencialmente recesivas. El agotamiento de los modelos de industrialización se dio de forma brusca entre los años 1960 y 1970. Brasil fue la excepción, postergando este agotamiento para el final de la década de 1970, porque la dictadura militar supo aprovechar el período expansivo del capitalismo internacional para dar un nuevo empuje a ese ciclo. Sin embargo, la crisis de la deuda, en el pasaje de la década de 1970 a la de 1980, fue general en el continente, provocando el viraje de América Latina hacia un largo ciclo recesivo del que todavía no logró salir.

La explosión del endeudamiento, sumada al pasaje del modelo hegemónico del capitalismo al neoliberalismo, favoreció la hegemonía del capital financiero sobre las economías del continente. La apertura para el mercado internacional, la privatización de empresas estatales, la desregulación económica, la “flexibilización laboral”, fueron instrumentos que llevaron a esta hegemonía, que permeó el conjunto de sus economías, en detrimento del capital productivo. Las tasas de lucro obtenidas por las inversiones financieras, sumadas a su liquidez, se convirtieron en el gran polo de atracción que transfirió recursos para la esfera especulativa. Este mecanismo fue particularmente fuerte en América Latina, presionada por el endeudamiento y por los déficits públicos, reflejados en el descontrol inflacionario.

Frente a una América Latina debilitada, los diferentes horizontes de solución pueden ser resumidos en las dos propuestas de reinserción internacional planteadas: el Área de Libre Comercio de América (ALCA) o el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) renovado, fortalecido y ampliado conforme la propuesta del gobierno Lula.

América Latina antes del neoliberalismo

América Latina vivió tres períodos claramente diferenciados a lo largo del siglo XX: en el primero, prácticamente una extensión del siglo XIX, predominaron las economías primario-exportadoras, orientadas por las teorías del comercio internacional apoyadas en el concepto de “ventajas comparativas”. A estos modelos de acumulación correspondían regímenes políticos oligárquicos, en los cuales las distintas fracciones de las élites económicas disputaban entre sí la apropiación del Estado y, a partir de allí, de los recursos de exportación y del comercio exterior en general.

Hasta el principio del siglo XX, América Latina no tuvo importancia y peso significativo en el plano mundial, salvo como campo de explotación de las potencias coloniales; ningún gran fenómeno, ningún gran personaje reconocido internacionalmente, ni siquiera las revoluciones de independencia, que permanecieron a la sombra de la revolución norteamericana.

La transformación más importante del siglo XIX, después de la independencia, fue el ingreso de Estados Unidos en el campo de las naciones imperiales, con la incorporación de vastos territorios de México -incluyendo California, Texas y Florida- y la guerra hispanoamericana, con la tutela que pasó a ejercer directamente sobre Cuba y Puerto Rico, además del diseño ya anticipado por José Martí de su proyecto hegemónico sobre el conjunto del continente, explicitado en la Doctrina Monroe.

En compensación, apenas iniciado el siglo XX, el continente reveló qué tipo de siglo le aguardaba, con la masacre de los mineros en Santa María de Iquique, en el norte de Chile, y especialmente con la revolución mexicana, que representó el ingreso definitivo de América Latina en la agenda de los grandes acontecimientos históricos de dimensión mundial. La imagen de ésta se proyectó sobre todo el continente, primeramente en la cultura y el imaginario campesino, pero también sobre la posibilidad de proyectos políticos con fuerte peso de las cuestiones nacional y agraria, que por mucho tiempo darían la pauta política de los movimientos populares en el continente. La revolución mexicana atrajo la atención de los revolucionarios del mundo entero, relativizada solamente por el surgimiento de la revolución soviética, que planteó por primera vez la posibilidad de que un poder obrero y campesino substituyese el capitalismo por el socialismo.

Simultáneamente, el continente pasó a revelar nuevas dimensiones de sus conflictos sociales y de la constitución de nuevos sujetos políticos, como fruto del proceso de urbanización y de los momentos iniciales de procesos de industrialización. Ejemplos de ello fueron la reforma universitaria de Córdoba, en Argentina, la fundación de los partidos comunistas, los movimientos de rebeldía de sectores de la clase media, como el tenentismo en Brasil, el Apra en Perú, el radicalismo en la Argentina -que desembocaron en la crisis de 1929 y en las distintas reacciones a ella, al anunciar el primer gran marco de un nuevo período histórico en el continente.

