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LA SOCIEDAD EN LA HISPANOAMERICA COLONIAL.

amarrado92Documentos de Investigación23 de Octubre de 2016

5.797 Palabras (24 Páginas)299 Visitas

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INDICE:

Introducción……………………………………………………………………………………………………………………………pág. 2

La Sociedad Colonial……………………………………………………………………………………………………………….pág. 3

(Ana María Presta)

Formas y estrategias familiares en la sociedad colonial………………………………………………………….pág. 5

(Ricardo Cicerchia)

La Iglesia Católica en la Hispanoamérica colonial…………………………………………………………………..pág. 6

(Josep Bernardas)

Trabajo libre, trabajo forzoso……………………………………………………………………………………………….pág. 11

(Enrique Tandeter)

Género………………………………………………………………………………………………………………………………….pág. 13

(Dora Barrancos – Lavrin Asunción)

Conclusión…………………………………………………………………………………………………………………………….pág. 15

INTRODUCCION:

En el presente informe se resaltan y se destacan las características principales de la sociedad colonial en Hispanoamérica. Visto desde una perspectiva diferente y abarcativa se analizarán diversas problemáticas que se gestaron entre los periodos que van del siglo XVI al XVIII.

A partir de la contextualización espacio temporal y del reconocimiento de los principales actores sociales trataremos de abordar las distintas relaciones de poder que se fueron dando en la sociedad. Aspectos relevantes y significativos de estas relaciones como es el género, la esclavitud, la encomienda dentro del trabajo forzoso de los indios, el papel fundamental de la iglesia católica como institución trasmisora de la cultura hispánica y de legitimación de las acciones de la Corona Española en territorios americanos.

A fin de poder desentramar algunas cuestiones que tan arraigadas están en nuestra sociedad, fue necesario problematizarlas, tal es así como el género, el racismo, el problema de la subalternidad y el rol de la mujer que tan invisibilizados estaban por la historiografía tradicionalista.

LA SOCIEDAD COLONIAL:  RAZA, ETNICIDAD, CLASE Y GÉNERO.

SIGLOS  XVI XVII.

ANA MARÍA PRESTA.

La autora distingue, los hombres  y mujeres que vinieron a conquistar y colonizar de los que se que quedaron en la península ya que en la misma permaneció el más elevado estrato de una pirámide social peninsular altamente jerarquizada. Los conquistadores hidalgos (nombre atribuido a todo aquel que presumiera de status noble), sin fortuna, estaban imbuidos de una ideología señorial, cimentada en la explotación de la tierra, propia del estrato nobiliario. El status se aseguraba con la amplitud patrimonial. Los conquistadores, imprimieron en la colonia las marcadas diferencias y los patrones culturales que reflejaban el estrato superior al que siempre quisieron pertenecer pero al que solo en el Nuevo Mundo, como elite conquistadora,  pudieron acceder. El más cercano antecedente de la Reconquista, llevaron a los conquistadores de América a emprender y a que se valorizara su tarea como gesta material y espiritual.  El conquistador se propuso obtener por la fuerza de las armas lo que le estaba negado por cuna: honor, fama, gloria, bienestar material y hasta títulos, logrando que sus actos de servicio redundaran en la obtención de status, cumpliendo con el objetivo de “valer más”. En la temprana colonia las distinciones más marcadas entre los hombres eran las de raza. No existe cómo categoría biológica de diferenciación social; sin embargo, como construcción cultural fue operativa a ciertas sociedades para concretar y propósitos  de exclusión y segregación raciales.

La sociedad ibérica se dividía en tres estamentos: el de los nobles, se situaba la casa gobernante, el del clero y el de la gente común. Entre ellos las diferencias quedaban plasmadas por privilegios de rango sancionados por estatutos o fueros. El 10% de la población peninsular propietaria---noble y clero--- gozaba de exención tributaria y de derechos jurídicos especiales que los separaban de una masa mayormente campesina, que contaba con más obligaciones que derechos. La sociedad Ibérica no era ni racial ni étnicamente homogénea. En el siglo de los descubrimientos, la intolerancia racial y cultural cristalizó en el concepto de limpieza de sangre. El status de un individuo, quedaba condicionado por la demostración fehaciente de no poseer traza de sangre de moros o judíos, los  “diferentes” con quienes los españoles habían convivido por centurias. ESTA PRÁCTICA FUE EL ANTECEDENTE DE LA DISCRIMINACIÓN RACIAL, ÉTNICA Y CULTURAL, QUE JUNTO CON EL ASUMIDO DERECHO DE CONQUISTA SE CONSTITUYO EN LA BASE DE LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL COLONIAL

