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LOS DIABLOS DANZANTES DE CORPUS CHRISTI "NAIGUATÁ"


Enviado por   •  19 de Julio de 2014  •  3.150 Palabras (13 Páginas)  •  397 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Los Diablos Danzantes de Corpus Christi son una manifestación popular que constituye uno de los sincretismos de fe religiosa más particulares de nuestro país. Cada jueves de Corpus Christi los diablos penetran, por promesa, una dimensión peligrosa al colocarse sus trajes y sus máscaras, con la intención sublime de rendirse ante el Santísimo Sacramento. La celebración de los Diablos Danzantes incluye la misa, la construcción de altares y la procesión.

El pasado mes de diciembre el Comité de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, reunido en la sede de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), inscribió a los Diablos Danzantes de Venezuela en la Lista Representativa del patrimonio inmaterial de esta organización, listado que está compuesto por expresiones culturales que muestran la diversidad del patrimonio inmaterial y contribuyen a la sensibilización sobre su importancia.

LOS DIABLOS DANZANTES DE CORPUS CHRISTI

“NAIGUATÁ”

La festividad de Corpus Christi, es una celebración que posee un marcado significado religioso, su motivo principal es reafirmar el poder de las fuerzas divinas sobre las fuerzas del mal, en tanto que para la tradición popular representa la oportunidad para la comunión espiritual y social. La conmemoración de Corpus Christi en Venezuela es conocida a través del ritual mágico religioso de los Diablos Danzantes, ceremonia que se desarrolla el día Jueves de Corpus.

Inicio en Naiguatá

La tradición de los Diablos Danzantes es una manifestación que tiene en Naiguatá mas de 100 años de existencia. EL sonar del tambor ha significado para los Diablos Danzantes de Naiguatá un llamado que certifica el momento adecuado para bajar de la montaña y rendir tributo al Santísimo Sacramento del Altar, cuerpo y alma de Nuestro Señor Jesucristo.

Aunque no se tiene con precisión la fecha cuando comenzaron a danzar en Naiguatá, explicó Iriarte que existen referencias que desde 1765 ya danzaban los Diablos en el pueblo, el cual se concibe como población en 1680, pero se fundó en 1710, según informes que se tenían de la época.

Diablos danzantes de Naiguatá o Diablos de Naiguatá. Danza tradicional de la religiosidad popular que se realiza al Este del estado Vargas; región centro costera de Venezuela, en la población de Naiguatá, se lleva a cabo el jueves de Corpus Christi. Forma parte de las fiestas tradicionales, que se realizan en su mayoría en honor a un santo o fecha de importancia religiosa. Legado de los primeros habitantes de esa región, otras celebraciones, al igual que ésta, son producto del mestizaje racial y cultural.

Estas festividades se nutren de la multiplicidad cultural; muchas fueron traídas de Europa; fundamentalmente de España como consecuencia de la incursión de los españoles en tierras americanas, hechos acontecidos en la última década del siglo XV mediante la invasión extranjera que dio paso a la colonización y apropiación de tierras. África también fue un factor que aportó un producto esencial con la llegada de sus habitantes, esclavos que fueron trasladados a América para realizar tareas pesadas y agotadoras en las haciendas de los españoles, y por último y sin ninguna duda, el aporte de los aborígenes y los elementos autóctonos de la zona. El torbellino de culturas se unificó de manera fascinante para dar lugar a las fiestas que hoy se celebran en la cultura popular de Naiguatá.

Entre estas manifestaciones culturales que existen en Naiguatá, está la fiesta más importante de la Iglesia católica después del Domingo de Resurrección, el jueves de Corpus Christi acompañado de su respectiva víspera, que es el miércoles inmediato anterior; fecha movible en el calendario católico pues se realiza el noveno jueves después de la Semana Santa.

En esta celebración mágico-religiosa, la manifestación tradicional es representada por el baile de los Diablos Danzantes de Naiguatá quienes rinden culto al Santísimo Sacramento del Altar, En esos dos días las calles de Naiguatá se decoran con los múltiples colores que cubren al danzante de pie a cabeza, corresponden a la vestimenta y la máscara de cada uno de los danzantes, quienes danzan acompañados de la sonora y rítmica percusión que produce "la caja" (tambor), al unísono con las campanas que cuelgan en sus cinturas al recorrer bailando toda la población luego de realizar sus ceremonias al frente de la Iglesia. Todo el recorrido lo realizan danzando al llamado de "la caja", "bailan al son que le toquen". Esta cadena de sucesos y elementos produce un sonido único que identifica a distancia la presencia de los Diablos Danzantes de Naiguatá en todas las calles.

Preparativos

El festejo comienza semanas previas a la celebración de Corpus Christi, la parte religiosa está a cargo de la Sociedad del Santísimo Sacramento de Naiguatá y la Parroquia; con el Sacerdote al frente de la organización y, en la parte tradicional, la Sociedad de Diablos Danzantes de Naiguatá a través de su Junta Directiva y el Comité Organizador, comité que lo integran en su mayoría los amigos y colaboradores de la manifestación; sean ellos particulares o institucionales.

Los preparativos para su celebración, se inicia con la elaboración de las máscaras, vestimentas y otras indumentarias. La confección de las máscaras sigue tres fases.

El primer paso, hacer un armazón en alambre con la figura del animal que, con antelación ha escogido el artesano para fabricarla. Éstas figuras pueden ser del mundo marino, también aves o animales de corral, o bien híbridos de éstas especies que culminan siendo figuras zoomorfas que impacta la mirada de los observadores. Esta armazón de alambre cuenta con dos protuberancias en forma de cachos que al unir sus dos puntas forman un aro.

El segundo paso es cubrir la estructura metálica con una primera capa de papel periódico, hacerle los ojos y la dentadura, luego al secar se le aplica una segunda capa con papel blanco que permitirá un acabado liso y facilitará un trazado fácil a los pinceles, la cual se lleva a cabo con un pegamento preparado de almidón o una mezcla que es utilizada para fijar papel tapiz.

El tercer y último paso, es pintar la máscara del danzante, preferiblemente

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