Afectada profundamente por la crisis de 1929, América Latina tuvo prácticamente todos sus gobiernos, conservadores o progresistas, sustituidos como efecto de los estremecimientos de los modelos exportadores, cuestionados por la recesión internacional. Fenómenos como la rebelión campesina en El Salvador dirigida por Farabundo Martí, la lucha antiimperialista de Sandino en Nicaragua, la “república socialista” en Chile, la “revolución de 1930” en Brasil, el movimiento semi-insurreccional que derribó la dictadura de Gerardo Machado en Cuba, entre varios otros movimientos análogos, pertenecen a este tipo de movilizaciones populares, que desembocaron, en varios países, en gobiernos nacionalistas que tuvieron en Getúlio Vargas en Brasil, Lázaro Cárdenas en México, y Perón en la Argentina, sus más conocidas expresiones.

En las décadas posteriores a la crisis de 1929, varios países del continente desenvolvieron políticas que tiempo después la CEPAL teorizaría con el nombre de “industrializaciones sustitutivas de importaciones”, y que posibilitaron, valiéndose del vacío dejado por la recesión en el centro del capitalismo, avanzar en uno de los fenómenos económico-sociales más relevantes e innovadores del siglo XX: la industrialización -aunque atrasada y dependiente- de países de la periferia del capitalismo. Hasta entonces, la división entre centro y periferia del sistema camuflaba en lo inmediato aquélla existente entre economías industrializadas y primario-exportadoras, entre sociedades urbanizadas y sociedades agrarias, con mecanismos evidentes de intercambio desigual entre las mismas. Desde aquel momento se forman nuevos bloques en el poder, hegemonizados por fracciones industriales de las burguesías locales, con participación, aunque subordinada, de fracciones de las clases subalternas, en general representadas por sus sectores urbanos sindicalizados.

Este proceso de industrialización permitió el surgimiento y el fortalecimiento de las clases trabajadoras en varios países latinoamericanos, modificando el panorama social y político en el continente. A partir de allí se constituyeron las primeras fuerzas políticas de las clases dominadas, centradas en el movimiento sindical -sea de carácter clasista, sea con liderazgos populistas. Basados en alianzas políticas dirigidas por proyectos nacionales, varios países del continente vivieron significativas experiencias populares, que representaron la primera gran aparición del movimiento de masas. Fue el período de mayor crecimiento económico en países como la Argentina, México, Brasil, Chile y Perú, entre otros, que transformaría su fisonomía en pocas décadas, más rápidamente de que en los siglos anteriores. No por casualidad los países que tenían el mayor desarrollo económico relativo y que se habían valido de forma más directa de la crisis de 1929 para implementar su proceso de industrialización -México, Brasil y Argentina- tendrían como fuerza política predominante partidos o líderes que privilegiaron la cuestión nacional sobre la cuestión de clase, dejando en un segundo plano los partidos clasistas.

Este período comienza a agotarse con el fin de la guerra de Corea y el término de la “tregua” que los países imperialistas fueron obligados a conceder, por la recesión y, posteriormente, por las economías de guerra impuestas con motivo de la deflagración de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ya se había preanunciado con el cambio del escenario internacional a aquél dominado por la Guerra Fría, que colocó a los partidos comunistas en la ilegalidad, teniendo efectos más directos en los países en que estos partidos tenían un papel político más importante, como en Chile y en Brasil, por ejemplo, pero con efectos en todos ellos, afectando particularmente las alianzas políticas y los espacios para el movimiento sindical.

El período termina finalmente a mediados de los años sesenta, conforme al proceso de internacionalización de las economías, la consolidación de las grandes corporaciones multinacionales y el estrechamiento de los espacios nacionales de acumulación. El gobierno del Frente Popular en Chile, la revolución boliviana de 1952, el movimiento llamado “Bogotazo” en 1948 en Colombia como reacción popular al asesinato del dirigente liberal Jorge Eliezer Gaitán, son algunas de las mayores convulsiones del período, que tendrá en la revolución cubana su momento más importante.

