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Identidad, cultura y nación en los procesos históricos.

escobares_10Ensayo13 de Abril de 2016

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  1. Introducción.

La identidad, cultura y nación en los procesos históricos, son de suma importancia para conocer cómo es que las culturas y sociedades de hoy se han desarrollado  a través del tiempo de diferentes maneras, mezclando o excluyendo una variedad de tradiciones externas creando nuevas subculturas y nuevas tradiciones.

Abordare la temática desde dos objetivos: uno en particular y otro en general; en el primero, el objetivo primordial será buscar la relación de la temática expuesta en el curso, con las nociones de identidad, cultura y nación de cada tema específico;  en la segunda se abordara de manera general, como es que los procesos históricos de búsqueda de  identidad nacional, explota en una primera instancia en el Mediterráneo, con las culturas Griegas y Romanas. En una segunda instancia  a partir del siglo XVIII y hasta mediados del siglo XX  se retoma la búsqueda de identidad nacional tanto en colonias y  países subdesarrollados como en potencias mundiales, con un objetivo similar: buscar la identidad nacional así como recuperar las tradiciones del pueblo histórico.

  1. Desarrollo.

  1. Las culturas helénicas y la expansión del imperio romano.

El hombre, desde las culturas helénicas e inclusive culturas anteriores, fue dándose cuenta de las características, rasgos, tradiciones y sistemas de gobierno que compartía con otros pueblos adyacentes, así como con las diferencias evidentes con culturas lejanas en todo actuar humano. Es así como el hombre es consciente de su identidad como pueblo, compartiendo una cultura dentro de lo que en un futuro sería una misma nación.

La democracia ateniense, siembra un sentido de identidad al permitirle al ciudadano no solo participar en el futuro de su pueblo, si no a dar lo mejor de sí  para el bien de la comunidad. Si bien es cierto que los griegos fueron esclavistas, lograron arraigar en el pueblo helénico el sentimiento de identidad, ya que al proclamarse hombres libres y sentirse orgullosos por este motivo, los atenienses  cultivaron un amor hacia su polis, a su ciudad-estado, lo cual puedo equipararlo con lo que hoy en día llamamos patriotismo.

El imperio romano y Cartago, fueron un claro ejemplo de la lucha entre dos grandes potencias regionales. Separados por cultura, religión y tradiciones, se disputaban las rutas de comercio y por quien dominaría el mediterráneo en el futuro. La guerra entre romanos y cartagineses (guerras púnicas) dio como resultado la destrucción de Cartago, y al Imperio Romano como el gran vencedor. Si bien es cierto que el imperio romano tenía una gran heterogeneidad de culturas en sus pueblos conquistados, motivo por el cual,  se derrumbaría posteriormente dicho imperio aunado a la corrupción y a la incapacidad política por parte de sus últimos emperadores, logro mantener un poco más de diez siglos a los romanos como el imperio hegemónico regional.

Considero importante resaltar el concepto de “ciudadano” empleado tanto por griegos como por romanos,  traduciéndose después en Europa como un sentido de pertenencia a un determinado lugar,  obteniendo derechos por parte del estado y contrayendo obligaciones para con este.

  1. El colonialismo ingles

 

El imperio británico, consistió en colonizar territorios con poca capacidad industrial y ricos en recursos naturales, iniciando estas actividades en los siglos XVII y XVIII, obteniendo colonias principalmente en Norteamérica, las Antillas, África del norte y su más preciada colonia, la india.

Estoy de acuerdo en que el colonialismo ingles basado al principio en la esclavitud y posteriormente en el comercio mercantil,  doto a sus colonias de industrialización, modernidad laboral, motores de combustión, luz eléctrica y otros avances tecnológicos, los cuales, muchas de las colonia conquistadas por si solas no hubieran logrado.  Esto no fue todo lo que exporto los ingleses en el proceso de colonización, también llevo consigo su cultura occidental, originando un rechazo por parte de las culturas locales, generando una mezcla llamada comúnmente “aculturación”. Este fenómeno provocaría que a mediados del siglo XIX y a principios del siglo XX se llevaran a cabo movimientos independentistas, con el objeto de separarse totalmente de la metrópoli y transformarse en nuevas naciones. En este proceso de descolonización, dentro de los movimientos nacionalistas se planteó la posibilidad de recuperar su cultura y sus tradiciones así como tomar las riendas de la nación naciente económica y políticamente.  

Estos objetivos planteados por los movimientos independentistas, una vez consolidados en nuevas naciones daría como resultado los principios de “la libre autodeterminación de los pueblos” y de “no intervención en los asuntos internos de un estado”  políticas de las cuales nuestro país es fiel defensor así como la mayoría de las naciones de américa latina.

