LA RAZÓN HISTORICISTA Y LA GENERACIÓN ROMÁNTICA

TEXTO: Feiman, Isidoro – Gustavo Blutman, Nuevos modelos de gestión pública.

AÑO: 2013

LA RAZÓN HISTORICISTA Y LA GENERACIÓN ROMÁNTICA

ALBERDI Y ROSAS: LO QUE NO FUE

Alberdi, se educó en el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires, bajo el ideologismo de Diego Alcorta.

Este joven de indisciplinadas lecturas y decidida actitud teórica, se propuso reflexionar sobre el momento histórico que vive su patria. Desde 1835, legitimado por la voluntad popular, Rosas ha accedido al poder absoluto. Y Alberdi, con su libro, intenta encontrar sus fundamentos, su obra constituirá en un ofrecimiento de colaboración al gobierno nacional. La historia de este fracaso, sin duda uno de los más trágicos de nuestra historia, será el hilo conductor de este estudio sobre el pensamiento filosófico de Juan Bautista Alberdi.

Se sabe que lo nacional fue tema obsesivo en los intelectuales del 37. Echeverría, en aquellos salones de París había escuchado ciertas expresiones: el color local, lo autóctono, la tradición. Vino aquí y las repitió todas, Alberdi, quien, como pensaba mejor que todos, fue el primero en plantear el tema: Una nación, no es una nación sino por conciencia profunda y reflexiva de los elementos que la constituyen. La conciencia de sí de un pueblo es la condición imprescindible para acceder a su libertad. La filosofía es la negación de toda autoridad que la de la razón, la filosofía es madre de toda emancipación, de toda libertad, de todo progreso social. Es preciso, conquistar una filosofía para llegar a una nacionalidad.

La comprensión de este último texto es fundamental para una adecuada interpretación de la obra de Alberdi, desde el 37 hasta el 80. Claramente se distinguen dos niveles: a) las leyes generales del espíritu humano; b) las leyes individuales de nuestra condición nacional. Filosofar será, de este modo, explicitar la relación lógica de combinación o complementación mantenida por esos dos niveles. La humanidad habrá de realizarse en la Nación y la Nación solo podrá acceder a la conciencia de sí en la medida en que integre su particularidad dentro del curso necesario y racional de lo humano. De los dos niveles descriptos, Humanidad y Nación, uno es el nivel fundante y otro el fundado. Entonces el propósito más profundo del fragmento es dar a la nueva ley del progreso universal, entendida al modo romántico, una forma esencialmente argentina.

Alberdi aconsejaba a sus amigos, que ya era tiempo de que la nueva generación, sin ser desagradecido a los servicios que debe a sus predecesores, rompa engreídamente toda solidaridad con sus faltas y extravíos. Alberdi decía que nuestra historia constitucional no era más que una

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