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Imagen En Un Espejo


Enviado por   •  9 de Mayo de 2014  •  6.805 Palabras (28 Páginas)  •  278 Visitas

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Imagen en un espejo

I. Asimov

Lije Baley acababa de decidir volver a encender su pipa cuando la puerta de su despacho se abrió sin una llamada preliminar o un aviso de cualquier otra clase. Baley alzó la mirada haciendo una mueca de irritación..., y dejó caer su pipa. El hecho de que no intentara recogerla decía mucho sobre su estado mental.

-R. Daneel Olivaw... -dijo con una mezcla de excitación y desconcierto-. ¡Por todos los cielos! Eres tú, ¿verdad?

-En efecto -dijo el alto y bronceado recién llegado, y su rostro impasible no perdió ni por un momento su expresión de calma habitual-. Lamento sorprenderle entrando sin avisar, pero la situación es delicada y hay que implicar al mínimo número de robots y seres humanos posible..., incluso en este lugar. Me complace mucho volver a verle, compañero Elijah.

El robot alargó la mano derecha en un gesto tan completamente humano como su apariencia. Baley seguía estando tan desconcertado que se quedó inmóvil durante unos momentos contemplando aquella mano como si no entendiera qué se esperaba de él. Pero después la estrechó entre las suyas sintiendo su cálida firmeza.

-¿Pero por qué, Daneel? Eres bienvenido aquí en cualquier momento, pero... ¿ Cuál es esa situación tan delicada de la que has hablado ? ¿ Volvemos a tener problemas ? ¿ Es que la Tierra... ?

-No, compañero Elijah, no es algo que afecte a la Tierra. A primera vista la situación que he calificado de delicada es algo insignificante, y se limita a una disputa entre matemáticos; pero dio la casualidad de que nos encontrábamos a un paso de la Tierra, por decirlo así, y...

-Entonces esa disputa tuvo lugar en una nave espacial.

-Sí, por supuesto. Fue una disputa sin importancia, aunque los humanos implicados en ella parecieron considerarla sorprendentemente grave.

Baley no pudo evitar una sonrisa.

-No me extraña que los seres humanos te resulten sorprendentes. No estamos sometidos a las Tres Leyes, recuérdalo.

-Eso es una deficiencia, por supuesto -observó gravemente R. Daneel-, y creo que en ocasiones los seres humanos son capaces de sorprender incluso a los mismos seres humanos. Puede que usted se sorprenda menos que los espaciales debido a que en la Tierra hay muchos más seres humanos que en los Mundos Exteriores. Si es así, y creo que estoy en lo cierto, podrá ayudarnos. -R. Daneel hizo una pausa, y cuando siguió hablando Baley tuvo la impresión de que lo hacía más deprisa que de costumbre-. A pesar de todo he aprendido algunas de las reglas que rigen el comportamiento humano. Por ejemplo, según los patrones de conducta humanos creo que acabo de comportarme de una forma descortés ya que no le he preguntado por su mujer y su hijo.

-Están bien. El chico está en la escuela, y Jessie se ha metido en la política local. Bueno, ya hemos cumplido con los requisitos de la cortesía... Ahora cuéntame cómo has llegado hasta aquí.

-Como ya le he explicado podría decirse que estábamos a un paso de la Tierra -dijo R. Daneel-, y sugerí al capitán de la nave que consultáramos con usted.

-¿ y el capitán aceptó? Baley tuvo una súbita visión del altivo capitán de una nave espacial de los Mundos Exteriores dando su permiso para posarse nada menos que en la Tierra..., jpara consultar con un terrestre!

-Creo que se hallaba en una situación tan complicada que habría aceptado cualquier sugerencia -dijo R. Daneel-. Además yo le hablé de usted y le alabé considerablemente, aunque estoy seguro de haber dicho sólo la verdad. Acabé aceptando encargarme de las negociaciones para que ningún pasajero o miembro de la tripulación se viera obligado a tener el más mínimo contacto con ninguna de las ciudades terrestres.

-Y para que no tuviera que hablar con ningún terrestre, naturalmente... ¿Pero qué ocurrió exactamente?

-Entre el pasaje de la nave espacial Eta Carina había dos matemáticos que iban a Aurora para asistir a una conferencia interestelar de neurobiofísica. La disputa tuvo lugar entre esos dos matemáticos..., Alfred Barr Humboldt y Gennao Sabbat. ¿Ha oído hablar de uno de ellos o de los dos, compañero Elijah?

-No, no he oído hablar de ninguno de los dos -replicó Baley-. No sé nada de matemáticas. Daneel, supongo que no le habrás dicho a nadie que soy un entusiasta de las matemáticas o...

-Desde luego que no, compañero Elijah. Ya sé que nunca le han interesado, pero eso no importa porque la naturaleza exacta de las matemáticas implicadas no tiene ninguna relevancia para el asunto.

-Bueno, entonces adelante.

-Dado que no conoce a ninguno de los dos matemáticos, compañero Elijah, permítame decirle que el doctor Humboldt ya ha entrado en su década número veintisiete de existencia... Disculpe, ¿decía algo?

-Nada, nada -murmuró Baley con irritación. Se había limitado a lanzar una exclamación ahogada en una reacción natural a ese nuevo recordatorio de la vida prolongadísima que era habitual entre los habitantes de los Mundos Exteriores-. ¿ y todavía sigue ac- tivo a pesar de su edad ? En la Tierra un matemático de más de treinta años ya no suele...

-La opinión unánime es que el doctor Humboldt es uno de los tres matemáticos más eminentes de la Galaxia -dijo Daneel con su voz impasible de costumbre-, y sigue en activo, naturalmente. En cuanto al doctor Sabbat es muy joven y aún no ha cumplido cincuenta años, pero ya ha conseguido una gran reputación como el talento más notable de las más oscuras ramas de las matemáticas.

-Así que los dos son grandes matemáticos, ¿eh? -dijo Baley. Se acordó de su pipa y la recogió, pero decidió que ya no valía la pena volver a encenderla y vació la cazoleta-. ¿Qué ocurrió? ¿Se ha cometido un asesinato? ¿ Uno de ellos ha matado al otro o qué?

-Uno de esos dos hombres de gran reputación está intentando destruir la del otro. Según los valores humanos, creo que puede considerarse que eso es algo peor que el asesinato físico.

-Sí, supongo que a veces puede considerarse que lo es... Así que uno de ellos está intentando destruir la reputación del otro, ¿ eh ? ¿ Por qué ?

-El porqué... Ése es el punto crucial, compañero

...

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