INVIOLAVILIDAD DE LAS PERSONAS

¿Cómo discurre los factores de la comunidad internacional frente a la responsabilidad del principio de la inviolabilidad de la persona?

“Los derechos humanos son aquellos derechos morales que gozan todas las personas por el solo hecho de ser tales. En otros términos son aquellos derechos morales que se poseen por la razón de ser individuo humano.”

Desde muchos años los seres humanos nos hemos preguntado ¿Sí el ser humano es libre o si por el contrario todavía estamos en los tiempos de esclavitud?, antes de contestar el interrogante es primordial saber que es la libertad, es un derecho inherente que poseen todas las personas de poder actuar sin restricciones; no obstante de saber que desde que una persona nace es libre se debe tener en cuenta que la libertad siempre está sujeta a restricciones siempre que sus actos de las personas no interfieran con los derechos equivalentes de otras, por lo que debe estar limitada, debido que de no ser así haría imposible la convivencia humana, por lo que son necesarias e inevitables las restricciones a la libertad individual.

El principio de Inviolabilidad de la persona está entendido con relación a la prohibición de imponer al ser humano sacrificios o privaciones que no contribuyan a su beneficio; es decir, el principio de inviolabilidad sería inherente a la misma condición humana y estaría en relación directa con todo aquello que atente contra su condición de dignidad o contra la autonomía en términos del ejercicio de sus libertades.

Desde el campo de la vida misma, podemos entender la inviolabilidad en la propia dimensión corporal de la persona; es decir, el lugar o instancia donde debe darse la inviolabilidad es en su cuerpo humano. En la corporalidad de todo ser humano, es donde hoy pueden darse con mayor frecuencia las violaciones a su dignidad, a su intimidad y a su autonomía; pues toda acción intervencionista sin su consentimiento, puede constituirse en violatoria de estos principios fundamentales.

El principio de Inviolabilidad de la persona prohíbe imponer cargas no compensables sin el consentimiento. Es un principio individualista. Se basa en Kant: las personas son fines en sí mismas y no pueden ser utilizadas como medios para beneficio de otros. Sin embargo, esta individualidad y autonomía no implica que deba separarse el bien individual del bien común, porque siempre la prevalencia debe ser del bien común. De esta forma, podemos establecer los límites a éste principio.

Por ejemplo, si tenemos un caso en el que para demostrar la paternidad de un menor, se requiere un examen de sangre del presunto padre y éste se niega alegando el principio de inviolabilidad de su persona y de su cuerpo específicamente; en éste caso, debe una autoridad judicial ordenar la prueba, ya que por encima de su interés privado, está el de un menor, el cual debe prevalecer.

La inviolabilidad de la persona deriva directamente del principio fundamental de la ética. Todo ser humano debe ser tratado como un fin en sí mismo, por lo que nunca puede ser sometido a tratamientos que violen la integridad física y mental.

La inviolable dignidad humana es el valor trascendente de las normas morales naturales. Por eso, una ética que deje de lado el aspecto de la creación del hombre y su dignidad humana, pierde su propio significado y se presta para ser instrumentalizada, hasta se amoldada a los sistemas económico-financieros existentes y así justificar sus opciones, en vez de corregir sus disfunciones.

Más que nunca, la comunidad internacional debe respetar ese enfoque, que puede sentar las bases de un orden internacional más justo y más solidario que garantice la paz, la seguridad internacionales y la dignidad del ser humano en todas partes.

Las tensiones existentes en diversas partes del mundo deben aliviarse a través del diálogo y la comprensión mutua entre pueblos, culturas y no por medio del enfrentamiento y el choque de civilizaciones.

Las situaciones varían de país a país, y la comunidad internacional debe respetar a los gobiernos de los países en cuestión de formular y aplicar las medidas, habiendo circunstancias concretas de esos países para garantizar la plena titularidad nacional. Cabe subrayar que un país, ya sea que se encuentre en medio de un conflicto o saliendo de él, con frecuencia se enfrenta

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