El nuevo período presenciará una disputa política entre tres proyectos diferentes -la alternativa socialista en el continente introducida por la revolución cubana, el proyecto de nacionalismo militar de Velasco Alvarado en Perú, y el de la dictadura militar en Brasil. Los tres disputaban el espacio dejado por el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones en el plano económico y por las crisis de los regímenes democrático-liberales, con golpes militares en varios países, especialmente del Cono Sur latinoamericano.

Este nuevo período fue introducido por los golpes militares en Brasil y en Bolivia, en 1964, seguido por otros similares -Argentina en 1966 y en 1976, Bolivia nuevamente en 1971, Chile y Uruguay en 1973. En poco más de una década, los regímenes políticos democrático-liberales de la subregión fueron todos reducidos a dictaduras militares orientadas por la doctrina de seguridad nacional. En el caso brasileño se mantenía todavía una política de desarrollo industrial, pero con un carácter ya fuertemente antipopular -por la represión a los salarios y a los sindicatos- y con el rol hegemónico de las corporaciones multinacionales -por la internacionalización de la economía. Sin embargo, a partir del pasaje del capitalismo a su largo ciclo recesivo a mediados de los años setenta y de la crisis de la deuda de los países latinoamericanos 1980-1981, las economías del continente entran, en conjunto, en una fase recesiva, en la cual se generan las condiciones para la adhesión a los modelos neoliberales, encerrando definitivamente el período “desarrollista” e introduciendo consensos en torno al combate a la inflación y a la “estabilidad monetaria”, motores del neoliberalismo en América Latina.

El pasaje de período se da con la “crisis de la deuda”, desatada en 1980, que engendró déficits de balanza de pagos que tornaron inviables los proyectos de desarrollo para la región. La década de 1980 fue denominada “década perdida” básicamente porque los gobiernos se dedicaron sobre todo a buscar saldos comerciales que disminuyesen los datos de aquellos déficits. Las hiperinflaciones englobadas en ese proceso serían referencias fundamentales para que los objetivos de desarrollo fuesen sustituidos por los de estabilidad monetaria -palanca de enraizamiento del neoliberalismo en América Latina.

Problemas y temas económicos recurrentes.

El desarrollo de la región1 ha estado –y sigue estando- obstaculizado por una serie de problemas que la afectan negativamente. El objetivo de este trabajo es caracterizar brevemente esa problemática a la que ha debido hacer frente la región en su intento por alcanzar, finalmente, un proceso de desarrollo sostenido.

Desde esta perspectiva, es claro que los países de América Latina han debido enfrentar adversidades y desafíos de diferentes tipos. Si bien todos estos desafíos componen una problemática que, en los hechos, debe ser estudiada como un todo, a los fines de comprender y analizarlos es conveniente intentar mantenerlos aislados. Para ello, nos disponemos a analizar la problemática regional partiendo de la siguiente clasificación.

1) PROBLEMAS ECONÓMICOS

a) Falta de modernización de la estructura productiva.

b) Falta de competitividad de la producción doméstica.

c) Insuficiente inversión.

d) Volatilidad de la política económica.

e) Debilidad de las cuentas públicas.

f) Elevado nivel de endeudamiento externo.

2) PROBLEMAS SOCIALES

a) Inequidad distributiva.

b) Fragmentación social.

c) Elevado nivel de violencia y delincuencia.

3) PROBLEMAS POLÍTICOS E INSTITUCIONALES

a) Inestabilidad política e institucional.

b) Bajo nivel de representación de los partidos políticos y escasa credibilidad de la Justicia.

Problemas Económicos

a) Falta de modernización de la estructura productiva

Desde el principio de esta década diversas instituciones de la región han venido llamando a aprovechar el ciclo expansivo de las economías latinoamericanas para modificar su estructura productiva con el objetivo de explorar nuevas áreas económicas en las que los países de la región no han logrado desarrollarse.

Coincide esta inquietud con la visión generalizada de que los países de la región no han logrado adaptarse del todo a los cambios que ha sufrido la economía mundial desde los ’90. A partir de esa década se aceleró notablemente el proceso de globalización y la industria de la tecnología e información pasó decididamente a liderar el crecimiento y desarrollo de los países ricos pero, también, de las potencias emergentes del sudeste asiático, al tiempo que las industrias pasaron a operar cada vez más a una escala global.

