Imagenes Ttras El Espejo
Enviado por aidesaul • 25 de Enero de 2015 • 984 Palabras (4 Páginas) • 317 Visitas
Imágenes tras el espejo
José Winston Pacheco
Siempre que llegaba a mi oficina acostumbraba decirle un cumplido a mi hermosa secretaria, pero aquel día no lo hice, me contuvo su gesto demudado.
-¿Qué ocurre? –indagué extrañado
-Es su esposa, señor, acaban de llevarla al hospital general –repuso ella con tono grave.
-¿Mi esposa? Pero eso es imposible, yo..
-Llamaron con urgencia solicitando su presencia inmediata en el hospital, parece que es algo grave. Lo lamento, señor.
Quedé anonadado, hacía escasos veinte minutos había salido de mi casa y todo estaba en orden. Pensé que algo andaba mal, posiblemente se trataba de una equivocación o alguien trataba de jugarme una broma de mal gusto.
-Bien –gruñí –cancele todos mis compromisos de la mañana. Veré de qué se trata, volveré en un par de horas.
-Si señor, y ojalá que no sea nada grave –dijo mi secretaria con cierta pena.
En la sala de información del hospital, una enfermera gorda de rostro mofletudo me miró con severidad a través de sus gafas estilo mariposa.
-Señor Mariñas, espere en el pasillo por favor, en este momento no puede ver a su esposa.
-Deseo hablar con el médico de turno – declaré un poco alterado.
La enfermera me lanzó una mirada fulminante.
-Le repito, señor, espere en el pasillo, el doctor no puede atenderlo, en este momento se encuentra atendiendo a su esposa.
-Pero... usted sabe...
-Ya le he dicho lo que debe hacer, señor, aquí no tenemos tiempo para discusiones inútiles –cortó ella tajante.
De mala gana me dirigí a aquel pasillo lleno de personas que aguardaban expectantes. En aquellos rostros advertí expresiones de congoja, incertidumbre o impaciencia. Tuve deseos de fumar pero un aviso muy visible indicaba la prohibición de hacerlo, de modo que me aguanté.
Un momento después se abrió una puerta y apareció un médico. Todos nos dirigimos hacia él con precipitación tratando de hablarle al mismo tiempo.
-El señor Mariñas ¿Se encuentra aquí? –preguntó el galeno con acento reposado.
-Soy yo, doctor, quiere usted explicarme...
-Le ruego acompañarme –cortó él – debemos hablar en privado.
Me condujo a un pequeño consultorio. Reparé en su gesto adusto acentuado por una incipiente arruga que se asomaba a su frente.
ALMAS EN PENA
Escrito por Rita pere
El silente espectro merodeaba taciturno por el campo santo. Tenía hambre y así pareciera un caníbal necesita alimentarse...
No podía comerse a los vivos, estos estaban fuera de su alcance.
Pero los espíritus recientes de gente fallecida, niños, ancianos, y mujeres.
Era el alimento de los espectros andantes, por eso cada noche merodeaba
el cementerio aquella alma en pena, que no encontraba el descanso.
Ese día en una lùgubre fosa común había varios cadáveres.
niños, hombres, personas sin familia, muertos en la indigencia, en plena calle.
El aura de aquel espectro se sintió atraído por aquella energía que emanaba
de aquella sepultura, necesitaba alimentarse de aquella energía reminiscente.
Cada día hacia lo mismo se alimentaba de la energía de cadáveres recién fallecidos.
Se daba su festín y luego vagaba, lamentàndose de su destino.
...