LA GENERACIÓN DEL PROGRESO (1880-1914)
Ana Stratinar .Apuntes15 de Septiembre de 2017
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LA GENERACIÓN DEL PROGRESO (1880-1914)
Bases y puntos de partida para el progreso argentino:
La preocupación central de los gobiernos de Mitre, Sarmiento y Avellaneda fue la eliminación de las amenazas internas y externas a la autoridad estatal. La prioridad era garantizar la existencia misma del estado argentino.
A partir de la primera presidencia de Roca (1880-1886), ya no se definía el alcance de la autoridad nacional sino que el desafío era consolidarla y utilizarla para fomentar el progreso de la nación. Fórmula “Paz y Administración”.
¿Estaban dadas las condiciones para esa etapa de progreso que se inauguró luego de los años ’80?
En realidad no era tan alentador el panorama:
-territorios escasamente poblados.
-bajos niveles de instrucción.
-la llanura pampeana estaba dedicada a una ganadería de poca calidad, con predominio del ganado ovino.
-la agricultura prácticamente no existía e incluso se importaba trigo.
-dificultad para transportar los productos del interior hacia los puertos.
¿Había un grupo de dirigentes con un proyecto común de país para enfrentar estos inconvenientes?
El grupo de coetáneos a pesar de sus discrepancias o su división en facciones partidarias no reconocía diferencias en la visión que tenían del país y la fe en su destino.
Puede advertirse que la clase gobernante argentina compartía cierto sustrato ideológico relativamente uniforme basado en la noción de progreso. Casi todos coincidían en la voluntad de incorporar a la Argentina a la expansión mundial liderada por Gran Bretaña.
Dicha vocación por el progreso económico era coherente con ideas entonces en boga en el mundo occidental, como el positivismo de Comte, la tesis del progreso indefinido derivado de Spencer y el darwinismo social.
El crecimiento a toda costa no reparaba demasiado en los medios por ejemplo en el fraudulento sistema electoral.
La economía mundial de la época:
Hasta la primera guerra mundial se prolongó la tendencia a la internacionalización y el crecimiento sostenido de la economía, que sólo se retomaría alrededor de 1950.
Inglaterra que había adaptado los principios del libre comercio y la especialización, dominaba el escenario económico, concentrando su producción en las manufacturas y siendo Londres el indisputado centro financiero mundial, regulador del sistema de patrón oro.
Para Inglaterra; lo crucial era la disponibilidad de mercados para exportar su producción y su capital, y no tanto el dominio político. A su vez, la actitud inversora de Inglaterra fue uno de los cimientos sobre lo que se asentó el desarrollo argentino anterior a la primera guerra mundial.
Llenando el desierto: inmigración, capitales y tierras:
La expansión económica estuvo asociada a un lugar geográfico (la pampa húmeda), a un par de actividades productivas (ganadería y agricultura) y a la incorporación de capitales y trabajo extranjero, manifiesta en la instalación de vías férreas y en una gran inmigración.
La Argentina compartió con Australia y Canadá la definición de un “espacio vacío”, en el cual 3 factores: trabajo, capitales y tierra determinarían su capacidad productiva.
El Estado fomentó activamente la incorporación de estos factores; ante esto se identifica a la Generación del ’80 con un liberalismo pragmático, dispuesto a abandonar cualquier aspecto doctrinario que se opusiera a la obsesión por el progreso.
Argentina para los europeos: la inmigración:
Una de las condiciones para crecer era poblar “el desierto”. El crecimiento vegetativo resultaba insuficiente por lo que era necesario recurrir a la inmigración.
Sólo una parte de los inmigrantes que se dedicaron a la agricultura participaron en colonias de propietarios, como las de Santa Fe. En Bs. As. y Córdoba fue más común que los dueños de las grandes tierras cedieran a los inmigrantes algunas hectáreas para trabajar con un régimen de arrendatario.
Las obras públicas fueron otra fuente de empleo para el inmigrante. Además los grandes conglomerados urbanos cercanos a Bs. As. tuvieron gran participación de extranjeros.
