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Imperialismo


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  2.921 Palabras (12 Páginas)  •  205 Visitas

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G.W.F. HEGEL

FENOMENOLOGUIA DEL ESPIRITU

Las tareas científicas del presente, la verdad como sistema científico, esta obra filosófica en razón a la naturaleza misma de la cosa, inadecuado y contraproducente el anteponer, a manera de una explicación acerca de la finalidad y acerca de sus motivos y de las relaciones que entiende que su estudio guarda con otros anteriores o coetáneos en torno al mismo tema, además por existir la filosofía esencialmente en el elemento de lo universal que lleva dentro de sí lo particular suscita más que otra ciencia cualquiera la apariencia de que en fin o en los resultados últimos se expresa la cosa misma e incluso se expresa en su ciencia perfecta frente a lo cual el desarrollo parece representar propiamente lo no esencial.

Del mismo modo, la determinación de las relaciones que una obra filosófica cree guardar con otros intentos en torno al mismo tema suscita un interés extraño y oscurece aquello que importa en el conocimiento de la verdad, la existencia de tales explicaciones y su satisfacción pasan fácilmente por ser algo que versa sobre lo esencial, en efecto la cosa no se reduce a su fin, sino que se halla en su desarrollo, ni el resultado es el todo.

El comienzo de la formación y del remontarse desde la inmediatez de la vida sustancial tiene que proceder siempre mediante la adquisición de conocimientos de principios y puntos de vista universales, en elevarse trabajosamente hasta el pensamiento de la cosa en general, apoyándola o refutándola por medio de fundamentos aprehendiendo la risa y concreta plenitud con arreglo a sus determinabilidades, sabiendo bien a qué atenerse y formándose un juicio serio acerca de ella.

La formación del presente. Sé que el poner la verdadera figura en esta cientificidad lo que vale tanto como afirmar que la verdad solo tiene en el concepto el elemento de su existencia parece hallarse en contradicción con un cierto modo de representarse la cosa y sus consecuencias representación tan pretenciosa como difundida en la convicción de nuestro tiempo.

Si se toma la manifestación de una exigencia en su contexto más general y se considera en el nivel en que se halla presente el espíritu autoconsciente vemos que este va más allá de la vida sustancial que llevaba en el elemento del pensamiento más allá de esta inmediatez de su fe de la satisfacción y la seguridad de la corteza que la conciencia abrigaba acerca de su reconciliación con la esencia y con la presencia universal de esta tanto la interna como la externa.

A esta exigencia responde el esfuerzo acucioso y casi ardoroso y fantástico por arrancar al hombre de su hundimiento en lo sensible, en lo vulgar y lo singular, para hacer que su mirada se eleve hacia las estrellas, como si el hombre olvidándose totalmente de lo divino se dispusiera a alimentarse solamente de cieno y agua, como el gusano. Pero a la ciencia no le cuadra esta sobriedad del recibir o esta parquedad en el dar. Y esta sobriedad que renuncia a la ciencia menos aún puede tener la pretensión de que semejante entusiasta nebulosidad se halle por encima de la ciencia.

Lo verdadero como principio y su despliegue. No es difícil darse cuenta por lo demás de que vivamos en tiempos de gestación y de transición hacia una nueva época. Este mundo no presenta una realidad perfecta como no la presenta tampoco el niño recién nacido y es esencialmente importante no perder de vista esto. Mientras que la manifestación de este nuevo mundo no es más que el todo velado en su simplicidad o su fundamento universal, tenemos que por lo contrario, la conciencia conserva todavía en el recuerdo la riqueza de su existencia anterior En lo que respecta al contenido los otros recurren a veces a medios demasiados fáciles para lograr una gran extensión.

La formación del individuo desde su punto de vista informe hasta el saber había que tomarla en su sentido general considerando en su formación cultural al individuo universal al espíritu autoconsciente mismo. La ciencia expone en su configuración este movimiento formativo así en su detalle cuanto en su necesidad como lo que ha descendido al plano de momento y patrimonio del espíritu. El análisis de una representación tal y como solía hacerse no era otra cosa que la superación de la forma de su ser conocido

El conocimiento filosófico es lo verdadero y lo falso, la conciencia, encierra a los dos momentos el del saber y el de la objetividad negativa con respecto al saber. La desigualdad que se produce en la conciencia entre el yo y la sustancia que es su objeto, es su diferencia, lo negativo en general. Lo verdadero y lo falso figuran entre esos pensamientos determinados que inmóviles se consideran como esencias propias, situadas una de cada lado sin relación alguna entre si fijas y aisladas la una de la otra. El conocimiento histórico y el matemático en lo que concierne a las verdades históricas para referirse brevemente a ellas en lo tocante a su lado puramente histórico se concederá fácilmente que versan sobre la existencia singular, sobre un contenido visto bajo el Angulo de lo contingente y lo arbitrario, es decir sobre determinaciones no necesarias de él.

En el conocimiento matemático la intelección es exterior a la cosa de donde se sigue que con ello se altera la cosa verdadera. Ahora bien la defectuosidad de este conocimiento en sentido propio afecta tanto al conocimiento mismo como a su materia en general. El conocimiento conceptual por el contrario no considera la determinación no esencial sino en cuanto es esencial; su elemento y su contenido no son lo abstracto o irreal, si no lo real, lo que se pone a sí mismo y vive en sí, el ser allí en su concepto. Tal vez podría considerarse necesario decir antemano algo más acerca de los diversos aspectos del método de este movimiento o de la ciencia.

La ciencia solo puede lícitamente organizarse a través de la vida propia del concepto, la determinabilidad que desde fuera, desde el esquema, se impone a la existencia es en ella, por el contrario, el alma del contenido pleno que se mueve a sí misma. Siendo así que en general como hemos dicho más arriba la sustancia es en ella misma sujeto todo contenido en su propia reflexión en sí. En esta naturaleza de lo que es que consiste en ser en su ser su concepto, reside en general la necesidad lógica; solo ella es lo racional y el ritmo del todo orgánico, y es precisamente saber del contenido en la misma medida en que el contenido es concepto y esencia o dicho en otros términos solamente ella es lo especulativo

Lo que se requiere para el estudio filosófico es el pensamiento especulativo y no es más el estudio de la ciencia es el asumir el esfuerzo del concepto. En el comportamiento razonador hay que señalar con mayor fuerza

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