La primera guerra mundial, la considero como el parteaguas principal entre las colonias y la metrópoli, ya que después de terminado este conflicto las potencias Europeas no tenían los recursos materiales ni humanos para llevar a cabo la tarea de re-colonización, no teniendo más remedio que reconocer la independencia de sus antiguas colonias. Logrando tener entre comillas la independencia de su colonizador, ya que por su débil situación económica, dependían de la gestión y asesoramiento de las potencias resultantes de la posguerra. Aun en la actualidad la dependencia hacia las potencias se refleja económicamente debido a la globalización y por medio de tratados que benefician a la potencia sobre las otras partes, siendo los estados débiles beneficiados en lo mínimo o incluso perjudicados con dicho tratado.

  1. El nacionalismo alemán.

El pueblo germano, gracias a la ocupación francesa materializada por Napoleón Bonaparte, adquirió conciencia nacional en torno a Prusia. El Congreso de Viena, también jugó un papel importante en la naciente conciencia nacional para los alemanes, ya que su territorio se encontraba dividido en 39 estados, que componían la Confederación Germánica.

La literatura germánica aporto innumerables obras al nacionalismo alemán, apoyado por intelectuales y políticos a favor de la unificación de la confederación. En estas primeras fases de la unificación no existía un enemigo público, ni pueblo objeto de exterminación (judíos), esta tendencia aparece después.

Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, estadista, burócrata y político alemán, considerado como el fundador del estado alemán moderno, es quien se da a la tarea de la unificación alemana excluyendo a Austria sus planes. Bismark considerado como uno de los políticos más hábiles y capaces de la historia alemana, logro su objetivo, principalmente por medio de la diplomacia y posteriormente por medio de la guerra. Logro el aislamiento diplomático de Austria, acordando neutralidad con franceses, ingleses y rusos.  Los austriacos debido a su incapacidad diplomática se aislaron a sí mismos peligrosamente, quedándose sin aliados, enfrentándose a Prusia en conjunto con los italianos ya que ellos buscaban incorporar a Venecia a sus territorios. La guerra entre Austria y Prusia (Sadowa 1866) fue una derrota aplastante para los austriacos, durando menos de un mes. Tras la guerra Franco-Prusiana (1870 y 1871) las poderosas tropas germánicas organizadas por Bismark, derrotan al ejército francés, desapareciendo el II imperio francés.

La unificación Alemana se da en el año de 1871, coronándose como emperador a Guillermo II (káiser). Esta unificación creo un sentimiento de identidad en el II imperio alemán, ya que lograron consolidar en un mismo estado, a todas las regiones con idénticas tradiciones y culturas germánicas. Pero no solo lograron exaltar el nacionalismo alemán, si no que ofendieron gravemente la identidad y sentimientos de nacionalismo franceses, puesto que tras la derrota de Napoleón III, Alemania anexo los territorios de Lorena y Alsacia al Reich, territorios con población y cultura históricamente francesas, una de las muchas causas del desembocamiento de la primera conflagración mundial.

Sentimientos similares provocados por el congreso de Viena, fueron los que ocasiono el tratado de Versalles (1919), una vez  culminada la primera guerra mundial. Una Alemania forzada a firmar dicho tratado en el cual perdía una extensa porción de su territorio y debía pagar a los aliados indemnizaciones por gastos de guerra, ofende los sentimientos de pertenencia alemanes. La población empobrecida  así como la gran depresión de 1929 orillaría a este estado desesperado, a ver con buenos ojos al nazismo y posteriormente a Adolf Hitler como su führer en 1933.

El III Reich consiente de la situación de la población (desempleo) y de su capacidad para llegar a ser de nuevo una potencia mundial, emplea a miles de personas en la industria armamentista, beneficiando a los burgueses puesto que la clase media y baja siguió en su misma situación. Con estas medidas logro convertirse en una potencia bélica europea.

La ideología nazi estaba basada en conceptos Darwinistas sociales, rama en donde los seres humanos pueden ser clasificados en razas asignándoles un orden de pureza y estableciendo diferencias tanto físicas como intelectuales.  De esta manera los alemanes establecieron en la cabeza de la pirámide la raza aria, como la más pura y destinada a gobernar el mundo, dejando a los judíos, Gitanos y otros más en el último escalafón. Basados de nuevo en Darwin, particularmente su frase “la supervivencia del más apto” procedieron a buscar la eliminación de dichas razas y pueblos impuros.

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