Después de varias décadas en que la inmigración masiva era considerada por los gobiernos como uno de sus mayores éxitos, los años anteriores a la primera guerra mundial vieron crecer temores sobre posibles perjuicios a la apertura irrestricta a extranjeros. En parte, era generada por señales de que la base económica del país no era capaz de crear tantos empleos nuevos, lo que estaba asociado a un estancamiento en la expansión geográfica de la agricultura. Un hecho iba a hacer innecesario un cambio en la política, al detenerse naturalmente el caudal inmigratorio: la primera guerra mundial.
El capital extranjero y los ferrocarriles:
Los ferrocarriles disminuyeron el costo del producto exportable entre el campo y los pueblos, por tanto acortaron las distancias entre el productor argentino y el consumidor europeo.
La expansión de los ferrocarriles permitió no sólo incorporar zonas de la llanura pampeana relativamente alejadas (por ejemplo el sur de Córdoba) a la producción para exportación, sino también integrar a los importantes cultivos de Tucumán y Cuyo al circuito económico nacional.
Las propiedades a las que se acercaba el ferrocarril eran más valorizadas.
Con el ferrocarril, las manufacturas inglesas que llegaban a los puertos podían transportarse a bajo costo hacia otros centros de consumo fuera de Bs. As.
En cuanto al capital, en la primera guerra mundial terminaría el ciclo de Inglaterra como proveedor principal del mismo; los EE.UU. asumirían a partir de los años ’20 ese papel.
La tierra en las Pampas: expansión y distribución:
La consolidación de la frontera tuvo un fundamento militar (desaparición del problema del indio) y uno económico (necesidades de una ganadería en expansión).
La distribución de las actividades rurales: ganadería predominando en el oeste y sur de la provincia de Bs. As. y en la Pampa; y la agricultura ocupando la mayor parte de la tierras más cercanas al Litoral, en el norte de Bs. As y en Santa Fe.
La difusión del arrendamiento agrícola, practicado sobre todo por los inmigrantes es una evidencia de que el mercado se ajustaba, en cierta medida, para compatibilizar una distribución poca equitativa de la propiedad con una eficiencia productiva aceptable.
El desarrollo agropecuario:
Hacia 1914, el país exportaba más de la mitad de su producción de trigo, un 65% de la de maíz y un 85 % de la de lino. La agricultura asumió un carácter netamente comercial, fue comparativamente moderna: siendo el trabajo escaso y caro, la agricultura usó maquinaria de manera bastante intensiva desde sus comienzos.
El trigo fue el símbolo de la revolución agrícola argentina.
La industria durante la expansión: ¿un exceso de librecambio?
Uno de los mayores cuestionamientos al modelo agroexportador ha sido desde siempre la idea de que la concentración de la mayoría de los recursos productivos en las actividades primarias impidió la instalación de industrias manufactureras. Un exceso de librecambio habría sido la causa de este atraso, al permitir la importación de manufacturas siempre más baratas que las locales.
¿Es cierto que la industria tuvo un papel menor entre 1880 y 1914? La respuesta depende de qué se tome como base de comparación, pero lo que sí surge de los datos más confiables es que la expansión industrial previa a 1914 no fue menor.
Las manufacturas cuya producción creció más fueron las que, dependían del tipo de desarrollo agroexportador de la época. Esto se conoce como “eslabonamiento”; que significa la aparición o desarrollo de una cierta actividad económica cuando es el resultado del crecimiento de otra.
El desarrollo de las industrias de alimentos y bebidas fue favorecido por el bajo costo de las materias primas (industria molinera, fábricas de cerveza, molinos azucareros, industria vitivinícola).
Otras ramas industriales dependían de actividades que habían surgido gracias al desarrollo agropecuario, tales como talleres de reparación de materiales ferroviarios. Las obras de infraestructura y la edificación en general no sólo explican la creciente importancia de la producción; además incentivaron la producción de vidrios y maderas.
Comparado con la situación de 1880, el estado de la industria próximo a la primera guerra mundial era mucho más avanzado. El motor principal de su expansión fue el crecimiento del mercado interno. Se debería resaltar el carácter complementario, más que rival entre la industria y el sector rural durante el período analizado y además la industria ayudó a consolidar el mercado nacional.
Fuera de las actividades ligadas a los productos primarios, sin embargo, la expansión manufacturera fue bastante limitada. Dos ramas industriales fundamentales en los países más desarrollados, como la metalurgia y los textiles, estaban lejos de satisfacer la demanda interna. La Argentina de 1914 estaba todavía muy lejos de ser una nación industrializada.
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