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Huasipungo


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2013  •  1.741 Palabras (7 Páginas)  •  322 Visitas

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HUASIPUNGO

La novela comienza con Don Alfonso Pereira, caballero de la alta sociedad que se encuentra preocupado por sus problemas. Además de cuantiosas deudas, su mayor problema es que en esos momentos su hija, Lolita de diecisiete años, ha quedado embarazada. El Tío Julio (un hombre avaro y codicioso) lo interrumpe proponiéndole un negocio que los hará millonarios a todos. El le cuenta a Alfonso que Mr. Chapy, el Gerente de la explotación maderera en Ecuador, y él mismo han explorado Cuchitambo, la hacienda de Don Alfonso, y han descubierto que en ella hay excelentes maderas. Don Alfonso tendriá que hacer mejoras a su hacienda, como unos 20 kilómetros de carretera entre su hacienda y el pueblo, comprar bosques de su alrededor y limpiar de huasipungos (eran parcelas de tierra que otorgaba el dueño de la hacienda a la familia india en parte de pago por su trabajo diario) las orillas del río. El Tío Julio va a ayudar económicamente a Don Alfonso para que lleve a cabo las obras requeridas y . Mr. Chapy pondrá la las maquinas necesarias para la tala. Todo esto seria supervisado por el mismo Alfonso a el cual no le agradaba nada la idea

Al salir del despacho del Tío Julio, Don Alfonso recuerda el problema de su hija Lolita, a sus ojos, la niña inexperta en el amor, engañada por un cholo (un mestizo entre indio y blanco).

Luego del viaje a tren, después a caballo y por ultimo a espaldas de indio, la familia de Don Alfonso llega a la hacienda en donde los espera Policarpio, el mayordomo.

El indio Andrés Chiliquinga (otro personaje principal que sufre muestra la otra cara del libro). El vive desde hace aproximadamente dos años con Cunshi su mujer. El burló la vigilancia del mayordomo y desobedeció las reglas del sacerdote del pueblo, quienes pretendían que él se casara con una india joven del pueblo. Pero los desafió, construyó su huasipungo en la montaña se fue a vivir con la india Cunshi y tuvieron un hijo. Nadie los molestó hasta la llegada del amo a la hacienda.

La hija de Don Alfonso da a luz un varón cuyos problemas empiezan cuando la madre no puede amamantarlo más. Se ordena a la india elegida para amamantar el recién nacido a dejar su propio hijo con Policarpio, el mayordomo. Luego de pocas semanas el hijo de la india muere, desatendido y desnutrido, y ella abandona la casa durante la noche. Una nueva nodriza es seleccionada entre las indias con hijos pequeños. Las indias, sabiendo que la que sea seleccionada para amamantar al niño será bien alimentada en la hacienda, se pelean por ser elegidas para salir de la miseria y del trabajo diario de largas horas.

El trabajo de desmonte comienza en Guamaní, dirigido por el “Tuerto” Rodríguez. Policarpio selecciona indios jóvenes que deberán recorrer horas a pie para llegar a la Rinconada y quedarse ahí hasta finalizar el trabajo. El indio Chiliquinga es uno de los elegidos para el trabajo. Desesperado decide hacer el largo camino de vuelta todas las noches para dormir unas pocas horas con su india. El “Tuerto” Rodríguez descubre la verdad y castiga al indio con puñetazos y patadas debido a su tardía llegada una mañana. Sigue volviendo el indio a su huasipungo todas las noches pero una noche lo encuentra vacío. Cunshi ha sido elegida por la Señora Blanquita como nodriza para el niño. El indio Andrés vuelve al trabajo lleno de amargura y rabia cuando sufre una accidente que lo deja cojo por caridad, consienten en darle trabajo cuidando día y noche la sementera grande.

El mayordomo objeta que es primero necesario limpiar el cauce del río pues puede crecer e inundar los huasipungos en las orillas, pero Don Alfonso, despectivamente, indica que los indios pueden “levantar las chozas en los cerros” el año próximo. La muchedumbre entusiasmada se lanza cuesta abajo, y al llegar a donde están los indios, cada cual toma su puesto con fe y coraje en la obra que todos esperan traerá pan y progreso a la comarca. Las obras continúan, aún bajo las lluvias. Para evitar el debilitamiento del esfuerzo colectivo, Don Alfonso apela al aguardiente, la chicha y el guarapo. Los mestizos empiezan a abandonar la tarea. La prensa de todo el país colma de fama al terrateniente, al cura párroco, al teniente político y hasta los mestizos que participaron en la minga. Pero ninguna referencia se hace a los indios que sacrificaron sus vidas para terminar la dichosa carretera.

El cura párroco insiste en celebrar la obra con una misa y fiesta dedicada a la Santísima Virgen. Los indios han de contribuir a los gastos de la misma. Cuando uno de los indios, Tancredo Gualacoto, ruega al cura que baje el costo de la misa, el párroco se enerva invocando la furia de Dios sobre los indios. Las fuertes lluvias provocan la crecida del río. El paso del río destruye los huasipungos, matando indios, niños y animales, y destruyendo los pequeños sembradíos. Cuando la espera se vuelve insufrible y el hambre inaguantable, gran parte de los indios y las indias jóvenes entran en las propiedades de Don Alfonso se dirigen hacia el patio de la hacienda a suplicar socorros.

Un día Policarpio informa a Don Alfonso que uno de los toros ha muerto. Sabe que los indios intentarán robar pedazos de su carne para comer. De acuerdo con las órdenes dadas por Don Alfonso, el mayordomo lleva indios, entre quienes

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