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LO NEGRO DEL NEGRO


Enviado por   •  24 de Febrero de 2014  •  1.670 Palabras (7 Páginas)  •  311 Visitas

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Arturo Durazo Moreno

(Cumpas, Sonora, México, 1924 - Acapulco, Gro. México, 5 de agosto de 2000)

Fue un personaje del ámbito político y policíaco en México durante las décadas de 1970-1980. Se desempeñó como jefe del Departamento de Policía y Tránsito de la Ciudad de México durante el gobierno del Presidente, José López Portillo. Alcanzó gran notoriedad a principio de los años 80, cuando se revelaron algunas de sus millonarias propiedades y, sobre todo, por la publicación del libro Lo negro del "negro" Durazo, escrito por quien fuese uno de sus ayudantes, José González González.

De extracción humilde, Arturo Durazo nació en Sonora en 1924, y emigró a la ciudad capital en busca de oportunidades económicas. Durante su infancia y adolescencia vivió en la colonia Roma de la ciudad de México. Ahí entabló amistad con José López Portillo, lo que le redituó el ser considerado por éste para ocupar la jefatura de la policía durante su gobierno. De acuerdo con el periodista, escritor e historiador Humberto Musacchio, Durazo Moreno estudió en la ESCA del Instituto Politécnico Nacional y después, durante el gobierno del general Manuel Ávila Camacho y durante parte del gobierno de Miguel Alemán Valdés, fue empleado del Banco de México. Hacia finales de 1948 cambió de funciones y se desempeñó como Inspector de Tránsito de la ciudad, hasta 1950. Poco después se convirtió en agente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y posteriormente, hacia 1958, obtuvo su ascenso como comandante de la misma corporación. Se presume que a finales de los años 60 y principios de los 70 formó parte de la dirección de las "Brigadas Blancas", agrupación gubernamental encubierta destinada a actuar como represora de los movimientos políticos y sociales durante la "Guerra Sucia".

Jefe de la policía capitalina

Al lograr su ascenso al poder, José López Portillo lo nombró jefe de la desaparecida DGPyT (Dirección General de Policía y Tránsito) de la ciudad de México, cargo en el que se mantuvo durante todo el sexenio López Portillista (1976-1982). Según las investigaciones efectuadas años después en los archivos de la desaparecida institución y también según el testimonio de muchos oficiales de policía, se encontró que el ambiente que prevaleció durante su ejercicio fue la "mordida" o "entre" que todos los oficiales debían entregarle. La extorsión a sus subalternos era materia conocida por muchos.

Instauró también, en 1976, la creación de la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), institución cuya siniestra fama de albergar a agentes policíacos corruptos y despiadados fue célebre entre la población. Dicha corporación fue dirigida por su amigo Francisco Sahagún Baca. Era común que los policías adscritos a esta división "amadrinaran" (protegieran) a delincuentes probados para liberarlos posteriormente a su captura, bajo un espectro de corrupción muy extendido y enraizado.

Dentro de esta premisa, los mismos policías capitalinos, ante dicha impunidad, tuvieron libertad de realizar asaltos a bancos y a diferentes comercios, así como también la extorsión y privación ilegal de la libertad de muchos ciudadanos que transitaban como cualquier otro en las calles de la ciudad para "sembrarles" delitos varios como tráfico, lenocinio, homicidio, robo, violación etc, para inculparlos por estos delitos que no habían cometido y solapar a criminales de su propia corporación policiaca. La impunidad fue, pues, uno de los rasgos notables de su desempeño como jefe policíaco. La tortura fue otro de los aspectos que prevaleció en esta corporación, ya que cualquier delincuente que era remitido y no era considerado dentro de los cotos de poder era sometido a interrogatorios bajo actos de tortura, ya fuese para confesar sus delitos o para aceptar otros no cometidos. Incluso mucha gente inocente fue víctima de sus métodos. También durante sus funciones fue creado el Colegio de Policía.

Durazo fue nombrado por el presidente General de División sin haber cursado una carrera militar, lo que le ganó la antipatía de muchos militares, entre ellos el Secretario de la Defensa Nacional, el general Félix Galván López. Sus amistades cercanas le aplicaban el mote de "El Moro de Cumpas", en referencia a un corrido mexicano muy famoso, y también el mote de "El Negro", por las características de su rostro. El sobrenombre de "El negro Durazo" fue el común entre los habitantes de la ciudad. El evidente abuso del poder se puso de manifiesto al implementarse operativos arbitrarios, los cuales las más de las veces eran efectuados para favorecer a algún familiar o conocido cercano. El enriquecimiento ilícito e injustificable adquirió alturas insospechadas pero evidentes. Por mucho tiempo se le vinculó sobre sus posibles nexos con bandas de narcotráfico.

Lo negro del Negro Durazo.

El negro Durazo no solo fue un personaje “que manejaba de manera peculiar” la política en México. Peculiar se me hace muy poco para describir la maraña de ilegitimidades que le valieron el premio de

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