Intelectuales En La Edad Media

Jóvenes, en una lucha de ayer y de hoy.

Por: Daniel Vicaría García

“Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica...” fragmento de Salvador Allende del discurso en la Universidad de Guadalajara

Frase dicha durante los años setenta, en plenos movimientos socialistas, en los cuales los estudiantes jugaron un gran papel en todo este movimiento revolucionario, en el cual los medios de comunicación jugaron un rol de inmensas proporciones. Tergiversando o llevando la información a diferentes sitios del planeta.

Pero contextualizando esta frase a la edad media, nos lleva a los movimientos estudiantiles, y me refiero en concreto a los sucedidos en parís en 1229 cuando protestas estudiantiles llevaron al enfrentamiento entre estos y las fuerzas de la realeza, dejando varios estudiantes muertos. Todo esto conlleva a que no solo la universidad de parís se transladara a Orleáns, sino que esto llega a las demás universidades por medio de los escasos medios de comunicación de la época y estos centros de enseñanza buscan el apoyo del papado para que las “proteja” y de esta forma poder impartir sus labores sin inconvenientes.

Antes del desarrollo de la prensa, acontecido en el siglo XV, los libros eran caros, y pocos estudiantes podían pagarlos así que los maestros leían de un texto de libreria publica. Pero es esto lo que parte en dos la historia de los intelectuales, estudiantes, profesores y universidades, ya que como se dice en el texto de Jacques Le Goff “Los estatutos de la Universidad de Padua declaran en 1264: “Sin ejemplares no habría universidad”.” (pág. 88).

Toda esta revolución del libro es denotada por Jacques Le Goff y por Enric Borderia en sus textos como grandes cambios en las universidades y cómo estos textos ayudan al progreso del conocimiento y de la comunicación de este. La comunicación como parte primordial del libro, ya que no solo comunica conocimiento, sino que abre un mundo nuevo de empleos y profesiones. “Se desarrolla la industria del libro, al tiempo que éste comienza a hacerse laico y urbano, “lo que pierde en ornamentación lo gana en funcionalidad; ya no es un lujo, es un objeto comercial que provoca la aparición de una pléyade de copistas, libreros y editores internacionales”.” Esta cita de Enric Borderia en su texto “Historia de la Comunicación social” denota el gran impacto que tuvo el libro para la época en que la imprenta empieza a aparecer.

“He aquí los instrumentos necesarios a los clérigos: libros, un pupitre, una lámpara de noche con sebo y un candelero, una linterna y un embudo con tinta, una pluma, una plomada y una regla, una mesa y una palmeta, una silla, una pizarra, una piedra pómez con un raspador y tiza. El pupitre (pulpitum) se dice en francés lutrin (atril); hay

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