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ENSAYO EL TACTO EN LA ENSEÑANZA. EL SIGNIFICADO DE LA SENSIBILIDAD PEDAGÓGICA

INTRODUCCIÓN

El tacto es un elemento esencial que debemos conocer y estudiar, ya que nos permite obtener elementos que harán que nuestro trabajo sea efectuado de la mejor manera, tener tacto en la enseñanza es dominar habilidades que nos permiten actuar de manera improvisada en las situaciones educativas, en esta lectura se nos habla acerca de la importancia del tacto en la enseñanza y se nos mencionan aspectos que intervienen en este tema.

“Tener tacto nos proporciona una forma nueva a las situaciones imprevistas”, es decir que mediante el tacto el maestro logra solucionar las situaciones imprevistas durante sus clases, debido a que si las actividades que se han planeado durante el curso o la clase no resultan como se esperaba, el docente tiene que saber instantáneamente que decir o hacer para poder, con tacto modificar o reorientar la clase de forma responsable, receptiva desde un punto de vista pedagógico.

Un buen profesor con tacto, es aquel que identifica cuando debe cambiar su estrategia de enseñanza, que se percata de que lo que está presentando no es funcional para promover el interés y aprendizaje de los alumnos, por ello cambia las actividades que tenía planeado, a fin de hacer mejor su enseñanza.

CONTENIDO

El estudio del tacto nos permite centrarnos en algunos elementos de la situación de la enseñanza/aprendizaje de la mayoría de las teorías, métodos y modelos no han querido o podido tratar: el elemento animador de la pedagogía que otorga una calidad especial al mundo del padre y el niño de los profesores y los estudiantes.

La solicitud y el tacto pedagógicos son las habilidades conscientes que permiten a un profesor actuar de manera improvisada en las situaciones educativas, que siempre están cambiando. Esto demuestra que la planificación del curso y de las clases no es irreconciliable con la posibilidad de actuar con tacto, no hay duda de que la planificación es cuidadosa y detallada de las cosas contribuye a una buena enseñanza.

El tacto le permite a uno a discernir el elemento significativo de un momento pedagógico, un profesor que no se ha preparado las clases a conciencia, o que solo tiene una programación externa, no está en contacto con la finalidad primordial y la importancia de la clase. Un profesor así solo puede funcionar a trancas y barrancas.

Los profesores tienen que ser expertos en puntos de vista, perspectivas, actitudes, inclinaciones y orientaciones alternativas. Tienen que ser capaces de ver las cosas desde el punto de vista del niño. El tacto significa ser sensible a la interpretación del niño, a su estado mental.

Solo cuando un profesor ha captado la interpretación de un niño, en lugar de dejar que el niño se imagine como pueda lo que el profesor quiere decir y como esforzarse por conseguirlo.

El interés es uno de los aspectos fundamentales de la relación entre la persona y el conocimiento, la reflexión y la vida. El interés define nuestra relación con el mundo en que vivimos y llegar a interesarse en algo es sentirse atraído por ese aspecto en concreto del mundo.

Un profesor puede llamar mi atención hacia algo y por tanto despertar mi interés. El profesor sabe que nos resulta interesante cuando tiene el poder de atraer, de llamar nuestra atención, de incumbirnos. El humor es un medio humano a nuestra disposición para aflojar, disolver, liberar o restablecer situaciones que se han vuelto improductivas desde el punto de vista pedagógico.

El humor con tacto es una forma de decirle al niño la verdad sin hacerla menos verdadera. El niño no experimenta la verdad que se le proporciona con humor como una sentencia que machaca, denigra o condena.

El humor positivo induce nuestra orientación pedagógica hacía nuestra vocación y nuestros niños y también nos induce a ver la relatividad de los problemas prácticos sin perder nuestro sentido de los valores y del compromiso. El humor positivo significa que, como educadores, sabemos cómo aceptar el modesto papel que jugamos en la educación de nuestros niños, a la vez que vemos nuestra influencia es indispensable en sus vidas.

Tener tacto es ser físicamente consciente de la persona hacia la que nos orientamos, tener tacto es encarnar la propia solicitud en situaciones concretas. El tacto no es una habilidad que podamos utilizar, es algo que somos. Por consiguiente cuando hablamos de solicitud, la conciencia y la consideración del tacto nos referimos a la manera de ser de la persona en cuerpo y mente. El tacto es una especie de conocimiento encarnado que se asemeja a las habilidades y los hábitos corporales.

El termino tacto tiene una referencia física de tocar, cuerpo táctil. Tener tacto es se físicamente consciente de la persona hacia la que nos orientamos. Tener tacto es encarnar la propia solicitud es situaciones concretas. El tacto es una especie de conocimiento encarnado que se asemeja a las habilidades y los hábitos corporales.

El tacto pedagógico es la forma en que actuamos respecto a la educación de nuestros niños, cómo lo hacen los padres y madres y, describe perfectamente cómo influimos en las relaciones de enseñanza – aprendizaje en los alumnos. En palabras sencillas, el tacto pedagógico, nos ayuda a hacer lo que es correcto o bueno para el niño.

Mi principal función como profesora es solo una: ser guía. Esto quiere decir que debo despertar el interés en el niño, motivarlo a desarrollar su propio conocimiento y darle la confianza suficiente para que sea capaz de exteriorizar sus sentimientos y necesidades de forma clara y concisa.

La paciencia es una virtud principal y fundamental que todo profesor y todo padre debe poseer, pues nos permite integrar al niño al uso correcto de las cosas, lo que es necesario para que crezca y aprenda a desarrollarse adecuadamente.

Esta virtud puede ponerse en práctica cuando los alumnos habitualmente son muy curiosos, pues siempre están llenos de preguntas y les encanta manipular todo lo que está a su alcance. Guiarlos a obtener la respuesta los ayudará a buscar en un futuro inmediato la manera de expresar lo que sientan – a veces lo expresarán mediante palabras y, algunas otras, mediante el silencio –.

Guiar al niño nos limita en la posibilidad de acelerar en cierta medida el ritmo con que los niños aprenden y maduran. Si bien es cierto que es muy tentador acelerar cosas a las que se les debería dar su propio tiempo y espacio, la libertad que no conoce fronteras o normas, no es digna de llamarse libertad y es eso lo que el niño necesita: Libertad de construir su propio conocimiento

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