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Enviado por   •  31 de Mayo de 2012  •  1.617 Palabras (7 Páginas)  •  688 Visitas

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El contraste entre lo ético y lo legal ha conformado ya desde hace mucho tiempo una de las "áreas grises" más difíciles de administrar para los seres humanos en lo personal y colectivamente. No se trata, por ejemplo, de un problema de cuantificación y aplicación, donde se intenta determinar una penalización apropiada a infracciones de varias denominaciones. No se trata tampoco de desarrollar modelos legales complejos para campos emergentes que van entramándose más y más con la vida cotidiana, como es la cyber-ética. No, en este caso se trata de la disyunción entre la norma impartida por el estado y que rige el comportamiento de los seres humanos en las naciones, versus lo que es correcto desde un punto de vista ético. Temas como el aborto, la eutanasia, la pena de muerte o incluso la guerra son polémicos por este mismo motivo; porque a pesar de que es claro un lineamiento legal sobre cada uno, el aspecto ético es mucho más difícil de consolidar entre las personas, y lo ha sido ya desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, antes de examinar la posible disyuntiva entre lo que es ético y lo que es legal, es preciso elaborar con mayor profundidad sobre nuestra herramienta de medición para propósitos de ética; la conciencia. La conciencia de cada persona participa de todo juicio de valor ético; es el componente humano que permite discriminar entre alternativas éticas para satisfacer condiciones impartidas por un esquema de valores personales. La conciencia es aquello que cuestiona la motivación detrás de cada acción de un individuo en el afán de obligarlo a reflexionar acerca de la validez ética de esa misma acción, a partir de una ideología personal acerca de lo que es éticamente correcto.

¿De dónde surge entonces esta ideología o esquema de valores? Básicamente, surge de la socialización; experiencias adquiridas a través de los diferentes roles que tiene un ser humano desde que nace y conforme se desarrolla enriquecen su esquema de valores al sembrar normas éticas dentro de él o ella. Por ejemplo un niño de 6 años; sus roles más prominentes los de hijo, alumno, hermano y amigo. A partir de participar socialmente dentro de cada uno de estos roles, el niño adoptara valores que lo formaran éticamente; el buen alumno no copia, el buen hijo no roba, el buen hermano no abusa, el buen amigo apoya. A partir de estos valores básicos, surge el proceso asociativo que permite a la conciencia fallar en favor de una u otra alternativa en situaciones éticas más complejas, como lo es el enfoque de este ensayo.

Una sociedad en la que se comparte una ética de mínimos a la cual todos sus integrantes acaten, es una sociedad que racionaliza y que tiene una visión más competente de un mundo globalizado en el que cada persona está comprometida con su entorno y acata esta serie de mínimos aparte de sus máximos. Así como nos dice Adela Cortina (La ética de la sociedad civil, 2001): “el fortalecimiento de la sociedad civil requiere, como condición de posibilidad, la potenciación de una ética compartida por todos los miembros de esa misma sociedad porque, sin unos mínimos morales compartidos, mal van a sentirse ciudadanos de un mismo mundo.”.

La creación de las reglas legales se da conforme a la sociedad avanza y se da cuenta de los errores para mantener un orden, orden que debe de acatarse por una sociedad y ser mantenido por el estado, pero la moral entra en juego cuando una persona se pregunta si las acciones que este realiza son moralmente correctas y busca un punto de referencia en el cual pueda confiar y calificar sus acciones de una manera muy simple como buenas o malas pero es cuestión del individuo tomando en cuenta el entorno crear esa moral como nos lo dice Cortina (2001): “darnos cuenta de que somos los ciudadanos quienes hemos de hacer el mundo moral y, por lo tanto, quienes hemos de reflexionar acerca de qué sea lo justo y lo injusto, aunque sea buscando la ayuda de asesores adecuados, el apoyo de gentes que nos merecen confianza.”. Depende de cada individuo darse cuenta de que es él quien tiene que decidir entre lo que es justo e injusto, no solamente de lo que es bueno y malo.

Una persona debe de realizar las acciones que supuestamente son las correctas dada el entorno y sociedad en las que se encuentre en determinado momento para el cual debe estar convencido tanto por la sociedad como por sí mismo de las acciones que realizara o realiza son las correctas como nos dice Adela: “se necesita algo más que una casual coincidencia que viene de fuera: se necesita una voluntad común nacida desde el interior de las personas, aunque esa voluntad se limite a unos mínimos elementos compartidos”.

Darse cuenta de lo que es correcto o incorrecto, justo o injusto es una de las cuestiones más difíciles de concluir pues ya que se

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