Al igual que los nobles peninsulares, los españoles y su prole criolla estaban exentos del pago de tributo, a fines del siglo XVI, la sociedad colonial se parecía cada vez más a la peninsular. Las diferencias de clase podían suavizarse por una misma pertenencia étnica (como en los migrantes vascos) y por la identidad regional. Relaciones de dependencia personal apegadas al patriarcalismo y expresadas en la relación patrón-cliente.

El estrato de los peninsulares se conformaba por:

ESPAÑOLES: Su participación en la conquista fue para algunos la posibilidad de  trascender social y económicamente al recibir una encomienda de indios; se convirtió ----a lo largo del siglo XVI--- en la fuente de adquisición de recursos humanos y naturales. Entre sus magras responsabilidades para con sus sujetos, se hallaba la obligación de su adoctrinamiento y protección. La corona castellana se hizo cargo del gobierno colonial en la década de 1550. La minería nació con los inicios de la colonia y al calor de la encomienda. Numerosos encomenderos  participaron de la primera etapa de desarrollo minero debido a su disponibilidad de mano de obra y capital. A lo largo del siglo XVI, la expresión del status social se plasmaba en la utilización del “DON”.

Cualquiera fuera su ocupación, los peninsulares buscaban acrecentar o perpetuar el status adquirido en el pasado reciente, para ello era menester acceder al mejor matrimonio y en el caso de la primera elite colonial, las uniones demostraron que la elección de cónyuges se formalizaba entre paisanos (nacidos en el mismo lugar). Asumido como un negocio más el matrimonio era pactado entre los padres o parientes de los contrayentes, cuya voluntad era ajena a tales decisiones. Para asegurar que los bienes adquiridos permanecieran en el linaje, la elite eligió la figura del mayorazgo. El mayorazgo----que acentuaba el régimen jurídico señorial----era una forma de propiedad vinculada, originada en las concesiones feudales debidas a la Reconquista, que permitía al titular disponer del fruto y las rentas pero no del bien mismo,  cual quedaba sujeto a un orden de sucesión preestablecido: la primogenitura. El status superior se cerraba en torno a altos funcionarios virreinales y al clero.

Los descendientes de los españoles o criollos heredaron la arrogancia y aspiraron al estilo de vida de sus acaudalados progenitores. El matrimonio debía efectuarse entre iguales o pares que garantizaran una descendencia legítima que conjugara la salvaguarda de los principios cristianos y de la sociedad elemental. Las mujeres de la  primera y segunda generación de colonizadores cumplieron con la función de salvaguardar el patrimonio familiar y aunque unas pocas pudieron trascender los mandatos sociales y familiares, en su mayoría cumplieron el tradicional rol de subordinación de género consagrado legalmente por su casi nula capacidad jurídica.

INDIOS: Previo a la conquista y colonización, el territorio americano estaba ocupado por etnias que se diferenciaban unas de otras, por su hábitat, continuidad histórica, ocupación, lengua y cultura. Sociedades complejas que conocían el Estado, como los incas y sus sujetos, sociedades de jefatura, grupos segmentados o tribus y bandas de cazadores, pescadores y recolectores se autodenominaban o fueron identificados por el conquistador  con distintos nombres., nombres étnicos, portadores de una identidad diferenciada dentro de la más alta creación intelectual de “indio”, invento del conquistador para apuntar las supuestas diferencias biológicas y culturales de los habitantes de América. La etnicidad constituyó un elemento adicional de la estratificación social y en ciertos casos fue preexistente a la presencia española. Lo primero que hicieron los españoles con los conquistados, fue someterlos a prestaciones de trabajo, contribuciones en especie y dinero que más tarde los funcionarios reales fijaron en forma más equitativa, cómo monto tributario que sería percibido en moneda por los particulares o la corona. Los indígenas fueron divididos en encomiendas primero y luego en jurisdicciones administrativas para facilitar a los funcionarios el cobro  de las tasas. Las reducciones pretendían convertirse en centros de segregación. En ellas solo vivirían indígenas, quedando prohibido el asentamiento de españoles, mestizos, mulatos  y negros.

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