LA GRAN LA ARQUITECTURA DEL HIERRO Y EL CRISTAL

La Arquitectura del Hierro y el Cristal

En el siglo XIX, el mundo sufre un cambio, para bien, que es la Revolución Industrial; lo que podemos catalogar como un conjunto de transformaciones tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad. Dicho en otras palabras es la renovación de los sistemas de producción, de los medios de transporte, comunicación y de la tecnología industrial. Que esta se inicia en Inglaterra, en el año de 1845.

Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades, del trabajo manual al de las máquinas. Los campesinos abandonan los campos y se trasladan a las ciudades;  surge una nueva clase de profesionales.

Hubo muchos factores por la cual la Revolución Industrial se llevó a cabo, y uno de ello es la aparición de avances tecnológicos, como la máquina de vapor; uno de los elementos de la mecanización y modernización industrial, que se convirtió en el motor incansable.

Con la industrialización se tenía que responder a las necesidades de una sociedad nueva, responder nuevas demandas; a la de una sociedad urbana e industrial. La población aumentaba de forma notable, y con ella las necesidades de las vías férreas, los puentes, las fábricas, los mercados, etc. Para satisfacer parte de esas demandas se utilizan nuevas formas de producción, creando así nuevas industrias. Con las cuales vienen los nuevos materiales a utilizar; como el hierro, el hormigón, el cristal. Con estos nuevos materiales, renovaron por completo la arquitectura de ese momento, iniciando la llamada “arquitectura del hierro y el cristal”.

Esta revolución arquitectónica se basó en especial en un nuevo material, el hierro. Sus cualidades le permitían una construcción más rápida y barata. Esto les permitió construir puentes, como el puente Coalbrookdale, que fue el primer puente de hierro fundido que se construyó, durante la Revolución Industrial..

 Pero, no me refiero a que el hierro sea un nuevo material, ya que este fue descubierto en épocas antes de Cristo; pero es en esta era, en la Revolución Industrial, que se vuelve popular, como material constructivo. Se puede decir que fue prácticamente el primer material constructivo artificial que aparece en la arquitectura.

El hierro pasa a ser una parte muy importante en la estructura de un edificio, en pocas palabras son los nervios de un edificio. Y la investigación de este material va en evolución lo que ha permitido al arquitecto desprenderse de sus ideas, sin miedo a que no se pueda construir.

En la arquitectura, el hierro, tomaba un papel muy importante por su ventajas; su maleabilidad para fabricar piezas de diferentes formas y tamaños, por la economía de producción, que entonces lograba y por ser un material resistente al fuego. Permitió gracias a su resistencia, eliminar soportes internos, consiguiendo arquitectura diáfana, con un gran espacio interno, adaptable a cualquier necesidad. Y se comienzan a construir los rascacielos.

Junto al hierro, otro material que fue protagonista en la Revolución Industrial, fue el cristal. Gracias a las nuevas tecnologías que se estaban dando, este cristal, era mucho más resistente que el vidrio antiguo, pudiendo cubrir grandes espacios que permitían la iluminación natural; a la vez que eliminaba peso muerto en las paredes en las obras; ya que no se hacían aquellos grandes y gruesos muros.

Sin embargo, y pese a todas esas ventajas, la arquitectura tuvo serios problemas para imponerse. El principal de ellos era su falta de belleza. Los arquitectos de esa época no veían nada estético la estructura del edificio, solo miraban un amasijo de hierro.

Por ello, las primeras obras, eran obras de ingenieros, no de arquitectos. Obras como lo he mencionado antes estaciones de ferrocarril, puentes, u otras obras efímeras, solo eran pensadas para ser utilizadas durante un cierto tiempo para luego ser desmontadas.

Con las grandes industrias, las calles de las ciudades ya habían iniciado sus transformaciones por la presencia del comercio, pues se empezaban a exponer lujosos edificios de cristal. Las tiendas constaban de un mostrador, de un dependiente, de un armario y por supuesto del cliente; y dos pasillos que tenía cada una. Esto era el patrón común que se encontraba tanto en Europa como en América.

...