Los países de la región no han logrado hasta el momento insertarse correctamente en ese nuevo panorama internacional, concentrándose aún en la producción de bienes primarios y manufacturas relativamente poco sofisticadas y en la prestación de servicios tradicionales como el turismo.

Concretamente, CEPAL, propuso dos orientaciones básicas: “generar una cultura de la innovación que permita crear y beneficiarse de las oportunidades a partir de nuevas propuestas; y detectar y hacer buen uso de las oportunidades que el mundo ofrece, así como aprender de las experiencias y avances de otras regiones” (CEPAL, 2008).

En ese sentido, Melo y Rodríguez Clare (2006) critican la falta de acción de los gobiernos de la región para aprovechar las oportunidades generadas por la “nueva” economía mundial. En su trabajo, los autores comparan los esfuerzos fiscales de las principales economías de la región para generar el desarrollo de las nuevas actividades dinámicas con los de los países en desarrollo del sudeste asiático, mostrando una diferencia importante a favor de estas últimas. El escaso apoyo de parte de los gobierno de Latinoamérica estaría vinculado a los problemas fiscales y al énfasis en el control de las cuentas públicas durante los ’90 y la década actual, como también al temor a que se repitiesen las prácticas de rent-seeking características de la fase de sustitución de importaciones que finalmente fracasó.

Además, la escasa transformación de las economías regionales también estaría asociada a la falta de un entorno institucional adecuado, como la carencia de acción de los institutos de promoción tecnológica o de las propias universidades.

b) Falta de competitividad de la producción doméstica

Los problemas de competitividad de la región requieren un análisis tanto micro como macro, ya que el concepto en cuestión se sostiene sobre ambas bases. Desde el punto de vista micro, la competitividad es un concepto asociado a la productividad y su sostenibilidad, y es un concepto íntimamente relacionado con la capacidad de las firmas para utilizar eficientemente los recursos. Sin embargo, como señala Reyes (2006), la competitividad, aún desde esta perspectiva micro, no es independiente del contexto macro en que se mueven las firmas, con lo que ambos aspectos no pueden ni deben ser analizados como independientes.

Aunque se debe tener presente que la situación no es completamente homogénea entre los países que componen la región, en general el ambiente macroeconómico e institucional no es ni ha sido favorable para el desarrollo de políticas de incremento de la competitividad. El hecho de que la política económica muestra un comportamiento errático, en combinación con las pronunciadas oscilaciones del ciclo económico de la región y la inestabilidad institucional conforman un clima completamente opuesto al necesario para encarar proyectos de largo plazo como los destinados a mejorar los procesos productivos o realizar inversiones en infraestructura por parte de los empresarios.

A esto se suma que la competitividad precio está determinada en buena medida por dos variables de exclusivo control gubernamental; el tipo de cambio y los aranceles de comercio exterior. Desde este punto de vista, los empresarios de la región pasaron de lidiar en la década de los ’90 con gobiernos mayoritariamente liberales partidarios del tipo de cambio bajo a escenarios más flexibles –aunque en algunos países no demasiado y regulados como los actuales, lo que supone un cambio de reglas de juego importante.

Este ambiente poco favorable explica porque las empresas de la región suelen ser mejor calificadas, en términos de competitividad, que los países en que se desempeñan (Reyes, 2006).

Los pilares de la competitividad pueden resumirse en:

i) la calidad institucional

ii) la infraestructura

iii) la macroeconomía

iv) la salud y educación

v) la eficiencia de los mercados

vi) la preparación tecnológica

vii) la sofisticación empresarial

viii) la innovación

Estos ocho componentes de la competitividad reflejan el carácter complejo del fenómeno, pero también la dependencia macro-micro. De estos ocho componentes, la mayoría ha mostrado una trayectoria deficiente en la región a lo largo de su historia reciente y su actual situación es, en mayor o menor medida, insatisfactoria. Un breve repaso de su estado en la región ayuda a comprender las dificultades a la hora de mejorar la competitividad.

La calidad institucional de la región sigue siendo, según todos los índices, deficiente. El índice de calidad institucional 2008 de la International Policy Network ubicó a Chile, en el puesto 26, como el de mejor calidad institucional de la región. Chile es además el único de los países “grandes” de la región ubicado entre los mejores 50 en esta dimensión (Krause, 2008).

La infraestructura muestra deficiencias importantes en toda la región. Por citar algunos ejemplos mencionados con frecuencia, durante 2007 y 2008 Argentina y Chile sufrieron problemas de insuficiencia energética, Brasil mostró deficiencias importantes en el sector metalúrgico y en Colombia se han venido discutiendo las falencias de la infraestructura vial.

La macroeconomía es tema de análisis del apartado de de esta sección, pero es claro que la enorme volatilidad del ciclo económico regional y las oscilaciones pendulares en la política económica han sido todo menos favorables para el desarrollo de políticas de incremento de la competitividad.

En términos de salud, Maceira (2007) analiza una serie de deficiencias de los sistemas de la región, vinculados al mal manejo de la cuestión por parte de los gobiernos nacionales y subnacionales y al hecho de que en muchos casos el gasto en salud está sujeto a la situación fiscal de los diferentes estratos gubernamentales. Algo similar sucede con la educación (Villanueva, 2006; González & Espinoza, 2007).

Con respecto a la eficiencia de los mercados, también es una variable que ha estado sujeta al sesgo de política de los gobiernos, con un perfil más eficientista durante los ’90 y más regulatorio durante los últimos años. En este punto en particular, se observa que en la región hay actualmente una tendencia al manejo excesivo de los mercados como herramienta de política económica, lo que puede suponer un costo importante en términos de eficiencia e incentivos.

Los últimos tres aspectos vinculados a la competitividad son de un perfil más micro por definición, aunque vienen en gran medida determinados por los cinco aspectos previos. Efectivamente, el desarrollo de esos tres aspectos requiere no sólo de la voluntad empresarial sino también del acompañamiento de un contexto favorable para el desarrollo de políticas empresariales de largo plazo, orientadas a capitalizar las oportunidades e incrementar la eficiencia productiva y administrativa de las firmas, pilar fundamental de la competitividad de las firmas y, por agregación, de los países.

Como corolario de esta sección, entonces, queda claro que una de las problemáticas más importantes que afectan a las economías de la región –la falta de competitividad- viene gestada desde un ambiente macro poco favorable, que genera además un deterioro de los aspectos micro cruciales para la mejora de la competitividad de las empresas. Este fenómeno además está sujeto a un fuerte proceso de retroalimentación, lo que explica el mal desempeño regional en la materia y la evidente dificultad para superar definitivamente estos problemas.

c) Insuficiente inversión

Los problemas mencionados en el apartado anterior constituyen una buena base para explicar los problemas de falta de competitividad de la región. Los niveles de inversión de la región se han encontrado en las últimas décadas sistemáticamente por debajo de los correspondientes al promedio de las economías en desarrollo y, la mayor parte del tiempo, de los países desarrollados. Como consecuencia, la brecha en términos de stock de capital se ha ido ampliando en lugar de reducirse, dificultando el proceso de convergencia predicho por la teoría.

d) Volatilidad de la política económica

Este aspecto podría ser analizado también en la sección de problemas políticos e institucionales, pero preferimos analizarlo en esta por su vinculación con los apartados previos.

Está claro que el análisis de la política económica de la región actualmente y en las últimas décadas merece un tratamiento extenso y constituye en si una investigación propia. Por eso, aquí nos limitaremos a describir brevemente los principales cambios en el sesgo de política económica y a describir porque esos cambios pueden ser considerados como un problema para la región.

Edwards (2006) presenta una buena síntesis de la evolución de las ideas económicas en la región, señalando que a mediados de los años 60 “hubiera sido extremadamente difícil predecir que en tan solo cuatro décadas el sistema de mercado sería dominante en prácticamente toda la región”. Las palabras de Edwards reflejan el cambio experimentado por la concepción de la economía y la política económica en la región en los últimos años, cambios que se vieron reflejados, obviamente, en la práctica.

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